08. Almohadones <>

Su historia homosexual de la semana a la orden 💞

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"- Y TU MALDITA ACTITUD ME TIENE HASTA LOS COJONES!"

"¿A SI? ¡PUES LA TUYA NO LE QUEDA MUY CORTA ¿SABES?"

Steve despertó casi exaltado. Miró el reloj. Faltaban quince para las 5 de la mañana. Gritos se escuchaban por todo el piso de la torre.

"¿POR QUE SIMPLEMENTE NO PUEDES ESCUCHAR POR UNA SOLA MALDITA VEZ EN TÚ VIDA Y DEJAR DE HACER LO QUE SE TE VENGA EN GANA, STARK?"

Ese era James.

"¿POR QUE DIABLOS DEBO HACER LO QUE TÚ QUIERAS? ¡NO ERES MI MADRE!"

Y ese, era Tony.

Bajó de la cama y caminó rápido hacia el sitio de donde se escuchaban los gritos, dígase, el taller.

"NO, PERO SOY TU ESTUPIDA PAREJA, Y COMO TAL DEBERÍAS ESCUCHAR LO QUE-

"¿Que rayos está sucediendo aquí?" Habló el rubio, entrando. Ambos castaños lo miraron, uno rodó los ojos y el otro se tomó el puente de la nariz. Aunque ninguno habló. "¿Y bien?"

"Genial, despertaste a la otra abuela." Tony se sentó en un banquillo que había cerca, apoyando sus codos sobre la fría mesa de aluminio.

"Tú estabas gritando."

"¿Y tú no?"

Rogers frunció el ceño y los miró a ambos.

"Aún sigo esperando que me expliquen por qué se gritaban el uno al otro a las cuatro de la mañana."

"Buchanan es un exagerado, por eso."
"Anthony no ha dormido en toda la noche"

Ambos hablaron al mismo tiempo. Steve alzó una ceja.

¿Y por eso decidieron que el vecindario completo debía enterarse?" Preguntó sarcásticamente.

Bucky arrugó en entrecejo y suspiro. "¿Sabes que? Me largo. Has lo que quieras, Tony."

"Jodete, Barnes."

"Tú no te vas, James."

El semblante de Steve era sereno pero firme. Sus brazos estaban cruzados y miraba fijamente al susodicho. Los ojos de tony se movieron cual pelota de ping pong de un soldado al otro. ¿Qué?

"¿Qué?" Fue lo único que salió de los labios de James.

"Lo que escuchaste, Sargento."

James parpadeó varias veces, un poco fuera de órbita. Aunque no se movió.

"Pfff ¡ha! Soldadito de plomo no puede—"

"Silencio, Tony."

Ahí estaba. Steve usaba su voz de Capitán América. Serio, decidido y sin una pizca de gracia.

"No va a funcionar conmigo, Rogers, no soy—"

"Sargento, ¿podría retirar su camiseta, por favor?"

Bucky miró un poco extrañado, sin embargo, ejecutó. Cuando tenía la camiseta en sus manos, hizo ademán de entregársela, pero fue detenido con un gesto de manos.

"Átale las manos." Con su cabeza, señaló al más pequeño. Bucky ya veía a donde iba todo esto.

Tony por otro lado, no podía expresar más lo ofendido que estaba.

"¡¿Cómo?!"

"Creí haber pedido silencio, Anthony."

James se colocó detrás y sin mucho esfuerzo, ató sus muñecas. Tony estaba demasiado perplejo para forcejear.

"¿No te duele, kukla*?" Trató de asegurarse James.

Tony prácticamente ladró. "¡No me llames muñeca* después de que te pones de su parte! ¡FRIDAY, cierra las puertas del taller!"

La voz de la IA no tardó en responder.

"Lo siento señor, el protocolo ALMOHADONES se activó automáticamente se detectaron 20 horas consecutivas sin dormir."

"¡¿Veinte horas?!" James y Steve dijeron al unísono.

"Gracias, FRIDAY."

"No hay problema, señor."

La habitación se inundó de silencio por unos largos cinco segundos, y como si Bucky pudiese leer la mente del capitán, se lanzó a Tony al hombro cual saco de papas.

Saliendo del taller, Steve pidió a FRIDAY cerrarlo hasta que el o el Sargento Barnes le pidiesen lo contrario.

