11.
LIBROS.
¡Sabe demasiado! ¡Sabe demasiado! ¡Debe irse! ¡Debe desaparecer!
Miré mi reloj, faltaba poco para las dos de la tarde.
—Félix, tengo algo que hacer, ahorita...
—Es mar ¿cierto? —me interrumpió. Lo miré de vuelta.
—¿C-como sabes? —no tenía sentido mentirle diciendo que no sabía de lo que hablaba.
—Te vi, tomaste un papel que había en tu plato y lo leíste, Mar no te quitó la vista de encima hasta que leíste el papel —se encogió de hombros —Si quieres ir sola-
—No —le dije —Ven conmigo.
Sé que ella dijo que sólo yo, pero Félix estaba conmigo en esto..
—Bien, entonces vamos con Mar —asintió.
Fuimos de regreso a la Cafetería. Mi amigo estuvo callado todo el camino, sin decir nada más.
Yo, por mi parte, ahora tenía que pensar en que haría con la reciente información. Al parecer después de todo, la señora Luci si tenía algo de razón.
Cuando llegamos, Mar me estaba esperando.
—Creí que no llegarías —dijo cuando nos acercamos a ella, su vista se fijó en Félix, luego me miró a mí —¿Estas segura de que quieres incluirlo en esto?
—Sí, Félix esta conmigo en esto.
Ella se encogió de hombros.
—Bien, es tu decisión, esperen aquí un minuto —sin decir más, se fue adenteo de la cafetería y regresó al rato con un viejo libro, ella me miró.
Durante un segundo no hizo nada, sólo cerró los ojos y pronunció unas palabras, las dijo tan bajo que no alcancé a entender lo qie había dicho.
Sentí que los párpados me pesaron, pero en cuestión de segundos, estaba bien de nuevo.
—Espero que funcione... —susurró —Bien, encontré esto en la biblioteca, estaba escondido detrás de todos los demás libros.
Me lo dio, lo tomé y lo abrí.
Las páginas estaban desgastadas y manchadad por el paso del tiempo, olían a libro viejo.
—Es un libro de las familias de este pueblo. Todas las familias.
Noté que iban por orden alfabético y de inmediato me fui a la letra "L"
—¿La familia de Luci está aquí? —le pregunté.
—Sí, al parecer ella y su esposo se criaron aquí.
La había encontrado.
Eran dos páginas de el árbol genealógico de la familia Lacevell.
Empezaba por los bisabuelos, quienes al aprecer fueron los primeros en vivir aquí.
Sus nombres estaban escritos con su letra y las fotografías de ellos se encontraban en mal estado, despintadas por los años. Ellos al parecer solo tuvieron un varón. Ése hombre se casó con una mujer, pero, sólo estaba escrito su nombre; no había fotografía.
Todos en esa familia, habían tenido sólo un hijo.
Fruncí el ceño.
Éste árbol genealógico estaba escrito de manera muy distinta.
De ellos dos nació una mujer.
—Es ella —dijo Mar, se acercó y apuntó con el dedo la figura femenina —Ella es la madre.
—Pero el nombre... —ahí estaba escrito "Amanda Lacevell" —¿Por qué se hace llamar Luci?
—No lo sé, pero no tiene caso preguntarle, no responderá —dijo Mar.
—Mira... La hija —señaló Félix en el papel.
Su dedo se fijó en la fotografía un poco gastada que estaba entre ambos padres.
Una niña, sonriendo mostrando una sonrisa desdentada.
—Esa niña...
—Pero, su nombre —le señalé.
Al parecer, ella no fue hija única de esa pareja, había otra imagen a lado de la niña, pero esa foto al igual que su nombre fueron borrados y colocado una cruz encima. En señal de que la niña había fallecido.
Y quién se supone es la asesina de este pueblo, la culpabale de la masacre de hace mas de quince años, no se llamaba Anne.
—No entiendo —ladeé la cabeza —Se supone que ella es su hija... Mar ¿Estos datos estan correctos?
—Lo están ¿Por qué? ¿Hay algún problema?
—Creo que hay un nombre mal escrito, aquí.
