"Malas ideas"
Sizhui miraba al chico recostado desvergonzadamente en su cama, sentía como un dolor de cabeza comenzaba a formarse y con la suerte que estaba teniendo ese día dudaba que fuera a ser uno ligero. Suspiró saliendo de su habitación para dejarse caer en el sillón de su sala, aún tenía bastante sueño pero no podía simplemente irse a dormir sabiendo que había un extraño terriblemente ebrio en su departamento, ¿y si se ahogaba en su propio vomito? ¿O si en realidad era un buen actor y le robaba en cuanto cerrara los ojos?
JingYi tenía razón, en ocasiones era demasiado buena persona.
Hace tan solo unos treinta minutos había estado durmiendo sin preocupación alguna, decidido a disfrutar que era sábado y podía despertarse tarde sin tener que preocuparse por su rutina universitaria, pero era como si el destino se burlara de él que incesantes toques en la puerta principal le habían hecho levantarse a las 4 de la mañana.
Aún en su cama el azabache se juró que si se trataba de nuevo de JingYi queriendo explicarle sus teorías sobre la serie de turno (no fue tan buena idea mudarse cerca de su mejor amigo), le cerraría la puerta en la cara y volvería a acurrucarse en sus cálidas mantas decidido a continuar su sueño en el que tenía una pequeña cafetería para conejos.
Pero al abrir la puerta se encontró con una sorpresa.
Para empezar no se trataba de JingYi, sino de un algo familiar castaño que consiguió que el sueño junto con el mal humor se desvaneciera de golpe.
Sus alturas eran distintas, el chico frente a él probablemente media casi diez centímetros más que él, pero en comparación el cuerpo contrario era bastante delgado. Su cintura era pequeña, hombros apenas un poco más anchos que su cadera y unas largas piernas bien torneadas, estas resaltando gracias a su jean negro bastante ajustado. Esto combinado con un cropped hoodie en tono malva, la parte inferior dejaba a la vista un plano vientre y, Sizhui sintió que perdía el aliento.
¿Aquello era un tatuaje?
Aunque una parte estaba cubierta por el pantalón, en la zona de la pelvis en su lado izquierdo se alcanzaban a apreciar unos pétalos de un tono rosado con una combinación de colores, había zonas amarillas, azules y moradas. Sizhui se sintió intrigado sobre cómo se vería completo.
—¿Hmm? Tú no eres Zizhen.
Alzó el rostro al escuchar la suave, pero también bastante ebria voz de aquel desconocido, causando que sus miradas se encontraran. Tenía unos hermosos ojos como castañas que le recorrían con la mirada sin ningún tipo de vergüenza. Aunque sería muy hipócrita de su parte quejarse siendo que había estado observando su cuerpo con demasiada atención, pero ahora que se fijaba en su rostro...Ese extraño era demasiado hermoso. Sus facciones eran delicadas y definidas, sus parpados tenían varios tonos rojizos con pequeños brillos desde la zona del lagrimal. Todo coronado con unos rosados labios con apariencia glossy que tentaban demasiado a ser besados.
Había estado tan hipnotizado con esos labios rosáceos que no notó cuando el extraño había dejado de examinarle para aferrarse a sus hombros y acercarse demasiado a él.
—Que suerte porque esto sería muy raro.
El castaño soltó una risa floja antes inclinarse para unir sus labios. Lan Sizhui sintió su cerebro freírse. Los labios ajenos eran bastante suaves y algo pegajosos por el gloss, estos tenían un ligero sabor a fresa pero el alcohol predominaba dándole pistas sobre en qué estado se encontraba el de ojos castaños, el azabache comenzó a preguntarse si es que podía llegar a emborracharse con tan solo aquellos besos.
No estaba seguro si era por el alcohol que saboreaba en los labios del desconocido, o si se trataban de sus hormonas hablando en el peor momento pero con el calor subiendo a sus mejillas y su corazón acelerándose sucumbió a su deseo. Correspondió al beso en un intento de seguir el ritmo del extraño quien parecía bastante emocionado a juzgar por como sus dientes atrapaban su labio inferior arrancándole un jadeo. Aquello pareció excitar al chico quien continúo dando juguetones mordisqueos mientras que él rodeaba con sus manos aquella pequeña cintura.
Pronto no existía una distancia entre ambos cuerpos, el castaño ya había agregado su lengua al beso y Sizhui le había dado el permiso de invadir su boca mientras que sus manos iban bajando lentamente con la intención de acariciar sus glúteos. Pero el que una rodilla se clavara entre sus piernas, frotándose descaradamente contra una zona demasiado sensible le hizo reaccionar al momento.
Lan Sizhui no era una inocente palomilla, a pesar de lo puritana que podía llegar a ser su familia había sido enseñado por sus padres que era importante disfrutar de la vida. No era extraño a los encuentros de una noche, aunque no fueran algo que hiciera regularmente. Pero por más ganas que tuviera en ese momento de comerse a besos el cuerpo del hombre frente a él, aprovecharse de una persona en estado de ebriedad era un gran no. No había excusas.
Sus manos pasaron de casi tocar lujuriosamente aquellas nalgas a posicionarse en los hombros del castaño alejándolo de golpe, en respuesta el castaño frunció el ceño y hacia un pequeño puchero solamente resaltando sus labios húmedos por los besos, incluso ante la repentina separación colgaba un pequeño hilo de saliva por la comisura de su boca.
—¡Lo siento! No podemos hacer esto. —Comenzó a disculparse esperando que el castaño no estuviera enojado. —¿A quién buscabas? Puedo ayudarte a encontrarlo para que descanses.
