Capítulo 23. Pareja
«No sé si podemos regresar a lo que
éramos. Pero aún así, tengo que
decirlo... me gustas. He intentado
mantenerlo oculto, pero ya no puedo
hacer esto más. Me tomó un largo
tiempo el decir esto. Quiero amarte.
DAY6 — I like you».
KyungSoo.
Después del día en el que finalmente nos besamos en mi auto, hace ya dos semanas, mi cosa favorita se volvió abrazarlo y besarle cada vez que nos encontrábamos a solas, en su casa, acurrucados en el sofá o en su cama viendo pelis. Estaba siendo tan meloso que por momentos yo mismo me empalagaba de tanta miel que escapaba de mis poros, pero no me había sentido así de bien con nadie en mucho tiempo.
Habíamos pasado esas dos semanas en medio de escapadas de HaeSung para comer juntos, noches de pizza, cocinar juntos, reírnos en el auto mientras cantamos y besarnos antes de despedirnos. En esos días que se pasaron volando había hecho más cosas de las que nunca hice con nadie y ni siquiera somos una pareja oficial, todavía. De cualquier manera, él me hace feliz con tan sólo su presencia flotando a mi alrededor. Lo estoy queriendo mucho, más de lo que podía permitirme aceptar unos meses atrás y no me arrepiento, a pesar de algunos malos sueños debido a LuHan. Nunca podría arrepentirme de haberlo conocido.
Soy capaz de confirmar ese hecho por milésima vez cuando mi corazón late con más fuerza al verlo cerrar la puerta de su casa y caminar hasta donde yo estoy. Creo que mi rostro se ilumina instantáneamente al verlo y espero que no se de cuenta de eso, porque me daría demasiada vergüenza.
— ¿Qué es lo que llevas en esa bolsa? —le abrí la puerta del copiloto, ayudándole con las muletas que eran casi que de adorno, porque esta misma tarde van a dar por finalizado (¡al fin!) su tratamiento para recuperar la movilidad en sus piernas. Habíamos concluido con un éxito rotundo y estaba contento, porque aunque él dejara de usar las muletas, no me echaría de su vida ahora, porque ya no somos simplemente doctor-paciente.
— Los zapatos que me regalaste. —contesto, sonriendo de forma tan amplia que mi corazón sonrió al verle tan radiante, como un cachorro emocionado (un muy grande cachorro)—. Dijiste que los usara cuando por fin caminara sin ayuda de nada y ese día es hoy. Voy a ponérmelos al regreso del hospital.
Lo mire y no me resistí de sostener sus mejillas, dándole un rápido beso antes de rodear el auto y subir por el otro lado. Encendí la radio para llenar el silencio que se provoco producto de las ansias y los nervios. Sin duda ChanYeol está nervioso, porque no ha dejado de pasar las manos por su cabello, de morder la punta de su dedo pulgar y de mirarme cada cinco segundos.
Coloque mi mano sobre su muslo, dándole una suave caricia y una mirada de soslayo, diciéndole sin palabras que estuviera tranquilo.
— Llegamos. —anuncie en voz alta, quitándome el cinturón de seguridad. Apague el radio y entrelace mi mano con la de ChanYeol, acariciando sus nudillos como una forma de calmarlo. Le sonreí y bese su mano—. Lo lograste, Chan. Superaste todo esto y ahora podrás llevar tú vida con total normalidad...
— Pude hacerlo gracias a ti, KyungSoo, porque estuviste para mi todos estos meses. Sé que si no fuera por ti, yo estaría perdido. Eres mi ángel, como ya te lo dije una vez... —sentí mi rostro caliente y deje escapar una risa nerviosa—. Gracias, en serio, por haber aparecido en mi vida.
— Yah, ¿por qué eres tan lindo? —susurre, peinando su cabello. Deje un beso en sus labios, sin dejar de sonreír. Las mejillas empezarían a dolerme a este paso—. Y no soy un ángel, estoy lejos de serlo, Chan.
