XXI: Un amor sin final
—Es mentira! Todo lo que dijeron es mentira!— Una y otra vez Aioria repetía lo mismo, aunque eso ya era inútil, puesto que nadie creía en nada de lo que el decía.
—Aioria... Creo que ya sabes lo que te espera.— Mencionó el patriarca Shion, cubriendo su rostro con una de sus manos. Todo lo que había escuchado de Aioria, lo dejaba indignado. Debido a que por eso mismo había cometido varias injusticias con el caballero de Acuario, todo por haber creído en las mentiras del Leo.
—Que!? No patriarca... Lo que dijeron no es cierto! Ellos están resentidos por el entrenamiento que les doy!— Aioria dejo de lado su orgullo y se arrodilló ante el patriarca, esperando obtener compasión del mayor.
—Y que hay de lo que dijeron Saga y Death? Eso también es parte de un resentimiento?— Preguntó con molestia Shion.
—Eso... Patriarca... Por favor no puede castigarme... Milo, Aioros digan algo!— La desesperación de Aioria creció aún más cuando vio que los únicos que podían ayudarle, le daban la espalda.
—Lo siento Aioria, tu mismo te buscaste esto...—Mencionó con dolor el caballero de Sagitario. Quería a su hermano, pero ya no podía encubrirlo, además ¿Que excusa inventaria para desmentir todo lo que había escuchado?
—Aioria! Después de todo lo que hiciste aún quieres ayuda! No seas tan descarado!— Grito con molestia el caballero de Escorpió. No sabía cómo explicar lo que sentía en esos precisos momentos. Lo único que predominaba en cada uno de sus pensamientos era la molestia, rabia y tristeza. Repaso cada uno de sus recuerdos con Camus y lo que había pasado, todo lo que le hizo no tenía arreglo. Sabía muy en el fondo que ni arrepentido y suplicando de rodillas tendría el perdón de su ex amor. Su mirada rápidamente se dirigió hasta el galo, quien solo se mantenía abrazado de Deathmask.
—Death... Solo vámonos.— Suplico el caballero de Acuario en un susurro. Death solo le beso su frente y tomándole de la mano lo alejó del lugar.
Sin embargo, Aioria no los dejaría ir tan fácil, miro con rabia como ambos se alejaban y toda la molestia que sentía se dio a notar en su cosmos. Como todos aún estaban confundidos por la situación, nadie se dio cuenta que Aioria lanzaba su plasma relámpago contra Camus, nisiquiera Death, pues el pensaba que con lo ocurrido todo había acabado.
—Camus!— Death se alarmó al momento que el ataque ajeno había rodeado a su pareja, trato de defenderlo, pero la velocidad de Aioria fue aún más que logró estar sobre Camus, con sus manos sobre el delgado cuello del galo.
—Ganaste Camus... Pero no creas que seguirás con vida! No después de lo que me hiciste!—
—Suelta...me— El francés trato de separarse de Aioria, pero el ataque que le había lanzado lo había debilitado.
Antes de que Death interfiriera, fue Milo quien lo hizo, usando una de sus agujas escarlatas contra el pecho de Aioria.
Camus se sorprendió ante ese ataque imprevisto, ya que Aioria escupía algo de sangre, el agarre había disminuido y Aioria había caído a un costado del caballero de Acuario.
—Cuánto más daño piensas causar Aioria!? Y delante de nosotros, solo dejas en evidencia que todo lo que dijeron es cierto!—Milo se acercó a su pareja con un aura temible. Se agachó para quedar cerca del Leo y con su aguja escarlata lo amenazó.— Alguna vez te dije que si dañabas a Camus, tu lo pagarías... Me destrozaste y no solo a mi! A los caballeros de plata, Death, Camus, incluso a tu propio hermano!
Más que la aguja escarlata, lo que le había dolido a Aioria fueron las palabras de Milo, se cubrió el rostro con ambas manos y algunas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. Pero eso no sería suficiente para calmar la molestia de Milo ni la de los demás. En pocos segundos ya todos sus compañeros lo tenían radeado, todos mirándolo con desprecio y decepción.
—Por las buenas Aioria, ponte de pie y deja que tus compañeros te lleven a una celda. No hagas esto más difícil.— Quien intervino fue la diosa Athena, quien se acercó hasta donde estaba Aioria. Rápidamente Milo se puso de pie para hacerse a un lado y dejar que su diosa se encargará de la situación.
