11. Empieza A Brillar <>

Holis.

SI ALGUIEN DE USTEDES ALGUNA VEZ HA VISTO LA SERIE ANIMADA DE LOS JÓVENES TITANES, VA A CONOCER ÉSTA CANCIÓN. AAHHHHHHHH

PD; Ya vi Endgame. Estoy destrozada.

————————————

Te vi bailar
Desde la esquina, pude escuchar tu nombre, en una conversación...

Cuando Steve decidió ir a aquella fiesta, esperaba muy poco de ella. Desde el principio no tenía ganas de asistir, pero un pequeño empujón de parte de Sam ayudó a convencerle de que necesitaba relajarse y 'despejar la mente'.

Cuando luego de media hora de estar allí, junto a cuerpos sudando alcohol y música extremadamente alta, vió que había perdido a su amigo de vista, se dispuso a rondar fuera de la enorme casa. Aparentemente uno de los niños ricos de la universidad la había comprado exclusivamente para este tipo de fiestas.

Vaya inversión.

En su fallido intento por encontrar a Sam, Steve tomó un largo suspiro y se sentó en un banquillo que había en el patio trasero. Allí también había gente, pero muchísima menos, y la música no se escuchaba tanto. Había personas alrededor de la piscina, y le sorprendió ver un gran letrero que prohibía que se adentraran en ella.

Fiestero pero ordenado. Oh.

Revisó su teléfono. 11:37 PM. Y era Jueves. Hace tiempo que debía estar durmiendo. Y en realidad, no quería irse sin al menos avisarle antes a Sam.

Estúpido Sam, seguro ligando por ahí con alguna chica que solo está lo suficientemente borracha como para hacerle caso. Dió otro suspiro.

Subió la mirada y entre mirar los pequeños arbustos llenos de flores silvestres y mirar entre la gente a ver si por casualidad veía a quien buscaba, sus ojos chocaron con una pareja.

Oh bueno, había un chico tratando de ligar a otro chico, pero al parecer no se la ponía fácil.

"Oh vamos Tony, solo una cita."

Pudo escuchar a uno de los chicos hablar. Y este 'Tony' era...bueno, podía entender la insistencia del otro muchacho.

Es decir, el chico tenía una sonrisa encantadora, ojos marrones y grandes, su pelo parecía suave y los pantalones que traía hacían que sus caderas se vieran de muerte.

"Escucha Strange, que nos hayamos acostado una vez no quiere decir que me interesa salir contigo." Soltó Tony, y dió un trago de lo que sea que tenía en su vaso.

Haciéndote el difícil, y no puedo entender
Cuando te miro, veo la historia en tus ojos...

El castaño salió de allí luego de haber dicho eso, y a Steve le causó un poco de gracia la frustración que mostraba la cara del otro chico, Strange. ¿Ese era su nombre o su apellido? Sea como fuere, no estaba contento.

Siguió a Tony con la mirada hasta que su figura desapareció dentro de la casa. El rubio sintió la necesidad de seguir al chico, y así lo hizo. Por supuesto asegurándose de que el otro muchacho que acababa de ser rechazado no se diera cuenta de sus intenciones, porque bueno...su dignidad.

Entró y no le tomó mucho tiempo encontrar al chico. Estaba en la cocina, preparándose su propio trago.

"Hola" Steve soltó sin preámbulos. Tony le miró y sonrió ladinamente.

"¿Qué tal, dulzura?" Se recostó de la meseta. "¿Quieres un trago también?"

"¿Eh? No gracias." Steve miró el vaso rojo con desdén y sacudió la cabeza. "En realidad, te vi afuera y parecías un poco incómodo, así que me preguntaba si quisieras bailar un rato conmigo." Ofreció el rubio con la sonrisa más casual y con toda la confianza del mundo.

"Hmmm.." escuchó al castaño pensarlo. "De acuerdo."

Dio un largo trago y dejó el vaso allí mismo, tomó la mano de Steve y lo arrastró al centro.

"Espera, ¿y tú bebida? No-"

"Olvídala, no estaba buena de todos modos."  los no tan definidos brazos de Tony rodearon el cuello de Steve.

Éste por su parte, lo tomó por la cintura y ambos empezaron a moverse en sincronía al ritmo de la canción que sonaba. No era nada romántico y tampoco era muy movida. Más bien era una mezcla de alguna canción pegadiza de esas latinas que estaban en la radio últimamente.

"Entonces, ¿escuchaste lo que hablaba con el chico afuera?" Tony preguntó, pero no sonaba como un reproche, más bien le divertía.

"Seh, un poco, solo lo suficiente como para saber que te llamas Tony y que tomas muy en serio lo de solo una vez." Río.

"Bueno, ya sabes dos cosas de mi, pero yo no se ninguna de ti que no sea que eres un metiche." El tono burlón en la voz de Tony era el mismo. "Y que eres bastante ardiente."

Steve río y negó, acercando su cuerpo más al del castaño. "Bueno, me llamo Steve, mucho gusto." Sonrió.

En ese momento, la canción tomó un rumbo un poco más sensual y Tony aprovechó para cambiar su posición y pegar su espalda al pecho de su compañero de baile.

