3. El Verdadero Detalle

Bucky's P.O.V

El sudor corría por mi frente y espalda. Puños volaban sin descanso contra la bolsa de boxeo frente a mi. La cola que había hecho para quitarme el cabello de la cara ya empezaba a desbaratarse, y con ella, los músculos de mis hombros ya pulsaban con la familiar sensación de hormigueo caliente, señalándome que que ya casi llegaban a su límite.

Y realmente el suero de súper soldado hacia más fácil el trabajo, sin embargo, seis horas seguidas de entrenamiento diario podía hacer dudar a cualquiera.

Un par de golpes más y terminé. La toalla blanca que reposaba sobre uno de los banquillos del gimnasio recorrió todo mi rostro y torso, tomé un poco de agua y me quité la empapada camiseta, tirándola sobre mi hombro. Caminé hasta el ascensor y presioné el botón del piso principal.

Al abrirse las puertas, lo primero que veo es a mi novio flotando con las botas jet de su traje por toda la habitación, huyendo de...mi otro novio.

"¡Devuélvela ya, Tony!" Steve gritaba alzándose desde el suelo, mientras que el ya mencionado revoloteaba burlonamente desde arriba.

Porque honestamente, si no estuviese volando, no tuviese ventaja.

De todas formas, a lo que Steve se refería era a lo que reconocí como su libreta de bocetos, la cual estaba en manos de Tony, quien sin duda alguna la tenía para tratar de avergonzarlo.

"Con gusto te la doy, si logras alcanzarme, cariño." Tony guiñó en su dirección.

Ninguno aún era consciente de mi presencia.

"Cuando Bucky termine de entrenar, te juro que hará que bajes de ahí, y no te van a gustar las consecuencias." Amenazó el rubio, apuntándolo y con su mano en la cintura, la típica posición de regaño.

"Uuuuh, ¿y que harán? ¿Nalguearme hasta morir?" Preguntó con sarcasmo Tony.

Eso último me hizo reír, ahora llamando la atención de ambos hombres, quienes voltearon simultáneamente. Steve parecía aliviado mientras que Tony solo rodó los ojos con fastidio, sabía que su momento de diversión había acabado.

"¡Buck, gracias al cielo!" Steve trotó hasta mi con el ceño fruncido. "Tony no ha dejado de provocarme por la última hora y ninguna de mis llamadas de atención parecen hacerlo entrar en razón, estoy a punto de perder la cabeza."

Yo levanté una ceja y miré a Tony, quien nuevamente rodeó los ojos y esta vez bajó al suelo, sus botas automáticamente reduciéndose a una pulsera de tobillo.

"No tienes por qué hacer tanto drama, Capitán Buen Trasero." Dijo Tony con tono monótono. "Aquí está tú cosa, no tienes por qué acusarme con el mapache." Pasándole el cuaderno a Steve, aunque manteniendo contacto visual conmigo.

"Estás más irritable de lo usual, muñeca. ¿Todo en orden?" Pregunté, mientras le daba un beso en la frente. Tony suspiró.

"Todo está bien."

"¿Estás seguro, Tones? Realmente, esta mañana me resultó extraño que no tomaras el café con nosotros." Comentó Steve esta vez, su tono de preocupación acentuándose con una ligera inclinación de cabeza.

Tony lo miró. Esa mirada que hacía cada vez que encontraba algo lindo pero que no tenía los cojones para admitirlo.

"Estoy bien, cielo." Asintió. "No se preocupen, linduras. Todo está bajo control." Aseguró. Decía la verdad, lo vi en sus ojos.

"Bien." Me encogí de hombros. "Tomaré un baño ahora." Avise empezando a caminar hacia las escaleras.

"¿Es una invitación?" Me sorprendió escuchar de parte de Steve. Sonreí de lado y negué. "Aw." Hizo puchero.

"Sabes que ambos son más que bienvenidos a la hora del baño, pero será algo rápido porque verdaderamente muero de hambre." Hablé, subiendo. "Aunque puedes apuntarte para la ducha antes de dormir, rubio."

Escuche una pequeña risita de parte de Tony y sonreí.

Tomé una ducha y lavé mi cabello. Cuando salí, opté por tan solo ponerme unos pantalones de algodón. Salí del dormitorio y bajé las escaleras.

Esta vez, Tony estaba sentado encima de la isla de la cocina, mientras Steve estaba sentado en una de las sillas frente a él, al parecer charlaban sobre algo. Anthony al estar de frente a mi, me vio primero, soltando un silbido.