La expresión del extraño pasó de su adorable molestia a una de asco, su rostro en menos de cinco segundos se puso pálido antes de tener un tono verdoso. Sizhui se dio cuenta muy tarde del significado de aquellas expresiones, pronto el piso e incluso sus sandalias de casa estaban recibiendo el contenido del estómago del extraño. Había estado tan impactado que apenas y pudo estirar sus brazos para atrapar al castaño quien se había desmayado tras vomitar en el piso de la entrada y en sus pies.
Sizhui comenzó a preguntarse si eso era el karma por haber besado a aquel extraño en estado de ebriedad, el destino le estaba castigando por ser un aprovechado.
Tras quitarle los zapatos y limpiar un poco sus pies le llevó hasta su cama, sería inútil intentar llamar a alguien, le dejaría descansar para que continuara con su camino cuando despertara.
Lan Sizhui por primera vez en su vida experimento lo que era limpiar vomito de un extraño, era algo que en definitiva no deseaba repetir. Por lo menos eso había ayudado a calmar su acelerado corazón y la excitación que había nacido hace unos instantes.
Soltó un suspiro dejando de rememorar todo lo que había sucedido en ese pequeño lapso de treinta minutos. Prendió el televisor esperando encontrar algún programa que le ayudara a mantenerse despierto, pero apenas estaba comenzando una película de terror antigua cuando sintió sus parpados pesados, lentamente comenzó a acurrucarse en su sillón cubriéndose con una manta que siempre dejaba doblada en uno de los reposabrazos. Estaba planteándose la problemática de la desdichada familia que seguramente tenía problemas con un fantasma en su casa cuando finalmente cedió al sueño.
Abrió los ojos frunciendo el ceño ante la luz del sol que entraba por la ventana de su departamento. Se deshizo de la manta levantándose del sillón mientras que apagaba el televisor, no sabía en qué momento se había terminado la película de terror pero no estaba interesado en el noticiero sabatino, aunque si se fijó en la hora. Eran las nueve de la mañana.
Miró a su alrededor, todo estaba de la misma manera en que lo había dejado e incluso los zapatos del extraño seguían en la entrada de su casa. Por lo menos sabía que el extraño no era un ladrón. Caminó hasta su habitación para checar que el castaño siguiera vivo, sonrió al notar como dormía plácidamente en su cama con su cabello bastante revuelto por la fricción contra la almohada e incluso con un hilo de saliva cayendo por su mentón a la almohada. Ahora que entraba la luz del sol podía darse cuenta que no había sido engañado por sus ojos somnolientos durante la madrugada, aun con líneas negras bajo sus ojos de un delineado corrido, su rostro solo podía ser descrito como hermoso. Sizhui sentía que le conocía de algún lado, pero no podía descifrar de donde por más que lo intentaba.
Decidió dejar al castaño dormir mientras que él seguiría con su rutina usual. De sus cajones tomó algo de ropa para después entrar al baño para ducharse, durante la madrugada solo había limpiado sus pies (gracias a cierto accidente) y aunque solía comenzar su día con una sesión de ejercicio en ese momento prefería tomar una buena ducha que le ayudara a despertar del todo. Terminaba de ponerse su camiseta cuando escuchó el sonido como si algo hubiera caído de su cuarto, abrió la puerta del baño encontrándose con el castaño sentado en el piso entre un mar de sabanas y cobijas. El desconocido frotaba sus manos contra sus ojos causando que el color rojo de sus parpados se extendiera recordándole al maquillaje de los antiguos artistas de teatro.
—¿Estas bien? No sé cuánto bebiste, pero la cabeza debe estar matándote. —Habló en voz baja cuidando que su volumen no lastimara al chico. Se acercó para ayudarle a levantarse extendiéndole su mano.
El castaño le miraba con lo que parecía ser asombro, sus ojos se abrieron tanto que estaba seguro que dolía por la luz que entraba por la ventana de su habitación. Curioso notó como el rostro ajeno se coloreaba de rojo.
—¡¿La..Lan Sizhui?!
Se sorprendió que el castaño conociera su nombre, estaba tentado a interrogarle pero primero debía ayudarle a tratar su resaca. Sizhui vio el arrepentimiento por haber gritado en los ojos del desconocido, este hizo una mueca de dolor mientras que sostenía su cabeza.
—Espera aquí.
Caminó hasta la cocina sirviendo un gran vaso de agua y buscando en su cajón con pastillas una aspirina. Volvió agachándose a la altura del castaño para entregarle la pastilla y el vaso con agua.
—Bebe ambos. Te ayudara un poco.
Sonrió al ver como el extraño se metía la pastilla en la boca y le daba un muy largo trago a su vaso de agua hasta que se lo terminó. El castaño apoyó su cabeza contra el colchón, su rostro demostraba clara preocupación.
Tras unos minutos finalmente habló. —¿Cómo terminé aquí?
El azabache se sentó frente a él, no le sorprendió el que no recordara sobre cómo había llegado a su departamento, se notaba que había estado muy borracho.
—No estoy seguro de como llegaste hasta mi departamento, pero tocaste a las 4 de la mañana buscando a un tal Zizhen.
El chico pareció recordar algo, comenzó a buscar primero en los bolsillos de su pantalón antes de hacerlo entre el revoltijo de sabanas, de estas extrajo un celular que probablemente Sizhui habría sentido hace unas horas en el si sus manos hubieran llegado a acariciar cierta zona. Por la expresión en su rostro mientras que revisaba el aparato Sizhui podía imaginar que debía tener muchas explicaciones por dar.
Mientras que tecleaba le miró con una expresión de confusión.—¿Me...desmaye?
Asintió. —Después de que vomitaste en la entrada del departamento y en mis pies te desmayaste, te traje aquí para que descansaras.
Sizhui pudo ver como la vergüenza calaba en el extraño. Había pensado en no contarle aquel suceso tan penoso, pero había limpiado vomito de sus pies así que sentía que merecía aunque sea un poco de empatía por parte del castaño.
