Lo que quería olvidar
Cuando Hermione se dirigió a abrir la puerta se imagino que podrían ser muchas personas, que quizás eran alguno de amigos que iba para asegurarse que se presentara en la madriguera , tal vez Ginny o Luna, incluso Ron obligado por Harry o posiblemente el tímido Neville, pensaba que si tenía un poco de suerte seria algún vendedor, mas nunca se hubiera imaginado que quien llamaba a su puerta era nada más y nada menos que Draco Malfoy, porque si bien ahora sabía que era su vecino creyó que trataría de evitarla a todo costa como pensaba hacer ella.
Completamente descolocada lo miro como si se tratara de una alucinación, un mal sueño del que deseaba pronto despertar, pero todo parecía indicar que en verdad ese hombre parado frente a su puerta con una sonrisa arrogante pintada en los labios era real.
-Buen día Granger. -Siseo con cierta diversión en la voz.
-Malfoy. -Fue lo único que pudo articular en esos momentos.
-No me invitas a pasar.
-¿Perdón? -Pregunto confundida como si su cerebro no fuera capaz de procesar lo que escuchaba.
-Creo que estos años te han hecho descortés o será que la edad ya te afecto el oído. -Dijo burlón.
La insinuación de insulto hizo que despertar por completo de su letargo y convirtiera su desconsiento en furia.
-¿Qué quieres Malfoy? -Dijo cancinamente esperando una explicación.
-¿Qué no es ovbio? -Pregunto mostrando en sus manos una botella de vino.
-La verdad es que no. -Contesto viendo con desconfianza la botella.
-Vengo a darte la bienvenida. -Soltó como si fuera lo obvio.
-Sabes Malfoy no tengo tiempo para juegos, ya dime de una buena vez que quieres.
-Ya lo he dicho Granger, como buen vecino vengo a darte la bienvenida.
Hermione soltó una carcajada. -Tiene razón Malfoy son una maleducada, se me olvidaba lo amigos que hemos sido estos años y lo que corresponde en que vengas a darme la bienvenida. -Dijo con sarcasmo. -Cuanto lamento no poderte invitar a pasar para bebernos esa botella de vino que debe estar deliciosa <debe de estar Envenenada, pensó> pero voy de salida, claro que si me quieres acompañar voy a la madriguera me imagino que te encantara reencontrarte con los chicos, se que Harry y especialmente Ron estarán encantados de verte.
No solía ser de esa manera, odiaba el sarcasmo y no era precisamente que a ella le gustara emplearlo, pero sin duda más odiaba el cinismo con el que le hablada Malfoy, lo que solo logro que le saliera tan natural esa invitación, que quien no los hubiera conocido y supiera sobre la relación que siempre los había unido creería que en realidad ambos eran grandes amigos que se habían reencontrado.
Aunque nunca demostrara sus emociones en esa perfecta mascara elaborada, el rubio estaba sorprendido por varias razones, quizás se estaba volviendo loco pero parecía encontrar cierto encanto en la Gryffindor, si bien su carácter siempre había sido desafiante, se encontró que le resultaba atractiva la altanería que ahora parecía moverla.
Era más que consiente de cuanto la había sorprendido su presencia, pero después de salir del estupor inicial le había seguido el juego con tal soltura y descaro que ahora el sorprendido era justamente el.
De alguna manera se sintió en desventaja como si esa chiquilla de ojos inteligentes le estuviera regresando el golpe con tal maestría que lo había dejado en vergüenza. Y él no era precisamente de las personas que les gustara perder de esa manera aun cuando eso fuera lo más sensato.
-Me encantaría acompañarte. -Contesto con galantería y una sonrisa que intentaba ocultar sus intenciones.
-Perfecto. -musito sin alterarse. Pensó que en el fondo toda esa estupidez en realidad si se trataba de una pesadilla, una muy escalofriante y ridícula, pero esperaba despertar pronto. Se había aferrado tanto a la loca idea de que todo era un mal sueño que le permitió al rubio tomarla del brazo.
Sí, quizás todo era una estúpida pesadilla, no importaba lo real que pareciera todo, no importaba que todo pareciera tan ridículamente imposible o estúpidamente extraño, ahora simplemente caminaba tomada del brazo del hombre que le había hecho un infierno sus años de colegio, el mismo que la había insultado hasta el cansancio y que la había humillad hasta la saciedad. Sonrió con ironía esperando que ese espeluznante suceso pasara.
