VIII
[⚠️🛑mención de suidicio🛑⚠️]
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Ya había pasado al menos una semana desde que se les permitió volver a la ciudad, Sonic no sabía nada de Shadow hasta ese momento, intentaba enviarle mensajes pero este solo lo dejaba en visto, también había intentado llamarlo pero no contestaba.
Aquello era realmente irritante para Sonic.
—¡Amy! —llamó dando vueltas en el sofá de la nombrada. — ¿¡Ya estas lista!?
—¡Ya estoy bajando! ya estoy bajando. —Amy apareció por las escaleras con las púas completamente mojadas y un mal maquillaje.
—¿Eh? —frunció el ceño al ver el estado de su amiga. —Amy...
—¡Podría hacerlo mucho mejor si no estuvieras apurándome cada cinco minutos! —le regaño dando un taconazo. —Tenías que llegar aquí recién ahora, no una hora antes.
—Me aburría en casa. —declaró.
La rosada no respondió nada y volvió a subir las escaleras rápidamente a arreglarse el desastre que la presión había causado, dejando de nuevo solo al erizo cobalto, quien no dejaba de dar vueltas en el sofá arrugando su traje.
— ¿Por qué rayos pierde el tiempo con el maquillaje? —bufó levantándose del mueble mientras comenzaba a ojear la sala de aquella casa. —¿Tienes nuevas películas?
—¡No revises mis cosas!
Metiendo su mano donde no le tocaba, comenzó a buscar entre todos los estuches viejos de películas que tenía su amiga, esperando encontrar alguna nueva película recién comprada.
De pronto el recuerdo de Tails llegó a su mente, cuando junto a Cream invadían aquella casa y se ponían a ver películas con la dueña, se sentía tan nostálgico, no había sido hace mucho tampoco.
Su mano dejó de husmear cuando encontró un estuche sin portada que le generó curiosidad, podía asegurar que conocía todas las películas de esa casa, incluso tenía la llave y podía entrar cuando quisiera. Había pasado tanto tiempo en esa casa que se sabía de memoria todas las películas que había.
—¿Qué película es esta? —arqueo una ceja buscando en el estuche alguna marca de plumón permanente que indicará el nombre de la película. —¿Un disco pirata?
Si fuera otro día, le ganaría la curiosidad y pondría el disco en el DVD para averiguar que clase de "secreto" tenía su amiga, pues la piratería no era su estilo a no ser que no encontrará el disco original, pero en aquel momento lo único que ocupaba su mente era la gran reunión que había organizado el alcalde para honrar la muerte de su amigo.
Si por él fuera, no iría, pero era invitado de honor y Amy le había convencido de ir.
De hecho no, Amy simplemente pregunto una vez si iría y si deseaba hacer otra cosa ese día, pero él decidió que ya era tiempo de volver a aparecer en público.
—¡Ya estoy lista! —el grito lo tomó por sorpresa, asustándolo y ocasionando que sin darse cuenta se metiera aquel estuche en el bolsillo del saco.
—Al fin... —suspiró. —te vez bien por si acaso.
Amy frunció levemente el ceño al sentir una pequeña molestía interna, había visto a Sonic meter algo en su bolsillo y aquella sensación que algo malo pasaría le había llegado de pronto, pero no tenía tiempo para esas cosas, tenían que correr, lo que fuera que tuviera en su bolsillo lo recuperaría después.
Y no dejaría que el viento arruinada su peinado, así que el que Sonic la cargará como era costumbre no era una opción.
Luego de aquella gran reunión, y de haber dejado a Amy en casa a salvo, al fin se encontraba en su hogar, portando un leve olor a alcohol y mucho cansancio.
Se dirigió a su habitación mientras se quitaba el saco y al abrir la puerta lo arrojó a una pequeña montaña de otras cosas que debería de recoger en el fin de semana. Su cuarto era un desastre, habian un montón de cosas tiradas por todo el suelo y el fin de semana solo agarraría la mitad de aquel desorden y lo colocaría en la montaña.
Sentado al filo de su cama comenzó con quitarse la corbata con furia y a la camisa casi le rompía los botones, estaba molesto.
Nadie le había dicho que la prensa estaría para hacer sus preguntas incómodas, de hecho Amy había consultado respecto al tema de seguridad y le habían prometido que no habrían reporteros y en caso aparecieran no los dejarían entrar.
No entendía porque las personas habían empezado a odiarlo de tal manera, eso era demasiado para él, nunca le molestó que hablarán pero eso no significaba que estuviera bien lo que hacían.
¿En qué se había equivocado? ¿Había estado ayudando a quien no merecía su ayuda?
—¿Amy dónde estás?
Arrojó las dos cosas a la montaña y enredo su cuerpo entre las sábanas intentando encontrar el sueño, estaba cansado, irritado y triste, esa no era mezcla para dormir, no podía dejar de dar vueltas en la cama.
Y quizá no debía haber tomado nada en lo absoluto.
Él pensaba que su cuerpo desprendía solamente un leve aroma a licor, pero la verdad era que apestaba, ni siquiera estaba seguro de si había dejado a Amy en su casa. No estaba seguro de nada, su cabeza creaba recuerdos nuevos y desechaba otros gracias al alcohol, su cabeza daba tantas vueltas como él en su cama.