—Lo siento mucho, déjame compensarlo de alguna manera. —El castaño aun con su rostro rojo comenzó a disculparse, apretaba los ojos claramente padeciendo por la resaca dándole un aspecto lamentable causando que el corazón de Sizhui se sacudiera.
—No te preocupes, con que prometas que no volverás a beber de esa manera lo considerare una disculpa apropiada. —Tampoco sería malo con el pobre chico, además él también se sentía mal de haberse aprovechado de su estado para besarle.
—Prometo no tomar tanto de nuevo. —El castaño cerró los ojos nuevamente, aparentemente en un intento que aquel dolor desapareciera.
—Por cierto, ¿cómo me conoces? —Ahora que el extraño había tomado las pastillas solamente debían de esperar a que estas hicieran efecto. Finalmente podía saber de dónde le había visto.
El castaño le miró un momento antes de encogerse en hombros. —De la universidad. Una vez ayudaste a uno de mis profesores en su clase.
Sizhui recordaba haber ayudado a un profesor con quien había entablado una relación cordial, este enseñaba a los primeros grupos de medicina. Él había pasado caminando por el pasillo cerca de su aula cuando tuvo un problema con su computadora en una clase, con gusto le ayudo y el profesor no dudó en presentarlo ante todo el salón como uno de los alumnos más brillantes de su generación. Ya habían pasado seis meses desde eso, en su momento había muerto de vergüenza pero JingYi le había asegurado a que ninguno de los estudiantes de primer año le recordaría. Al parecer su amigo se había equivocado.
—¿El profesor Xue Zhengyong de bioquímica?
El extraño asintió.
Sizhui había estado demasiado ocupado ayudando a su profesor que no le había prestado demasiada atención a los alumnos, aunque tenía los vagos recuerdos de haber visto una cabellera así de larga.
—Pero, ¿solo vomité?
La pregunta del castaño le hizo salir de sus intentos de recordar la presencia del extraño en aquella clase. Cualquier otro pensamiento quedó en segundo plano que no fueran los posibles resultados de mentir y decirle que nada había pasado, o de contarle como es que se habían comido las bocas y estuvieron a nada de pasar a algo más.
—También nos besamos. —Lo dijo en un susurro, como si de esa manera el castaño no fuera a impactarse ante la noticia.
Al final había decidido ir por el camino de la verdad, preparándose para recibir todos los gritos y golpes que aquel estudiante de medicina pudiera tirarle. Espero tranquilamente con sus ojos cerrados, pero al pasar los minutos sin una respuesta volvió a abrirlos solo para encontrarse con el castaño mostrando nuevamente su rostro avergonzado pero de alguna manera esto era distinto a cuando se había enterado de lo que le había hecho limpiar. Su mirada era suave y parecía rehuir a verle a los ojos, mordía su labio inferior en señal de nerviosismo mientras que su quijada estaba tensa.
Sizhui sintió la repentina necesidad de acorralarle y volver a fundirse en un húmedo beso como el que habían compartido hace tan solo unas horas, volver a dejar que aquel extraño mordiera sus labios hasta el punto de dejarlos levemente hinchados por las atenciones.
Pero el timbre en la puerta de su departamento le hizo despertarse de sus ilusiones.
—Iré a ver quien es.
Se levantó sin mirarle, saliendo de la habitación para caminar hasta la puerta de entrada abriendo la puerta. Frente a él estaban dos personas; una era un chico de cortos cabellos oscuros con ojos del mismo tono, a su lado estaba una castaña con ojos blancos a quien conocía más que bien.
—A-Qing, debiste avisarme que vendrías. —Saludó a la chica.
La castaña le sonrió con algo de pena.—Buenos días Sizhui, lo siento pero vinimos a buscar a alguien.
A-Qing era una compañera y amiga de su generación, la castaña ese año se había inscrito como mentora para ayudar a los alumnos que recién entraban a la universidad con cualquier duda que tuvieran y les aconsejaba con que profesores tomar sus materias. Según se había enterado había forjado una buena relación con algunos de primer año al punto de ser amigos bastantes cercanos.
—¿A buscar a alguien? —Apenas estaba preguntando cuando notó al aún desconocido con el que se había besado hace unas horas en ese mismo lugar, este estaba parado a su lado poniéndose sus zapatos. —Oh, tú debes ser Zizhen. —Señaló al azabache.
—Sí lo soy. Sentimos mucho si te causó molestias, se supone que se quedaría a dormir en mi departamento pero se equivocó de número. —Zizhen se disculpó con una voz tranquila.
A-Qing sonreía al extraño.—Vaya, Jin Ling te ves horrible.
Este rodó los ojos y bufó antes de voltearse para verle. —Siento todo lo que sucedió, te recompensaré de alguna manera. —Prometió antes de comenzar a caminar para salir del departamento siendo seguido por el otro par quienes se despidieron con una sonrisa que a Sizhui le pareció algo extraña.
Sizhui ignoró el sentimiento de decepción en su interior mientras que Jin Ling se alejaba, no iba a pensar en eso.
Como era de esperarse, Sizhui pasó su sábado pensando en cómo le habría gustado charlar un poco más con Jin Ling. Aunque sus sueños del domingo le mostraron que no solo había querido que el castaño se quedara para charlar.
