Besos sabor a pizza.
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Messi llevaba un buen rato cuidando del omega y en ese tiempo mucha gente había llegado a la puerta de su cuarto para saber de Guillermo, como por ejemplo aquel beta confianzudo que era amigo del hombre del que cuidaba.
—Lamento molestarlos. Traje un par de cosas que podrían ayudarles, algunas cosas fueron difíciles de conseguir pero espero les sea de ayuda —El alfa lo miro de mala manera pero el beta lo ignoró mientras le entregaba con cierta violencia una mochila llena de cosas —traje también un cambio de ropa para Memo.
—Yo me encargo de mi omega, no necesito ayuda —ante lo dicho Andrés hizo una mueca rara pero no sé mostró intimidado.
—Nadie te está ayudando. Secuestraste a mi amigo, por lo menos dale esto —quiso agregar más pero aún se sentía mal por su pequeña lesión, así que se trago sus palabras y se fue. Dejando al alfa con las palabras en la boca y con nula delicadeza cerro la puerta de un portazo.
Se adentró a la habitación donde dormía el omega para ver cómo estaba, al notar que su aroma se había vuelto dulce de nuevo se tranquilizó bastante y con eso su buen humor volvió.
Sus compañeros le habían estado llamando para preguntarle si entrenar pero la verdad solo le interesaba cuidar de Memo, si se perdía el juego con Polonia no importaba solo quería quedarse al lado del mexicano hasta que se recuperará. No iba admitirlo pero quería saber que le había mandado el beta al omega, sabía que eran grandes amigos pero no quería saber que tanto; se mantuvo un buen rato viendo la mochila preguntándose qué había adentro y como gato curioso la abrió descubriendo que había supresores, varias cajas de té y enrollada en la ropa condones y anticonceptivos. Sin poder evitarlo se le subieron los colores al rostro, se mente rápidamente viajó a los escenarios donde utilizaba esas dos últimas cosas.
Salió del cuarto con rapidez arrepentido de ver eso. En todo este tiempo la idea de garchar no había pasado por su mente, tal vez al principio pero era demasiado pronto para eso (o tal vez no) pero es que esa pequeña mochila solo le confirmaba una cosa: Andrés Guardado y Memo eran más cercanos de lo que parecían ¿Con cuántos alfas más le habrá ayudado? No quería saber. Estuvo un buen rato viendo el paisaje para tranquilizarse, quería ser un buen alfa cortejarlo como se debía y no deseaba cometer más errores, así que cuando estuvo más calmado regreso al cuarto solo para encontrarse con el omega despierto esculcando la mochila que le había traído el beta.
—Lamento que vieras eso, Andrés suele ser muy precavido pero sobretodo exagerado — su rostro somnoliento y tranquilo le provocó algo al alfa, no entendía que pero le encantaba verlo así hasta se le olvido que había visto en la mochila —gracias por cuidarme pero creo que ya es hora de irme, estoy seguro de que tienes muchas cosas que hacer, nos espera un juego importante el miércoles.
— ¿Ya te sientes mejor?
—No te preocupes, estaré bien.
El lado más primitivo de Messi estaba inconforme no queriendo dejarlo ir, se veía pálido y cansado no quería que se fuese: —Deberías quedarte un poco más, no me molesta.
—No tienes porque hacer eso, ya haz hecho mucho por mí —Ochoa cerró la mochila, se levantó y empezó a buscar sus zapatos para poder irse.
—Quedate un poco más, porfavor.
—¿A qué me quedaría? Aunque digas que no te molesta no deberías preocuparte tanto por mí, no eres mi alfa —las palabras duras pero ciertas del omega provocaron un malestar en su corazón.
—No me sentiría bien de que te vallas de esa manera, no soy tu alfa pero somos amigos ¿No? O por lo menos compañeros.
Memo al fin acepto a quedarse un rato más aunque fingiera que se quería ir sólo deseaba quedarse un poco más ahí, llenarse del aroma del alfa y grabarse en la memoria cada gesto, cada facción y acción del hombre enfrente suyo que con tanta pasión le pedía quedarse con el un rato más.
—¿Te gustaría comer algo, beber algo? — atacó Messi con todas las intenciones de consentirlo.
