Desgracia
NARRA MILO:
Me siento incomodo con esta ropa, es algo... corta, me veo de nuevo al espejo, el corto jeans azul, y la blusa blanca y los zapatos negros con un poco de plataforma que traigo puesto no me queda mal pero, me siento raro, ¿rara? No puedo creer que aun en esta situación, pueda encontrar algo chistoso...
Milo: soy un tonto sin remedio... - suspire un poco alegre
Xxxx: seria tonta
Me di la vuelta para ver de quien provenía esa voz, no era de Saori, así que esa maldita también está aquí
Milo: eris... - dije
Eris: te vez... hermosa, tentadora para muchos, escorpión
Milo: ¡je! Vaya pensé que nunca aparecerías de nuevo... diosa maldita
Eris: en serio que no tienes respeto alguno hacia los dioses... bueno será mejor empezar – me lanza un tipo de saco, es largo, oh más bien... ¿pero para qué? – póntelo, saldremos... pobre de ti... que intentes algo – dijo y desapareció
El saco es negro, me lo pongo, más bien me queda hasta un poco más debajo de las rodillas, ¿adónde tiene planeado llevarme? Alguien aparece, es esa bruja
Saori: baya te vez... bien – dijo sonriendo, esta vestida con un vestido rojo un poco más arriba de las rodillas, zapatos con tacón de punta negros, su cabello recogido en un moño, esta maquillada, en serio que su escote me da repugnancia, yo solo la veía con frialdad – ven, vamos, si intentas escapar, será peor lo que te pasara
Aparezco en la sala de una mansión, este lugar lo reconozco, es la mansión Kido, así que aquí se ocultaba
Eris: baya Athena, te vez hermosa – dijo apareciendo, ella llevaba un vestido negro con tacones de punta negros con plateado, su cabello caía como cascada ondulada, ella si se veía bien, no como la perra de Saori, pero aun no entiendo, ¿qué harán?, Eris se coloca un saco marrón y Saori un saco rojo, que de igual forma que el mío, llegaba más debajo de sus rodillas
Saori: bueno vámonos – dijo Saori y me agarro del brazo – camina – me ordeno
Apenas podía caminar, estos zapatos que llevaba me eran incomodos, me subieron a un auto y empezó el viaje, las calles de Tokio son hermosas pero no sabía a donde me llevaban, las luces comenzaron a desaparecer, llegamos a una carretera fuera de la ciudad creo, no conozco del todo este lugar, Eris estaba sentada en frente mío, Saori estaba adelante junto con el conductor, eris no dejaba de verme con una cara que me repugnaba
Eris: si fuera hombre, juro que ya te había violado – no le respondí, me daba asco en serio... sonrió y rápidamente me agarro del mentón y me hizo verla – no sabes lo que te espera, querida – dijo bajando su mano hasta en medio de mis piernas, me dio asco ello y la empuje, me dio una cachetada – será peor para ti, quería divertirme y darte piedad pero, si así lo quieres – dijo sin dejar de mirarme con es cara de perversión... dios mío ¿Qué tienen planeado? Camus por favor ayúdame no entiendo por qué, pero no puedo comunicarme vía cosmos – sé que intentas algo, pero te será imposible, tu cosmos fue arrebatado – dijo sonriendo y poniendo su mano en mi rodilla – no podrás hacer nada – dijo subiendo poco a poco mi pierna, de nuevo la aleje – bueno... - dijo y vio por la ventana, vi que ya estábamos por una pequeña ciudad, creo, entramos por un callejón algo obscuro hasta que paramos frente a una casa grande, estaba algo iluminada por fuera, eris bajo del auto, y junto con Saori me bajaron a mí por la fuerza, ambas me agarraron del brazo, cuando entramos, me quede mudo...
Milo: pero... ¿Qué...? – no podía creer en qué lugar estaba... esto es...
Saori: ¿encantado querido? Si es verdad, soy una cualquiera, Eris me enseño después de todo, te encantara, de seguro en unos días, olvidaras a Camus
Al decir eso apreté el puño, me sabe de un movimiento rápido de ambas y corrí hasta salir, pero el chofer de Saori me agarro de la cintura
Milo: ¡suéltame! – exclame tratando de zafarme, maldita sea si tuviera mi cosmos
Saori y eris salieron unos segundos después, Saori se me acerco y me jalo del cabello hasta acercarme a ella
Saori: te advertí que si tratabas de escapar, sería peor para ti – susurro y me dio escalofríos, ¿a qué se refiere?
Eris: sé que tú no te divertiste al convertirte en uno de mis guerreros, si quieres... - dijo al chofer, entonces este es, un guerrero de Eris
Xxxx: está bien – dijo – a su orden señora mía
Saori: y pensar que fue uno de mis caballeros
Eris. Recuerda que revivo a los muertos ¿no es cierto, maya de sagitario?
¿Maya? ¿Es un caballero? No puedo creerlo
Saori. Bueno... has lo que quieras con ella – dijo entonces sentí un jaloneo
Milo: ¡suéltame! – trate de zafarme pero el con facilidad me llevaba, dios mío por favor, mi cosmos no responde, llegamos a un pasillo lleno de puertas... dios mío...
Milo: ¡ayuda! – grite con todas mis fuerzas, pero este tipo me tapo la boca, puse mis manos en su mano que me tapaba la boca, lo arañe pero nada, entramos por una puerta, era una habitación, me tiro hacia la cama que había allí, trate de levantarme pero sentía pesado mi cuerpo, escuche la puerta cerrar con cerrojo, logre levantarme, trate de escapar pero este tipo me agarro de las muñecas y de nuevo me tiro a la cama, se puso a ahorcadas encima de mi
Milo: ¡suéltame! – trate de soltarme pero me dio una cachetada
Maya: será mejor que te tranquilices zorra... ya que lo disfrutaras – lo vi quitarse el saco negro que tenía puesto, o dios mío, trate de zafarme pero no podía, comenzó a besarme el cuello, me causaba asco ello.
Milo: ¡aléjate! ¡Suéltame! – Comencé a derramar lágrimas - ¡suéltame por favor! – grite con todas mis fuerzas pero mi voz... no fue escuchada
NARRACIO NORMAL:
SANTUARIO:
Camus y Aioria se encontraban buscando a Milo, estaban desesperados
Camus: ¡milo! ¡Milo! ¿¡Milo donde estas!? – gritaba a todo pulmón, estaba desesperado
Aioria: ¡Milo! – Grito Escucharon pasos y se pusieron en posición de ataque - ¿Quién esta ahí?
En eso, siguieron lo que eran los pasos y llegaron a un rio
Camus: es por aquí... donde Shura encontró el dije... - pensó
Aioria: ¡mira! – apunto a un lugar, corrieron hasta ahí y encontraron a alguien
Camus: ¡milo! – Rápidamente se acercó y lo levanto - ¡milo reacciona! – estaba inconsciente, entonces, el mencionado poco a poco comenzó a abrir los ojos
Milo: Camus... - susurro
Camus: milo...
Milo: Camus – dijo y lo abrazo – tuve miedo – dijo
Camus: ya estoy aquí... no te dejare ir nuevamente
Aioria quien veía todo solo se quedó callado, Milo lo vio entonces se separó de Camus rápidamente y abrazo a Aioria
Milo: Aioria – dijo
Aioria sonrojado, correspondió al abrazo
Aioria: me alegra... que este bien – dijo y Camus comenzó a enfadarse, pero milo, sus ojos cambiaron un color negro profundo que vio de reojo a Camus
Milo: todo ese yendo de acuerdo al plan - pensó
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