La semana comenzó y el tiempo parecía negarse a ayudarle a olvidar cada sensación; los suaves labios contra los suyos, lo pegajoso de aquel gloss que al estar limpiando aún había sentido el sabor a fresas. Lo agradable que había sido sostener aquella fina cintura, mientras que su cuerpo se presionaba contra aquel cuerpo al punto en que solo había bastado un movimiento para hacer que su excitación se desencadenara. Se encontró a si mismo buscando entre las multitudes de alumnos de la facultad de medicina a una cabellera castaña, pero sin éxito alguno. Solo alcanzaba a escuchar a algunos alumnos de los primeros semestres mencionar al castaño, incluso se atrevió a hacer vagas preguntas a A-Qing cuando se suponía que debían estar estudiando en la biblioteca para su examen. Para el jueves por la noche aceptó que tenía un problema tras haber resuelto la problemática erección que aparecía cada que su mente invocaba a aquel magnífico castaño con ojos encantadores y unas piernas que se sorprendía de ansiar morder, no podía olvidarse de los besos de Jin Ling, o mejor dicho, no podía olvidarse de todo Jin Ling. Aún quería resolver el misterio de aquel colorido tatuaje que adornaba su pelvis y si es que había mas que habían estado cubiertos por sus ropas.
El problema recaía en que no solo era un interés por su cuerpo, tenía curiosidad por conocerle como persona, si realmente tenía un comportamiento de una "Joven Amante" como había escuchado de los rumores, sus sueños, sus aficiones y qué le había hecho querer volverse un médico. Pero también quería saber cómo es que aún le recordaba si él había apoyado en aquella clase cuando el castaño estuvo en su segundo semestre y ya había pasado bastante tiempo. Sería fácil buscarle pero aún se sentía nervioso y culpable por sus actos, ¿y si el castaño recordaba cómo se habían besado pero solo lo había hecho por efecto del alcohol y la calentura? Decidió que lo mejor sería intentar olvidarse de Jin Ling y de aquel encuentro, por lo menos sería lo más sano para su mente.
El viernes en la noche recibió una visita inesperada.
Creyó que se trataría de JingYi, el azabache había comenzado una nueva serie llena de teorías así que ya se esperaba el tenerle en su departamento contándole sus conjeturas sobre cómo se desarrollaría la historia y qué parejas se volverían canon. Pero grande fue su sorpresa que al abrir la puerta se encontró con quien ultimadamente era el protagonista de sus sueños y pensamientos aunque intentara olvidarlo.
Jin Ling estaba parado frente a la puerta de su casa, vistiendo ropas más casuales. Una camiseta negra con un short del mismo color que, como debía ser, resaltaba sus largas piernas y le daba una buena vista de parte de sus muslos. Por encima una chamarra bomber en un tono tornasol metálico y combinado con su cabello recogido en una media coleta, no llevaba nada de maquillaje más que algo de gloss. En sus manos llevaba una bolsa blanca de papel.
El plan de Sizhui para olvidarse de Jin Ling acababa de ser desechado a la basura.
—Jin Ling, buenas noches. —Le saludó con una sonrisa intentando aparentar tranquilidad ignorando como su corazón latía con tanta fuerza y como su cabeza era todo un caos. No había esperado que el castaño fuera hasta su departamento.—¿Olvidaste algo la vez pasada?
—No es eso. Siento la repentina visita pero no tenía tu número. —El castaño explicó para alzar la bolsa de tamaño medio que llevaba en sus manos. Sizhui pensó en que Jin Ling pudo habérselo pedido a A-Qing, pero quizás al castaño le habría parecido algo extraño preguntar su número a otra persona. Aunque solo era una suposición basada en su propia experiencia.— Dije que te recompensaría por...mi desastre. —Terminó de decir lo último tras una pausa, Sizhui sonrió pensando en que seguramente no quería recordar su penoso accidente. Se hizo a un lado dejando que Jin Ling entrara a su casa.
—No tenías que compensarlo, en serio. —Cerró la puerta mientras que el castaño dejaba la bolsa en la mesa de centro, olvidó que había dejado el televisor prendido en una serie de elementos fantasiosos que estaba viendo.
—Lo sé, pero no me iba a sentir cómodo hasta que hiciera algo. —De la bolsa el castaño extrajo una caja mas pequeña que desprendía un delicioso aroma a calabaza y especias. —Espero que te gusten los pasteles de calabaza.
—Me gustan, pero creí que aún no era temporada. —Usualmente los pasteles de calabaza eran preparados en los tiempos de invierno, y aún faltaban algunas semanas para eso.
Las mejillas del castaño enrojecieron. —Aún no los venden, yo los prepare.
Saber aquello le dio mayor curiosidad, definitivamente debía de probar esos pasteles de calabaza que olían tan bien.
—Jin Ling, serviré algo de té para que los comamos juntos. —Caminó hasta su tetera calentando el agua.
—Pero los traje para ti, no quería causarte problemas.
Sizhui sonrió, durante esa semana había escuchado toda clase de habladurías sobre el estudiante de medicina. Lo principal era su carácter explosivo, pero quizás era porque el castaño no lo había mostrado pero a Sizhui le parecía una persona muy agradable y terriblemente adorable por como dejaba ver tan fácilmente lo que pensaba.
—No creo poder comerlos todos, come algunos conmigo. —Le pidió antes de servir dos tazas de té llevándolas a su mesa de centro.
Tomaron asiento en el piso comenzando a comer, en el momento en que Sizhui le dio el primer mordisco sintió que ese pequeño pastel tenía algo especial. Su sabor no se comparaba con ninguno que había comido antes.
—¡Están deliciosos! Jin Ling eres un gran cocinero.
Sus palabras parecían haber hecho feliz al castaño, este mostraba una sonrisa orgullosa mientras que le daba un sorbo a su té.
—Gracias. Mi madre me enseñó a hacerlas, así que es normal que estén tan deliciosas.
—Tu madre debe ser una buena cocinera.
—Lo es, es la mejor.
Por el tono suave en su voz y su sonrisa brillante se imagino que Jin Ling tenía una buena relación con la mujer. Verlo así de feliz le hacía recordar a cuando los cachorros eran elogiados por sus dueños, casi podía ver un par de orejas castañas salir de su cabeza moviéndose de un lado a otro.
