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El vapor ardiente era capaz de cubrir cualquier tipo de silueta dentro de los escasos metros cuadrados de aquella habitación destinada a usarse para desechar lo que al cuerpo no le es útil, un sitio que contaba con apenas un retrete, el lavabo y un espacio en el cual quitar la suciedad de la piel. Para amantes poco exigentes resulta el lugar más maravilloso del mundo.
A hombres tan sencillos como Namjoon les bastaba contar siquiera con un poco de espacio en el cual sostener sus manos mientras su acompañante en turno trabajaba empeñosamente en los asuntos de la retaguardia. El agua tibia era uno de los mejores lubricantes para dilatar el cuerpo humano, eso el artista lo sabía muy bien, tan bien que se atrevía a dejar que todo lo salino del sudor se mezclara con la insonoridad del líquido que escurría entre el torso y las caderas. Ese placer provisional era tan deleitante que le borraba de la cabeza cualquier otra idea de otra índole, lo relajaba tanto sentirse invadido por otro individuo, sólo era capaz de moverse al par de las caricias fervientes que daban como reacción natural un leve gemido susurrado entre dientes sin intención alguna de querer parar.
La sesión de esta noche era dirigida por el mismo tipo que llevaba enredado entre las piernas desde aquel incidente donde casi sintió que perdía todo lo trabajado hasta entonces, le encantaba sentirse devorado por sus delgados labios simétricos que le pintaban corazones violáceos en la delicada piel del cuello mientras olía de apoco sus cabellos llenos de espuma olor a naranja. Él se dejaba hacer lo que quisiera, bastaba con saber que estaban juntos en una posición donde quedaba sentado cómodamente entre sus firmes piernas mientras sus manos sutilmente abrían el camino entre el par de montañas aterciopeladas, quizás había amor, esta sesión era distinta por alguna razón.
-Me gusta...- dijo con un breve hilo de voz -tócame, tócame ahí...
Ese tacto dulce se volvió tan adictivo con apenas un par de semanas en el ruedo, amaba sentirlo, despertar el deseo en ese hombre que lo domaba más allá de los palabras se volvió su actividad favorita apenas su jefe lo obligó a alejarse un poco más del reflector. A ciencia cierta no sabía si le gustaba la atención o el entretenimiento, pero hacerlo bajo el agua lo enloquecía tanto que estaría dispuesto a entregar todo con tal de asegurarse de que Taehyung al día siguiente volvería amanecer ahí.
Desde que fue obligado a salir del ojo público la situación se hizo más difícil de lo habitual, pues Namjoon era incapaz de concertarse en su pasión principal de toda la vida: componer música, su cabeza sólo recordaba lo último del incidente con su antiguo mejor amigo, aunque también se aferraba a las sensaciones maravillosas que el periodista daba en los últimos tiempos.
Por eso, justo ahora había logrado convencerlo de "bañarse" juntos después de su última cita en donde lo pasaron recorriendo parques solitarios donde nadie pudiera seguirlos e identificarlos, pues cabe aclarar que los dos seguían siendo personalidades públicas importantes, fue una tarde donde no hubo nadie que irrumpiera en sus pensamientos y acciones sin tener algún tipo de crítica destructiva. Fueron Taehyung y Namjoon, humanos de carne y hueso que disfrutaron un picnic al medio de la nada con la única preocupación de dedicarse a buscar figuras lindas en las nubes y dedicarse palabras bonitas acompañadas de un casto beso o una flor.
¿Qué tendría de malo querer cerrar el día con un breve encuentro?
Bueno, la verdad es que ninguno de los dos lo pensó.
-¡Ahg, Namjoon...- Ahora era el periodista quien se dejaba consentir por la boca voraz de su moreno- dale, justo ahí, amor!
Las succiones lentas y precisas iban a provocar que el hombre llorara de comodidad, la experiencia los favorecía a ambos a estas alturas, sólo Namjoon era capaz de provocarle esas reacciones tan genuinas sin necesidad de otro tipo de sustancia que atontara su juicio, pronto sintió como su cuerpo era incapaz de contener por más tiempo su esencia así que los jugos no tardaron nada en pasar a ser parte nueva dentro del artista.
Poco a poco la situación bajó un poco la temperatura, el vapor disminuyó lo suficiente como para permitir que Taehyung pudiera apreciar un poco más de su entorno cuando limpió sus lentes con la tela que utilizaba para secarse en lo que Namjoon solamente terminaba de limpiarse los restos fluyentes entre la parte baja de su cuerpo.
-Iré a acomodar la cama, fue un día tan bueno...sería bueno repetirlo.- El periodista lo miraba con tal cariño que se sintió como cuando le acariciaban su cabello en la niñez.
-¿La cita o el sexo?- Dijo el moreno con un poco de burla, aunque no con una mala intención; sin embargo, la ternura del periodista no se desvaneció. Eso lo hizo sentir un poco fuera de lugar, así que trató de corregirse.- Bueno... tú sabes que con cualquier opción yo estaría de acuerdo.
Una mirada compresiva bastó para que el joven sonriera antes de echar a su acompañante del lugar y terminar con lo empezado, por lo que Taehyung salió bastante contento con apenas una toalla atada a la cintura y otra en el cabello.
La habitación que compartían desde unas cuantas semanas atrás siempre se mantenía lo más ordenada posible por culpa del trastorno obsesivo compulsivo del hombre más joven, de esta manera fue que gran parte de las pertenencias del dueño terminaron en sus respectivos lugares fuera de la caja y la casa en general mantenía una sensación hogareña. A pesar de ser un espacio relativamente pequeño para dos personas, la cama estaba tan limpia que sólo bastaba mover un par de almohadas para mantener la comodidad al dormir.
