Cap 50

-Oye, despierta- escucho a lo lejos la voz de un hombre, también siento que me golpean levemente en la pierna.
Me duele la cabeza como el demonio, que calor hace aquí ¿Dónde carajos estoy? ¡Que mal huele!
Abro mis ojos y apenas puedo ver pañoso la luz del día, un policía. Me siento, estoy en el suelo, en el basurero de un callejón.
-No puedes estar aquí, tú y tu amigo deben irse- señala detrás de mí. Yo estoy con el vestido hasta la cintura mostrando mis bragas, mi cabello ha de estar hecho un asco, miro hacia atrás y está Leo tirado en el suelo, sucio con el cierre abajo y sin camisa.
-Ya nos vamos- me levanto con dificultad. Le doy unas patadas a Leo pero este no se mueve ¡Mierda, murió de sobre dosis! Me duelen las piernas ¡Mierda, me lo fajé! El policía seguía ahí- ¡Leo, purro miniatura! ¡¡Despierta!!- seguí pateándolo, no se movía. Hice un gesto y lo volteé boca abajo, le bajé los pantalones y comencé a nalguearlo con fuerza. Leo comenzó a moverse- ¡Ya era hora!- me levanté.
-¿Estoy en el cielo?- se sentó en el piso, traía sus pantalones abajo.
-No, idiota, ni en sueños tienes lugar ahí- me puse mis tacones de nuevo.
-Deben irse a sus casas- dijo el policía inquieto. Leo se levantó y salimos del callejón.
-¿Dónde vamos?- pregunté.
-A tu auto.
-¿Dónde lo dejé?- pregunté, él se encogió de hombros. Con suerte traía mi teléfono aún. Lo revisé, veintitrés llamadas perdidas. Diez de mamá, ocho de Freddy y cinco de Noa- Creo que se lo llevó una grúa. Leo, fajamos anoche.
-No me acuerdo de nada- dijo sosteniendo su cabeza.
-Hazte el imbécil- le di un golpe en la cabeza, se quejó de dolor.

Luego de encontrar mi auto aun en el estacionamiento fuimos a un hotel y nos bañamos.
-¿Otra ronda?- dijo Leo desnudo en la cama mientras yo salía del baño.
-Vete al carajo- me quité la toalla y busqué en mi bolsa la ropa.
-No te desnudes frente a mí si no vamos a fajar.
-Pues voltéate, al fin y al cabo por delante y atrás tienes igual de plano- me puse las bragas.
Las puertas se abrieron inmediatamente de par en par y entró una multitud de gente. ¡Oh Dios! ¡Mi madre!
-¡¡Janet!! ¿Qué es esto?
-Faje intenso- dijimos Leo y yo al mismo tiempo.

