O1
JiMin despertó más temprano que de costumbre al no sentir la presencia de su hermano junto a él. Miro de reojo el despertador y recién eran las 4:30 de la mañana.
Se levantó desganado y se dirigió al cuarto del peli gris a comprobar que éste estaba allí, tropezando ligeramente ante el oscuro pasillo. Y sí, logró verlo despierto junto a su cama, pero miraba disimulado y atento por la ventana.
No le costó mucho adivinar que estaba espiando al nuevo vecino pero, ¿por qué carajos ese niño se levantaba tan temprano si las clases iniciaban a las 7 y la escuela quedaba a 15 minutos?
Frunció el ceño ante el pensamiento de que no era nadie para influir en las decisiones de Jungkook y él podía hacer de su vida lo que quisiera, así estuviese alistándose a las 2 de la mañana, no era de gran importancia. Él no sería quién estuviese durmiéndose en clases a causa de ello.
Por qué sí, resulta que con el nuevo cambio de hogar, también tenía que acudir a una nueva escuela y para fortuna de TaeHyung, sería el mismo instituto al que el par de hermanos iba a estudiar.
— ¡Hey! ¿Qué haces? — Dijo aún adormilado haciendo sobresaltar a TaeHyung.
—Yo-yo quise alistarme temprano, ya sabes... se puede hacer tarde.
— ¿Ese sujeto realmente te ha dejado hechizado no? — Sonrío ligeramente. — Vuelve a dormir ¿quieres? Lo veras de cualquier forma en el colegio.
Soltó un largo suspiro aliviado y asintió regresando a su cama, la silueta del castaño había desaparecido de la habitación de enfrente y sintiéndose un poco decepcionado cerró sus ojos.
JiMin regresó a su habitación, tirándose en la cama mirando el techo mientras pensaba que realmente necesitaba ayudar a su hermano.
Tal vez no sería mala idea hablar con JungKook a través de mensajes, pues si intentara topárselo entre clases para poder hablar con él directamente podría causar graves problemas. Pues sí de algo tenía miedo era de los malos entendidos, TaeHyung sin duda era una persona demasiado celosa y que cuando actuaba bajo los efectos de ello, no aceptaba explicaciones de nadie y podía volverse muy hiriente.
No supo en qué momento se quedó dormido al escuchar la alarma entre sueños. Abrió sus ojos con cierta pesadez y la apagó de un golpe.
Arrastró sus pies hasta el baño para abrir el grifo y tomar una larga ducha intentando relajarse. Si había algo que le molestaba el primer día de clases era que normalmente, los maestros se dignaban a no aparecer y hacían perder el tiempo a los alumnos levantándose temprano.
Fue a dónde dejo durmiendo al peli gris para desayunar juntos, pero al abrir la puerta, su cama estaba perfectamente tendida y no veía rastro de que estuviese bañándose igual.
Bajó las escaleras buscándolo por doquier y por lo visto no había nadie en casa más que él mismo.
Ciertamente se preocupó, pero prefirió desayunar antes, pues según él, con el estómago vacío no se podían hacer bien las cosas.
En cuanto terminó, escucho un par de risas en el jardín, pero especialmente aquella risa tan particular de TaeHyung. Tomó sus pertenencias y salió de casa, visualizando a su hermano y a JungKook platicando alegremente, sentados en la entrada de la casa del menor.
Infló sus mejillas procurando no sonreír ante aquella imagen tan melosa. Pensó en esperar a su hermano para no interrumpir pero sin darse cuenta ya estaba caminando lentamente hacia ellos.
— ¡Hyung, buenos días! — Musitó el castañito mostrando una gran sonrisa.
—Hola... veo que se levantaron algo temprano... ¿TaeHyung? Me preocupé demasiado por ti.
— ¿Ya comiste algo? — Dijo el peli gris sonriendo inocentemente viendo como su hermano guardaba silencio mientras mordía su labio con nerviosismo. — ¿Viste? Si estuvieses realmente preocupado, me habrías buscado antes. — Su semblante se volvió triste
— ¡Bien! Déjalo así, perdón por ser tan malo
Lo rodeó fuertemente con sus brazos y Jungkook sólo podía ver con diversión la pequeña discusión que habían tenido, estaba bastante sorprendido por la facilidad que tenían para arreglarse en cuestión de segundos, pensando que si él no hubiese sido hijo único, lo más seguro es que por una pelea, habría dejado de hablarle a su familiar por meses. Si así actuaba con uno de sus primos más cercanos, que podía esperarse de un hermano.
La voz suave del rubio lo sacó de sus pensamientos y tomó su mano que le extendía para levantarse de donde se encontraba sentado, estremeciéndose un poco ante la acción.
El tercio caminó hasta el instituto sin guardar un poco de silencio. La gente que pasaba junto a ellos los miraba cómo si fuesen una clase de bichos raros, pero solo era una amistad de esas que realmente se disfrutan.
— Uhm... Minnie ¿podría pedirte un favor? — TaeHyung habló bajito. — ¿Le enseñarías el colegio a Jungkookie? Necesito terminar una tarea y creí que tú podrías...
— Ya, puedes confiar en mí. — Palmeó su hombro y lo vio despedirse rápidamente del menor para salir corriendo a donde quiera que fuese
En cuanto se quedaron solos, extrañamente el ambiente pudo sentirse más tranquilo que hace unos minutos y JiMin se quedó estático mirando a la nada, pensando principalmente en cómo indagaría sobre la orientación sexual de JungKook.