—Jin Ling, gracias por traerme estos dulces, espero no estarte reteniendo si tenías alguna salida.
El castaño negó con la cabeza al momento. —No tenía nada que hacer.
Sizhui pensó que eso explicaba la sencillez de su atuendo esa noche, además que su rostro no tenía rastros de maquillaje.
—Esa serie también me gusta. Me parece muy interesante todos los planes que tiene el personaje principal para su venganza.
El azabache casi había olvidado que el televisor estaba encendido, por lo menos era una suerte que tenía otra cosa en común con Jin Ling y no tendría que desvainarse los sesos buscando temas de conversación. Comían los pasteles junto con el té mientras que veían la serie, comentando sobre esta pero también charlando sobre sus vidas como una manera de comenzar a conocerse. En un principio Sizhui había sentido cierta tensión en el ambiente mientras que Jin Ling había sacado los pasteles, pensó que era porque aún se sentía avergonzado o quizás recordaba lo que habían hecho pero por educación le había ido a visitar para disculparse. Pero conforme habían estado conversando ambos descubrieron que se sentían cómodos en la compañía del contrario, Sizhui estaba muy aliviado dado que creyó que las cosas se tornarían demasiado incomodas para el más alto aunque la última vez que se vieron este no había recordado nada sobre los besos y caricias candentes que habían compartido.
Los capítulos llegaron a su fin, y dado que la programación de ese horario no les llamaba la atención apagaron el electrónico para continuar con su plática aunque esta se volvía cada vez más personal.
—No sabía que Zizhen vivía en este edificio.
—Ni yo, apenas el día de la fiesta me entere. —El castaño le dio un sorbo a su té antes de mirarle. —Se ofreció que me quedara en su casa para que mi madre no me viera en ese estado, aunque juraría haber ido a la dirección correcta.
—Quizás Zizhen accidentalmente se equivocó de número.
A Sizhui le parecía algo poco probable, pero no dudaba que hubiera pasado alguna vez.
El castaño al parecer también lo encontró sospechoso que tomó su celular buscando los mensajes de la semana pasada con su amigo, este recientemente se había mudado por lo que aún no había conocido su casa.
—¡Mira! —En los mensajes podía leerse claramente como Zizhen le daba la dirección de Sizhui. —Sabía que aún borracho tenía una buena memoria para llegar a casa.
—Pero, ¿por qué te darían el número equivocado?
Jin Ling pareció pensarlo un instante antes de que su rostro reflejara distintas expresiones, primero realización, luego sorpresa, molestia y al final ira con algo de vergüenza.
—Esos dos idiotas. —Se quejó apoyando su mejilla en su mano.
Sizhui supuso que no encontraría una respuesta directa.—¿Lo hicieron a propósito?
El castaño asintió soltando un suspiro de cansancio. —Ellos sabían que yo...—Por un momento el chico se quedó en silencio, parecía pensar en su elección de palabras antes de finalmente contestar. Sizhui vio como respiró hondo y le miró a los ojos. —Que yo tenía un gran crush por ti.
Por un momento Sizhui se quedó en shock. Creyendo que quizás había escuchado mal, pero la mirada decidida en el castaño y el suave color rojo en sus mejillas le decían que no había escuchado mal.
Aquel chico que le había hechizado en un primer instante admitía tener sentimientos por él.
La habitación se mantuvo en silencio, Sizhui no sabía cómo contestar ¿el castaño creería que se burlaba de él si pedía el que le diera una oportunidad siendo que no tenían mucho de conocerse? Desvió la mirada pensando nuevamente en que posibles resultados podían tener sus acciones, no podía afirmarle a Jin Ling el sentir gran amor por él dado que no le conocía tanto pero tampoco quería rechazarlo. ¿Quién en su sano juicio lo haría?
Decidido volteó para verle, pensó en explicarle como se sentía pero al momento en que plomo y ocre se encontraron, fue como si ambos estuvieran siendo jalados por hilos invisibles. Sizhui había estado pensando demasiado en Jin Ling toda esa semana, anhelante de repetir la madrugada del sábado pero parecía que no era él único. Nuevamente Sizhui tenía el gusto de saborear aquellos labios que habían estado soñando, esta vez no tenían un saborcillo a azúcar y calabaza de los pasteles. A diferencia del primer beso este llevaba un ritmo tranquilo llegando a considerarse casto, su piel se erizó al momento en que las manos de Jin Ling subieron para acariciar su cabello deshaciendo la coleta que había estado usando dejando que este cayera sobre su espalda.
Jin Ling se separó un instante para verle, Sizhui no pudo evitar sentirse apenado de la mirada del castaño. No se trataba de una mirada lujuriosa, era una afectiva que causo su corazón saltar. Sus labios volvieron a encontrarse mientras que Sizhui decidía perder la timidez, una de sus manos tomó una de las manos del contrario para unirlas. Con su mano libre comenzó a recorrer su abdomen por encima de su camiseta con lentitud y delicadeza, sonriendo al notar como había tomado al menor desprevenido pero sus músculos pronto se habían relajado aceptando su toque.
Pronto el beso comenzó a profundizarse, dejando de ser algo aún puro, se estremeció al sentir la caliente lengua de Jin Ling adentrarse en su boca intentando adueñarse de esta. Comenzó una pequeña guerra entre sus lenguas ambicionando tomar el control del beso. Jadeó al momento en que sintió la juguetona lengua frotarse contra la suya haciéndole entrecerrar los ojos mientras que su pantalón cada vez estaba siendo más incómodo para él conforme su erección crecía. Como si el castaño supiera lo que estaba sufriendo, separó su mano de su agarre para dejarla encima de su muslo, con lentas caricias comenzaba a acercarse hasta su entrepierna hasta que aquella pálida mano finalmente había llegado a su meta comenzando a frotar sin ninguna vergüenza en círculos arrancándole unos cuantos gemidos. Jin Ling parecía bastante ansioso por continuar, y él no tenía problema en profundizar aún más la situación.