Una vez en mi casa de regreso, con una bolsa de hielo en mi cabeza y castigada de por vida, mi vida mejoraba cada vez más.
-¡No puedo creer que te fajaras a Leo!- me reprendía Noa.
-No puedo creer que el infelíz que Lí-Sellers los llamara para esta mierda- me senté en la cama.
-Por cierto, alguien está abajo esperándote- Me levanté inmediatamente <No es él> me rodaba los ojos mi psicópata interna pellizcando mi médula. Cuando bajé suspiré.
-Hola- era Owynn.
-¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?- di dos pasos hacia atrás.
-Me contaron lo que pasó en la universidad y Syd esta mañana me contó lo de anoche y quise asegurarme que estuvieras bien.
-Estoy bien, ahora adiós- le abrí la puerta.
-Janet- se acercó a mí-...Te extraño.
-¡No me vengas con esa estupidez! ¡¡Vete!!- dije sin paciencia.
-Me duele alejarme de ti ¿Cuando lo vas a entender? Siempre me propongo a mi mismo superarte y olvidarte pero en las noches te extraño tanto, me trato de hacer el fuerte pero no puedo, yo te amo- acarició mi mejilla. <Freddy no es celoso, así que no me sirves de nada>
-No me importa ¡Vete!- dije sin paciencia.
-Puedo hacer que regreses a Mánchester- ¿Qué?
-¿Cómo?
-Janet, yo haría todo por tí, hasta lo incorrecto.
-¡Habla, dime!- él rodó sus ojos.
-Si acusas a Lí-Sellers de acoso sexual ante la comunidad educativa de Inglaterra pueden considerar que lo que hiciste fue en defensa propia. Y si consigues algo que lo pruebe lo despedirán y tú regresarás a Mánchester, conmigo- tomó mi mano. ¡Whoa! El video. Owynn si tiene mente para esto ¿Cómo no lo pensé? Freddy me las pagará por haberme dejado y regresar con sus amantes, le costará su propio trabajo y yo regresaré a Mánchester...Puede ir a la cárcel, se verás sexy en traje de rayas. Sonreí y abracé a Owynn.
-Está bien, lo haré- me dio un beso en la mejilla y se fue.
Busqué en el Internet el número de la comunidad educativa de Inglaterra y expuse 'mi caso'
Tuve una cita para el lunes con Freddy y los educadores para hablar de ello. Soy menor de edad, me creerán, sólo me queda conseguir ese video.
Cayó la noche y tenía planeado volverme a emborrachar. Recibí una llamada.
-¿Hola?- contesté.
-Hola, Janet- era una mujer con número desconocido.
-¿Quién habla?- pregunté.
-¿No adivinas?- rió.
-¿Quién putas es?
-Si quieres saberlo ven al bosque de Londres en media hora, te interesara, es sobre tu hermano gemelo- colgó.
-¿Qué? ¡¡Hola!!- ¿Qué era esto? ¡Mike! Llamé a su número y estaba apagado. Me fui en el auto escabulléndome de mi mamá.
Miré aquel bosque, tenía mucho de no ir ahí. Iba con mis padres de pequeña, recordé que aquí había nacido Freddy. Me adentré hasta que miré una fogata y una personas frente a ella. Me bajé del auto y traté de acercarme curiosa.
-Hola- susurré, era una tipa. Cabello rubio desteñido, había una niña en sus piernas ¡¡¡Por el fajón más sifiloso de Londres!!! ¡Era la niña del internado! ¡La que me amenazó anoche con su madre!
-Hola, Janet- sacó un arma de su chaqueta y me apuntó.
-Mierda ¿Quién eres?- alcé mis manos.
-¿No me recuerdas? Eres mi hija...Karol.

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La maldita me apunta con el arma, en sus ojos se ve lo desquiciada que está, no más que yo perra.
-¿Y tú crees que yo voy a creer el cuento que eso trae balas?- bufé.
-¿Quieres probar?- resopló. Tal vez las traía, tal vez no. Pero miedo era lo que menos tenía.
-Claro, Toddy, Dispara- alcé mis manos. Ella se levantó con ojos furiosos, la niña sólo miraba normal.
-Tú, tú destruiste mi vida, tú y tu hermano- su mano temblaba.
-¿Y qué esperas? ¿Me darás el típico monólogo de villana para dar tiempo que vengan a rescatarme? ¡Dispara, zorra!- me acerqué.
-¡Lo haré enserio!- me amenazó.
-¡¡Te estoy esperando!!- me acerqué.
-¡Aléjate! Voy a dispararte- lagrimas comenzaron a salir de sus ojos.
-Ya te estás tardando- rodé mis ojos.
-¡¡Janet!!- escuché esa voz conocida tras de mí, volteé y era como un sueño. Freddy.

