XIV: Entre lo bueno y lo malo

Habían pasado unas dos horas de todo lo ocurrido, cada caballero trataba de resolver el problema en el que se había metido.

Milo, Death y Aioros aún estaban con el patriarca, Shura y Afrodita vigilaban la entrada de las prisiones y finalmente Saga y Aioria esperaban que Camus despertara. Aunque esto último parecía no suceder.

Aioria caminaba de un lado a otro esperando que el galo despertara, pues necesitaba cuanto antes resolver el problema en el que estaba.

—Iré por agua, talvez si le echamos un poco al rostro despierte.— Comentó Aioria, queriendo salir de la celda, pero la voz de Saga lo detuvo.

—Ni se te ocurra Aioria, no empeores las cosas más de lo que están.—

—Pero no podemos seguir esperando, en cualquier momento llega Death y estoy seguro que no nos dejara hablar con Camus.—

Saga suspiro con frustración, pues el Leo estaba en lo cierto, se acercó al menor y lo movió un poco, pensó que no despertaría, pero observó como este abría sus ojos. Fue un alivio para Saga y Aioria ver qué Camus ya estaba despertando.

—Que...paso?— Murmuró Camus, los ojos los sentía pesado y apenas podía moverse, pues ante el mínimo movimiento sentía un gran dolor en todo el cuerpo.

—Camus, porfavor no te muevas y solo escúchame.— Menciono Saga con amabilidad.

—Saga?— Camus aún estaba confundido por todo lo que estaba pasando, aún más al ver al gemelo mayor cerca de él, pues desde que habían regresado a la vida no tuvo contacto con el, más que solo saludos formales, pero ahora le hablaba, lo cual no sabía si era bueno o malo. Observó mejor el lugar y noto que también Aioria estaba ahí, con su presencia se dio cuenta que no era nada bueno lo que iba a suceder.— Porfavor vete... Si Aioria está aquí...no hay nada bueno que me debas decir...— Murmuró con dolor el galo, no hacía falta recordar que estaba herido a causa del Leo.

Aioria ya estaba alterado y tan solo escuchar las palabras de galo, le hicieron subir la ira hasta la cabeza por lo que alzó la voz, antes de que Saga respondiera a la petición del francés.

—Escucha bien maldito patán! No estoy aquí porque me agrade verte, sino para evitar que habrás la boca!—

A pesar de que a Camus le molestaron esas palabras, ya no tenía el valor para enfrentarse a Aioria, había perdido todo y sabía que solo empeoraría las cosas si abría la boca. Simplemente se resigno a escuchar al caballero.

Pero grande fue su sorpresa al ver como Saga se acercaba a Aioria y lo pateaba en el estómago, lo suficientemente fuerte para que el leo cayera de rodillas por el dolor, pero eso no acabo ahí, sino que el gemelo lo tomo del cabello y lo golpeó contra el suelo.

—Aioria... Sino tienes nada bueno que decir prefiero que te quedes callado y si vas hablar que sea para disculparte ante Camus!— El gemelo levantó levemente la cabeza del Leo y solo para volver a golpearlo contra el suelo.— Recuerda que Camus está en todo su derecho de decir la verdad y eso no podemos evitarlo... Así que cuida tus palabras!

Los movimientos del gemelo fueron rápidos y sobre todo sorpresivo, tanto que Aioria no pudo evitarlo. Fue cuando el gemelo dejo de golpearlo que reaccionó y no de buena manera.

—Que diablos te pasa!? Se supone que estás aquí para ayudarme!— Grito de cólera el leo, ante lo único que recibió de respuesta fue que el gemelo lo jalara de su cabello para volver a levantarlo y doblar su cuello hacia atrás.

—Para ayudar a Aioros, no te hagas una idea equivocada Aioria... Y sobre todo no iba dejar que te salieras con la tuya luego del daño que le hiciste a Camus...—

En esos momentos Aioria no sabía si estaba confundido por los golpes que había recibido o si eran de verdad lo que escuchaba. Pero de lo que si estaba seguro era del arrepentimiento que sentía al buscar la ayuda del gemelo, muy dentro suyo se dio cuánta que debía manejar ese asunto por su lado. Pues hubiera sido más fácil callar al galo con sus métodos.

