La desolación del amor.
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No había mejor despertar que esté, con la fabulosa mezcla de su propio aroma con el de Guillermo acobijados por el pequeño e improvisado nido del omega; saber que contaba con la protección y el cariño de su pareja era una sensación muy satisfactoria. Admiró fascinado el rostro tranquilo de su acompañante, acarició sus rizos rebeldes y sin poder evitarlo beso su frente ante el impulso que nació de su corazón desbordante de amor.
¿Cómo vivió todo este tiempo sin la compañía de ese hombre? No lo sabía, pero estaba seguro de que no iba poder seguir sin su cariño.
—¿Te duele? — murmuró Memo con los ojos entreabiertos, mientras se pegaba más a su cuerpo.
—No me duele nada, mientras sigas cuidando de mí no debes preocuparte.
—Estás todo menso.
—Pero así me quieres.
Guillermo guardó silencio mostrando una leve sonrisa, su mirada somnolienta se poso en los labios del argentino y lo besó con cariño, en un movimiento lento donde ambos probaban el sabor del otro con el mismo deseo.
Al separarse Lionel abrió los ojos sin recordar en qué momento los había cerrado y agradeciendo poder estar así con su omega, tal vez estaban precipitando todo, pero estaba seguro de que no estaba haciendo nada incorrecto. Sintió la lengua del omega en su cuello donde estaba la marca que había hecho, sintiéndose dichoso al ser suyo pero la sensación de que algo faltaba no se fue de su mente aún después de volver a terminar entre las piernas del mexicano.
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—¿Por qué llegamos tan temprano? —preguntó Kevin a sus compañeros, aún estaba adormilado y por eso Hirving le ayudaba con su mochila.
—Eso fue lo que nos recomendó Rafita —se limitó a contestarle mientras entraban al aeropuerto siendo atacados por un montón de luces y un millón de voces que se perdían entre el caos.
Habían salido temprano, sin avisar a nadie a qué hora regresarían a México para irse de la forma más sigilosa posible pero ahora se encontraban rodeados por la prensa y un grupo de aficionados resentidos que los abucheaban mientras les lanzaban cosas por montón con la intención de lastimarlos. Los de seguridad ya estaban rodeándolos para ayudarlos a moverse.
Kevin se dejó resguardar por Hirving mientras notaba como café caliente caía sobre ellos al igual que los insultos y si les dejaron caer alguna otra cosa fueron opacadas por la sensación irritante del líquido caliente escurriendo por su piel.
Fue muy rápido, tardo más en procesar lo ocurrido que el suceso en sí. Estando a salvo en una sala segura con ayuda de Hirving se cambió la ropa y reviso el estado de las quemaduras en su piel.
—Que bueno que Memo no vino con nosotros, así evita malos ratos—murmuró para Hirving el cual estaba muy ocupado colocándole un trapo mojado en agua fría sobre sus heridas.
—Sino es que lo atacan estando sólo — pensó el jugador del Napoli mientras asentía en silencio, sabiendo que si exteriorizaba su pensamiento sólo preocuparía al pequeño alfa — Dime ¿Te arde?
—Si —Kevin tenía los ojos llorosos, pero no soltó ninguna lágrima, tierno ante los ojos de Lozano.
—Bueno, no la quites. Pronto pasará el ardor, pero avísame cuando ya no sientas frío el trapo.
Seguridad había llamado a un par de médicos que no se daban abasto con tan extenso grupo, Hirving sabía cómo tratar las quemaduras y mientras esperaba con los demás ayudaba a quienes podía para controlar el ardor.
La puerta se abrió de forma violenta, Rafael Márquez se quedó parado en la entrada viendo con total horror a su manada y con la misma violencia con la que llegó se fue, dejando a todos con dudas y preocupados.
No es secreto para nadie que Rafa no sabe controlar su irá y es muy fácil que haga cosas que no benefician a nadie.
El alfa trato de calmarse, ya había gritado a todo el personal por la terrible organización y la poca protección que le habían dado al equipo. A su lado se encontraba Javier quien le seguía como si fuera su sombra, su aroma delataba el estrés que estaba pasando, Rafa detuvo su andar y decidió tomarse un pequeño descanso.
— Puedes irte, no tienes por qué seguirme.
—No te estoy siguiendo, cuido que no hagas una estupidez —aclaró Javier.
—No necesito que me cuiden.
—¿Que vas a hacer ahora?
Rafa no comprendió el cambio de tema, pero decidió dejar que Javier se quedará aún sí no sabía que responder a su pregunta. La mirada del omega pasó de él a lo que se encontraba a su espalda, notó el cómo tensó su cuerpo y volteo de inmediato ante el instinto de su alfa interno por acabar con lo que sea que puso así al omega, encontrándose con Lionel Scaloni caminando hacia ellos.
—¿Qué haces tu aquí? —preguntó en un gruñido defensivo y ocultando detrás suyo al omega que le acompañaba.
