Capítulo 18
Neji abrió los ojos volviendo a la realidad, le dolía ligeramente la cabeza pero para su sorpresa se sentía poco casado.
Lo primero que vió fue a Ino quién ahora se encontraba en una silla y le dedicaba una sonrisa casada.
—Lo lograste— le mencionó la rubia aún dedicándole la sonrisa.
—¿Te encuentras bien?— le cuestionó, como ella había dicho al principio como puente de paso ella llevaba la carga de chakra y el cansancio que Neji no sentía.
—Si...se requiere mucho chakra pero estaré bien...lo importante aquí es que Tenten está a salvo—la chica desvío la mirada a lo que Neji la siguió viendo la cama en donde se encontraba la castaña aún dormida a su lado se encuentran los dos Nishimuras observándola, esperaron a que despertara.
Pero no fue así.
—No despierta...— dijo Neji preocupado viendo a Tenten.
—Despertará—la voz de Ryu resonó en la habitación, Neji observó cómo el chico miraba el torso de su mano derecha, el Hyuga notó a corta distancia un tatuaje igual al de Tenten, una media luna—Todo su chakra fue absorbido por la Kengura dado al contrato, sólo necesita recuperarse.
A Neji le irritó aquella explicación, sonaba como si él supiera todo lo qué le pasaba a ella todo el tiempo, el chico estaba conectado con ella por aquel sello como la castaña le había explicado.
Ryu decidió tomar a la castaña inconsciente entre sus brazos, antes de hacerlo sintió un agarre fuerte en el antebrazo derecho.
Neji dedujo de inmediato su intención de llevarse a Tenten del hospital.
—¿Qué crees que haces?—el Hyuga le dedicó una mirada severa.
—Sueltame ahora o lo lamentarás—Ryu le regresó la misma mirada.
Tsuki se sintió atemorizada cuando el aura asesina de Ryu se esparció por toda la habitación, después observó como el sello de matrimonio y el del clan en el hombro derecho de su hermano mayor se iluminaron.
Su hermano tenía razón toda la energía de su hermana había sido drenada y aunque sus sellos seguían bloqueados Ryu era la excepción a ellos al estar conectada con la castaña como un estabilizador de su chakra descontrolado.
Y entonces Tsuki observó la mirada que Neji le mantenía a su hermano, parecia qué no le importaba que Ryu tuviera la capacidad de matarlo en ese instante.
La menor de los Nishimuras se imaginó el pasado entre el Hyuga y su hermana, la conexión que él se empeñaba por no perder Tsuki se imaginó que era incluso mayor a la de su hermano.
—Ella debe permanecer aquí en el hospital mientras se recupera— le mencionó Neji seriamente aún sin soltar al chico.
Ryu se quitó del agarre del Hyuga y dejó de verlo terminando de tomar a la castaña inconsciente entre sus brazos.
—Ella solo necesita dormir, algo que no ha hecho desde hace días— cerró los ojos y su hermana menor lo observó más tranquilo, ella suspiró aliviada en sus adentros— Además no recuerdo que tenga que pedirte permiso para llevarme a mi prometida conmigo.
Pasando de largo a Neji salió por la puerta con Tenten en sus brazos.
El Hyuga apretó sus puños e inmediato quiso tranquilizarse, debía hacerlo por el bien de Tenten que aunque no le gustaba la idea seguía comprometida con aquel chico, después de entrar a su mente decidió que era tiempo de dejar que las cosas se acomodarán y que ella tomara aquellas decisiones.
Tsuki miró atónita hacía la puerta y bajó la mirada, dió unos pasos hacía Ino y se inclinó hacia ella y después al Hyuga.
—Gracias por salvar a mi hermana—se enderezó algo avergonzada.
—Ella...es mi amiga...no tienes de que agradecer—le dijo Ino con dificultad, se veía cada vez más agotada.
Tsuki miró a Neji aún apenada y él la veía sin ninguna expresión en su rostro, decidió salir de la habitación sabía que no era bienvenida en ella.
