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[Capítulo especial]

Estaba cansada de su mala suerte en el amor.

Había tenido otra cita fallida, con un macho terrible que no la dejaba hablar en lo absoluto y alardeaba de cuanto dinero tenía.

¿La cereza del pastel?

"De seguro te parezco mucho más interesante que ese tal Sonic ¿verdad, nena?"

¡Y UNA MIERDA!

No había comenzado a tener citas para que de pronto todos sus pretendientes tuvieran la necesidad de comparar sus existencias con la del erizo.

¿Qué era? ¿un trofeo?

Porque claro, de seguro era tentador decir.

"Sí, mi novia es la que apareció en la portada de x revista en el top 3 de féminas más lindas de esta ciudad ¿sabes que es lo mejor? Se la quite a Sonic el erizo.
Sip, ese mismo."

Literalmente.

Literalmente fue como la presentó su ex.

—Todo esto simplemente se acabaría si Sonic aceptará mis sentimientos. —dijo tirando sus tacos altos a la pared con enojo para luego echarse en la cama.

"tienes casi 30 Amy Rose" pensó hundiendo su rostro en la almohada. "Y eres un completo fracaso en el amor"

No podía evitarlo, ese era su destino, ya tenía que aceptarlo.

Su futuro era vivir sola con ochenta gatos que seguro tambien la rechazarían.

Futuro.

Se levantó repentinamente de la cama y fue corriendo a su armario, lo abrió y sacó una vieja caja de madera empolvada.

Dudo por un segundo si abrirla o no, se había juraro a sí misma que jamás volvería a usmear en su futuro, volvía las cosas aburridas.

Pero está era una emergencia, si señor.

Saber si sería una solterona por siempre o si tendría mejor suerte en el amor.

Dio un par de saltos cerrando los ojos con indecisión, finalmente abrió la caja bruscamente, ocasionando que estas salieran volando.

Pero jamás tocaron el suelo.

Sus ojos se pusieron blancos y una aura celeste comenzó a rodear su cuerpo y a las cartas, haciéndolas flotar; la rosada camino hasta su cama para poder estar más cómoda, hacer esto siempre la terminaba cansando. Se coloco en una clásica pose de meditación y las cartas comenzaron a giran sentido horario alrededor suyo.

En su futuro no había nada bueno relacionado al amor...

Esto la cansaría aun más pero...quería ver el futuro de Sonic.

Entonces ahí si parecía que había algo...

Con...

Oh...eso no lo esperaba...

Siguió usmeando en su vida, pensó que tardaría un buen rato, pero...

En solo cinco segundos ya no había nada.

Las cartas dejaron de estar rodeadas de aquella aura celeste y comenzaron a caer al suelo, sus ojos volvieron a la normalidad, sólo que con una mirada perdida.

¿Qué acababa de pasar?

Sintió su pecho hundirse y sus ojos ponerse cristalinos, y antes de que pudiera notarlo ya se encontraba llorando.

—Ah... —no podía hablar. —Ah...

Se arrastró por la cama hasta llegar a su cartera, de donde sacó su teléfono y instintivamente comenzó a buscar el número de Sonic.

Lo llamó sin pensarlo dos veces.

—Hola, Amy. —no tardó mucho en contestar.

—Ho-hola ¿Como estas?

¿Qué estaba haciendo? No sé podía cambiar el futuro.

Mucho menos podía decirle a Sonic que no había nada en su futuro.

—Yo estoy bien ¿Qué tal tú? Te escucho un poco extraña.

—Ah...sí. Es que tuve otra cita...fue horrible. —mintió.

—Oh... ¿Tanto así? ¿Tengo que golpear a alguien? ¿Por qué lloras?

—No...dejalo así, estaré bien.

Colgó al sentir como su llanto aumentaba, no sabía que hacer, le habían enseñado que era imposible cambiar el futuro, que no importara cuantas cosas intentará siempre terminaría igual.

No...

No lo permitiría.

Si se esforzaba un poco más podría ver más detalladamente el futuro de su amigo y poder evitarlo a toda costa.

Sí, eso es lo que haría.

Comenzó a levantar sus cartas, volviendo a la posición de meditación y empezó a tener una mejor visión de lo que pasaría en el futuro del cobalto.

Veía perdida, tristeza, entre otras cosas

No era suficiente, necesitaba saber que era exactamente lo que ocasionaba esas cosas.

Pero no pudo.

De pronto sintió su cabeza siendo apretada causándole un enorme dolor que le impedía concentrarse y poder ver más detalladamente el futuro.