— Oye hyung. — Dijo picando suavemente su brazo por cuarta vez sin recibir respuesta. — ¡PARK! — Gritó fuertemente obteniendo una mirada totalmente confundida
— Lo siento ¿sí? Últimamente me distraigo mucho pero ven, acompáñame.
Hizo el recorrido lo más claro y rápido posible para poder pedirle por lo menos su número de celular antes de volver a clases.
Estaba consciente de que quería hacer avanzar la relación de él y TaeHyung pero en su mente estaba desesperado por poder hablar más fluidamente con él, más sin embargo no podía, y no sabía exactamente el por qué.
Faltaba poco para que el timbre sonara y al último lugar que pudo dirigirlo fue al salón donde tomaría clases. Al menos ya sabía dónde encontrarlo cuando fuera necesario.
El castañito se despidió estrechando sus manos y al dar un paso para alejarse, sintió como el rubio sostuvo su brazo firmemente pero sin llegar a lastimarlo. Lo miró con cierta confusión cuando notó que JiMin comenzó a temblar apenas notable y sólo pudo acercarse a él para abrazarlo con demasiada empatía. Sin darse cuenta, el mayor estaba correspondiéndole el abrazo también.
— ¿Qué fue eso? — Dijo sonrojado separándose de JungKook.
— Pensé que lo necesitabas, parecía que estabas a punto de llorar.
Soltó una carcajada y negó con la cabeza. — No Jungkookie, sólo quería pedirte tu número telefónico pero me sentí nervioso.
— ¿Es por qué soy guapo ah?
— Sin duda. — Cubrió su boca con una de sus manitos al darse cuenta que lo que había dicho hizo sonreír apenado al chico. — No, no quise decir eso, yo... sólo, ah ¿podrías...?
Asintió sacando una pluma junto a una hoja de su mochila para anotar el número en ella. Le entregó la nota y entró a su salón, mirando como el rubio la miraba con cierta felicidad.
Al escuchar el sonido de la campana, JiMin bajó corriendo las escaleras por si acaso, pero su esfuerzo fue en vano, después de media hora ya se encontraba en las gradas de la cancha principal porque a su "lindo" profesor se le ocurrió faltar, lamentándose un poco porque no llevaba abrigo y el viento comenzaba a hacer de las suyas. Tampoco quería volver a aquel salón, pues estaba vacío y el frío no era menos que afuera.
Decidió enviarle un mensaje a su hermano para ver si estaba disponible, pero la mala suerte lo perseguía siempre; tenía clase.
Bufó un tanto cansado y de inmediato recordó que ahora tenía un nuevo amigo. "Tal vez él pueda hacerme compañía" pensó.
Número desconocido
Hola Jungkookie, soy JiMin ¿tienes clases?
Jungkookie:
¡Hola! Uh, no. ¿Por qué?
Se ha cambiado el nombre
de contacto a "JiMin"
JiMin
¿Podrías venir a la cancha principal? Estoy sólo y aburrido :(
Jungkookie
Claro.
Te veo en 5.
Inconscientemente, una sonrisa se curvó en su rostro y esperó pacientemente a que el castaño apareciera.
Cuando lo miró a lo lejos se levantó y agitó su manito en el aire para que éste pudiese verlo. El frío cesó. Tomaron asiento y ambos mantenían un raro silencio que no incomodaba a ninguno, a pesar de no decir ni una sola palabra, la compañía era grata en demasía.
Muy de repente reían al estar presenciando a escasos metros, una terrible pelea de novios, de esas dónde siempre el chico luchaba por tener la razón pero la chica siempre ganaba de cualquier modo.
No sabían cómo, pero ahora el par había apostado por quién ganaría aquella disputa.
El rubio estaba casi seguro de que la chica terminaría por pedir disculpas y JungKook por su parte, arriesgaba su dinero del día por qué el sujeto terminaría de rodillas.
Y sí, el castañito se ganó una comida en casa de los Park.
— ¿Cómo supiste que él... — Dijo aún sin poder creer que había perdido
— Experiencia propia.
— ¿Tienes novia Jungkookie? — Dijo mirando al suelo desanimado sin darse cuenta.
— Tenía... pero ella era tan problemática e irritante como aquella... — Respiró hondo. — Pero no la terminé por esas razones
— ¿Entonces? — Pregunto el chismoso con deseos de indagar más.
— No me gustan las chicas ¿sabes?
— ¡Wow! Eso, eso es....
— ¿Horrible? ¿Enfermo? ¿Asqueroso? — Dijo inexpresivo suponiendo que esas serían las palabras del mayor que lo miraba con asombro.
— ¡No! Sólo es... wow
— ¿Wow? — Arqueó una ceja.
— Es decir, no lo imaginaba ¿sabes? Y me causa muchísima alegría que tan rápido tengas esa confianza conmigo... me siento especial.
— Lo eres hyung, el simple hecho de respetar mis preferencias te hace especial para mí. — Sonrío ligeramente y las mejillas de JiMin se tornaron en un tenue color rosa.
Quería descifrar por qué su cuerpo estaba reaccionando tan de esa manera ante las palabras del castañito pero le era difícil.
Tal vez sucedía porque nunca nadie en la vida le había dicho esas palabras con tanta honestidad y cariño. Tal vez solo era eso. De todas formas, nada cambiaba en su mente, la idea de que tenía que ayudar al peli gris seguía ahí y tenía que intentar de todo para lograr su objetivo y hacerlo feliz.
Quería escuchar de los labios de TaeHyung decirle que era el mejor hermano del mundo.
Por lo menos una vez.
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