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Te veía en la escuela, te veía en la tienda de alimentos, en el parque cuando iba a correr por las mañanas, incluso en mis sueños, ya estaba harto de que invadieras mi mente, ¿por qué debería seguir enamorado de tí si tú sólo me ilucionabas?... Siempre dudabas de mi amor, decías "¿Quién va a querer a un renacuajo como yo?", pensabas que no lo sabía... Pero la respuesta a esa incrédula pregunta era... Yo, él único idiota que podía amarte era yo, y él único que no podía sacarte de su cabeza era yo...¡Maldita sea!... Era yo.

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