—No gracias, estoy bien por ahora. Calmate un poco o tendré que preocuparme por ti.
—Perdón —El alfa estaba nervioso, llevaba años sin querer cortejar a alguien y parecía un novato — ¿Enserio no se te antoja nada?
—Nada de nada, me voy si me vuelves a preguntar.
El alfa se quedó callado un rato, pensando en que decir si no se detenía pronto su cabeza soltaría humo. Memo sonrió embobado, era un alfa tierno nada comparado a lo que era en la cancha, siempre le ha parecido curioso como maneja eso pero sabe perfectamente que es un blando que existen alfas delanteros más atroces pero sin duda ninguno mejor que él.
—Mañana será agotador ¿Cómo crees que les valla contra Polonia? —preguntó Memo tratando de sacarle conversación mientras se hacía un espacio en la cama para que el alfa se pudiera sentar.
Ambos se quedaron sentados en la cama platicando de todo y nada a la vez, teniendo roces discretos y miradas tiernas, las horas pasaron hasta que terminaron tumbados en ella, incluso ordenaron una pizza.
—Sabía que te gustaba la pizza no que te la tragabas como agua —se burló ochoa al verlo comer como animal.
—Por eso me la prohibieron, dicen que es malo para la salud pero yo necesito de esto para vivir —dijo saboreando la tercera porción de pizza que se metía a la boca.
—Tranquilo aquí nadie te la está quitando, mastica bien o te vas a...— no termino su frase gracias a qué Messi se terminó ahogando, Memo se burló mientras le palmeaba la espalda y cuando lo vio más tranquilo le dio un vaso de refresco.
— Gracias por un momento me veía viendo el mundial desde el cielo —se limpio el boca con el antebrazo y al sentirse mejor siguió comiendo.
—Junto a Maradona, dos grandes de Argentina viendo perder a su selección —se acomodó al lado de Messi listo para ayudarlo por si se volvía a ahogar.
—¿Por qué perderían? —preguntó extrañado el alfa dejando de lado la comida.
—Porque sin ti perderían, ya sabes eres el mejor —elogio sincero, acercándose un poco más.
—Es lindo que creas eso pero sin ellos no sería ni la mitad de lo que soy —de forma poco disimulada observó los labios finos de Memo, los cuales se habían pintado de un color rojo brillante gracias al refresco.
—Lo dudo, no importa con quienes juegues siempre luces de los demás —Ambos se miraron sonrientes, estaban demasiado cerca. Sus aromas se habían fusionado en una combinación amigable a sus narices, dándoles una sensación hogareña como si estuvieran en casa. Sus miradas se cruzaron y de forma lenta acortaron la distancia para darse un beso cargado de cariño, los brazos de Memo abrazo el cuello del alfa y las manos de Messi acariciaron las caderas del omega.
El mexicano se recostó en la cama dejando al otro encima suyo. Al separarse sus ojos solo podían ver al alfa, lo quería pero tenía demasiadas dudas no quería arruinarlo y temeroso lo soltó de apoco, Messi tomo una de sus manos y la beso.
—¿Me dejarías cortejarte? Deseo ser tu alfa, lo he querido desde hace mucho tiempo —sus ojos dilatados le suplicaban por un sí. Y Memo hipnotizado asintió con la cabeza.
—Me encantaría —respondió quedito. Tenía dudas, demasiadas pero las olvidó todas al ser besado nuevamente por aquel alfa.
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No mamen gente me ha pasado tantas cosas en estos días de ausencia, primero me quemé el menique con una pistola de silicón y en la noche casi me pica un alacrán, wey neta yo me acosté en la cama porque estaba cansada y siempre la sacudo pero yo venía cansada y no lo hice, lo bueno es que cuando lo vi estaba en el otro extremo. Y ya, lo mataron y del pinche susto se me olvidó escribir porque se suponía que iba a estar desocupada. Al siguiente día que me llega mi familia con su perro que se moría en calentura y yo de wtf amigo aquí no es veterinaria y salimos en chinga al veterinario, wey yo andaba lavando mi refrigerador, todo se descompuso :(
Ustedes:
Olvidando eso, ya me quite varios pendientes así que volvemos a nuestras transmisiones normales qdice
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