—Saga... Que significa esto?— Camus se había mantenido en silencio, más por la sorpresa que se acaba de llevar. Como pudo trato de levantarse y evitar que el gemelo golpeara al Leo, pues este sólo cargaría esa rabia almacenada contra su persona.— Porfavor detente... Deja a Aioria.

—No... Sabes bien que Aioria tiene esto merecido y más...— Por un momento Saga estaba por perder el control, pero afortunadamente Camus se abrazo al brazo del mayor para que soltara al Leo.

—Porfavor detente! Por mi Aioria puede irse al mismo infierno, pero no quiero que tú seas el responsable de eso!—

Las palabras del galo fueron suficiente para apaciguar la rabia del caballero, dejo a Aioria por un momento y ayudo a Camus a sentarse para poder hablar con el.

Mientras eso Aioria respiraba con rabia, conteniendo sus ganas de lanzarse contra el galo, su nariz sangraba al igual que la comisura de sus labios. No imagino que eso debía soportar para cubrir su mentira, pensó que eso sería suficiente, pero estaba equivocado.

—Espero que me disculpes por perder la calma... Y espero que también me disculpes por no ayudarte antes... Aún cuando te prometí a ti y a Shura que estaría con ustedes a pesar de todo.— Las palabras de Saga fueron sinceras y Camus no dudaba de ello, pues recordó que esa promesa se realizó antes de unirse a Hades, pero al momento de revivir fue el mismo Camus quien sugirió no seguir con esa promesa y vivir sin recordar el pasado.

—Saga...— El francés estaba conmovido, no dudaba que Saga era sincero, pero imagino que ese no era el único motivo por el que estaba ahí.—Dime que se te ofrece? Una simple disculpa no te llevaría a verme.

El mayor suspiro ante esas palabras, el galo tenía razón y una disculpa no le hubiera llevado ante el y ahora sonaba más que hipócrita disculparse cuando no pudo ayudarlo cuando más lo necesitaba, agachó su cabeza por la vergüenza que sentía, pues ya no sabía cómo pedirle el favor de que se quedará callado.

—Tienes razón... Es muy hipócrita de mi parte verte después de todo el daño que pasaste y mostrar preocupación...— Comentó apenado el mayor, tomo entre sus manos la de Camus y le miró con súplica.— Lo que me trajo a ti, es el problema en el que Aioria le metió a su hermano... Soy mas que conciente que el responsable de tu estado es Aioria y que debería merecer un castigó adecuado, pero el problema es que el culpo a Aioros de esto. Tu sabes que en el santuario lo que prevalece es la justicia y es lo imparte nuestra diosa y el patriarca, pero Aioros al encubrir y mentir al respecto, lo convierte en cómplice de Aioria y con eso su castigó será peor por interferir con la justicia del santuario. Si fuera una simple mentira no vendría a ti a pedirte que te quedaras callado y solo dijeras que Aioros fue el responsable de tu ataque.

La celda se quedó en silencio por unos momentos. Camus pensaba en la petición de Saga y mordió su labio inferior con fuerza al saber que tendría que aceptar esa petición, pues Aioros era bueno y no merecía cargar con tantos problemas, pero le daba rabia saber que Aioria quedaría libre.

—El no merece que se libre de esto...—Comento con molestia el caballero de Acuario. Pero antes de dar respuesta definitiva, vio que el gemelo nuevamente se acercaba a Aioria, quien solo por temor a que lo volviera a golpear retrocedió.

—Aioria, nada te cuesta disculparte, así que hazlo antes de que yo te obligue.—

—Pero... Porque debería hacer eso? Camus se lo merecía...— Murmuró en respuesta, era claro que su orgullo era mayor y sobre todo su odio no le permitiría disculparse con el caballero.

—Ya basta Aioria! Aún si debo interceder por Aioros para ser yo quien reciba el castigó, le diré toda la verdad al patriarca!— La paciencia no era virtud del Géminis, por lo que el comportamiento del leo solo le alteraba más.