—Vamos a la habitación. —Tomó la mano que había terminado por despertar su lujuria. Ambos se levantaron del sillón caminando hasta la habitación.
Sizhui zonrió al ver al castaño deshacerse de su chaqueta y con un rápido movimiento quitarse sus calcetines antes de trepar a la cama quedando sentado en medio de esta. Parecía una presa esperando pacientemente por su final. Subió a su lado para retomar los besos que habían comenzado en la sala, con la misma intensidad mientras que las manos de ambos tocaban y frotaban los cuerpos ajenos. Comenzó a subir la camiseta de Jin Ling solo deshaciendo el beso para despojarlo de está dejando su blanco abdomen a la vista.
Sus ojos brillaron al finalmente poder ver aquella piel nívea, pero sobretodo encontrar que había estado en lo cierto al pensar que el castaño poseía mas tatuajes.
En su pecho, por encima de su corazón había una hermosa peonia blanca con pequeños detalles rosados, esta estaba rodeada por una serpiente de colores dorados. El tamaño era del mismo tamaño que la palma de su mano, y algunos pétalos llegaban hasta su clavícula. La serpiente más allá de parecer un peligro parecía proteger a aquella bella flor.
Al parecer se había quedado bastante tiempo observando que Jin Ling le miraba con una sonrisa divertida.
—¿Te gusta? —Preguntó con lujuria en su voz.
—Me encanta, es tan hermoso como tú.
Observó con deleite el tono rojizo adornando las mejillas del castaño, parecía que no había esperado aquella respuesta de su parte.
Quizás era el que esa era su milagrosa segunda oportunidad que no quería quedarse con nada dentro, quería que Jin Ling escuchara todo lo que pensaba sobre él y mostrarle que él también podía ser algo desvergonzado.
Se deshizo de su propia camiseta riendo al escuchar un pequeño sonidito de gusto por parte del menor. Antes de volver a besarle aprecio como Jin Ling relamía sus labios mientras que sus manos iban a su pantalón para comenzar a desabrocharlo. Una vez que su pantalón y el short estuvieron desabrochados se fundieron en un abrazo, finalmente sus pieles tenían aquel contacto que tanto habían ansiado. Jin Ling estaba caliente, o quizás ambos lo estaban, no estaba del todo seguro.
No tardo en dejar los labios ajenos para centrar su atención en el cuello de Jin Ling, dejando primero un húmedo camino de besos hasta elegir un lugar bastante notorio para dar leves mordidas y succiones, asegurándose que le quedaría una marca. Sonrió entre el beso al escuchar los jadeos del más alto mientras que este se aferraba a su cuerpo dando caricias es sus omoplatos. Maravillado continuaba con su tarea marcando distintas zonas de aquel cuello, complaciéndose al escuchar los suaves suspiros placenteros que Jin Ling soltaba y como el castaño parecía volver a la acción ansiando despojarle de sus pantalones. Le ayudo a despojarse de los pantalones de ambos quedando únicamente en ropa interior, se había divertido quitando aquellos shorts dejándole ver un poco mas de aquel tatuaje de flores de loto en su pelvis pero aun sin estar completamente revelado. Volvió a su tarea de marcar el cuerpo del castaño como si fuera suyo. El azabache continuo devorando el cuello ajeno, bajando hasta uno de sus hombros para morder por encima del hueso de su clavícula que tanto le había tentado tras revelar el segundo tatuaje.
Llevó su mano hacia la entrepierna de Jin Ling, acariciando el bulto que cada vez se hacía más rígido. Sizhui relamió sus labios, y volvió a besar el cuerpo del castaño, esta vez su pecho. Con su mano libre comenzó a jugar alrededor del pezón derecho de Jin Ling, frotando alrededor de la aréola observando como el castaño parecía derretirse entre sus brazos por tantas atenciones. Movido por la curiosidad de ver qué tipo de expresiones haría al ser atormentado, tomó uno de sus pezones frotándolo con su yema superficialmente antes de bajar sus manos a su abdomen volviendo a subirlas asegurándose de continuar con la misma rutina mientras que su otra mano frotaba la erección completamente formada del castaño.
—No...no hagas eso. —Jin Ling le miraba con una expresión de placer, ansiando un toque directo.
Sonrió dándole el gusto al castaño para acercar su rostro a su pecho dando lamidas sobre aquel botón rosado, se deleitaba de sentir al castaño retorcerse de placer bajo su cuerpo. Chupaba y succionaba dándose el tiempo para atender a ambos pezones, mientras que con uno usaba su lengua con el otro usaba su mano para dar pellizcones. Esto siempre mirando las reacciones de Jin Ling, si es que al castaño le resultaba placenteros, si veía una pizca de dolor pararía en el momento.
—Sizhui...para eso, si sigues...
La orden del castaño le hizo sonreír, alejo su rostro de su pecho. El castaño no tenía que terminar aquella frase para saber lo que significaba, Jin Ling estaba bastante excitado y de seguir seguramente se habría corrido con tan solo las atenciones a su pecho. Estaba listo para continuar y bajar aquel bóxer que ya mostraba una mancha húmeda pero el castaño le empujó suavemente, haciéndole recostarse en la cama mientras que este se posicionaba entre sus piernas. Aquello le tomó por sorpresa y en su rostro buscó saber que haría, Jin Ling tenía sus cabellos desordenados y no solo su rostro sino que todo su cuerpo estaba rojo. Desde sus labios hinchados por los besos hasta su cuello lleno de marcas de propiedad, ni hablaría sobre los pezones que hasta hace unos momentos había estado complaciendo con dedicación.