-¡Aléjate! ¡Aléjate o le disparo!- le advirtió a Freddy. Él alzó sus manos.
-No traigo armas, te prometo que no me acercaré, suéltala- dijo nervioso. Toddy me apuntó con la pistola, luego a él, y luego a mí. Este perra estaba nerviosa y loca.
-Tú ¿Quién eres?- dijo nerviosa.
-Se llama...Freddy- dije enfatizando su nombre, Toddy dejó caer el arma. Tomé su brazo y le hice una llave que me había enseñado mi madre en las clases de MMA. Dejándola en el suelo, tomé la pistola, puse mi pie en su pecho y apunté hacia su cabeza. Todo fue en fracciones de segundo, Freddy permanecía en shock- Yo no hablo tanto para tirar de un gatillo, Toddy- preparé el martillo del arma, lástima que no es una ametralladora, esas las sé usar muy bien.
-¡Janet, no lo hagas!- pidió Freddy- ¡Detente!
Sentí el miedo de Toddy bajo mis pies quien respiraba con dificultad.
-Janet, no me mates. No puedo dejar a mi hija sola- susurraba.
-¿Tu hija? Si quieres la mando al infierno contigo- miré hacia atrás, la niña lloraba- Ven, hija de algún pepino...-no se movía- ¡Ven, estúpida o la mato!- dije sin paciencia. La niña dudó pero se acercó. La tomé del pelo y la tiré al lado de su madre- ¿Quién quiere morir primero?
-Janet, basta. Esta no es la manera- murmuraba Freddy.
-Por favor, Janet- suplicaba Toddy.
-¿No me llamaba Karol?- reí, quité mi pie- ¡Levántate!- ordené, ella se levantó inmediatamente.
-Janet, dame el arma- Freddy se acercaba.
-¿Qué haces aquí, Li-Sellers?- lo miré- ¿Te gusta mi pistola? No es tan grande como la tuya, la mía si mata- reí malévola.
-Estaba preocupado por tí.
-¿Cómo me encontraste?..¡¡Arrodíllense!!- les ordené. Toddy y Karol se arrodillaron llorando.
-El rastreador en tu teléfono. Dame el arma- se acercaba.
-Reveréncienme ¡Ahora!- solté del gatillo apuntando hacia el cielo, efectivamente traía balas. Karol soltó un grito al escuchar el tiro- No voy a matarte, Toddy. Si quisiera hacerlo ya lo hubiese hecho, yo no soy de hablar y no hacer nada. Pero haz lo que te digo porque me puedo arrepentir. Inclínense- Ellas se inclinaron hacia mí.
-¿Por qué haces esto?- Freddy ya estaba muy cerca.
-Porque esta maldita trató de dispararme y no lo hizo- Miré a Freddy. Oh por Dios, su mirada me derretía ¿Por qué nos pasa todo esto? Desaparezca todo el mundo, que nos dé uno de sus flash los hombres de negro y olvidemos todo.
-Dame el arma, vamos a casa- rozó sus dedos por mi cintura ligermante descubierta. Su toque me hizo estremecerme. Mis manos comenzaron a temblar.
Sentí que de la nada el arma se soltaba de mis manos, Toddy me la arrebató y nos apuntó, la pequeña Karol se escondía tras ella empuñando sus manos en su camisa verde neón. Freddy instantáneamente se paró frente a mí bloqueandome- Toddy, podemos arreglar esto. Baja esa arma.
-No- lloraba- Tú no me quisiste y ahora vas a morir de nuevo- ¿Está loca? Está confundiendo a Freddy con mi padre.
-Él no es...
-Shh- me calló Freddy.
-Toddy, las cosas pueden ser diferentes- se acercaba a ella extendiéndole su nombre.
-Sólo quería ser feliz contigo- lloriqueaba, a mi no me podía dar más fastidio.
-¡¡Deja el drama, maldi...-Me aparté de Freddy para golpear a Toddy. No pude terminar la oración. Luego del sonido de una bala dirigiéndose hacia mí sólo sentí como mis entrañas de enrroscabas en mi cuerpo y una presión agonizante se establecía debajo de mi costilla derecha.
-¡¡Janet, no!!- Freddy me tomó antes que cayera al suelo- ¡¡Mira lo que hiciste!!- le reclamaba a Toddy, la miré ella corrió lejos, la niña la seguía- ¡Janet, háblame!- sostenía mi cabeza. Miré mi mano luego de tomar mis costillas, había mucha sangre- Resiste, todo estará bien- decía nervioso. Luego de ver como todo se tornaba negro me desvanecí

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-¿Te gusta?- sonrió mi papá frotándome el brazo derecho.
-¡Está increíble!- dije emocionada mirando hacia el auto blanco frente a mis ojos.
-¡Felíces 16!- me abrazó.
-Sin duda es el mejor, ya me podré ir de farra toda la noche.
-No no no- me arrebató las llaves- No puedes venir después de las once con el auto, y nada de conducir tomada.
-¿Tomada yo?- volví a arrebatar las llaves y subí al auto. No aparecí por mi casa en tres días, mi papá ya me había reportado a la policía.

