Si bien Goku había escuchado atentamente a Vegeta,había también decidido hacer lo que minutos antes el príncipe sayajin le aconsejo en cuanto a su matrimonio.

¿Desde cuándo Vegeta es un consejero matrimonial?

Fue una pregunta difícil de responder, ya que el sayajin es algo frívolo pero no está tan vacío como los demás piensan.

Ahora me doy cuenta que Vegeta cambio muchas cosas por amor a Bulma, ¡Es tiempo de que yo también lo haga!

-Goku quiero hablar contigo -Se vio interrumpido en sus pensamientos cuando Milk llegó a la sala, ahora vestía su habitual pijama, su rostro mostraba seriedad, seguramente había tomado una decisión, solamente le rogaba a dios por qué fuese una buena.

-¿Que sucede Milk?- La miro atentamente a los ojos atezados en los que ella podía ponerle el universo a su disposición.

¡Pero si mira que soy un tonto! He buscado por tanto tiempo el universo en otros lados cuando siempre lo he tenido enfrente,es más hermoso que los 12 universos juntos.

-He pensado muy bien nuestra relación marital, y me he dado cuenta que ambos tenemos un poco de culpa que la torre que se construyó con esfuerzo ahora se nos este cayendo poco a poco- Está vez le regaló una sonrisa grácil.

-¿Y a qué conclusión has llegado? Por qué yo también he pensado muchas cosas, aunque quizá la culpa de todo la tenga mi inmadurez y yo-

-¿Solo quiero saber si te quedarás conmigo siempre?-

Goku pareció dudar esa pregunta,o quizá no allá respuesta para una pregunta cómo aquella. Si bien sabía que Milk tenía un carácter demasiado fuerte, siempre le regaña y lo golpea.
Todo el tiempo lo único que sale de su boca son gritos y reclamos.

Por qué por desgracia todo el tiempo son discusiones, ella le recalca su irresponsabilidad y la veces que solo piensa en el, mientras el responde con las veces que ella excede demasiado y eso sucede la mayor parte del tiempo. Nunca puede defenderse del todo por qué ella vuelve otra vez a la carga.

-¿Y entonces son?- su voz fue gèlida.

-¿Quedarme contigo? Mmm- lo pensó un poco más y por fin lo tenia. -Yo se que nada es fácil, y mucho menos lo será después de esto pero tendremos que esforzarnos todos los días, de verdad quiero mejorar nuestro matrimonio por qué en verdad te deseo, eres la única mujer que hace que pierda la cordura.

-¿De verdad? Quizá no es lo que le agrade oír a los demás por qué ...-

-¡Quieres dejar de pensar en los demás, incluso deja de pensar en lo que yo quiero. ¿Tu qué quieres?-

-Quiero ser feliz contigo, ahora de verdad lo necesito- le abrazo estrujando su cabeza contra el fornido pecho de su esposo.