Cuando llegaron a la recámara, después que con precaución Tony había sido lanzado a la cama, Bucky arrancó sus pantalones de pijama. Para sorpresa de...nadie en realidad, Tony no traía ropa interior. Y ahí estaba, irritado, desnudo y con falta de sueño.

"Si creen que el sexo va a hacer que me arrepienta de lo que hice, tengo para informarles que es todo lo contrario, abuelas ilusas." Escupió sin resentimiento.

Los dos contrarios no dijeron una palabra, pues su plan no requería de diálogos. Ya sabían qué tenían que hacer y cómo.

Bucky se acercó a Steve y con suma dulzura trazó su labio inferior con el dedo. Se acercó lentamente y besó con hambre, ansias incluso. Sus respiraciones se mezclaron y en fracción de segundos, ya estaban toqueteando caderas y cinturas para tratar de desvestirse uno al otro. Fue fácil para Steve, ya que solo debía hacerse cargo de los pantalones del castaño.

El brazo metálico de James tomó con fuerza el brazo del rubio para separarse un poco, besó en su cuello, clavículas y el pecho. Steve gimió. Aún no sentía tanta excitación, pero era necesario para llamar la atención de Tony.

Tony.

Sus ojos escudriñaban en ambos soldados. ¿Que pretendían? ¿Excluirlo? Iba a tomar más que un par de besos y toqueteos, y dulces jadeos y mordiscos, jalones de pelo y...Oh por Dios, James acaba de meterse el pene de Steve a la boca, es tan ágil y obsceno.

Siente su entrepierna molestar, y sin necesidad de mirar, sabe que una semi-erección se está formado.

Steve estaba genuinamente prendido en ese punto. Los suaves, húmedos y cálidos labios de James haciendo un magnífico trabajo. Los pantalones en los tobillos y no fuera totalmente era algo que removía sus entrañas.

Le acuerda a esos días de guerra donde se escabullían en medio de la madrugada para hacer eso mismo, los pantalones de camuflaje, pesados y calurosos hasta los tobillos y no fuera, en caso de que algo surgiera de la nada, que mucha veces sucedió.

Las manos grandes del rubio mantenían el pelo de Bucky a margen, y la imagen no podía llenar más de frustración al pequeño castaño atado sobre el colchón. Aunque hacía su mejor esfuerzo por no decir nada, su miembro lo delataba, ahora una verdadera y dolorosa erección estaba causándole estragos.

Bucky sabía que no era necesario hacer que Steve eyaculara, solo un pequeño empujoncito. Lamió, chupó y acarició hasta que sintió como el mismo rubio jaló de su pelo hacia atrás para separarlo. Inclinándose, compartieron otro beso, uno aún más húmedo y ruidoso que el anterior.

A Tony se le hacía agua la boca, pero ellos no ganarían.

El pantalón de Steve fue descartado finalmente, y sin titubeos, levantó a James del suelo y ayudó a que se sentara en la orilla de la gigantesca cama Alaska King Size, lo suficientemente cerca de Tony para que pudiese presenciar lo que iba suceder a continuación, pero lejos como para que no pudiese tomar parte, ni siquiera tocándolos con la punta de los pies.

Steven se sentó a horcajadas sobre su castaño compañero, lo tomó por los hombros, y con sensuales y matadoramente lentos movimientos, tomó los dos ya súper viriles miembros, y empezó a simular embestidas.

Frottage. Pensó Tony.

Ambos sabían que de todos los juegos pre-sexo. El favorito de Tony era el frotamiento.

Malditos mil veces.

Bucky mordía su labio y agarraba bruscamente las nalgas del rubio, quien por su parte estaba empeñado en hacer parecer actor porno con su arqueada espalda.

Sus ojos de repente conectaron con los de Tony. Una maliciosa sonrisa se formó en su rostro mientras soltaba otro gemido.

"¿Ves algo que te guste— ahh—, Ángel?"

Tony deseaba con todas sus fuerzas poder alzarles su dedo medio.

Cuando James sintió que estaba apunto de llegar, separó a Steve con un beso y una leve inclinación. Entonces era hora del paso clave en su majestuoso plan.

Sacar el lado egoísta de Tony.

Steve tomó el rostro de Bucky y Justo frente a la cama, lo besó como si su vida dependiese de ello. Las palabras salían naturales entre beso y beso.

