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Lionel Messi hacía estragos en su mente desde hace muchos años. Durante su primer mundial lo cautivó pero por las cosas que decía el Kaiser de él jamás se le acercó, para el capitán de ese entonces Messi nunca fue de su agrado apesar de ser compañeros en el Barcelona (quizás por ser ambos alfas y tener las mismas metas), durante ese tiempo no le importo evitarlo y era fácil pues él argentino jamás notó su presencia hasta años después.

—¿Te encuentras bien?— preguntó Andrés sacándolo de su ensoñación— Parece que tienes fiebre ¿Estás tomando tus pastillas para lo celos intermitentes?

—¿Uh?— pregunto sin prestarle atención de verdad sintiéndose abrumado por el aroma que tenía impregnado en su ropa, todo le daba vueltas y su lobo pedía con ansias buscar al alfa argentino. Sin pensarlo mucho se encerró en las duchas.

— ¿Qué demonios fue eso?— preguntó de pronto Kevin quien venía totalmente molesto por haber sido intimidado por el delantero argentino, notó enseguida que las feromonas de ese hombre habían estado atacandolo todo el tiempo.

—No lo sé, intente hablar con él pero no parece estar en sus cinco sentidos.

—¿De qué hablas?

Mientras el equipo empezaba a juntarse para especular y chismear un poco, el fuerte aroma descompuesto del omega llenó el lugar haciendo que todos callaran. Kevin frunció el entrecejo leyendo perfectamente la situación y sin que nadie pudiera evitarlo se adentro a las duchas para encarar al portero pero al hacerlo fue tumbado por el omega al piso.

—¿Por qué hueles a él?— preguntó al inhalar su aroma, el fuerte aroma a pino y zarzamora era opacado por el del argentino.

—Noté como te miraba, te ha marcado con su aroma con facilidad y te indujo al celo ¿Por qué huyes de él si es obvio que son destinados?— abrazó al omega internado consolarlo, su aroma hogareño a leche y fresa no era dulce se había descompuesto y ese toque frutal asfixiaba. Memo no dijo nada, no respondió solo trató de calmarse inhalando el poco aroma que quedaba de argentino, apesar de ser persistente fue casi borrado por el aroma del alfa menor.

—Es fácil para ti, tu tienes un don para ver esas cosas. Él es un pendejo —comentó frustrado y Kevin no tardó en darle la razón pero sus esfuerzos por mantenerlo tranquilo eran en vano, necesitaba al alfa argentino si quería evitar que entrará en celo ahí mismo. Se disculpo mentalmente por lo que iba a hacer así que con cuidado se impregnó del aroma del omega y con poca delicadeza lo separó de su cuerpo para así huir del lugar.

—¿Qué ocurrió? —preguntó Herrera al sentir con asco el aroma del omega en el cuerpo del pequeño alfa —Apestas.

—Les cuento después, por ahora eviten que salga de ahí y saquen a los alfas.

Guardado suspiro cansado, el sólo quería volver con su esposa e hija para descansar al fin. Resignado hizo caso al muchacho y saco a los demás alfas de los vestidores.

...

El equipo argentino estaba preocupado su capitán no daba señales de vida, ni siquiera se había cambiado en todo el rato que habían estado en el vestidor. Esparciendo sus feromonas por el lugar intimidando a todos los que podían sentirlas.

—Ya me preocupé, ¿Hicimos algo indebido que nos saque del mundial o por qué se encuentra así?— pregunto Lisandro a Di Maria.

—No, es algo diferente. Iré a hablarle— con cuidado de no molestar al alfa trató de acercarse de a poco, carraspeo para llamar su atención pero fue ignorado —Messi— le llamo pero aquel hombre se mantenía mirando el piso con un semblante decaído y preocupado.

En la mente del alfa se repetía una y otra vez el rechazo del omega, no podía soportar el haberlo visto tan reacio a hablar con él y sobretodo verlo irse de esa manera.

—Dios mío, lo hemos perdido —se quejó Enzo al verlo lamentarse tanto.

—Messi ¿Qué pasa amigo?— preguntó Di Maria tomando del hombro al alfa y ganándose un gruñido por eso, sin dudarlo lo soltó y corrió hasta la otra punta del vestidor, casi en la salida esperando el momento oportuno para huir.

El capitán regreso a su posición anterior mientras su lobo lloriqueaba internamente queriendo ver al omega e intentando suprimir sus deseos para no cometer una locura. Antes de que el vestidor se llenará del aroma descompuesto del alfa, la puerta del vestidor se abrió de una patada. Uno de los mexicanitos había entrado con un aroma igual de descompuesto que el del capitán, causando la confusión del grupo al saber que el muchacho era alfa y su aroma no podía ser ese.

Kevin observó furioso a todos su mirada era suficiente para intimidar a cualquiera esos ojos grandes eran autoritarios y severos al escanearlos —¡Tú!— señalo al capitán del equipo argentino —Tienes que venir conmigo, si eres un alfa de verdad tienes que arreglar tus pendejadas.

Toda la escuadra argentina quedó con la boca abierta más aún al ver la mirada poco amigable de su capitán y el como el chico mexicano le mantenía la mirada, Kevin se acercó al otro alfa e inteligentemente se dejó intimidar por sus feromonas, provocando un hueco en el corazón del otro.

—¿Por qué hueles a...? —Messi quería reprochar y encarar a ese niño irrespetuoso para mostrarle quién mandaba pero el único aroma que provenía del él era el del portero mexicano y su lobo se calmó al recibir el mensaje que le había enviado el omega con su aroma.

—¿Quieres verlo? Ven, tienes que ayudarme. Pero si la sigues cagando te mataré ¿Me escuchas? —Messi hizo caso cabizbajo, siguiendo al chico quien había salido corriendo hacia el vestidor del equipo mexicano yendo detrás suyos los demás argentinos.

Antes de llegar a la puerta del vestidor se encontraron con medio equipo mexicano hablando como verduleras y peleando alfas con betas por la situación.

—Me vale que dijo Kevin, es un niño ¿Qué sabe de estás cosas? Necesita ayuda y lo hemos dejado solo —reclamó Chucky, siendo secundado por Alexis.

—Es que yo no estoy haciéndole caso a Kevin, Andrés y Héctor dicen que no, así que no es no. Chinga a tu madre —respondió Raúl intentando ser intimidante, detrás suyo estaba Herrera respaldando al beta provocando que Chucky solo chasqueara la lengua y se alejara de la puerta haciendo berrinche.

—Abranse, pip pip— pidió Kevin abriéndose paso entre sus compañeros siendo seguido por Messi.

Los argentinos veían todo con los ojos cuadrados ¿Cómo ese muchacho podía ser amenazador y tierno a la vez?.

Messi era ajeno a todo, el aroma que portaba aquel muchacho era leve. La persona que buscaba estaba dentro del vestidor y sin dudarlo entró a buscarlo, no supo en qué momento se quedó sólo. Pero sabía que tenía que encontrar rápido al omega, guiado por el instinto se encamino hasta las duchas.

Esta era su oportunidad de arreglar las cosas, todo reducido a si abría la puerta o decidía no hacerlo. Recargo levemente sus manos en la puerta de las duchas inhalando levemente el aroma del omega, llamado por sus feromonas abrió la puerta encontrándose con una imagen que le oprimió el corazón de nueva cuenta.

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Tengo mucho que expresar, tantas ideas que plasmar que no sé cuáles poner unU.

Yo siento que Kevin Álvarez huele a pastes, nc es que como es jugador del Pachuca.

En fin espero les haya gustado, nos leemos a la próxima.