En ese momento Camus se abrazo a Death y oculto su rostro en el pecho de su novio, quien desde una distancia prudente observó lo que pasaba. Esta vez no uno lucha, ni siquiera Aioria se atrevió a contestar, simplemente se puso de pie y mientras era escoltado por Aldebarán y Saga mantuvo la cabeza agachada hasta llegar a la celda.
Pero no eran los únicos que estaban así, algunos como Afrodita, Shura y Aioros estaban igual. Todo por que estaban avergonzados de su comportamiento que tuvieron con Camus, ninguno de ellos tenía el valor para mirar al galo o a Death, quien fue el único que lo defendió de todo ataque de Aioria.
—Que estúpidos fuimos...— Afrodita trato de acercarse con timidez hacia donde estaba el galo, pero se detuvo al no saber cómo disculparse. Mira a su pareja y Shura se acercó junto con el.—Camus... Death.
—Camus, por favor disculpanos... Nos dejamos engañar por todas las mentiras de Aioria y... Lo sentimos.— Comentó Shura más que apenado, mientras que sus demás compañeros se sumaban a eso.
Camus y Death pronto estuvieron rodeados de disculpas y súplicas. Pero Camus, nisiquiera los escuchaba, aún estaba sorprendido por lo que pasaba que creía que era un sueño, a lo lejos vio cómo se llevaban a Aioria y no se sentía feliz por lo que pasaba, pero si se sentía satisfecho y tranquilo. Tal vez ahora su vida tomaría un rumbo normal ya que no tenía cerca a Aioria para lastimarlo.
—Si... Lo sentimos mucho Camus, debe haber sido difícil para ti, solo escuchamos a Aioria y pensamos mal de ti. No debimos haberte tratado mal sin antes comprobar la información, se que parece descarado venir a disculparse ahora.... Oh tampoco esperamos que nos perdones, se que merecemos tu desprecio...— Mencionó Afrodita con la cabeza agachada, el había sido uno de los que más confiaron a Aioria y ahora solo veía la verdad y maldad que había causado.
—Para ser honesto, incluso si se disculpan no cambiará todo el daño que hicieron, pero no puedo vivir con ese resentimiento. Así que los disculpo, gracias por tener el valor de disculparse.— Las lágrimas salieron del rostro de Camus sin desearlo, no esperaba que sus compañeros se disculparan con el, lo que le hizo sentir bastante bien.
—Entonces nos perdonas?.—Pregunto Afrodita más que emocionado y abrazando al galo. Sin duda sentir que sus disculpas eran aceptadas con toda sinceridad, le quitaban un peso de encima.—Jamás dudaremos de ti otra vez.
Parecía que ahora todos se dieron el tiempo para hablar con el galo, ofreciéndole sus más sinceras disculpas, con el arrepentimiento que sentían. Incluso el mismo patriarca fue quien se disculpó con el galo, seguido de la señorita Athena, por no estar pendiente de lo que pasaba en el santuario. Tal vez si hubiera interferido desde antes, sus caballeros no habrían sufrido tanto.
Seguido de Athena, quienes se acercaron a Camus fueron los caballeros de plata, Dante, Misty y Capella. Este último fue quien se arrodilló ante Camus y agachó su cabeza.
—Por favor discúlpeme caballero de Acuario, si no hubiera hecho caso a las amenazas de Aioria, usted no habría tenido que pasar por todo esto...— Dijo Capella con total arrepentimiento, ya que él había sido uno de los responsables en todo lo que había pasado. Pensó que ni siquiera el caballero de Acuario quería verlo, pero grande fue su sorpresa cuando Camus también se arrodilló y le tomo de la mano, mostrándole una tierna sonrisa.
—No fue tu culpa Capella, solo fuiste un peón en el juego de Aioria, pero no te guardo rencor... De no ser por todo lo que pasó... Jamás hubiera estado junto a Death, y soy feliz solo por tenerlo a mi lado.— Declaró Camus con total amor, Death sonrió al escuchar aquello, y ayudo a Camus a ponerse de pie. Pensó que era momento de irse, esto más debido porque Milo ya se acercaba a Camus.
—Se que todos ahora están arrepentidos, pero aunque Camus no lo vea así, yo considero que están haciendo bastante hipócritas, debieron tratarlo mejor, no solo dejarse llevar los rumores de Aioria.— La mirada de Death se dirigió a Milo, quien detuvo su andar y que detuviera cualquier cosa que intentará hacer.— Y Milo, debiste creer a Camus, el nisiquiera debía explicarte lo que paso, Además Camus te había mencionado que no conocía a los caballeros de plata, así que... ¿Como era posible que te engañara con alguien que no conocía?
