07.

¿VERDAD O MENTIRA?

—Espera, espera ¿Fue una mujer quién asesinó a todas esas personas? —le pregunté sin comprender muy bien todavía.
—Les explicaré lo que sé, no es mucho en realidad... Si quieren saber mas pueden preguntarle a la mujer, ella sigue aquí —se encogió de hombros.
¿Esa mujer seguía con vida? De ser así espero poder encontrarla, pensé.
—La masacre sucedió hace quince años para empezar, yo tenía catorce cuando regresé aquí luego de vivir dos años con mi padre y cuando lo hice descubrí que mi madre y hermano habían muerto en una serie de asesinatos que ocurrieron en una noche -suspiró y continuó -Poco me importó quién lo había hecho, yo estaba devastada por su muerte. Con decirles que cuando llegó la policía, les fue difícil identificar a las personas, tuvieron que recurrir en algunos casos a registros dentales.
"Días después me encontré con una mujer, ella era joven y me contó lo que pudo antes de la locura la consumiera, pobre mujer.
Los policías no se explicaban como fue posible que todo un pueblo fuese asesinado y sin culpables. No encontraron a la asesina.
—Pero ¿Cómo supieron que fue una mujer? —le interrumpí.
—Fue la mujer, no dejaba de repetir "Fue ella, fue ella" claramente se refería a una mujer, pero cuando la llevaron a declarar estaba perdiendo ma cordura, entonces no validaron sus palabras —me respondió y sólo me dejó pensando más ¿Quizás deberíamos ir con esa mujer?
—¿Y no sospecharon de esa mujer?
—No. Había pruebas de que ella fue víctima, pero no encontraron nada que pudiera incriminarla.
"La policía tardó alrededor de medio año en terminar de limpiar el pueblo. Para entonces nadie deseaba vivir aquí... Luego los familiares de los fallecidos comenzaron a instalarse en el pueblo. Ellos crearon la Semana roja en conmemoración a todas las oersonas que fallecieron ese día. Colocan moños rojos para los que murieron en esa masacre y moños negros para quienes murieron por causas naturales.
Tragué saliva.
Esto no era para nada lo que pudiera imaginarme.
¿Registros dentales? ¿Tan mal quedaron las personas ese día?
—Bueno, lo de los moños tiene sentido, los vimos al llegar —dijo Félix antes de recostarse en el respaldo del sofá.
—Lo hacemos cada años desde entonces —Mar bebió del su jugo.
—Yo... —empecé —¿Sabes algo acerca del apellido Lacevell? —le pregunté.
Félix me miró y frunció las cejas.
—Pero ese es...
—No, no Félix —le corté de inmediato antes de que pudiera hablar, miré a Mar —¿Sabea algo?
Ella dejó ek vaso sobre la mesa de centro y se rascó la nuca, un acto de nerviosismo tal vez.
—Sí, si sé sobre eso —asintió —¿Pero como te enteraste de ese apellido?
—Ah... Una empleada, lo escuché de una empleada, ella y su compañera hablaban sobre esta semana —mentí.
Si le decía a Mar que ése era mi apellido, quizás ni querría decirme la verdad. Me mentiría o no simplemente no hablaría.
—Que raro, se supone que nadie habla sobre ese tema en el trabajo pero bueno —alzó ambas cejas como muestra de desconcierto —Ése era el apellido de la mujer, la madre de la asesina —dijo.
Sentí como la sangre abandonaba mi rostro de manera lenta.
¿La mujer se apellidaba Lacevell? ¿Que parentesco tengo yo con ella? ¿Cómo se relaciona con mi familia?
No, hay muchas personas en este mundo cono para que estemos hablando sobre familia, pensé.
—De hecho, me parece raro que preguntes —dijo ella —Ya que aparte de que aquí casi no se habla de ese apellido, es muy poco común en las personas.
Yo ya no sabía que pensar.
Tenía que hablar con mi mamá sobre eso. Me levanté del sofá y dejé el vaso sobre la mesita.
—Lo siento, ya no puedl quedarme, debemos irnos —tragué saliva.
—¿Irnos? ¿Que pasó? —mi amigo frunció las cejas, dandome a entender que estaba confundido.
—Si, irnos. Ahora —le respondí a Félix y me giré hacia Mar—Lo siento mucho, gracias por tu ayuda.
Tomé a mi amigo de la muñeca y tiré de él fuera de el edificio.
Hasta que estuvimos un par de cuadras lejos, Félix habló.
—¿Moni estás bien? ¿Que pasó ahí dentro?
—Yo solo... —solté su muñeca y suspiré pesado —Debo hablar con mi mamá, me parece que hay algo que no me está diciendo —le respondí.
—¿Que quieres decir? —Félix se detuvo y yo también. Necesitaba pensar, había cosas en mi cabeza que no tenían sentido por si solas y si no aclaraba el asunto podría...
—¿No te parece extraño? Todo este tiempo le he preguntado a mi madre sobre mis tíos y tías ¿Y que me responde? ¡Que es hija única! —exclamé —Lo mismo sobre papá, dice que jamás lo conoció y por ende, tampoco su familia —rasqué mi frente con nerviosismo.
—Moni tal vez ella...
—¿Ella qué? ¿Tenía miedo de decirme que en la familia hay una asesina a sangre fría? ¿Era eso? —sacudí la cabeza a ambos lados, sin creer lo que pasaba.
Es que simplemente no podía ser verdad.
—No, Moni tranquila —tomó mis manos para evitar que siguiera haciéndome daño —Tranquila, ella tuvo sus razones.
—¿Sus razones? No —negué con la cabeza —No. Debe tener una explicación para esto.
Sin decir mas, me solté de sus manos y caminé hacia el hotel. Cuando llegamos eran casi las ocho, ya que no tomamos transporte de regreso.
Félix no me dijo nada cuando entró a su habitación, pero sentí su mirada sobre mí hasta cruzar la puerta.
...

Esto no podía quedarse así.
Esa señorita no iba a arruinar todo. La escuché. Escuché que estaba hablando de mí.
Esta vez no iba a hacer algo en la oscuridad, escondida de todos. Lo haría en un lugar visible, donde pudan ser testidos de quién fue y que sin embargo, no me reconozcan.

Mañana todos se darían cuenta de quién estaba aquí.

La semana roja había dado inicio.


-karimodemarosa.
Las dudas que faltan las voy a aclarar mas adelante.





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