— Para mí lo eres. —ahora él me beso, callando mi próxima queja. Me miro tan profundamente, con tanta estima, que me estremecí—. Un hermoso ángel...
Tire mi cabeza hacia atrás, riendo a carcajadas. En realidad no me estaba burlando de él, pero no me acostumbraba a sus halagos así que aquella risa tonta salía por sí misma.
— Eres demasiado cursi.
Lo ayude con la bolsa de los zapatos mientras caminábamos hasta el consultorio del doctor Kim, sosteniendo su antebrazo sólo porque quería hacerlo. Tuvimos que esperar unos cortos minutos que se hicieron eternos para poder ingresar. Como la mayoría de las ocasiones, yo me quedaba a un lado, viendo como ChanYeol realiza sus ejercicios y tomando nota de todo lo que le diga el terapeuta, solo que esta vez no hizo falta de eso, porque ya no vendría más. Pude darme cuenta de que aquel gigante estaba a nada de llorar cuando uso sus piernas sin ayuda de nada.
— ¡KyungSoo, mira! ¡Camino sin las muletas! —avanzó hasta mi y me abrazo, tomándome de sorpresa—. Gracias... —susurro para mí, pasando sus manos por mi cintura.
— Yah... aléjate... —murmure, apenado porque este tonto hombre esta dando un espectáculo. Lo tome de los hombros, pero no se quería soltar. Lo deje seguir abrazado a mí cuando escuche un sollozo escapar de sus labios, haciendo encoger mi corazón de manera dolorosa. Eran lágrimas de felicidad seguramente, y yo no sabía que escucharlo llorar me haría sentir así. ¿Qué era ese dolor agudo en mi pecho?—. Chan... ¿por qué lloras? —acaricie su espalda—. Tienes que sonreír.
Cuando se calmo un poco se coloco los zapatos que le regale en navidad y me hizo que le atara los cordones. Al ser dado finalmente de "alta", dejamos HaeSung con nuestras manos entrelazadas mientras caminamos por primera vez. Sin sillas de ruedas o muletas que me impidieran aferrarme a su mano o a todo él.
Conduje hasta mi departamento y nos besamos un rato en mi sofá, conmigo sobre él y sus manos grandes agarrando mis caderas. Repartí besos por todo su rostro, su mandíbula, sus parpados, sus mejillas y baje hasta su cuello, parando todo cuando lo escuche gemir.
Reí contra la piel tibia de su cuello, mordiéndolo un poco.
— ChanYeol. —deje un último beso en su mandíbula, buscando sus ojos—. ¿Qué es esto? Uhm, ¿qué... somos...?
— ¿Qué quieres que seamos, KyungSoo?
— Pareja. —pronuncie con la voz más firme que podía cuando la simple idea de eso me ponía a temblar—. Quiero que tú y yo seamos pareja, ChanYeol.
— Entonces vamos a ser pareja, KyungSoo-ah. ¡Yo hasta puedo casarme contigo, sólo dímelo! —lo golpee, porque eso era demasiado apresurado y tenía claro que tan sólo bromeaba. Soltó una carcajada, acunando mi rostro en sus manos—. Te quiero, KyungSoo-ah.
— Yo igual. Te quiero, Chan. —sonreí y le robe un beso—. ¿Entonces ya puedo presentarte como mi novio la próxima semana con mi familia?
— Por supuesto. —ahora él me robo un beso y, una vez más, fui infinitamente feliz en sus brazos.
[☁]
Le abotone la camisa a ChanYeol como uno más de sus caprichos tontos, planchando con mis manos las arrugas invisibles de la prenda, mirando el resultado de todo su conjunto. Me encanta. Park ChanYeol me encanta y cuando se da la vuelta, para ir en busca de su teléfono sobre la cama, le doy una nalgada.
— ¡KyungSoo! —se gira y tiene las orejas rojas. Me río, encogiéndome de hombros mientras doblo los puños de mi camisa hasta mis codos—. Eres un atrevido... —susurra fingiendo molestia, pero sé que está luchando para no sonreír.