"Dámelo, es mío solo mío"
"¿Estás estrecho para mi, no es así? Oh Dios, seguro que si."
"Te verás tan hermoso con toda mi semilla en el rostro"
"Te amo."
"También te amo"

Más besos. Tony no podía soportarlo más. El también quería eso, estaba en su derecho.

"¡Ya basta!"

Ambos se voltearon, miradas confusas —fingidas por supuesto— y ceños fruncidos.

"Me rindo, ¡lo siento! ¿Okay? Lo siento." En su voz no había dolor, más bien frustración y enojo. No del malo.

Enojo sexual, más bien.

"Ustedes ganan, pero sólo... tóquenme, los necesito." Lloriqueó. "Es doloroso, mi pene no aguanta un segundo más sin estar en boca de Steve y mis labios necesitan saborearte Barnes." Soltó con sinceridad. Todo su rostro hasta su pecho estaba rojo de la excitación, su miembro brillaba casi cómicamente con pre-semen.

Y es que Tony era incapaz de tener un orgasmo sin ser tocado.

"Los amo, a ambos, y los necesito. Dentro de mi. Ahora."

Las sonrisas socarronas no se hicieron esperar. A cada lateral de Tony se posó un soldado.

"También te amamos, kukla"

Entonces el alivio llegó.

Al mismo tiempo, en dos sinfonías diferentes, Tony fue acogido y pues...cogido.

Steve se encargo de hacerle venir en la primera ronda. Tony bendijo el hecho de que no tenia reflejos en la garganta. Y mientras Steve le hacía los honores a su maltratado amigo, Barnes se encargó de besarlo. Besarlo mucho y besarlo fuerte. Mordiscos y tirones, Justo como a él le gustaba.

El segundo round fue protagonizado por Bucky, quien amaba a Tony cuando estaba en cuatro, pero más amaba si en vez de tener la cara contra el colchón, estaba enterrada en la entrepierna de Steve. James abusaba de su entrada mientras que Tony se hacía cargo de la pulsante erección de Steve, y el rubio, disfrutaba la vista mientras que daba suaves y te tentativas caricias al pene de Tony.

En esa ocasión, todos llegaron prácticamente al mismo tiempo. Tony gimió el nombre de Bucky mientras se atragantaba en el pene de Steve y eso es algo que por siempre estará en sus memorias.

La tercera es la vencida, ¿no?

Aún dentro, James levantó a Tony por la cintura, ayudándole a alinearse para que tomase a Steve también.

"Oh maldita sea, si~" Tony murmuró, su cuerpo estaba a punto de rendirse pero necesita esto.

Lo necesitaba y mucho.

Esto solo lo habían intentando una vez, y para todos fue una de las mejores noches.

Con cuidado, Steve y Bucky se acomodaron dentro. A pesar de todo, Tony se sentía tan bien. El pequeño castaño no pudo evitar empezar a balbucear maldiciones y que su abatida figura tomara respaldo en el pecho de Steve.

Lo último que recuerda es un nudo en su estómago, que se desató en el orgasmo más desgarrador y abrumador cuando sintió una tremenda calidez dentro de sí.

Recuerda escuchar las voces de sus amados soldados antes de que morfeo al fin lo atrapase.

****

A día siguiente, Tony se despertó, y extrañamente no estaba cansado. Quizá algo adolorido y con los labios un poco secos, pero descansado, después de todo.

Miró la mesa de noche y junto al reloj que marcaban las 7:30 pm, había un vaso de agua. Lo tomó y de deshizo de las sábanas.

Para su sorpresa, tenía puestos unos bóxers y camiseta, que reconoció como de Steve y James.

Bajo las escaleras. Sus chicos charlaban en la cocina, a cada lado del desayunador.

"FRIDAY, signos vitales de mi kukla, por favor." Bromeó James.

"Todo parece en perfecto orden, sin contar un 37% de deshidratación y una molesta de poco grado en el área del coxis, Sargento Barnes, yo sugeriría antiinflamatorios."

"Gracias, Fri, lo tendremos en cuenta." Respondío, besando el pelo de Tony.

Steve cruzó al otro lado y acarició en el area que FRIDAY había mencionado .

"¿Duele mucho?"

"Estaré bien."

"Te ves descansado."

Tony sonrió ante el comentario.

"Digamos que le protocolo ALMOHADONES es bastante eficiente."

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