1. Una Musa Para Mi

Holaaaaaaaa

Este el primer one shot, sacado directamente del cuaderno gigante súper gay. HipotalamodelAmor sabe de lo que hablo.

DISFRUTEN BELLEZAS❣️

*****

"¡Milagro!"

El pequeño castaño exclamó con exageración, haciendo reír al más alto. Steve salía del baño con una toalla en la cintura y otra secando su pelo.

"Que dramático eres, Stark." el rubio negó con una sonrisa. "La ducha es toda tuya." Con una mano hizo reverencia hacia la puerta.

"Por fin, Rogers." Tony tomó su propia toalla y entró.

"¡Disfruta el agua caliente, Shakespeare!" Se escuchó al contrario gritar desde afuera, lo que hizo que Tony rodara los ojos.

Eso y que sus mejillas se enrojecieran. La vista de hace poco hizo estragos en sus sentidos.

Quizá porque Steve era muy atractivo. Quizá haya sido su pelo húmedo y su sonrisa inocente. Quizá era simplemente el que utilizara el apellido de Tony y sonaba tan bien en sus labios. O quizá sea todo, porque Tony estaba perdidamente enamorado de su compañero de dormitorio. Malditos sentimientos. ¡Seguro que a Steve ni siquiera le gustan los niños!"

Sacudiendo toda la información de su cabeza, se deshizo de su ropa y se metió a bañar. El agua tibia aclararía sus ideas, seguro que si.

"Tony, date prisa, la clase de sociología empieza en 20 minutos."

Anthony bufó y asintió como si Steve lo pudiese ver. Se golpeo mentalmente por ello. "¡Ahora mismo salgo!"

Terminó de enjuagarse y salió de la ducha. Secó su cara y tomó la toalla, haciendo el nudo un poco rápido, aunque se mantuvo sosteniéndolo con una mano, salió del baño.

"¿Steve?" Miró hacia ambos lados. Se encogió de hombros y caminó hasta su lado del closet. "Quizá ya fue a clas-"

"¡BOO!"

Lo primero que pudo hacer fue tirar un puñetazo a quien fuese. El corazón de Tony latía demasiado rápido. Hasta que se dio cuenta de quien se trataba.

"Oh mierda, Steve..." Tony estaba nervioso y rojo de la vergüenza.

Rogers sostenía su mandíbula y reía. ¿Que diablos? ¿Acaso estaba loco?

"Demonios, Tony, eso fue un buen gancho derecho." Alabó, sobándose.

"Lo siento mucho, es que me asustaste y fu-fue lo primero que se me ocurrió hacer." Tony hablaba rápido y tartamudeaba.

"No hay problema, fue mi culpa, ya no impor..."

De un momento a otro, Steve dejó sus palabras en el aire, y eso dejó a Tony aún más preocupado. Steve estaba molesto, era lo único que se ocurría. Aunque de todos modos, decidió preguntar.

"¿Estás bien?"

Steve no respondió. Sus ojos se mantenían fijos en Tony. Eso causó que un escalofrío recorriera su cuerpo. No esperen...era un escalofrío real. Tony miró hacia abajo y en ese momento quería malditamente morirse.

En un rápido movimiento, recogió su toalla, y lo que quedó de su dignidad del suelo. Quería llorar de la vergüenza. De hecho, sus ojos se cristalizaron un poco.

"Y-yo..." trató de hablar.

Por su parte, Steve tomó su muñeca e hizo que la toalla volviese a caer al suelo.

"¡¿Qu-que haces?!" Tony estaba legítimamente derramando lágrimas de bochorno en ese momento.

"No llores Tony, por favor." Con su mano libre, Steve recogió los salados trazos de humedad en las mejillas del contrario. "Y no te tapes." Dijo mas bajito esta vez.

Tony estaba confundido, avergonzado y al mismo tiempo sobre extasiado con la cercanía del rubio. "¿C-como?"

"Tony, quiero que poses para mi." Dijo el mas alto sin más. "Quiero dibujarte, necesito que seas mi musa."

Tony no sabía que decir. En ese momento, recordó cuando Steve le hablaba sobre como para su tesis, tenía que tener una musa en la que se basara todo el trabajo. Era una de las evaluaciones finales para terminar su carrera como ilustrador, y al parecer estaba pasándola difícil ya que no encontraba a nadie "perfecto" para ello.

Al parecer ya si.

"Por favor, ¿que dices, Tony?" ambas manos de Steve ahora sostenían las del castaño sobre su pecho. Los grandes orbes azules martillando en la mirada café de su compañero.

"Yo..." Tony miró hacia abajo. "Okay, lo haré."

Steve sonrió asintió. "Genial."

Tony asintió y tomó la toalla, que se encontraba en el suelo nuevamente, y con intención de taparse la abrió para envolverla alrededor de su cintura. Steve una vez más se apoderó de ella y la lanzó del otro lado de la habitación.

Tony lo miró confundido y con el rostro encendido, se tapó con ambas manos.

"Dijiste que aceptabas posar." Steve reclamó.

"Lo se, pero, es para final del próximo semestre eso, ¿no?" Tony se defendió.

"Los dibujos, si." Steve asintió. Se acercó a Tony y posó sus manos en sus mejillas, inclinándose peligrosamente a su rostro. "Pero tengo que conocer a mi musa de todas las maneras posibles."

Anthony se sorprendió ante la repentina confianza. "¿Disculpa, de que hablas?" Su ceño se frunció, esperando que la respuesta del rubio tuviese algo de sentido, porque su corazoncito estaba a mil por hora, y no estaba dispuesto a morir de incertidumbre.

"¿Quieres salir conmigo, Tony?"

Bien. Moriría, por razones totalmente distintas.

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