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Abrí mis ojos, estaba en el hospital, escuchaba el pitido de mi corazón en aquella máquina, aparte de la intravenosa que tenía en mi mano izquierda. Me duelen los costados, sobre todo el derecho. Revisé rápidamente con mi vista la habitación y en una esquina permanecía recostado mi padre. Traía pantalones blancos y una sudadera negra, me miraba serio.
-Papá...-susurré, él se acerco.
-Siempre fuiste mi pequeño desastre- tomó mi mano y la besó.
-¿Estoy soñando?- dije asustado, sus manos estaban tibias.
-Ya quisieras estarlo...No dejaré de insistirte en que no lo hagas- presionó mi mano.
-¿Hacer qué?- murmuré desesperada.
-Evita...el fuego...no te quemarás sola- susurró.
-¿De qué hablas?- fruncí el ceño.
-Vas a perder lo que más amarás- soltó mi mano y retrocedía.
-¿Dónde vas? ¿Nos dejarás solos de nuevo? ¡Mike te extraña, mi mamá también!- hice esfuerzo por sentarme, pero no podía moverme.
-Pero tu no, tu vida es mejor sin mí. Sólo vengo a decirte que no lo hagas.
-¿Cuál fuego? Papá, regresa...-abría la puerta, dio media vuelta y me miró con decepción.
-Eres todo lo que acusas a los demás- cerró al puerta y se fue.

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-¡¡¡Papá!!!- me senté desesperada. El pitido de la máquina sonaba descontroladamente.
-¡Janet, tranquilízate!- decía un hombre en bata blanca, un doctor. Comencé a jadear asustada.
-¡¡¡No!!!! ¡¡Regresa!!- gritaba.
-Póngale anestesia- ordenó el doctor.
-¡No puedo! Padece problemas en el miocardio, debemos calmarla- contestó la enfermera que me sostenía desde el otro lado de la cama.
-¡Va a sufrir un infarto si no la tranquilizamos ya!
-¡¡No podemos ponerle anestesia!!
-¡Traigan a alguien de su familia! ¡Rápido!- oredenó el doctor. Yo seguía espantada, sentí un miedo increíble, me sentí en una cárcel, quería correr fuera.
La enfermera regresó con Mike. ¡Oh Mike!
-Janet, hermanita ¿Qué sucede?- me tomó de la mano.
-Necesitamos que la tranquilice, no podemos usar anestesia y si no se calma inmediatamente puedo sufrir un ataque al corazón- le advertía.
Mike se sentó en la cama y me abrazó. Yo rodeé mis brazos en su espalda y comencé a soltar lagrimas de desesperación.
-Ya, nana ya tranquilízate, aquí estoy- susurraba.
-Freddy...Fre-Fre-Freddy- lloraba.
-Por favor, llamen al señor que está afuera, es a quien llama- la enfermera volvió a salir y entró con Freddy. ¡No! ¡Me refiero a Styles no a este pelagato!
-¿Qué sucede?- dijo asustado.
-Debemos tranquilizarla ¡Ya mismo!- ordenó el doctor desesperado.
-Necesito que salgan ¡Ahora!- ordenó Freddy.
-Pero...-objetó el doctor.
-¡Salgan! ¡Sé como calmarla! ¡¡Mike!!
-Es mejor que lo hagamos- Mike abrió la puerta y salió con el doctor y la enfermera.
-A ver Janet- me soltó- Te vas a calmar, ya mismo- Tomó el cuello de mi bata con sus puños y la rompió con fuerza dejando mis pechos al aire. Me empujó contra el colchón, se subió en mí sin dejar caer su peso. Unió sus labios con los míos y me besó con fuerza mientras acariciaba mis pechos, los tomaba con su mano abierta y los presionaba masajeándolos. Se apartó, terminó de rasgar mi bata dejándome completamente desnuda. Mi respiración se aceleraba pero mi corazón se tranquilizaba. Freddy lamió su mano y la pasó por Venus haciendo círculos. Puso uno de mis pezones en su boca y halaba de él con sus labios mientras rozaba su lengua en la punta. ¡Oh Dios! Esto era tan placentero, que cambio de sensaciones tan intensas.
-Freddy- dije en un gemido.
-Ahora más vale que no hagas ningún esfuerzo porque estás herida, y ahora ya me calentaste así que te quieta - se apartó, bajó el cierre de sus pantalones y liberó su anaconda venenos, lo que logró sólo calentarme más. Se subió a la cama separó mis piernas con sus rodillas y entró en mí llenándome de un solo, sus movimientos eran suaves y medidos. Yo me sujetaba del respaldo de la cama. Freddy aceleró sus movimientos- No te muevas- dijo agitado. Entraba y salía con paciencia pero firmeza. Sentía que llegaba a mi punto límite, todo se reducía a esta sensación, el clímax, solté unos gemidos cuando me liberé completamente al mismo tiempo que Freddy. Salió de mí y abrochó sus pantalones. Yo había quedado exhausta, Freddy tomó una colcha y me cubrió con ella, me dio un beso en la frente- ¿Cómo te sientes?- Mis ojos permanecían cerrados. Los abrí levemente, pero apenas podía mantenerlos entreabiertos, pesaban demasiado- Descansa, estuviste estupenda- sonrió, intenté devolverle una sonrisa pero sentí que caía en un pozo profundo y oscuro.