Miré con atención el nombre escrito. Estaba borroso, tenía una mancha oscura tapando una parte, por lo qie solo alcancé a ver una "M" y lo que sería la letra final, una "a"
—¿María? ¿Mariana? —pregunté para nadie en específico —No entiendo, aquí dice otra cosa.
—Tendremos que averiguarlo entonces —dijo Félix y terriblemente, no podía estar mas de acuerdo.
—Mar ¿Podemos quedarnos este libro, durante un tiempo?
—Claro, sólo cuando ya no lo necesiten, lo deben regresar a la biblioteca.
Asentí sin mirarla.
Había algo que no cuadraba. Era la familia, había algo en ella. Verifiqué una vez más.
Bisabuelos, abuelos, padres, la hija única.
Todos con un hijo, ya sea hombre o mujer pero... ¿Que relación tenía esto con mi familia?
Mi familia. Mi madre.
Mi madre no estaba aquí, yo no estaba aquí. ¿Dónde quedamos nosotros? ¡Llevábamos el apellido Lacevell! ¿Por qué no estábamos ahí?
Ah, comenzaba a dolerme la cabeza, cerré el libro.
—Gracias, Mar —le dije.
Sus ojos castaños me miraron con sorpresa y luego, me dio una sonrisa.
—Es todo lo que puedo darte. Por favor, sé que dije que te ayudaría, pero ya no puedo hacer más, lo siento —negó con la cabeza.
—Esta bien, me has ayudado mucho —la tomé con suavidad del brazo, dándole a entender que hizo mas que suficiente por ayudarme.
—Bien, ahora... Debo irme —asintió —Les deseo suerte, chicos.
La despedimos con la mano mientras ella se alejaba. En ese momento, sonó mi teléfono. Lo saqué de el bolsillo y miré la pantalla, era mi mamá.
—Ten, toma esto —le di el libro a Félix y contesté la llamada —¿Mamá?
—¡Oh, cariño! ¡Corazón! Lamento no haber contestado, dime ¿Pasó algo? ¿Está todo bien?
—Mamá, quiero preguntarte algo.
—Claro, cariño dime —de fondo escuchaba como lavaba los trastes, abría el grifo y dejaba correr el agua.
—Mamá ¿Por qué no me dijiste mada acerca de una asesina en la familia? —le solté, Félix me miró con sorpresa, sin creer que se lo dijera así.
—C-cariño, pero ¿Que dices? ¿De que asesina hablas, corazón? —noté su voz nerviosa.
—La señora Amanda Lacevell —le dije —¿Que hay de ella?
¡Crack!
Había roto un plato.
—¿Mamá? ¿Estás-?
—P-pero que cosas dices... Mónica no digas tonterías.
—Entonces dime ¿Que hay de la familia Lacevell? ¿De mis abuelos? ¿De mi padre? ¿Por qué estoy encontrando información de la familia aquí, en el pueblo?
—M-Mónica... Yo- No sé de que hablas.
—Si, sí sabes —insistí —¿Que me ocultas mamá? ¿O acaso no eres mi madre?
Hubo un largo silencio del otro lado de la línea, hasta que empecé a escuchar sollozos. Mi madre estaba llorando.
—¿Mami? —había pasado mucho tiempo desde la última vez que le había llamado de esa forma.
—Y-yo no quería que... No debías de-
Beep... Beep... Beep.
Se cortó la llamada.
Colgué y suspiré de frustración.
—No puede ser —me lamenté —Es increíble.
—¿Moni? ¿Que pasó?
—Ella... Estaba a punto de decirme algo y la llamada... No sé, se cortó.
—¿Quieres volver a intentar?
—No, la dejaré en paz durante... Durante un rato.
No le mencionaría que mi madre estaba llorando, por que para empezar ni si quiera yo entendía el motivo.
—Regresemos con Ada, debe estar esperándonos. Continuemos con esto mañana ¿si?
—Como quieras, no importa lo que eligas yo siempre te apoyaré ¿De acuerdo?
Lo miré una vez más. El dolor de cabeza aumentó, cerré los ojos durante un segundo y todo a mi alrededor se desvaneció.
-karimodelarosa.
Nos acercamos a la recta finaaaal
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