"Vaya vaya, esas horas de entrenamiento verdaderamente están surtiendo efecto." Vaciló. Steve soltó una carcajada y negó. "¿Tú de que te ríes? Mejor quítate la camiseta tú también y hazme más feliz." Sugirió, moviendo las cejas.

Fui yo quien rió en ese momento, para luego comentar. "Deberías ser tú quien se quite la camiseta, y hacernos felices a ambos."

Tony se sonrojó un poco y sonrió. "Touché."

Entré a la cocina y revisé el refrigerador. Habían muchas cosas, pero nada preparado.

"¿Alguno de ustedes piensa cocinar el día de hoy?" Pregunté, tomando una manzana.

"Tony y yo pensábamos que quizá te gustaría comer algo ligero aquí y más tarde salir a cenar." Dijo el rubio,echando más cerca una silla y señalándome para sentarme.

Fruncí el ceño. "¿No vas a pagar tú otra vez, verdad, muñeca?"

"No, Rogers no me deja." Bufó con un ligero gruñido.

Sonreí. "Bien."

Recosté mi cabeza del hombro de Steve y Tony aprovecho mi cercanía para recostar sus piernas en mi regazo. Uno de los brazos de Steve descansaba sobre el muslo de Tony dejándole oportunidad a este para que jugara con sus dedos.

"¿Alguna noticia importante en particular de hoy?" Pregunté, mirando hacia arriba, al rubio.

"Nada nuevo ha llegado por parte de los headquarters. No ha habido ningún llamado urgente como para que tengamos que intervenir. Solo delitos simples, la policía se ha encarado estos últimos días." Habló con calma, y se encogió de hombros.

"¿Maria aún no llama?" Pregunté un tanto ansioso. Se supone que ella movería las fichas para poder limpiar mi registro como civil.

"Nope." Habló Tony. "Pero la última vez que hablamos dijo que llamaría a final del mes para confirmar." Me aseguró con una sonrisa ladina. Ellos sabían lo importante para mi que era el asunto de intentar iniciar de cero.

"Bien." Suspiré. "Ahora, me preguntaba..." pausé y me enderecé en la silla. "¿Que dibujó Stevie esta vez."

Ante mis palabras, Tony carraspeó y sonrió mientras que Steve se ruborizó. Yo alcé ambas cejas con intriga.

"Demonios, ¿tan intenso es?" Reí. Tony aisintió ganándose un gruñido de parte de Steve.

"Esta vez la paleta se inspiró en los detalles." Murmuró.

"Hmm." Miré al rubio, quien evitó mi mirada a toda costa. "Quizá Stevie quiera mostrarnos más a fondo esos detalles."

Tony saltó al suelo. "De eso hablo, me gusta como piensas, Barnes." Tomó mi mano e hizo que me parase de la silla.

Steve tenía una expresión de irritabilidad - totalmente falsa, debo aclarar.- y se puso de pie.

"Vayan ustedes, yo iré a entrenar un poco." Tronó su cuello y estiró sus brazos.

Tony, quien se había trepado a mi torso, rodó los ojos en su dirección.

"¡Ay por Dios, amor!" Tiró su cabeza hacia atrás para hacer más dramática la expresión. Yo reí, sosteniéndole fuerte.

Steve lo miró molesto y con brazos cruzados. "No hay forma de que-"

Tony lo paró en medio de su frase con un beso. Yo miré extasiado. Me hacía feliz ver que se querían tanto. Steve se separó dudoso.

"Vamos, bonito." Insistió Tony. "Ayúdame aquí, grandote." Me miró a mi, esta vez besándome.

Y como yo sabía que a Steve le gustaba vernos, decidí poner un poco más interesante el asunto cuando mordí el labio inferior de Anthony y apreté su trasero, asegurándome de que nada pasara desapercibido.

Cuando miramos a al rubio, su rostro estaba rojo y sus ojos azules estaban un poco más opacos que de costumbre.

"¿Que dices, Stevie? Después de todo, tú sabes mejor que nosotros lo que dibujaste." Provoqué, jalando su rostro al mío y rozándo sus labios. Lamí su comisura y di un casto beso, que al parecer fue un detonante.

"¡Maldición!" Exclamó finalmente, dando fuertes pasos hacia las escaleras. Lo habíamos logrado.

"Creo que esto te dolerá más de lo que esperabas, muñeca." Le dije a Tony siguiendo a Steve, un poco menos rápido.

Él simplemente sonrió con malicia y trazó su dedo por mi barbilla.

"Siempre fue el plan."

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top