Holis ¿qué cuentan?
Espero que estén bien ❤️

Si no, pues aquí hay una cosita gay para que les alegre su día/tarde/noche/madrugada  :3

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Tony's P.O.V

"¡Muñeca!

Rodé los ojos. Levanté la máscara de soldar para poder hablar.

"¡Taller!"

Antes de volver a bajar la máscara de seguridad, tuve el ligero presentimiento de que sería inútil, puesto que si James quería algo, me tomaría tiempo.

Me la quité al igual que los guantes y suspiré cuando escuché el ligero zumbido de las puertas de cristal abriéndose.

"Milashka, ¿qué haces?" Preguntó, ojeando las cosas que tenía encima de la mesa metálica con curiosidad. Su brazo biónico rascaba su corta barba con naturalidad luego de que yo lo mejorara.

"Hacía" corregí. "Ya no importa, ¿qué sucede?"

Alzó una ceja y se acercó a mi, posicionado entre mis piernas y yo sentado en el banquillo, quedando casi a la misma altura. ¿Por qué carajos era tan grande? Su mano acariciaba mi cabello, y por más rústica que fuese, se sentía como terciopelo al tacto.

O creo que solo estoy muy enamorado.

"¿Tiene que suceder algo para que quiera tenerte cerca?" Rió con ironía, bajando sus caricias a mis hombros, ahora utilizando amabas manos.

Cerré los ojos, disfrutando del pequeño masaje.

"No lo sé. ¿La cafetera te volvió a gruñir? ¿Rompiste otra vez el lavabo? Déjame adivinar, ¿F.R.I.D.A.Y te volvió a ganar en damas chinas?" Sonreí, bromeando.

Abrí los ojos y su ceño estaba levemente fruncido, aunque había un atisbo de diversión en su cara. Miré su pelo y noté que su cola estaba bastante desaliñada, así que levanté los brazos, y empecé a rehacerla. Escuché como suspiraba ante el tacto y aproveché su momento de distracción para darle un pequeño y rápido beso.

"Listo."

"Oh no, nada de eso" negó y con firmeza, tomó mi barbilla, besándome con más empeño.

Solté un bochornoso ruidito de sorpresa que al parecer le hizo gracia ya que cuando por fin me dejó ir, tenía la sonrisa más imbécil plasmada en los labios.

"Yo solo quiero sentirte, muñeca."

El corazón de cualquiera se hubiese derretido ante esas palabras, y el mío no era la excepción.

"¿De qué libro sacaste eso, Barnes?"  Traté de que mi tono casual y sarcástico funcionara como distracción para que no se burlase de mis orejas calientes y probablemente, coloradas.

Tomó mi mano y la colocó en su pecho, en el centro, ligeramente a la izquierda. Podía sentir los latidos de su corazón en mi palma.

"De aquí." Aseguró con tono suave.

Lo que sea que mi cerebro hubiese querido soltar en ese momento, fue olvidado. Volví a la realidad cuando sentí otro efímero beso.

"También te amo, James." Logré decir sin trabarme.

"Y no tienes idea de lo feliz que soy por ello." Sonrió con todos los dientes, envolviéndome en un abrazo.

Respiré su aroma, hundiendo la cabeza en su pecho y aferrándome a su torso con lo brazos. Él acariciaba mi espalda y descansaba su barbilla sobre mi cabeza, dejando besitos.

Nos quedamos así por algunos cortos minutos hasta que volvió a hablar.

"¿Milashka?"

"Mhm"

"¿Sabes qué me hace también muy feliz?"

"¿Lencería?"

"S-sí..., pero hablo de otra cosa."

"...¿ajá?"

"Cuando programas a F.R.I.D.A.Y en modo principiante en las damas chinas."