Al escuchar lo dicho por Deathmask, el caballero de Escorpió pensó en lo que había ocurrido justo horas antes del cumpleaños de Misty y claramente una frase de Camus hizo que se quedará pálido.
—No Milo, me voy a sentir incómodo rodeado de tantos caballeros de plata que en su mayoría no conozco.—
Esas palabras resonaron en la cabeza de Milo y fue muy tarde cuando se dio cuenta de su error, cayó de rodillas al ver lo que había ocasionado. Sobre todo que había perdido a la persona que amaba por los malos entendidos y su capricho de no querer escuchar. Nisiquiera su orgullo tenía valor ahora que lo había perdido todo. Los ojos de Milo se llenaron de lágrimas y observó como Death y Camus se alejaban del lugar, dejando con una gran opresión el corazón de Milo.
—Perdón... Perdón...— Susurro más que dolido el caballero de Escorpió, aunque sabía claramente que ese perdón jamás llegaría a los oídos del que alguna vez fue su amado, del que alguna vez lleno de promesas y del que se encargó personalmente de romperlas, hasta que nisiquiera dejo cenizas de ese amor. Lo había perdido...
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La boda de Aioria se había convertido en el expiatorio de muchos caballeros, pero deberían hacer mucho más para dejar en claro su arrepentimiento. Entre los que pensaban en aquello, era Saga, quien de todos los caballeros, había traicionado a Camus por cubrir los errores de Aioria y ahora tenía la oportunidad perfecta de vengarse.
Al llegar a la prisiones Aldebarán se retiró primero, dejando que Saga se encargará del resto, sin saber que dejaba a Aioria en manos de alguien sediento de venganza.
—Es interesante todo lo que dijeron sobre ti... Creí que fuiste despiadado con tu hermano, pero eso no se compara con todo el daño que le hiciste a Camus.— Saga no tardó en meter a Aioria en la celda, en la que el también entro, causando que el caballero solo retrocediera por temor a lo que posiblemente le hiciera.—Sabes... creo que de todas formas seré castigado por el patriarca por haber ocultado la verdad, así que le sumaré algunas razones más para recibir un castigo adecuado.
—Sabes que mi hermano jamás te lo perdonaría.— Aioria estaba acorralado y está vez ni sus palabras podían salvarlo.
—Eso crees? Estoy seguro que tú hermano está tan decepcionado de ti que ya no le importará lo que te pase...— El cosmos de Saga empezó a rodear la celda, a lo que Aioria trato de hablar y suplicarle que se detuviera, sin embargo eso no freno el ataque que Saga le lanzó. Pronto el traje blanco de Aioria se tiñó de manchas rojas de su sangre y eso no detuvo la lluvia de golpes que recibió por parte de Saga.
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—Cómo pasó esto?— Camus aún estaba algo consternado por lo que había pasado y no estaba del todo tranquilo. Pero luego sintió como Death envolvía sus heridas.
—Bueno... Fue un poco tarde, pero creo que gracias a los caballeros de plata es que todos se animaron a hablar sobre la crueldad de Aioria.— Con amabilidad respondió Death, tragándose la verdad, era obvio que no le diría a su amado que el tenía algo que ver con lo ocurrido. Si hablaba, era probable que Camus lo odiara por como acabaron las cosas.
—Sabes... No me agrada Aioria, pero el estaba bastante ilusionado con esta boda, creo que verlo una última vez no estaría mal.— Camus sonrió ligeramente, a lo que Death beso el torso de su mano, sin duda su pareja tenía un corazón noble, que aún ante malas personas, seguía siendo amable.
—Si estás mejor, vamos a ver cómo está Aioria.— Sugirió Death, a lo que su pareja le respondió con un "si", así que los dos se dirigieron hasta las prisiones.
Ninguno de los dos esperaba ver que dentro de la prisiones estaban el patriarca junto con la señorita Athena dictando la sentencia del caballero de Leo.