Al lado de la cabecera había una pequeña de mesita de noche que llevaba cosas tan básicas como una lámpara de luz cálida o un vasito con agua purificada en caso de que a alguno le diese sed a mitad de la madrugada. Normalmente el artista solía colocar sus lentes y teléfono con la alarma previamente programada, aunque esta vez sólo estaba el aparato timbrando el tono de llamada sin control.
Taehyung nunca se había portado celoso con nadie, pero por primera vez sentía que la saliva se convertía en vinagre corriendo por su garganta tan sólo de leer que el emisor de esa llamada a tan altas horas de la noche fue registrado únicamente con un gran corazón.
Sabía muy bien que el moreno tenía un pasado que, al igual que el suyo, no fue precisamente de los más decorosos. Su último encuentro de esa noche era gran prueba de su experiencia en esos ámbitos, aunque eso no desvanecía al pensamiento intrusivo que lo hacía sentirse traicionado por alguien tan fuera de su alcance.
Intentaba resistirse con todas sus fuerzas al impulso de contestarle a quien quiera que el moreno decidió guardar con un corazón, pero las vibraciones contra la madera exasperaban su ser, tal vez lo veía como una señal divina de abrir los ojos para escapar de ese camino peligroso en cuanto pudiera. Tan pronto como Taehyung sostuvo la pantalla entre sus manos sudorosas, Namjoon salió del baño totalmente ajeno de su timbre de llamada como de las acciones del otro.
Era una oportunidad de oro para descubrir cualquier tipo de engaño o mentira, pero Taehyung no pudo soportar la idea de encontrar cualquier cosa que lo alejase de su ser de ensueño, así que únicamente apagó con disimulo el dispositivo y se recostó con la mayor inocencia entre la mullidez de la cama.
-Estás cansadísimo, ¿Cierto?
- Como no tienes idea- entonces el hombre se dejó caer sobre el colchón hasta deslizarse juguetonamente hasta el lado izquierdo de su pareja, entonces ambos intercambiaron besos hasta que el moreno terminó acurrucado sobre el pectoral del menor. El pobre diablo sentía los celos ardiéndole en la garganta, pero sentía el cuerpo tan pesado que le era imposible formular un reclamo por esas llamadas que fácilmente su hyung podría evadir con agilidad con tan siquiera susurrarle algún poema romántico al oído, sólo quería desconectarse de sus experiencias pasadas y dejar que la sensualidad de Namjoon dominara con cada caricia que le dejaba entre su amplio pecho.
La mirada fija de Namjoon lo congeló, intimidaba y excitaba como nadie jamás lo había hecho nunca-No sé que sea lo que pienses- ¿y cómo no iba a enamorarse? Si únicamente bastaba con un breve cruce entre sus ojos para trascender a lo más íntimo de su docilidad- ...pero haremos que esa preocupación se vaya un momento.
Sólo la noche era la única que parecía entrar en razón y portarse pertinente, ni siquiera los pensamientos posesivos de Taehyung resistieron tanto, cuanto menos la persistencia de la persona que se atrevía a llamar por quinta vez al artista a tan altas horas. Él no hacía nada, solamente seguía con su labor de tocar sin ningún pudor cada parte del pobre individuo que vivía una maliciosa vigilia entre los celos y el goce.
-Deséame, deséame hyung.-En otro tiempo, tal vez nadie estaría de acuerdo con ese vaivén, pero el volumen de la música brindada por el timbre telefónico silenciaba sus gruñidos eróticos tan llenos de adrenalina- Dile a quien te llama que yo soy mejor...
Entonces el antojo corporal cesó, Namjoon cayó en cuenta de la pantalla cristalina que vibraba en la mesita de noche, bastó leer el nombre para tener un mal presentimiento sobre lo que podría suceder si decía una palabra más. Sin importarle la erección ajena, se levantó de su lugar y salió con suma preocupación al pasillo que dividía el pequeño cuarto de la sala principal.
Taehyung sintió que el mundo se le caía encima, desnudo y miserable, tomó valor para escuchar lo que fuera que sucedía entre esas dos personas que parecían no ser tan ajenas a él.
La puerta de madera delgada le permitía escuchar con una mediana claridad los sollozos de un angustiado Namjoon que suplicaba por algo que no entendía del todo, pero parecía hablar de alguna especie de rivalidad que lo ponía en riesgo.
Como aparentemente el periodista no figuraba dentro del tema, lo cual calmaba un poco sus instintos, estuvo a punto de volver a la cama a pensar en alguna manera de tratar de ayudar a su compañero hasta que un diálogo en particular provocó que se enfocara aún más en la conversación-¿Qué puedo hacer, ya sabes, para que pueda volver?- No había alguna situación laboral que pusiera en riesgo al artista o a su equipo, según lo que recordaba, pero el tono suplicante del hombre cegó a Taehyung de cualquier otra opción posible.
Me va a abandonar
Pensó el hombre empuñando sus manos, indignado tomó su ropa y salió sin importarle que su compañero estuviera nervioso preguntándole por lo que hacía. Sin siquiera despedirse o mirarlo, huyó del lugar con un azotón de puerta que obligó a Namjoon a lanzar su teléfono sin tomarse la molestia de colgarle al interlocutor para ir tras el joven a pesar de estar medio desnudo.
¿Me acaba de abandonar?
Intuyó apenas llegó a la puerta principal del edificio y divisar las luces traseras del lujoso automóvil del periodista a varias calles de distancia.
Sin más que hacer, sólo sintió que una parte de su alma seguía persiguiendo ese auto mientras que su cuerpo permanecía inmóvil entre la sorpresa e indignación brindadas durante ese pequeño fragmento de madrugada y con el solemne mensaje de Taehyung dejado en su buzón de voz.
Tal vez sería mejor no involucrarnos más, hablando emocionalmente.
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