— Eres mío, Park. Así que puedo besarte o darte nalgadas cuando quiera.
— Aplica lo mismo para ti, Do. Cuídate.
— ¿Eso es una amenaza?
— Es una advertencia, amor. —me guiño un ojo y tomo su teléfono—. Tenemos que salir ya o vamos a llegar tarde.
— Sí, sólo voy a peinarme y salimos. —avise, entrando a su baño. No hice mucho, de hecho, no acostumbro a ponerme nada en el cabello y es fácil de manejar, así que con mis manos me peine y después de eso nos fuimos. Ayer había salido de trabajar, había tomado lo que hoy usaría en el cumpleaños de mi padre y había venido a dormir a casa de ChanYeol.
La casa de mis padres queda en dirección totalmente opuesta a la de ChanYeol, como a una hora más o menos si el tráfico no es muy pesado y los semáforos están de nuestro lado. Es en un barrio de clase media con construcciones muy similares de dos pisos, la casa no es tan grande ni tan pequeña. Era del tamaño perfecto para que cuatro personas vivieran en ella; mis padres, mi hermano mayor y yo. Ahora sólo viven mi madre y padre, seguramente aquella casa perfecta para cuatro se siente especialmente grande.
Estuvimos frente a mi antigua casa justo a la hora acordada y el auto de SeungSoo ya estaba estacionado ocupando el segundo espacio de estacionamiento, al lado del auto de mi padre. Seque mis manos sudadas contra la tela de mi pantalón, sintiéndome inquieto al estar en mi antigua casa después de años sin atreverme a venir. ChanYeol tomo mi mano y me sonrió, dejando un beso en mis nudillos de la misma forma en la que yo lo hice una semana atrás.
— Todo está bien. Tu familia siempre será tu familia, KyungSoo. Si en verdad te quieren, sabrán perdonar cualquier cosa que hayas hecho. Y estoy seguro de que ellos te quieren, ¿quién no lo haría? —quitó mi cinturón de seguridad y me atrajo hasta él para abrazarme. Fue inevitable el pensar en él, en lo que le oculto acerca de LuHan y en si será capaz de perdonarme por callar tanto tiempo. ¿Podrá hacerlo?
— ¿Y tú, ChanYeol? —me separe para verlo a los ojos, el ambiente volviéndose denso con su mirada confusa, analizándome—. ¿Tú serías capaz de perdonarme cualquier cosa que haga?
— ¿Ah?
— Olvídalo, no quiero que me respondas. —sostuvo mi antebrazo para impedirme que abriera la puerta del auto y saliera, huyendo de su respuesta. Con su mano libre acarició mi mejilla despacio, fue un toque perfecto que me hizo sentir como la peor persona del mundo.
— Yo sé que tu nunca harías nada para dañarme, KyungSoo. —sí, nunca lo haría, pero las circunstancias se dieron de esa forma, ChanYeol.
Pensé eso, más no lo dije y baje del auto con él siguiéndome el paso.
Mi madre abrió la puerta, soltando un pequeño grito de emoción a la vez que me envolvía en un cálido abrazo, que le dio una paz a mi corazón que no sabía que necesitaba. Correspondí a su demostración de afecto con toda mi fuerza, aliviado de que me recibiera de esta forma y no fuera una situación incomoda. — ¡Ah, mi Kyungie está tan guapo! —paso una de sus finas manos por mi rostro, elevando la comisura de sus labios y luego enfoco su mirada en ChanYeol detrás de mi—. Oh, ¿quién es tu amigo?
— Park ChanYeol. Gusto en conocerla. —se presentó haciendo una venia y cuando se irguió corrí mi mirada para que no se diera cuenta de que lo había visto. Mi madre nos dejo pasar y deje que mis ojos capturaran cada espacio de la casa, llenándome de una melancolía por todo el tiempo que deje escapar. Descubrí a ChanYeol mirándome, pero no le dije nada y fui directo a donde se encontraba mi padre, abrazándole y entregándole su regalo.