Entraba una pequeña luz a través de mis párpados, me duelen las piernas y los costados ¿Sigo en el hospital? Abro mis ojos y sí, aquí sigo ¿Cuánto tiempo estuve dormida? Siento que me violaron veinte africanos con purros de veinte metros. Ah no, fue la ametralladora Lí-Sellers, todo está bien, Janet ¡Un minuto! ¡¡No está bien!! ¿Quién se cree para fajarme? No le dí permiso. Registró toda la habitación con la mirada. Hay un sofá, Mike está dormido en él, a su par está Freddy, recién fajado igual que yo. Miré a mi lado ¿Qué les puedo arrojar? ¡Mierda, traigo una sonda! ¿Cuándo me la pusieron? Es como que me estén fajando justo ahora. Trato de retirarle dentro de mí, Tal vez algún día canalice energías de venus con una. Cuando logro sacármela noto que la bolsa trae orina, está caliente. Tomó impulso y le lanzo la bolsa de orines a Mike, justo en la cara, este se despierta.
-Janet- hace mala cara al ver la bolsa y se levanta- ¿Cómo te sientes?
-Me balearon dos veces. Una Todd y otra Freddy, sinceramente la más grande fue Freddy pero fue la más rica- dije acomodándome.
-¡No!- rió- ¿Eso fue lo que hizo para calmarte? Con razón no le dijo a nadie- se sentó a la par mía.
-¿Dónde está esa verdurera barata?
-Están tratándola, dicen que no está bien mentalmente. Tú tampoco, pero que bueno que no se dieron cuenta de ello.
-¿Dónde está mi mamá? Seguro está espantando gallinas con Twon.
-¿Espantando gallinas?- me miró divertido.
-¿Acaso no has escuchado como grita cuando la fajan?- miré a Freddy- ¿Hace cuanto tiempo estoy aquí?
-Desde anoche, te dan pequeña dosis de calmantes para relajarte, tienes el mismo problema que mamá en el corazón, también van a tratarte- acarició mi rostro.
-¿Noa?
-En Mánchester, se fue esta mañana a casa de Luna, está muy preocupada por tí- zorra.
-¿Y qué hace el purro de Mánchester aquí?- hice un gesto.
-Tienes al tipo hipnotizado, perdiste mucha sangre. Curiosamente tú y yo no tenemos el mismo tipo, aunque no me extraña...Pero sí con él, el pobre hombre casi se desmaya al donarte casi un litro de sangre.
-¿Tengo su asquerosa sangre dentro? Suficiente con la de Fazbear ahora la suya- rodé mis ojos.
-Tranquila, te gusta tenerlo dentro de ti así que no veo el problema- dijo suciamente.
-Eres un purro caliente- le di una bofetada suave, los ojos de Freddy se abrieron.
-¿Cómo te sientes?- sonrió al verme.
-Fajada- dije irónica.
-Eso es porque te fajé- se levantó ¡Wow! ¿Desde cuando tanta sinverguenzada frente a Mike?
-¿Quieren que me vaya?- dijo saliendo.
-Sí, lárgate- le ordene, él salió- ¿Así que tengo su sangre?- alcé una ceja- Aparte de sus fluídos dentro de mí.
-¿Te molesta?- se sentó en la cama.
-Lo que me molesta es que me deje por un recuerdo y luego venga a buscarme, me dé su sangre y me faje un hospital.
-Eres una loca por interponerte en una bala.
-Las balas no me asustan, tampoco las...pistolas- miré hacia abajo, él se sonrojó.
-Lo noté- se acercó a mí para besarme, yo me aparte.
-¿Qué hace?- Mierda, Janet, quieres besarlo, acéptalo. Ni lo intentes, decía mi psicópata interna.
-Mis cielos se han nublado. Las nubes han tapado mi luna.
-¿Y sus estrellas?
-No me molesto en buscarlas, necesito más a mi luna- acarició mi mejilla- Y necesito...-suspiró- Dispersar esas nubes.
-Usted mismo puso esas nubes, no estoy para arrepentimientos. No porque me vea en una camilla baleada.
-Janet...mierda, Janet...Te amo como un idiota- la puerta se abrió.
-¡¡Mi niña!!- mi madre corrió hacia mí y me abrazo. Mujer hipócrita. ''Eres todo lo que acusas'' Mis pensamientos se dispersaron y mi mente se revolvió.