La realidad es que había desarrollado una dependencia al alcohol desde antes de la muerte de Tails, pero el incidente había hecho su problema público a todo el mundo.
—No puedo, ya no puedo más. Solo quiero seguir adelante como el resto de mis amigos ¿Por qué no puedo seguir adelante? ¿Qué tengo de malo?
Quería morir.
Ya está, eso era lo que quería, quería morir.
Tanto sufrimiento se acabaría si tan solo de pronto él dejara de existir.
Estaba jodido, desde que había regresado de aquel "campamento" no podía pensar bien en que hacer, el erizo azul le enviaba mensajes e incluso lo llamaba y él simplemente lo ignoraba.
No quería hablar con nadie y mucho menos con él, que era el culpable de su estado, había sentido de todo hacia ese erizo de ojos esmeraldas, y ahora no solo él era consiente de aquellos sentimientos sino tambien la molesta eriza rosada y probablemente también la murciélago.
No sabía exactamente cuándo fue que comenzó a sentir aquello por quien aclaraba siempre que era su rival, tal vez fue por nada o tal vez fue por todo.
Dentro suyo había una pelea que parecía no querer acabar, entre la razón y su corazón, jamas pensó que en su interior pasaría algo similar, siempre hacia las cosas como le decía su razón y nunca actuaba solo por actuar, pero eso claramente se había terminado.
Tampoco podía simplemente contarle de sus sentimientos, ya no.
¿Por qué tuvo que matarlo? Fue un accidente, pero no dejaba de ser su culpa.
Sin motivo, Tails murió sin motivo y había Sido su culpa. La empresa que lo contrato ni siquiera había pedido matarlo, solo que destruyera su trabajo. Pero incluso le enviaron más dinero al día siguiente con la noticia de la muerte.
Quería hablar con alguien de eso, quería hablar con él de eso, quería pedir perdón de rodillas y posiblemente se veía patético, no importaba si el azulado le gritaba, lo pateaba o lo golpeaba, él aceptaría todo aquello porque era su culpa.
¿Cómo terminó así? Solo estaba intentando despejar su mente debajo de aquel roble viejo donde solía dormir de vez en cuando y de pronto simplemente se encontraba dentro del taller destrozando los inventos del zorro.
Cuando vio la noticia recordó haber llorado, pero no porque le importara el zorro. "Sonic me odiara" fue lo primero que pensó.
Y estaba seguro que Amy lo sabía, lo sabía todo. Pero no diría nada ¿por qué?
No soportaba más estar en ese estado, le confesaria todo al azul, desde sus sentimientos hasta que asesino a su mejor amigo sin razón alguna.
Estaba listo para todo, salió de su casa en camino a la del Azul, mientras armaba un discurso en su mente de cómo serían las cosas; al llegar tocó el timbre, pero nadie abrió, volvió a tocar.
Por un momento pensó que hubiera sido mejor tomar un baño para pensar mejor las cosas. Tal vez para ir al día siguiente porque definitivamente nadie le abriría la puerta a las una de la mañana.
Siguió sin recibir respuesta por un par de minutos, pensó que lo mejor sería volver mañana, pero estaba decidido a confesar ese día, no importaba si el erizo estaba durmiendo, tendría que escucharlo.
Mirando si había alguien alrededor, abrió la puerta de la casa y comenzó a buscar.
La sala era un desastre, tenía un olor a sucio que no podía describir, fue a la cocina, esta también estaba sucia, con una montaña de platos, tazas y ollas que lavar, ya no había nada más que revisar en el primer piso.
Sabía que el erizo tenía esos problemas desde antes, pero seguramente era su culpa que hubieran empeorado.
Comenzó a subir las escaleras, sintiendo disminuir por cada paso los olores del primer piso mientras aumentaban los oleres del segundo.
No eran olores muy fuertes, sentía un montón de ropa sucia entre otras cosas, siguió subiendo.
Olía a sangre.
Se congeló al sentir aquel aroma, quedándose en un pequeño trance mientras avanzaba cada vez más lento hasta detenerse casi a punto de llegar a los últimos escalones que daban al segundo piso.
De pronto comenzó a correr.
En cuanto abrió la puerta de la habitación principal sintió su mundo irse abajo, y aunque la luz no estaba prendida podía ver perfectamente aquella escena.
Sonic estaba boca abajo sobre la cama, tenía un cuchillo en la mano derecha que estaba cubierto de su sangre y en su brazo izquierdo tenía varias cortadas claramente profundas.
Sonic logró girar la cabeza con un poco de esfuerzo viendo a Shadow parado en el portal, observó con cuidado su rostro, aquella mirada preocupada era algo nuevo en él.
Le parecía lindo.
—Hola, Shadow. —dijo mientras sonreía para él. —Creo que me pasé de copas ¿me llevas al hospital?
Luego todo se volvió oscuro.
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Recuerden que cualquier error ortográfico me lo pueden hacer saber.
Lamento la demora.
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