— ¿Qué haces aquí, hijo? No sabía que en verdad vendrías, pensé que eran inventos de tu madre para mantenerme contento.
— ¡Te dije que era cierto, JungMo! —se quejo mi madre saliendo de la cocina con un charol lleno de bocadillos. SeungSoo fue a ayudarle con eso y lo dejaron sobre la mesita de la sala.
Presente a ChanYeol como mi pareja a todos, SeungSoo también presento a su novia, SeoHyun, la cual sólo yo no conocía ya que hasta ChanYeol la conocía ya que fueron compañeros en la universidad y ella también trabaja en la empresa del padre de Kim JongDae. Seúl es un pañuelo. Nos sentamos en los sofás, comiendo los bocadillos de mamá y conversando de todo un poco, hasta que llegó la pregunta que me esperaba desde un comienzo. —: ¿Cómo conociste a ChanYeol, hijo? —mi madre nos miro a ambos con una pequeña sonrisa en los labios de corazón que herede de ella. Me removí en el sofá, ¿cómo decirlo de una manera normal?
— Nos conocimos en el hospital donde KyungSoo trabaja. Fui su paciente por unas semanas y luego de eso él me ayudo en mi terapia para recuperar la movilidad de mis piernas. Pasamos tanto tiempo juntos que las cosas se dieron de esta forma y terminamos siendo pareja. —explicó ChanYeol por mí, obviando muchos detalles.
— ¿La movilidad de las piernas? —SeoHyun parecía confundida—. ¿Sufriste algún accidente?
— Ah... sí. —ChanYeol rasco su nuca, sin mirar a nadie a los ojos.
— ¿Y LuHan? —casi le grito que se callara, porque se estaba metiendo en cosas que no debería. No lo hice porque es la novia de mi hermano y porque es simple curiosidad. Pero eso no impidió que ambos nos congeláramos. ChanYeol por no saber cómo decir que su ex está muerto y yo por una razón parecida. SeoHyun se dio cuenta de que no debió haber preguntado y pasaron de alto el que ninguno hubiera respondido, seguramente pensando que era incomodo porque LuHan es su ex y yo su nueva pareja, pero era más que eso. El tema quedo olvidado y pasamos a la mesa del comedor para almorzar en medio de una plática sobre los planes de boda de SeungSoo y su novia (o prometida, lo que fuera). Había anillo, pero no había fecha exacta para la ceremonia.
— SeungSoo quiere que nos casemos este año, pero yo digo que hay que esperar un poco más. ¿Usted qué dice, suegra? —mi madre se encogió de hombros, mirando a mi hermano.
— Yo opino que no deberían de apresurar las cosas, pero bueno, hagan lo que les haga feliz. —mi hermano sonrió de igual forma, tomando la mano de SeoHyun.
Mire a ChanYeol, mordiendo mi labio inferior con remordimiento por haberle preguntado eso en el auto. Estábamos un poco distanciados y esto no debería de ser así, se supone que sería un día feliz, pero esta resultando incomodo y terrible. Suspiro, atrayendo su atención. Me regresa la mirada en silencio y luego vuelve a comer como llevaba haciéndolo todo este tiempo.
Mi madre está encantada con ChanYeol, mi padre se entiende bien con él y mi hermano es alguien que tiende a llevarse bien con todos así que no hay problema. El problema es que mientras mi familia parece haberse acercado a ChanYeol, creo que yo acabo de alejarme.
En el auto de vuelta a su casa nadie dice nada, hacemos todo el camino en silencio y cuando llegamos dejo que se baje, pero yo no lo hago a pesar de tener mis cosas dentro.
— ¿No vienes? —negué, intentando sonreír.
— Quede en reunirme con BaekHyun, se queja porque dice que ahora sólo paso contigo y lo he olvidado. —miento, riendo nerviosamente—. Mañana vengo por mis cosas, no te preocupes.
— De acuerdo.
— Sí... —lo miro con una mueca y se inclina en la ventanilla para dejar un beso en mi frente.
— Conduce con cuidado, ¿okay?
[☁]
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top