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Ha pasado una semana desde mi accidente. Aún tengo gazas en mis costados, aunque mis heridas han sanado rápido, al menos ya puedo caminar. No puedo tomar, drogarme ni salir a fiestas, esto es una mierda. Ni siquiera puedo fajar, Freddy se ha ido a Mánchester, lo rechacé y él no dio su orgullo. Definitivamente no me iba a pasar lo mismo que a mis padres. Soy mucho más dura que mi madre, y Freddy es mucho menos ingenuo que mi padre. Freddy y yo somos tan iguales, excepto en mi placer al ver el dolor. Hoy es sábado por la noche.
-¿Dónde vas? Aún estás herida- me regaña mi madre.
-Quiero salir un momento, estoy harta de estar encerrada aquí- dije de mal humor.
-No puedes irte- cerró la puerta.
-¡Maldita sea,Joy! Si Twon estuviera aquí perforándote el vientre no tendrías problemas en que saliera.
-Janet, yo no me he acostado con Twon, no lo haré.
-Y yo voy a creerte eso- bufé- Apártate, quiero estar sola.
-Molestándote conmigo no harás que Li-Sellers regrese.
-Y no dejándome salir no hará que ame a Fazbear, ese maldito ha de estarse quemando en el infierno bien merecido- sentí una bofetada en mi mejilla, esta picaba.
-¡No vuelvas a irrespetar a tu padre!- me advirtió.
-Es mejor traer un hombre a la casa y cogérselo en honor a sus cenizas- empujé a mi madre, abrí la puerta y sal