Pero conforme su llegada a la madriguera se acercaba, notaba que eso no era solo una pesadilla, que todo estaba ocurriendo en realidad y que existía una gran posibilidad de que al llegar desollaran vivo primero a Malfoy y después la torturaran a ella por llevarlo a su reunión. Sin embargo, no se amedrento, quizás era porque sabía que le esperaría al cruzar la puerta principal de la madriguera, sabía muy bien como la atosigarían como todos los años intentando animarla y hacerla sentir mejor por pasar otro San Valentín sola.
Lo tenía todo tan claro en su mente que sabía que sería la Sra. Weasley quien la abrazaría primero, dándole unas palmaditas torpes en la espalda a manera de consuelo, para después decirle que era una excelente chica y que el hombre indicado llegaría pronto. Podía ver los rostros apesarados de todos intentando ocultar la lastima con palabras dulces que no hacían más que hacerla sentir más miserable.
Si para no pasar por ello, tenia que darles algo mejor en que ocuparse, les llevaría sin problema alguno a Malfoy, eso si que lograría hacer que la dejar en paz al menos por un rato.
Draco la vio sonreír de manera genuina cuando se aparecieron a unos cuantos metros de la Madriguera y le pareció fascinante la manera en que sus labios se curvaban hacia arriba, nunca la había visto sonreír de esa manera o al menos no cuando están cercas de ella.
No podía negar en que su sentido común le decía que eso era un error, uno tan grave que podría ocasionar que saliera lastimado de esa aventura, pero simplemente no deseaba retractarse por el solo hecho de imaginar las caras de la comadreja y el cara rajada viéndolo llegar al lado de su mejor amiga. Era peligroso, pero tan divertidamente prometedor que valía la pena correr el riesgo.
-No sé qué esperas de esto Malfoy, pero no soy estúpida. Aun no sé cuáles son tus intenciones pero te juro que si haces alguna estupidez que me perjudique no lo pensare dos veces para romperte la cara. Te quedo claro. -Granger estaba siendo clara, quizás al principio solo le había seguido el juego pero ahora estaba en su territorio y las cosas se harían con sus reglas. -Así que eres libre de irte en este momento, pero no voy a permitir que te burles de mi nunca más. Y si eso es lo que pretendes lárgate de una vez. -Le dijo dándole tiempo a que se fuera si ese era su deseo, pero el rubio se mantuvo firme a su lado.
Malfoy parecía encontrar divertido todo aquello. Sabía bien que Granger no mentía que la amenaza era en serio, también sabía que tenía un buen derechazo, en el pasado ya lo habia comprobado, además de ser una gran bruja que lo pondría en su lugar con una mano en la cintura, pero sin duda a pesar de la amenaza y de lo bizarro de la situación, le parecía atractiva la nueva facera que había descubierto en la Leona.
Ayer incitado por el alcohol había sopesado la idea de llevar a cabo un pequeño juego, divertirse a costillas de la chica. Eran muchas las que le había quedado a deber cuando se peleaban en el colegio, muchos las peleas verbales que le ganara, pero dentro de todo eso el ultimo año que pasaría en Hogwards se dio cuenta que había un interés muy especial en ella, por mucho que se lo había negado por orgulloso y de haberse dicho así mismo hasta engañarse que solo se fijaba en ella para desquitarse de sus ofensas.
Le había bastado verla de nuevo para moverle el piso, para recordar de nuevo todo lo que se había empeñado en olvidar, después de todo el no tenía derecho a pensar en ella, mucho menos después de todo lo ocurrido y que él era un relegado de la sociedad.
Pero no podía olvidarla aun cuando esos recuerdos lo lastimaran profundamente, al principio la veía como un enemigo más, como la sabelotodo y mejor amiga de San Potter, como el cerebro del grupo que hacia que todos quisieran besar el piso por el que caminaban. Pero todo cambio cuando la vio en la mansión de su familia, la misma que ocupaba de cuartel el innombrable, recordaba con exactitud el día que los capturaron, como ella temblaba como una hoja, podía leer el miedo en todas y cada una de sus facciones de manera tan clara por que el mismo se encontraba invadido por ese sentimiento.
Y a pesar de todo el miedo que sentía esa mujer, que parecía tan reducida antes sus captores, a pesar del pánico en sus ojos y el fuerte temblor de su cuerpo, a pesar de que sabía que se estaba jugando su vida, el temple le gano terreno al miedo y se mantuvo firme.
Fue precisamente su ejemplo lo que lo hizo mentir, quizás parecía una mentira insignificante decir que no reconocía a ese joven con la cara deformada, pero también se jugaba la vida y también lo pago con creces cuando le pidieron cuentas a él y a su familia por su escape.