—Luego de escuchar las declaraciones de varios caballeros sobre el uso de tu poder y autoridad. Queda declarado que tú Aioria dejaras de ser el caballero de Leo, en tu lugar pasará Ikky de Fénix, que en muchas ocasiones ya demostró ser un digno caballero de la armadura de Leo, el será tu sucesor. En el santuario ya no queda un lugar para ti, pero si prefieres permanecer aquí, quedarás como un simple sirviente, para servir a tus compañeros.— El patriarca no tuvo nada más que decir y la señorita Athena solo asintió a las palabras del patriarca. No les importo ver a Aioria herido y lastimado, solo habían ingresado a ese lugar para dictar la sentencia final del caballero.
Camus y Death se reverenciaron ante sus superiores e ingresaron a la celda una vez que estos se fueron. Al entrar vieron a Aioria lastimado y sentado en un rincón, abrazándose a si mismo.
—Aioria...— Camus estaba sin palabras al presenciar a su ex amigo, verlo así no le alegraba, de hecho le daba lastima ver al orgulloso león entre rejas.
—A que viniste?— Preguntó Aioria, más que desanimado. Imagino que Camus estaba ahí para burlarse o dedicarle palabras de desprecio. Pero al parecer no era lo que pensaba.
—Se que no soportas verme, pero estoy aquí para desearte que seas feliz, se que ahora no puedes serlo... Pero si te lo propones lo serás. La señorita Athena nos dio una oportunidad de vivir, no lo desperdicies odiandome, porque hay mejores cosas por las que vivir, se que si hablas con Milo, las cosas para ti cambiarán.— Una tristeza invadió a Camus al decir aquello.— No tengo nada más decirte, yo solo quiero agradecerte por darme unos hermosos años de juventud, a tu lado y al de Milo. Como me hubiera gustado que las cosas siguieran así, espero que me disculpes si alguna vez te aleje de la persona que amabas...
Aún después de eso, Camus no recibió una respuesta por lo que pensó en retirarse. Pero antes de hacerlo, Aioria le gritó.
—Camus! Yo te odio y tal vez siempre lo haga... Pero, disculpame...por todo— Esta vez las disculpas de Aioria eran sinceras aunque a medias, Camus solo se lo agradeció antes de irse de ahí.
—No quiero ser cruel... Pero creo que obtuviste tu merecido Aioria.— Mencionó Death al ver que su pareja había salido de lugar y ahora estaba solo el y Aioria.
—Ja! Tú también lo obtendrás Death, acabas de ver que Camus es muy amable hasta con alguien como yo... Ahora dime, ¿Qué pensara de ti al saber que tuviste mucho que ver con lo que pasó en mi boda?— Aioria estaba derrotado, pero jamás olvidaría al responsable directo de su desgracia final.
—Mirate, no eres más que un mentiroso, nadie nisiquiera Camus creerá en ti, puedes decirlo si te parece lo mejor.— Dijo Death, cruzando sus brazos sobre su pecho. Sin temor a la amenaza de Aioria.
—Lo se... Jugaste bien tus cartas, creí que Camus era mi enemigo, pero realmente de quien debí cuidarme fue de ti. Se feliz con Camus... Hasta que el se entere de la verdad...— Sentenció Aioria.
—Asi será querido León... Asi será...—
Death simplemente le dio la espalda y también se puso en marcha a la salida. En el fondo sabía que aunque Aioria hablara nadie la creería, pero sentía cierto temor de que su amado lo dejara por lo que hizo. Pero hasta que eso pasará, sería feliz a lado de Camus.
Su amado caballero lo estaba esperando en la salida, donde se veía que el atardecer pintaba el santuario de colores rojos y anaranjados, la brisa fresca golpeaba el lugar y los últimos rayos de sol bendecian con su luz aquel atardecer.
—Camus, creo que será mejor regresar a nuestros templos.— Sugirió Death al salir y acercarse a abrazar a Camus por la cintura.
—Death... Gracias por todo, al final cumpliste tu promesa y no solo eso... Sino que también me diste tu sincero amor, cuando más lo necesitaba.—
Death no supo que responder, pues Camus se había adelantado cortándole las palabras con un beso en los labios, mientras que sus brazos rodeaban el cuello de Death. Del mismo modo el caballero de Cáncer le respondió.
No hacían falta las palabras para sellar su amor, simplemente se había dado en el momento menos pensando. Ahora ninguno de los dos tenía dudas de ese sentimiento, su felicidad y amor serían eternos, ya que ahora no había nadie quien los lastimara.
Y solo eran ellos dos... Junto con su amor sin final.
ೋ❀❀ೋ═══ The end ═══ೋ❀❀ೋ
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