https://youtu.be/8avC3hHNeSE

''Pueden haber muchas estrellas o pocas, no importará si hay una luna. Pues la luna siempre llamará tu atención más que cualquier estrella o estrellas' La frase que pensé mientras estaba tirada en el pasto a unas millas de casa, en la parte trasera del internado, aunque aún estaba algo lejos. Freddy, Freddy, Freddy ¿Cómo podías invadir mi mente así? ¿Cómo podía necesitar tu toque? ¿Cómo podía tranquilizarme tu cuerpo? Odio esta necesidad de tenerte, odio sentirte indispensable para mí. Odio que mi estado de ánimo dependa de tus acciones, cuando todo debería ser al revés . Me dijiste que era tu Claro de Luna, que era lo más importante para tí, cuando tú si lo eres para mí...pero tú...
-Mentiste- susurré viendo al cielo parcialmente nublado, la luna estaba creciente.
-No. No fue así- ¡Esa voz! DI un salto y miré a la par mía en el pasto, Freddy recostado viendo hacia el cielo curioso.
-¿Qué está haciendo aquí?- dije sorprendida, mi corazón comenzó a palpitar a toda velocidad.
-Mira- señaló hacia el cielo ¡Por Dios! ¿Qué pasa con este hombre? Pasamos por discusiones y problemas y en estos momentos hace como si todo estuviera normal, su tranquilidad me vuelve loca, ese control que tiene sobre si mismo me molesta, yo debería ser quien tenga el control sobre él no él sobre mí y sobre él mismo. Miré hacia el cielo 

-weroumi gadeukhi pieoitneun i gardengashituseongi i moraeseonge nan nal maeeosseo neoye ireumeun mwonji gal goshi itgin hanji Oh could you tell me?i jeongwone sumeodeun neol bwasseo - frunzo mi ceño y reconozco la primera estrofa de The Trunth Untold de BTS-...Lleno de soledad Este jardín está cubierto de flores- recita el verso en español.