—Vengo a ver si el omega de Messi está aquí.
—No es el omega de ese estúpido.
—Se llama Guillermo y no, no está aquí —contestó Javier dejándose ver levemente por detrás de Rafa, el aroma de los alfas enojados empezaba a ponerlo nervioso y lo que menos quería era un enfrentamiento.
—¿Por qué lo buscas? —preguntó con brusquedad Rafa mientras volvía a ocultar detrás suyo a Javier.
—Si lo ven dígale que deje en paz a Messi, no permitiré que lo continúe distrayendo pues no les voy a permitir que sigan enredando a mi equipo en sus problemas.
—¿Qué está insinuando? —Javier frunció el entrecejo ante la dirección en la que se había ido la conversación.
—Cállate, yo sé que todo esto es obra de él — señaló a Rafael quién solo le soltó un gruñido de perro rabioso — Odia a Messi y no se qué planea con el otro omega pero les exijo que se detengan.
—Pobre estúpido —escupió Rafael mientras empujaba por los hombros a Scaloni — Tu amigo me vale madres, no vengas a buscar culpables a tu poca capacidad para controlar a tu equipo.
—Bien, por lo menos se cuidar de mi equipo o me negarás que... —Rafael no lo dejó terminar pues estampó su puño en su rostro. El argentino cayó al suelo sentado mientras sujetaba su rostro adolorido.
—¡Rafa cálmate! —pidió Javier mientras lo sujetaba de dónde podía, desacomodado la ropa de su amigo alfa quien se trataba zafar para seguir golpeando a Scaloni.
—¡Suéltame, voy a cerrarle la boca a golpes! — el par de mexicanos forcejeo entre ellos ignorando al otro alfa, quién se levantó lo más rápido que pudo para regresar el golpe, mandando al par de mexicanos al piso.
El omega gimió de dolor al caer sentado con Rafa encima suyo, no soltó en ningún momento a su amigo estrellándose de lleno contra la pared. El golpe lo dejo aturdido en el piso, todo parecía moverse en círculos y entro en pánico al no poder moverse.
Rafael reaccionó ante el quejido de su amigo, lo inspeccionó con la mirada y preocupado se alejó de él para quitarse de encima.
— Y deja de meter a los omegas en tus problemas— habló nuevamente Scaloni mientras se recuperaba y creyó que el alfa mexicano se dejaría amedrentar pero en cambio recibió una patada en las piernas que lo hizo doblarse del dolor.
—¡Ya déjalo Rafa, no vale la pena! — Javier no soltó en ningún momento a su amigo y sintiéndolo removerse entre sus brazos lo apretó más a su cuerpo impidiéndole zafarse.
El par de alfas seguiría peleando de no ser por el intimidante aroma de Cristiano Ronaldo, su mirada preocupada pasó de su omega mareado abrazado a Rafa hasta al alfa argentino que le intentaba mantener la mirada.
—¿Qué está pasando aquí? — exigió saber sintiendo la jaqueca de su pareja por medio del lazo.
—Este idiota paranoico que vino aquí a mal hablar de Guillermo —acusó Márquez sintiendo a Javier cada vez más inquieto entre sus brazos.
Scaloni iba a replicar y defenderse, pero Cristiano negó, se conocían gracias a Messi y aunque no son amigos siempre existió cierta cordialidad entre ellos.
—Por favor, vete —exigió Cristiano poniéndose en medio de ellos plantándose firme ante el argentino. Scaloni abandonó sus ideas violentas y se fue no muy contento.
—Podía solo con él —aseguró Rafa molesto por la intervención del portugués, ganándose una mirada mortal por parte del otro alfa.
—No parece —Cristiano ayudó a su pareja a levantarse totalmente preocupado por el golpe que se había llevado, furioso con Rafa por haber permitido que su omega se lastimara —¿Qué sucede contigo? Parece que no te importa tu manada, sabía que algo me ocultaba Javier cuando me negó acompañarlos, pero jamás imagine que fuera tu deficiencia como alfa.
Rafael no dijo nada ante el reclamo después de todo era consciente de sus errores, quiso acercarse para ayudar a su amigo omega, pero recibió un gruñido de advertencia por parte del portugués de quien había perdido su confianza además de ser percibido por el instinto alfa del otro como una amenaza. Reconoció que había fallado como alfa y que tanto Scaloni como Cristiano tenían razón sobre él, sintiéndose aún peor regresó a su lugar de hospedaje.
—No debiste hablarle así, yo estoy bien — replicó Javier tratando de calmar a su esposo.
—No me digas nada, también estoy enojado contigo —continuo con su regaño. Herido por no tener la confianza de su pareja y sintiendo a su lobo lleno de preocupación. Javier olfateo la inestabilidad de su alfa, trató de confortarlo con su aroma, pero solo recibió una mirada llena de reproche.
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No me desaparecí por gusto, esta vez fue por que me di en la madre con la moto. pipipi
Se me hace raro escribir sin formato APA 😭
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