"Lindo nombre, hace juego con tu cara de niño bueno." Tony sonrió, mostrando su perfil, mirando hacia atrás.

"Hilarante." Fue lo único que dijo el rubio.

Cuando bailamos,
La noche empieza a brillar...


Tres o cuatro canciones más y ambos ya estaban algo incomodos con el constante roce de las demás personas alrededor.

"¿Quisieras salir afuera? Tengo un tremendo calor."

Steve no contestó, simplemente tomó la mano de Tony y ambos salieron de allí, nuevamente al área donde estaba la piscina.

El rubio, para su propia sorpresa, se encontró a sí mismo buscando alguna señal de aquel anterior chico con el que Tony hablaba media hora atrás. No estaba.

Se sentaron en el mismo banquillo de antes y Tony suspiró.

"Debería hacer menos de estas fiestas." Río.

"¿Cómo?"

"Tranquilo, no es que las dejaré de hacer, solo haré men-"

"No, no. Quiero decir, ¿tú eres el niño rico del que todos hablan?" Dijo el rubio sin realmente filtrar la información.

"Eh..¿me debo sentir ofendido o..." con una ceja arqueada, castaño trató de ocultar su risa.

"Mierda, no, espera— quiero decir, yo no— no creo que seas, es decir, eso es lo que dicen todos y yo no sabía quien era, yo—"

"Cálmate, dulzura, solo bromeo." Tony rió un poco y negó con la cabeza. "Eres adorable, Steve."

El rubio torció la boca y asintió.

"Soy yo en cuerpo y alma."

"Vaya...¿y vives aquí o solo es para fiestas?"

"¿Que te hace pensar que teniendo una casa voy a vivir en el campus?"

"Uh.."

"Eres listo, niño bonito."

"Gracias, supongo."

Steve vió como de su bolsillo, Tony sacaba una cajita metálica, tomó un cigarro de esos que Steve conocía y lo encendió. En silencio, luego de dar una calada, le pasó el largo y delgado tubito de papel al rubio, quien sin titubeos también fumó.

"Vaya, así que de bueno solo tienes la cara, ¿eh?" La sonrisita socarrona que tenía Tony a Steve se le hacía más que provocativa, súper tierna.

Steve se encogió de hombros. "Todos tenemos nuestro lado oscuro, supongo."

"El tuyo es fumar marihuana y tener piercings en los pezones o ¿soy solo yo?" Bromeó, tomando otra calada.

"No lo sé." La sonora risa de Steve sacó una en Tony. "No puedo creerlo."

"Créelo, aquí están."

Levantando su camiseta, sin ninguna vergüenza, el castaño mostró su pecho. Dos brillante y plateados piercings en cada una de sus tetillas.

"Ay por Dios..." Steve río más fuerte.

"¿Que puedo decir? Creí que se veían sexys cuando tenía 17."

"Oh, apuesto a que si."

Hablamos hasta el amanecer
Mi corazón se aceleraba
Te llevé a casa
Bajo la lluvia

"—Y pues Sam me convenció de venir."

"Gracias a Sam por eso."

Steve miró su reloj. Eran casi las tres de la mañana.

"¿Que pasa? Tienes toque de queda en casa, ¡oh no!"

A este punto, Steve no sabía si era el hecho de que todo lo que decía Tony tenía obligatoriamente que tener connotación sarcástica, o lo decía en serio pero ya el cannabis le estaba dando muy fuerte. Sea cual fuere la razón, ignoró el comentario y miró al chico.

Aspiró un aliento y sin pensarlo dos veces, robó un pequeño y corto beso de los labios de Tony, quien no parecía sorprendido ni un poco. Por el contrario, cuando estaban nuevamente separados, tomó la mano de Steve e hizo que ambos se levantaran.

"¿Tienes auto?"

"Moto."

"Bien."

"Espera, ¿y la gente?"

"Se van solos."

"¿Y el-"

"Equipo de limpieza."


Estaba de decidido,
Quería sentir tú tacto
Cuando te miro, veo la historia en tus ojos
Cuando bailamos...

Afortunadamente, cuando llegaron al dormitorio de Steve, no había señales de Sam.

En un abrir y cerrar de ojos, había ropa por todo el suelo. Respiraciones agitadas, suspiros, gruñidos, gemidos, besos y caricias.

Muy pocas cosas importaban para ambos en ese momento.

Steve solo sabía que se sentía cómo si su cuerpo estuviese en llamas. Tony jamás había sentido semejantes toques en su vida, definitivamente aquel rubio adonis tenía unos dedos mágicos, grandes y callosos, pero se sentían tan suaves cual terciopelo.

Revolcados en la cama, entre beso y beso, Steve tuvo la valentía de hablar.

"Supongo que estaré en el mismo equipo que, Strange." Bromeó, mientras mordisqueaba el cuello del más bajo.

"Mmmhh, puede..." con sus piernas, Tony aprisionó las caderas del rubio y murmuró en su oído. "A menos me hagas cambiar de opinión.."

Todo se fue al carajo en ese mismo instante.

Esa noche iba a ser la marca permanente para ambos, Steve se encargaría de que fuera así.

Alineándose, le otorgó una última declaración acompañada de una risa ronca.

"Ya veremos."








La noche empieza a brillar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top