-Lleno de espinas..-continúo, él me mirá y su mirada me derrite.
-...Me cuelgo a mí mismo en este castillo de arena- avanza.
-¿Cómo te llamas?- decimos al unísono el último verso.
-Pensé que el Eclipse era cada 300 años- susurré.
-Sólo si es del mismo punto- se acomodó sobre su costado para quedar frente a mí.
-¿Qué está buscando?
-A tí, desesperadamente- su aliento choca con mis labios.
-No lo amo- murmuro, y no estoy segura si eso es cierto o no. ''Lo amas, hermanita. A tu demente y rara forma, pero lo amas'' Recuerdo las palabras de Mike.
-¿Crees que eso me importa una mierda? Estoy aquí porque yo te amo, no porque tú lo hagas- toma mi cintura en sus brazos y me apega a su cuerpo- El día que exista un amor fácil será cuando este deje de existir.
-Tómeme, ahora. Hágame dudar de mis palabras, de mi control- me lanzo a sus labios y los devoro intensamente.
-Espera...-me detiene-...He revertido la vasectomía.
-¿Por qué?- jadeo.
-Fue una manera para proponerme a mi mismo no acostarme con ninguna otra mujer mientras estuviera enamorado de una- Oh, Roxy ¡Mierda! De repente quiero rodar por el pasto mientras grito cuanto la odio. Mis ojos se oscurecen-...Así que no me acostaré con nadie mientras esté enamorado de tí- ¿Soy yo?
-¿Y cómo...?- Saca un preservativo antes que termine la pregunta.
-Me juré no buscarte...Pero me arrepentí dos segundos después de despertar en la clínica.
-¿Va a hacerme suya o seguirá hablando?- lo tomé del rostro.
Freddy me tomó con delicadeza, ya no me dolía la herida pero seguro pensaba que iba a matarme. Luego de tener faje no tan intenso me llevó a casa, me sentía tan cómoda en su brazos. Abrí la puerta de mi casa y mi madre no estaba, no había nadie en casa.
-¿Se está quedando en el apartamento?- me senté en sus piernas, él asintió.
-¿Dónde está tu madre?
-No lo sé, no está aquí....¿Puedes rastrear su teléfono?- lo miré esperanzada.
-¿Para qué quieres hacer eso?
-Por favor- hice un puchero, él besó mis labios estirados y sacó su teléfono. Tocó la pantalla unas cuantas veces.
-No esta lejos. En el internado- me mostró la pantalla.
-Seguro está echando sapos y culebras por la boca porque me fui.
-¿Qué?
-Tuvimos una pelea, seguro está quejándose de mí con mi abuelo ¿Me acompañas al internado?
-Amo cuando tienes la suficiente confianza para tutearme- me levantó.
-Lo siento- ¿Dije lo siento? Eres una estúpida, Janet. En cuanto él desea te tiene en su entrepierna, me regañaba mi psicópata. Si quiera que te lo acepte ve a hacer alguna travesura.
Nos estacionamos fuera del internado, yo le dije a Esteban y entramos.
-No quiero entrar- dijo sonrojado.
-¿Por qué?- dije confundida. Luego recordé lo de la foto de su purro. Reí y lo halé hacia adentro. Las internas ya estaban en sus habitaciones, seguro mi abuelo hacia le recorrido. Subí con Freddy y escuché unos gritos desde el cuarto de mi pa...Fazbear. Miré a Freddy y éste se encogió de hombros. Caminé en silencio hasta ahí y escuché a través de la puerta. Mi mamá y mi abuelo discutían.
-¡¡¿Cómo pudo hacerme esto?!!- lloraba mi madre.
-¡No tenía alternativa!- se justificaba mi abuelo.
-No deberíamos estar...
-¡¡Shh!!- callé a Freddy, pegué mi oído a la puerta.
-Es que...-lloraba-...No sé si alegrarme o decepcionarme ¿Sabes cuanto me golpea esto a mí?- ¿De qué hablaba? ¿estaba embarazada? ¿qué pasaba? ¿Por qué le estaba reclamando a mi abuelo?- ¡¡Y lo sabías todo!! ¿Cómo pudo?
-Joy, él lo pensó muy bien, tú y los gemelos dependían de todo esto, él lo sabía muy bien. Pensó que era lo correcto- ¿Sobre quién se refería? ¡No entiendo nada!
-¡¡Pero esto fue llegar muy lejos!! ¡Me partió el corazón! ¡Habia demasiado en juego! ¡Así no se educa a los hijos!- gritaba desesperada- ¡¡Esto es una mierda!! ¡¡¡Me largo!!! ¡¡Me largo y me llevo a mis hijos y si está tan muerto como dice nunca los va a volver a ver!!!- ¿¿Muerto?? ¡¡Quien murió ahora!!
-Entiende porqué lo hizo...
-¡Me vio la cara de estúpida, a todos! ¡¡Esta no era la maldita manera!!- gritaba entre llanto- ¡Con razón Jane lo odia tanto! ¡¡Ahora yo lo odio tanto como ella!!- ¿¿¿Qué??? ¡Yo odio a todo el mundo! ¿De quién habla?
-Janet..-susurró Freddy, yo tapé su boca.
-A mi me pareció que fue lo mejor que pudo hacer, Janet es un caso crítico ¡Esa niña esta fuera de control! ¡Debía aprender lo que es dolor!
-¡Un padre no le desea dolor a sus hijos! ¡¡¡Ni siquiera para educarlos!!!- escuché un golpe en la puerta, había lanzado algo contra ella.
-¡¡Lo necesitaba!!- gritaba mi abuelo.
-¡Si Freddy Fazbear tanto deseaba estar muerto pues felicidades! ¡¡Ahora está muerto para mí!! Janet nunca le perdonará esto...ni yo tampoco- sollozaba.
Miré a Freddy, este estaba boquiabierto.
-¡Debes hablar con él! ¡El nunca pensó que te dieras cuenta de esta manera!
-¡¡¡Aparte la maldita Luna lo sabe todo y yo que soy su esposa no!!!- miré a Freddy este retrocedió dos pasos. Mi corazón y mi estómago se hicieron uno solo. Mi mente se revolvía y mis manos se congelaban, mi alma se negaba de rencor ¡¡Maldito Fazbear!! ¡No podía ser cierto!

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