—¿Pro...metida?...vaya Hyuga es peor de lo que pensé...ahora tendrás que interrumpir una boda...con lo mucho que me gustan las bodas va contra mis principios ayudarte a eso...—le mencionó Ino con una mirada divertida.
—No sé cómo agradecertelo— el Hyuga se acercó a ella y la ayudó a levantarse de la silla y la llevó a una de las camas.
—Bastará con que le lleves unas flores a la chica que amas todos los dias compradas siempre en mi florería, siempre serán a elección mía— le sonrió divertida y ya casi sin fuerzas— los Hyugas tienen tanto dinero que eso me ayudará para abrir florerías en varias aldeas haciéndome famosa y millonaria.
Neji sonrió e Ino lo miró asustada era la primera vez en meses desde que Tenten no estaba que el chico sonreía de esa manera.
—Descansa Yamanaka— le mencionó el chico mientras cerraba los ojos aún sonriendo.
Ino le devolvió la sonrisa, después se dejó llevar por el cansancio que tenía y cayó dormida de manera inmediata.
Hinata deslizó la puerta de la habitación con cuidado, no quería hacer mucho ruido y despertar a Natsune.
—No deberías de estar aquí, esto se malinterpretara— los labios del chico en la cama se movieron aún sin abrir los ojos, Hinata se preguntó cómo había sido capaz de ver que era ella.
—Tengo la misión de vigilarte— Hinata avanzó hacía él, cuando Natsune abrio los ojos hacia ella notó una flores en sus manos.
—Bien parece que tú misión se terminó— volteó hacia el techo y sonrió cansado— el sello de mi clan se fue, así que ahora soy más inútil de lo que era antes.
—Tenten ella... buscará la solución a esto—Hinata le comentó mientras ponía las flores en un florero cercano.
—Se empeñan tanto en llamarla de esa forma supongo que se les hizo costumbre hacerlo—Natsune volvió a cerrar los ojos está vez sin sonreír, realmente estaba cansado le dolía cada parte de su cuerpo.
—No es costumbre ella es nuestra querida amiga—reafirmó la Hyuga mirándolo.
—Sea como sea chica Hyuga ya no tendrás de que preocuparte, tu misión se ha hecho más fácil, ahora sólo pierdes tu tiempo cuidando de alguien que ya no representa ni una pequeña amenaza—El pelirrojo pasó sus dos manos y las puso detrás de su cabeza con algo de despreocupación.
—Yo... quería darte las gracias—la chica bajó la voz un poco apenada— tú me protegíste aún en tu estado, gracias.
Natsune la miró de reojo por un momento y después volvió a ver al techo algo irritado.
—No lo hice por tí, piénsalo así si te mataban traería más problemas a mis hermanos, más de los que ya les ocasioné.
—Aún así tienes mi gratitud—Hinata la sonrió cálidamente.
—Como sea— dijo recostandose hacía el otro lado de la cama dándole la espalda a la chica, veía hacia la ventana las cortinas blancas se movían por el aire y el chico miró aburrido hacia el cielo azul de Konoha.
—Sobre lo que dijiste antes...tienes razón, las personas no pueden ser completamente buenas, todos tienen algo que los hace perder el control a veces pero...—la chica hizo una pausa mientras miraba al suelo pensativa— hay personas que tampoco pueden ser del todo malas, algo los llevó a ser como son ahora... a veces sirve apelar al lado bueno de ellas.
Natsune contempló el cielo despejado de Konoha.
—Siempre fui el más débil de mi clan...—la voz del chico era tranquila— la debilidad es algo que no se aceptaba en el... apelar al lado bueno de las personas no era la manera en la que pudiera sobrevivir...
Hinata desvío la mirada del chico y decidió sentarse en silencio mientras esperaba nuevas órdenes acerca de su misión.
Tsuki miró hacia abajo después de escuchar a su hermano mayor Natsune a traves de la puerta.
Ella siempre se había puesto a protegerlo desde aquel combate en el que le salvó la vida, sin embargo él había crecido y había mejorado gracias a las habilidades del clan, no necesitaba a alguien que lo defendiera era herir su orgullo. Ahora sin su sello Tsuki pensó en lo mal que se sentía Natsune, iba a abrir la puerta cuando escuchó aquella conversación con el comentario final, decidió no hacerlo al final ya que no sabía que decirle a su hermano para animarlo.