—Yo también quiero hacerte sentir bien, Sizhui. —Murmuró con la voz ronca, resultado de sus incesantes gemidos. Dicho eso procedió a inclinarse acercando su rostro a su entrepierna aun cubierta por su bóxer.
—A-Ling...—Murmuró, tratando de ocultar la emoción en su voz mientras que el castaño humedecía su ropa interior con la lengua, pasando ésta con lujuria sobre su glande y descendiendo de nuevo por el falo.
La respiración de Sizhui comenzó a ser más pesada y sus ojos se entrecerraron. Soltó un suspiro cuando su pene quedó expuesto y Jin Ling llevó de nuevo la lengua desde su falo hasta su glande, no sin antes soltar una sonrisa lasciva que Sizhui había decidido que le encantaban. Las manos del castaño se habían sumado a complacerle masajeando lentamente sus testículos, como si estuviera amasando algo sumamente frágil.
Sizhui soltaba bufidos y suspiros pesados, y entre ratos acariciaba los suaves cabellos castaños de Jin Ling, incitándole a continuar. La lengua de este era realmente placentera en conjunto de su mano que estimulaba sus testículos. Terminaría volviéndose loco.
Notaba como el castaño disfrutaba de hacerle aquella felación, no por nada se había detenido antes de aumentar el ritmo solo para admirar el estado en el que estaba antes de sonreír con coquetería depositando un beso en la punta de su falo. Sizhui por un segundo sintió que podía correrse con solo ver esa cara llena de orgullo por tenerle en tal estado de éxtasis. Jin Ling comenzó a meter su miembro en su boca, dictando un ritmo, moviendo su cabeza de arriba a abajo chupando y dando algunas lamidas con su lengua hasta meterlo por completo en su boca. Sizhui estremeciéndose le hacía saber lo bien que se sentía con los jadeos y palabras ahogadas salían de sus húmedos labios que relamía entre ratos, incapaz de contener la placentera sensación de su miembro dentro de la mojada cavidad del otro.
Jin Ling siendo incitado por sus sonidos aumentaba el ritmo de sus movimientos y sus succiones. Gimió al sentir todo su miembro siendo devorado por la boca ajena. Podía sentir cómo la garganta del castaño se contraía y apretaba su pene. Sizhui temía venirse en su boca sin previo aviso, y realmente no sabía si era correcto, pero por las lascivas miradas que el castaño le daba, pudo saber que eso era precisamente lo que él deseaba.
—A-Ling. —Jadeó, tensando los músculos de sus piernas mientras cerraba con fuerza sus ojos, jalando un poco los lacios cabellos oscuros. Era demasiado, las húmeda boca tragando todo el falo, su lengua lubricando cada lugar y la penetrante mirada de aquel chico que le tenía obsesionado que le incendiaba por dentro. No tardó demasiado en culminar en un orgasmo, eyaculando dentro de la cavidad de Jin Ling. Pero, a pesar de ello, su libido no bajó del todo, y sabía que debía compensar al menor por hacerle sentir tan bien.
Admiró con deleite como el castaño tragaba su semilla golosamente, residuos de semen se habían esparcido por las mejillas del menor, dándole un aire lascivo en conjunto a sus mejillas rojizas y la traviesa curvatura de sus labios.
—A-Ling, eres asombroso. —Sonrió acercándose al chico para besarle sin importarle si es que este aún tenía el sabor de su semen. —Ahora, deja que yo me encargue. —Pidió tras separarse del beso, dejo unos cuantos por sus hombros antes de cambiar de posiciones. Esta vez él era quien se encontraba entre las piernas del castaño. Sus manos subieron al borde de su bóxer comenzando a bajarlos, sonriendo al finalmente descubrir el resto del tatuaje conforme iba retirando lentamente la prenda interior. El tatuaje que le había tenido tanto tiempo con duda se trataba de varias flores de loto que parecían pequeñas explosiones de colores, la tinta morada, azul y rojiza manchaba la piel de Jin Ling. Se inclinó depositando besos en aquel tatuaje, aunque se encontraba tentado a morder la piel se detuvo pensando en que podía no ser del todo complaciente para Jin Ling. Volvió a su tarea de deshacerse de su bóxer. El castaño soltó un suspiro al momento en que su pene quedó expuesto, estaba hinchado con la punta húmeda gracias al líquido pre-seminal.
Terminó de deslizar aquella prenda alzando sus piernas para retirarla, sonriendo ante el tacto de la suave y cremosa piel. Finalmente teniéndole completamente desnudo podía admirar su cuerpo. Relamió sus labios al tener semejante vista. Su piel era completamente blanca, o lo había sido hasta que había atacado su cuerpo con sus besos y mordidas haciendo que tuviera manchas rojizas por su cuerpo.
—Eres tan hermoso, A-Ling. —Se inclinó sobre el para besarle mientras que sus manos se aferraban a los muslos ajenos ejerciendo cierta fuerza para separar las piernas de este de manera que su entrada quedara completamente al descubierto y fuera mas fácil la penetración.
Rompió el beso manteniendo una mano aun sosteniendo sus muslos mientras que la otra la llevaba a su boca, lubricando su dedo corazón y el anular con su propia saliva asegurándose que estos quedaran completamente empapados. Podía sentir la mirada de Jin Ling sobre él, el castaño mordía su labio inferior disfrutando el show que le estaba presentando.
—Sizhui, puedes meterlo sin prepararme. —Aunque su voz había intentado sonar calmada, Sizhui sabía que solo era el castaño pensando en cuanto necesitaba con desesperación el ser tocado. La idea le tentaba bastante, aunque deseara enormemente taladrar el interior de Jin Ling con fiereza, seguía preocupándole su bienestar y por ello tomaba sus precauciones antes de comenzar con el acto.
