Una canción de jazz endulzaba la cena casera que Taehyung preparaba para su hyung. Se respiraba emoción en el ambiente cada que colocaba algún elemento sobre la mesa redonda cubierta con un delicado mantel blanco con ligeros bordados color celeste en las orillas, tenía mucho tiempo sin experimentar esa sensación.

Era demasiado consciente de que el tipo no iba por las cuestiones que le hubiera gustado, sabía el enorme valor que equivalía sus acciones con respecto a la curiosa coincidencia que tuvieron la noche del Angelu's Club, pero su mente deseaba imaginar escenarios inexistentes donde se amaban y frecuentaban en una hora donde eran libres de los medios sociales.

El timbre sonó justo cuando terminaba de sazonar la última de sus albóndigas a la bolognesa, su cuerpo tembló de alegría de ver que el moreno le aceptó la propuesta de cenar juntos antes de tratar el "problema"

-Vaya, en verdad que ganas muy bien. ¡Vives en una zona residencial!

-Supongo que es normal... ¿no?- minimizó sin querer- Como sea, bienvenido, hyung.

Namjoon entró en la casa y tomó asiento en la silla asignada por su anfitrión sintiéndose un poco confundido con la gran cantidad de lujo que destilaba el hogar del periodista, incluso la mesa rebosaba de exóticas velas aromáticas que reforzaron esa sensación.

-¿Vino?- Taehyung llevaba un par de copas cristalinas en la mano izquierda y una enorme botella de vino añejo en la diestra, Namjoon no pudo rechazarlo porque sabía que terminaría el semblante emocionado del joven y nuevamente iría a casa con las manos vacías.

-Sólo una. ¿Podríamos cenar ya? Tengo un poco de prisa.

-¡Qué suerte, porque justo el pato acaba de salir del horno y está lista para servirse!

Taehyung se adentró en su cocina apenas sirvió el vino, el moreno le ayudó a acomodar los platos con los cubiertos y despejar un poco la mesa de todas esas velas raras. Entonces la carne coronó el festín.

El menú consistía en algo tan sencillo como pasta a la bolognesa acompañada de queso parmesano, pato horneado a la naranja relleno de frutos secos, vino tinto añejo y un delicado postre de mousse maracuyá.

Namjoon se sintió lleno tan sólo de oler, pero Taehyung fue más veloz para llenarle el plato antes de pensar en rechistar. Nunca antes había probado algo tan cremoso como el queso de esa pasta; su paladar tocó el cielo cuando lo combinó con un pequeño trozo de la pierna de ese pato relleno y terminó de aderezar su cena en cuanto el mousse amarillo selló la noche con su dulzor.- ¡Qué manjares, felicítame a tu chef!- Namjoon estaba tan extasiado que se dió el lujo de tocar el delicado abrigo que cubría el cuerpo de Taehyung, quien sólo reía por la inocencia de su comentario.

-Me alegra que le haya gustado, hyung.- respondió con un ligero movimiento de cabeza antes de sorber el último trago de su copa- Diré con orgullo que todo lo he preparado yo.

-¿Todo?

-¡Todo!

-¡Que privilegio...a mí se me quema hasta el agua!- Reveló con un poco de vergüenza, sintiéndose tan cómodos conversaron un poco sobre sus vidas.

Taehyung contó cómo su abuela le había enseñado tanto del arte culinario y también sobre su reciente pasión por la repostería. Afirmó que, de no haber sucedido la muerte de su amada abuela durante su adolescencia, tal vez habría dedicado su vida a enorgullecerse convirtiéndose en uno de los mejores chefs del presente.

Namjoon se sentía conmovido por sus gestos y reacciones, aunque estaba limitándose a escucharlo, decidió que tal vez era una buena oportunidad de abrirse un poco más con alguien fuera de sus círculos comunes, se notaba a leguas que el periodista en realidad no tenía interés en destruir su carrera como artista.

Contó un poco de su niñez, el periodo donde Ilsan lo hizo tan feliz de estar rodeado de sus abuelos paternos y todos sus demás tíos: aunque sus padres y hermana hubieran muerto en un accidente cuando apenas era un bebé, nunca se vió desamparado en la vida. Principalmente su abuelo lo había impulsado a trabajar en sus proyectos personales, algo similar a la manera en que la abuela de Taehyung lo inspiró a aprender artes útiles para el bien vivir.

En eso estaban, Namjoon narrando la anécdota de una fallida pesca a las orillas de Seúl cuando tenía diez cortos años- ¡Entonces yo jalé la caña y...!- Fue el teléfono de su anfitrión quien lo obligó a ser prudente y callar.

Inicialmente Taehyung pretendía ignorar cualquier interrupción, pero leer el nombre del emisor en la pantalla lo puso en alerta y en pie.

-¿Me das un segundo?- preguntó un poco apenado cuando la el entrecejo de Namjoon pareció entristecerse, entonces se apartó un poco hacia el pasillo de la entrada a escuchar de lo que se trataba, seguramente un problema fuerte, pues su mejor amigo no solía llamarlo durante las noches desde que formalizó su relación con el odioso de Yoongi. -¿Hola?...

El moreno no quiso escuchar nada, no quería verse como un metiche en ese contexto, además que recordó las razones que lo habían llevado hasta ahí. Estaba en ese dilema hasta que escuchó la preocupación en las palabras que Taehyung gritó contra el auricular del dispositivo.

-¡El cabrón te ha dejado afuera!... ¡Ese hijo de perra me va a escuchar!, ¿Cómo que no le diga nada?, ¡Agh! No te preocupes,llego en veinte minutos. Te veo en el Seven Eleven de siempre. Adiós.

Namjoon fue dejado de lado, lo sabía así que prefirió tomar su gabardina del perchero en la entrada y esperar en la puerta principal antes de que el anfitrión tuviera que echarlo por mera educación.

Taehyung iba a regresar al comedor a dar fin a su velada, pero notó al invitado en la salida, así que bajó la mirada antes de excusarse- Lo lamento mucho, me hubiera gustado hablar un rato más...mi amigo tuvo problemas con su pareja y tengo que ir a ayudarlo, ¿Podemos posponer una vez más el tema de la chaqueta?

-Oye, pero dijiste...- el moreno pretendía repelar, pero el temblor de las palmas contrarias revelaba que de verdad era un mal momento, así que sólo tomó el picaporte y sonrió comprensivo.

- No te preocupes, el siguiente sábado estaré libre así que podemos ponernos de acuerdo en la semana. Espero que todo mejore para tu amigo. ¡Buenas noches, Tae!