10.
CABOS SUELTOS.
No pude detener a Ada, ella se dio al vuelta y se alejó sin pensarlo dos veces.
—Félix...
—Ni lo digas, yo me quedo contigo. No te dejaré sola.
Bajé la mirada, consciente de que mi amigo, involuntariamente, me estaba prefiriendo a mí que a Ada.
—Gracias —le dije en un susurro.
—Esta bien... Ahora bien, ¿Que haremos primero?
Ésa era la cuestión.
En ese momento había un montón de cosas en mi cabeza como para pensar en algo más.
Tenía el asunto de mi... Mi desmayo. ¿Que rayos había sido eso? ¿Un sueño?
¿Alucinación? Tenía miedo de saber la respuesta y me convenía más olvidar ese episodio. Al igual que los demás y siempre funcionaba.
Por segundo, y no menos importante estaba el hecho de la muerte de la empleada del local de ropa. Desde luego que no fue un simple accidente, no. Aquello había sido planeado muy meticulosamente para que a la joven la consumieran las llamas a la vista de todos. A plena luz del día y sin que pudieran ver a algún sospechoso puesto que ella estaba sola en la tienda y nadie salió de el local.
Pero me temo que de ese incidente no conseguiría ninguna respuesta, me pareció mejor dejarselo a las autoridades.
Por ahora, miré a la señora Luci, ella se había sentado en la banca y estaba diciendo cosas incoherentes de nuevo.
—No estoy segura pero tengo el presentimiento de que esta mujer, es quién buscamos. Ella nos dará las respuestas que queremos —le dije a Félix, estaba segura en un setenta y cinco por ciento.
—¿Aunque no esté cuerda?
—Hay algo de verdad entre esa locura.
Me acerqué a la mujer y me arrodillé frente suyo, bueno algo así. Esta señora... Sentí pena por ella.
—Señora Luci —le hablé con voz suave, levantó la vista —Necesitamos hablar con usted, por favor.
—No deben saber, no deben saber —repitió, luego miró a Félix —Te he visto. No estás aquí por ella —dijo.
Fruncí las cejas y le di una mala mirada a la señora. Claramente no sabía lo que decía.
Pero lo vi, yo lo vi ¡Claro que lo vi! Su piel perdió color y sus ojos se abrieron de la sorpresa, Luci había dado en el blanco.
—¿Que sabe usted de lo que sucedió aquí hace... Quince años? No necesito mencionar de que tema hablo —empecé.
—Quince años, quince años sin mi bebé —apretó las manos contra su pecho, con tristeza.
—Si, quince años ¿Que mas pasó hace quince años? ——intenté de nuevo.
La mujer levantó la cabeza y me miró a los ojos.
—No puedo —negó varias veces —No puedo, no puedo, no debo decirlo... Ella se enojará —Sacudió la cabeza mientras negaba —Y ella lo sabrá ¡Oh claro que sí! ¡Lo sabrá y terminaré como la muchacha con flores en su piel!
¿Con flores en su piel? ¿De que estaba hablando? Creo que no llegaríamos a ningún lado. Me puse de pie y tomé a Félix del brazo.
—Creo que es mejor si-
—Señora... ¿Se refiere a la joven de allá? —Félix señaló con la mirada hacia donde se encontraba le tumulto del gente rodeando el cuerpo de la mujer que acababa de fallecer.
Luci miró hacia donde mi amigo indicaba y yo aguardé a la espera de su respuesta.
—Ella sabía y por eso terminó en el fuego.
—¿Que era lo que sabía? —preguntó Félix.
La mujer lo miró y bajó la voz.
—Lo sabía todo. Ella reconoció el linaje y abrió la boca. Terminó maldita con solo decirlo —respondió en en susurro.
—¿Linaje? ¿Terminó maldita? ¿Se refería a al apellido La-?
—¡No! —la mujer le tapó la boca antes de que mi amigo terminars de hablar —No digas nunca mas esa palabra, está maldita en este pueblo. Terminarás maldito si hablas. Ella se dará cuenta ¡Lo sabrá incluso si no está presente!
—Esta bien, no lo diré —dijo mi amigo a través de la mano de la mujer.
—Anne te escuchará, ella lo sabrá. No lo hagas, no lo hagas —quitó sus manos de el rostro de mi amigo
—¿Así se llama su hija? —le preguntó Félix.
—Ella era una buena niña, ella jugaba con muñecas... Ella... Ella no es una asesina. Yo la ví, pero no era ella. Mi hija jamás lastimaría a nadie.