Nunca se lo había dicho a nadie pero había sido Hermione Granger la que había hecho un cambio en su vida, un cambio que al final le ayudo para librarse de la cárcel. Porque también se acordaba muy bien como ella había subido al estrado, como había levantado la voz para hablar a su favor, porque aunque Potter también lo había hecho de manera torpe, fue precisamente la chica a la que tanto maltrato la que hablo con firmeza sobre todas y cada una de las razones porque las que era inocente.
Recordaba palabra por palabra ese discurso que lo había salvado, el tono de voz que había empleado, el mismo que usaba en clases cuando conocía perfectamente la respuesta a una pregunta especialmente difícil. La recordaba subir al estrado sin duda alguna y levantar la barbilla para ocultar su nerviosismo.
-¿Qué puede aportar al juicio? -Le había dicho un hombre del consejo. Y antes de que pudiera contestar un hombre regordete y calvo se había levantado para elevar la voz.
-Sabemos por buena fuente que siendo hija de Muggles sufriste más que cualquiera y puedes aportar mucho al respecto de lo ocurrido. Además tenemos conocimiento que fue capturada y torturada en la Mansión Malfoy.
Malfoy se había sentido perdido en ese instante, si en algún momento había albergado la posibilidad de que tuvieran clemencia por el acto heroico de su madre, ahora sabía bien que en el momento que Granger hablara sobre todo lo que había padecido bajo sus manos durante ese años de escuela y especialmente si hablaba cuando fue capturada en la mansión familiar, estaría perdido.
Pero no fue así.
Lo supo cuando ella hablo con voz firme, detallando el día de su captura en la Mansion de su familia y fue contundente. -Draco Malfoy sabia claramente quien era Harry, lo conocía demasiado bien para incluso dudar por un segundo de quien se trataba a pesar de lo deformado de su rostro, lo sabía por tanto con total certeza que pudo delatarle y no lo hizo a pesar de saber el grave peligro que corría no solo él, si no también su familia, se limito a decir que no estaba seguro de quien era.
-Cree usted señorita Granger que ese acto es suficiente para indultarlo. Decir que no estaba segura si era Harry Potter el cautivo en su Mansión -Escucho como rebatía el hombrecillo rojo de ira.
-No se si usted comprenda la gravedad del asunto Señor, como un pequeño comentario en ese momento pudo condenarnos, como la vida de quien salvara el mundo mágico dependía de que lo reconociera o no. -Le enfrento con firmeza.
-Pero usted fue torturada.
-Y nada tuvo que ver Malfoy.
-Pero sin duda estuvieron presente el y su familia.
-Y le recuerdo que fue su tía quien me torturo, pero no puedo culpar a un inocente por los actos de una mujer desquiciada.
Furioso el hombre había tratado por todos lo medios que Granger declarara en su contra sabiendo que sería la única manera de escarmentar a los Malfoy.
Los ojos del hombrecillo brillaron astutos cuando se le ocurrió una idea, Draco lo noto y un escalofrió le recorrió la espalda-¿Cuál fue el trato que recibió siempre por parte del joven Malfoy?
Fue entonces que Hermione busco la mirada del acusado antes de contestar, pero incluso en ese momento no altero su semblante tranquilo, ni su entereza.
-El trato que correspondía por parte de alguien que fue solo una víctima más alimentada por el odio y la ignorancia hacia desde niño. El trato que se esperaría de una persona confundida por los ideales equivocados de su padre, el resultado del resentimiento acumulado por el desconocimiento de algo diferente.
-Justifica el maltrato. -Dijo levantándose de su silla.
-No señor, no justifico las acciones de Malfoy, pero comprendo lo que debe ser que te inculquen desde niño enseñanzas erróneas, que desde pequeño te enseñen a quien debes odiar, aun cuando no comprendas por que debes hacerlo. Creo que una persona se juzga por las decisiones importantes y que a pesar de las equivocaciones y errores que pudo cometer por sus creencias herradas el tomo la decisión de no matar al Director Dumbledor, tomo la resolución de decir que no reconocía a Harry y esas palabras por simples que puedan parecer marcaron la diferencia entre sobrevivir para luchar en una última guerra o perecer antes de cumplir nuestro cometido.
El hombre se sentó con frustración, vencido por la resolución de la Leona de defender a su enemigo.
Ella lo había salvado y ahora caminaba a su lado guiado por la soberbia de querer seducirla para alimentar su ego, se sintió disminuido de repente, pero detuvo su paso.
-Estoy encantado de poderte acompañar Granger.
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