—Asi que aquí estabas— la mirada de Tsuki se levantó sorpresiva al oír cierta voz, Kiba le miraba con una pequeña sonrisa en su rostro.
—Otra vez tú aliento de perro—la chica le miró irritada— acaso no tienen más personal en Konoha para ser mi vigía.
—Deberías agradecer que soy yo, realmente no sabes las rarezas que hay en las otras opciones— Kiba se imaginó lo incómoda que ella se sentiría si Lee estuviera frente a ella o Shino.
Hace unos momentos Hinata y él habían pedido otro turno con los dos hermanos.
—Si...no me lo imagino—dijo Tsuki con sarcasmo mientras pasaba de largo a Kiba y se detuvo ligeramente— ¿dónde está la bola de algodón gigante?
—Akamaru no puede entrar al hospital por su tamaño se quedó afuera— se notaba nervioso y la chica decidió ignorarlo, siguió caminando—¿A dónde vas?, pensé que querías ver a tu hermano, ¿qué no es esa su habitación?—dijo mientras la apuntaba con el pulgar.
—La Hyuga está ahí y tú también lo estarás, demasiada gente en una habitación de hospital, es molesto—Tsuki cruzó más manos irritada de los cuestionamientos del chico de Konoha.
Kiba decidió seguirla en silencio, la miró de pies a cabeza, el chico se sonrojó ligeramente, se preguntó que diablos le pasaba, debía concentrarse un poco más en su misión antes de distraerse.
Cuando Akamaru vió a la chica le movió la cola acercándose.
—Eres demasiado grande para ese tipo de lugares, ¿eh?, menos mal un hospital no te vendría para nada bien a tu actitud, los hospitales son muy depresivos— la pelinegra acarició al perro para después continuar con su camino mientras era seguida por sus vigilantes no le tomaba importancia.
Cuando Tsuki camino hacía lo que parecía un campo de entrenamiento subió a la rama de un árbol recargandose en el tronco de una rama y cerrando los ojos.
—¿Planeas quedarte ahí?— cuestionó Kiba con una expresión de rareza.
—Si, probablemente te aburras y te vayas.
Kiba se acomodó en el tronco del árbol y se sentó en el recargandose, Akamaru hizo lo mismo a su lado.
Tsuki miró de reojo y después volvió a cerrar los ojos sintiendo la brisa del viento de aquella aldea golpeado en cada parte de su cuerpo.
Le daba tranquilidad, quería regresar a hace unos meses cuando todo se acomodaba poco a poco, Hanako al fin había regresado y los cuatro se tenían entre ellos.
La chica suspiró, sus hermanos mayores arreglarían todo aquel problema, o al menos eso creía, después de ver la actitud de Ryu en el hospital pensaba que quizás estaba descontrolandose en sus decisiones igual que antes de que Hanako estuviera con ellos.
Quería a sus hermanos mayores y confiaba siempre en ellos pero quizás están tan distraídos en sus sentimientos desbordados que estaban cegados por ellos.
Tsuki no quería estar así, no quería enamorarse, pensaba que eso la haría débil, en esos momentos no era un lujo que pudiera darse.
Sus padres habían muerto por protegerse el uno al otro, por estar enamorados.
Ella no quería ese mismo destino, sobrevivir siempre había sido la única manera de vida que conocía.
Al observar aquella aldea, el viento era más tranquilo que en el exterior por alguna razón, Tsuki tuvo envidia de cada una de las almas de aquella aldea, vivían en tranquilidad sin preocuparse por morir el día de mañana, sintió envidia de su hermana mayor Hanako ella había tenido la oportunidad de vivir y respirar aquel aire pacífico, y entonces Tsuki pensó de inmediato que ellos tres se la habían arrebatado.
Algo corto pero estaré actualizando pronto:D, muchas gracias por comentar y los veo en el siguiente capítulo:3
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