—¿Era o no, la asesina? —le pregunté sin rodeos. Necesitaba saber la respuesta.
Sin embargo, la mujer sólo me miró y no dijo nada, desvío la vista.
Relajé mi respiración. Esta mujer no hacía nada mas que decirnos las cosas escondidas. Hablando con metáforas y sin que pudieramos entenderle. Ahora tenía mas preguntas y no sabía como iba a responderlas.
Miré a la mujer, alcé la cabeza y bajé la vista hacia ella, dándole a entender que yo siempre estoy ahí. Que la estoy viendo, que sé lo que hace y escucho todo lo que dice. Que siempre estoy diez pasos por delante de ella.
—¡No! —ella me miró y sacudió la cabeza —¡No por favor!
De pronto estaba gritando pidiendo perdón. Su voz sonaba llena de desesperación y miedo.
—¡Lo suplico! ¡Piedad! ¡Piedad por tu madre! ¡Piedad por favor! ¡Piedad Anne! ¡No matarías a tu madre!
Retrocedí un paso ¿madre? ¿Su hija estaba aquí? Miré hacia todos lados, en busca de alguna persona que estuviera cerca de nosotros o que se viera al menos, sospechosa.
Pero no había nadie.
Todo el pueblo estaba junto a la recién fallecida.
Cuando giré la vista de nuevo a la mujer, logré ver una sombra.
Alguien se había escondido detrás de la pared del local mas cercano.
—Félix, espérame aquí —le dije y antes de que pudiera responder, salí corriendo.
Me dirigí hacia el local y cuando estuve ahí, comencé a buscar a la persona.
Estaba segura de haberla visto. Era una mujer, vi su cabello largo oscuro y tenía... Mas o menos mi estatura.
Y sin embargo, no había nadie. La calle se encontraba vacía.
¿Había sido mi imaginación? ¿O un reflejo de la luz?
Di un suspiro agotado y regresé con mi amigo. Antes de llegar con él, noté que estaba solo. La mujer se había ido.
—Hey ¿Y la mujer? ¿Donde está? —alcé las cejas.
—Se fue.
—¡¿Cómo?! —exclamé y con frustración, pasé las manos por mis cabellos —¿Cómo dejaste que pasara?
—Ella se fue por que dijo que ella la miró, que su hija al parecer, estaba molesta con ella.
—¡Pero no había nadie! ¡Te engañó, Félix! ¡Te mintió para poder irse corriendo! —le dije, un tanto molesta y otra desesperada.
La mujer se había ido, sin darme ninguna respuesta.
—Lo siento, Moni, no pude detenerla.
Lo miré, quería gritarle mas cosas, que por su culpa me había quedado sin testigos o personas que supieran de la masacre. Pero al verlo, cabizbajo y realmente apenado, no le dije nada.
Era mi mejor amigo, no podía enojarme con él.
—Esta bien —me resigné —No pasa nada, al rato encontraremos otra persona que nos diga lo que pasó.
Mi amigo asintió sin decir nada.
No podía reclamarle algo tan simple como eso, cuando ellos no habían preguntando acerca de todas las mentiras que llegué a decirles y que sin embargo, ellos no replicaron.
—Moni, creo que tengo algo de información — dijo de pronto Félix.
—¿Qué? —casi me lastimo el cuello de tan rápido que volteé a verlo.
—Luci tenía una familia, una hija, si mi intuición no me falla, se llamaba... —de su pantalón sacó su móvil y me mostró una sola palabra: Anne —Ése era el nombre de la persona que asesinó a todas esas personas hace quince años, la mujer dijo que no lo pronunciara en voz alta —me advirtió.
—¿Estás diciendo que...?
—Que su hija en efecto es la asesina, y que éste —sacudió su móvil —Era su nombre, al parecer... Eran la misma persona.
—Es.. Es imposible, era una niña —susurré con incredulidad, había hecho cuentas acerca de su edad y tendría quizás unos cinco o seis años.
—Hay que investigar cómo fue que asesinó a todas esas personas.
Los cabos sueltos comenzaron a atarse y tomar sentido.
-karimodelarosa.
¿Quieren que les narre -desde el punto de vista de la asesina- lo que pasó con las personas desaparecidas? I mean, puede ser algo... Intenso pero ¿quieren los capítulos? serán a lo mucho tres.
Ahora ¿Que piensan de la asesina? Ahora saben que es anne.
IG: karimodelarosa
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