Se acercó a su oído murmurando en voz baja.—No me perdonaría si te lastimara, pero prometo hacerlo rápido.
Dicho eso hundió sus dedos en la entrada del castaño de una sola estocada, y sin permitirle descanso comenzó a moverlos, metiéndolos y sacándolos en embestidas rápidas pero poco profundas. La habitación se llenó de los dulces gemidos que emanaban de la boca del castaño, este se aferraba a su espalda entrecerrando los ojos cuando sus dedos estaban demasiado cerca de aquel punto tan placentero.
A pesar que el tiempo estaba a su favor ambos se encontraban ansiosos de unirse, era algo que Sizhui había deseado desde el sábado anterior, el sostener a aquel castaño mientras que se aseguraba de dejar huella en él.
—Sizhui, ya hazlo. —Pidió Jin Ling con los ojos llorosos.
La actitud impaciente de Jin Ling fue el detonante que le hizo retirar sus dedos de su interior y reemplazarlos por su miembro, que desde hacía varios minutos deseaba poder embestir al castaño.
Sizhui dirigió su pene al perfecto trasero de Jin Ling, comenzando a rozar la entrada aún sin meter nada dentro de ésta. Por su mente pasó la idea de tentar la paciencia del otro, pero su erección comenzaba a doler y había prometido que le haría sentir bien. Así que no tardó demasiado en penetrar el interior del menor en una rápida y avivada estocada arrancándole gemidos en el proceso. Sizhui soltó un alto gemido al sentir como su miembro entraba con facilidad en aquella cálida entrada y como las uñas del castaño se encajaban en su espalda, apoyó sus manos en las piernas de Jin Ling, manteniéndolas separadas y cerca del abdomen del mismo. No tardó demasiado para comenzar a moverse en un vaivén lento pero profundo, besando y mordiendo la piel de Jin Ling y soltando maldiciones en sosegados jadeos.
Jin Ling rasguñaba con fuerza su espalda cada que su miembro tocaba su próstata, Sizhui soltaba gruñidos y jadeos ante aquel placentero dolor. Jamás había imaginado que tendría ese tipo de gustos, el pensar en tener su espalda llena de arañazos del más alto le causaba una tremenda excitación pero aún así permaneció con el vaivén de sus embestidas lento y profundo, escuchando los gemidos de aquel hermoso chico.
Sizhui gruñía entre ratos al sentir la estrechez del interior de Jin Ling, que se comprimía cuando su pene lograba alcanzar su próstata. Sabía que no sería capaz de aguantar demasiado y es por ello que se arriesgó a aumentar la velocidad de sus embestidas, apretando su abdomen al sentir que podría correrse en cualquier momento. Y aunque le encantara sentir las paredes de Jin Ling envolviendo su pene y ocasionándole espasmos llenos de placer, Sizhui tenía un límite que fue traspasado al ver la expresión ardorosa del castaño. Sus estocadas se volvieron más bruscas, buscando frenéticamente el roce del falo con la próstata; y, en un momento de cordura, decidió llevar una de sus manos al pene de Jin Ling, masturbándolo con torpeza e incitándole a correrse, porque el no tardaría mucho en hacerlo también.
Se deleitaba ante la visión de Jin Ling retorciéndose de placer, ambos cuerpos calientes y con una perlada capa de sudor. Cabellos del fleco del castaño se pegaba a su frente oscureciéndose, sus mejillas y todo su rostro se tornaban rojizas. Pero sobretodo, adoraba ver el temblor de sus piernas y cómo le apretaba el miembro como señal de que se vendría pronto.
Sizhui siguió con embestidas profundas y rápidas, respirando con dificultad.
—A-Ling...—Repitió su nombre en jadeos que iban acrecentándose mientras que miraba los ojos ocres. Una oleada de placer recorrió cada parte de su cuerpo hasta terminar dentro de él. Con su última estocada había desencadenado el orgasmo en el castaño sonriendo ante los gemidos y su rostro lloroso. Sizhui permaneció jadeante, tratando de normalizar su respiración después del orgasmo previo, sintiendo también el impacto del semen de Jin Ling directo en su abdomen.
Sizhui permaneció un par de segundos inmóvil, dejando que la sensación del orgasmo disminuyera poco a poco. Al cabo de un rato sacó su pene de la cavidad de Jin Ling para recostarse a su lado, aunque estaba sucio por el sudor y el rastro del semen del menor, ambos se abrazaron quedando frente a frente.
El pecho del castaño subía y bajaba erráticamente, ambos estaban exhaustos tras aquella sesión de sexo. Comenzó a dar caricias en el cuerpo ajeno, frotando sus caderas como si de esa manera pudiera ayudarle a evitar el dolor que sentiría al día siguiente.
—Estarás cansado de escucharlo, pero eres hermoso A-Ling. —Sonrió acercándose para besar su frente.
El castaño correspondió a la sonrisa. —Lo sé, pero me gusta escucharlo de ti.
Sizhui rio, el chico en verdad era algo especial.
—Eso me recuerda que no te di una respuesta apropiada.
Jin Ling le miró con una ceja alzada antes de sonreír. —Créeme que con esto lo has dicho todo.
Sizhui sonrió volviendo a besar los labios de Jin Ling, decidido a que al día siguiente tendrían su primera cita.
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MDZS no me pertenece.
¡Feliz cumpleaños al sobrino de China!
Este OS esta basado en el prompt de una lista de Meet-Ugly"Te emborrachaste, llamaste a mi puerta a las 4 de la mañana, coqueteaste conmigo de forma desagradable y luego vomitaste en todos mis pies, ahora es el día siguiente, tienes resaca y aparentemente no tienes idea de por qué sigo mirándote"
Espero que les haya gustado este pequeño OS! Muchas gracias por leer y espero que estén todos bien.
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