Fue corriendo en busca de un botiquín para encontrar algo para su dolor, rápidamente encontró una tableta de pastillas para el dolor de cabeza, se tomó tres sin pensarlo.

Volvió corriendo a su cuarto y otra vez empezó con el ritual.

No había tenido éxito.

Suspiro derrotada, sentía todo su cuerpo cansado y podía sentir como comenzaba a sudar, intentó moverse para ir a la cocina pero no pudo, cayó rendida a su cama.

Probablemente no podría volver a usar sus poderes hasta dentro de dos semanas.

Su cuerpo terminó por rendirse y ella cerró los ojos para dormir.

A la mañana siguiente lo primero que vio al prender la televisión fueron las noticias, en absolutamente todos los canales locales pasaban las mismas.

El taller de su famoso amigo Tails había explotado, el zorro había muerto.


Lo primero que vio al entrar a su taller a las cinco de la mañana fueron sus inventos destrozados, alguien o varios habían entrado a destruir sus experimentos.

No era la primera ves que sucedía, por alguna razón algunas empresas lo veían como una amenaza a sus ventas y enviaban de vez en cuando a alguien a destruir su taller.

No le sorprendería si algún día lo mandaban a matar.

Aunque sería malo que se metieran con alguien de su talla, literalmente no existía persona en todo el país que no lo conociera, sus experimentos habían logrado salvar de distintas catástrofes a varias ciudades, los ciudanos normales lo amaban.

Tampoco sería tan buena idea hacer desaparecer al zorro.

Literalmente su mejor amigo era el héroe más famoso.

Y mencionando al cobalto, justamente le había enviado un mensaje de que estaba en camino, agradeció eso, no podría sacar las cosas rotas el solo.

Puso sobre la mesa un invento en el que estaba trabajando, por suerte estaba bien oculto y no pudieron destruirlo.

Aquel pequeño invento sería capas de terminar con los recibos de luz de muchas familias pobres.

Aunque estaba siendo complicado, estaba seguro de que no había tenido invento con tantas fallas como este, siempre terminaba explotando, pero no se daría por vencido.

—¡Ah! —grito cuando este volvió a explotar, había sido lo suficientemente fuerte como para tirarlo al suelo. —Mierda.

Incluso sus guantes se habían roto.

Se sobresalto cuando la pequeña cosa comenzó a tirar humo, podría causar una reacción en cadena, rápidamente corrió a por el extintor.

Logró arreglar el problema.

Casi.

Desicidio tomar un pequeño descanso y salió a las puertas del taller, a lo lejos podía ver llegar a Sonic caminando.

A sus fosas nasales de pronto llegó un olor a quemado.

Se giro rápidamente y pudo observar como su pequeño experimento estaba de vuelta en llamas.

Mierda.

[DESPUES DEL CAPÍTULO IX]

Shadow no sabía que estaba pasando, su novio le había vendado los ojos y lo había abandonado en su habitación diciendo que esperara por él mientras se encargaba de algo.

No podía seguir ahí, la espera lo estaba irritando.

—¡Shadow ya está! —escucho al cobalto gritarle desde la planta baja, segundos después este estaba abriendo la puerta y lo empujaba hasta llegar al primer piso, entonces le quito la venda. —¡Taran!

Al frente suyo la mesa estaba cubierta con un mantel y decorada con dos velas, tenía dos platos frente a frente y habían pétalos en el suelo rodeando la mesa entera.

También las cortinas de la sala eran negras, lo que impedía el paso de la luz y daba un mejor ambiente a todo el entorno.

—¡Cena romántica! ¿Te gusta? —Sonic lo empujó hasta hacerlo sentar.

—¿Cena? Estamos de día...

—¡Desayuno romántico! ¿Te gusta?  Di "sí"—Shadow negó con la cabeza mientras reía por lo bajo, su pareja era cosa de otro mundo.

La decoración era maravillosa, el desayuno no.

Eran literalmente dos panes con huevo y un café para cada uno.

Había matado completamente el ambiente.

—Preguntame que tengo planeado para hoy. —el azabache movió las orejas confundido. —Dale, no seas tímido.

—¿Qué tienes planeado...para hoy?

Sonic comenzó a comer para ocultar su sonrisa, Shadow igualmente comenzó a comer.

—Primero iremos al parque, estaremos ahí un par de horas, luego iremos al cine a eso como las 3 de la tarde, veremos dos películas.

Quién hablaba guardo silencio, su receptor lo miró esperando que continuará, pero este parecía no querer hasta que él dijera algo en específico.

—¿Y luego? —preguntó dándole un sorbo a su café.

—Luego tendremos sexo.

Shadow escupió su bebida.

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Chao.

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