La amaneza del mayor fue suficiente para que un miedo le invadiera a Aioria, lentamente se acercó  ante Camus y susurro una disculpa.

—Camus... Discúlpame, pero no dejes que Aioros se meta en más problemas por mi culpa.— El caballero mencionaba esa disculpa con gran molestia. "Esta será la única vez que inclinare la cabeza ante ti Camus", pensó Aioria muy dentro suyo.

Aunque el francés sabía que esa disculpa no era sincera, le bastaba con eso para ceder a las peticiones ajenas.

—Esta bien... No diré nada...— Finalizó el galo con resignación. Una vez más perdía ante el Leo, pero no podía dejar que más personas se involucraran en los problemas que tenían.

Tanto Aioria como Saga, pudieron respirar con tranquilidad ante la respuesta ajena, por simple cortesía Saga beso el dorso de la mano del francés y le brindó una sonrisa.

—Gracias, de alguna manera compensaré tu amabilidad por ayudar a Aioros...— Dicho eso, el gemelo mayor tomo el brazo del caballero del Leo para llevarlo hasta la salida.— Bueno te dejamos descansar... Nos iremos antes de que Death vuelva...

—Si...— Ahora que nuevamente estaba solo, empezó a pensar en todo lo que pasaba. A pesar de que el gemelo fue amable, pudo suponer que solo lo hacía por su novio. Con eso se dio cuenta que nadie lo apoyaba realmente, sintió unas ganas inmensas de llorar, hasta que un cálido abrazo rodeó su cuerpo y ese era nada menos y nada más que de Deathmask.

—Disculpa por dejarte solo Camus... Estás bien?— Pregunto algo angustiado el caballero, acariciando la cabeza del menor con cariño.

—Death... No quiero ser egoísta, pero porfavor no vuelvas a dejarme solo.— Sin pensar en lo que decía o hacia, el menor se abrazo con fuerza al mayor. Buscando consuelo en ese abrazo. Death no dijo nada y solo se dedicó a corresponder ese abrazo.

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A fueras de las prisiones, Afrodita y Shura trataban de recuperarse del golpe que habían recibido en la cabeza por parte de Death, pues apenas Saga y Aioria habían salido, Milo y Death llegaban al lugar.

La sola presencia de Aioria le dio mala espina a Death, así que desfogo su molestia en sus amigos por no cumplir lo que les había pedido. Rápidamente entro a ver al galo y estar seguro de que nada malo le había pasado.

Lo mismo hizo Saga, solo que corrió hacia los templos para ver qué castigó le habían dictado a su pareja.

Mientras eso Milo había llegado para ver cómo estaba Camus, podía ser orgulloso y ahora tratar de amar a Aioria, pero dentro suyo le preocupaba su ex pareja. Sin embargo, al ver que el leo salía herido y con sangre en sus rostro se acerco a el.

—dioses... Que te paso Aioria?— Pregunto alarmado el caballero de Escorpió, acariciando dulcemente la mejilla de su pareja.

Aioria solo se abrazo a su novio, pensó que había ido a buscarlo y eso le puso feliz por un momento, olvidando por completo el mal momento que le hizo pasar el gemelo y el galo.

—Estaba preocupado por Camus, vine a ver cómo estaba, pero al llegar me caí...— Comentó con cierta tristeza.

—Aioria... Encerio eres muy amable, aún después de los problemas que nos da Camus.— Con gran cariño, el escorpión acarició los cabellos de si pareja.

Toda esa escena lo presenciaron Shura y Afrodita, sintiendo que el "verdadero amor" se reflejaba en ambos caballeros. Afrodita no pudo evitar suspirar de la emoción al verlos juntos luego de los problemas que los rodeaban.

—Ustedes dos ya deberían casarse... Con un matrimonio, es mas que seguro que Camus los dejé tranquilos a ambos y ustedes estarán unidos por su inmenso amor.— Sugirió Afrodita con emoción, aplaudiendo con esa misma energía.

Aunque la sugerencia era la misma para la pareja, no lo tomaron la misma manera.

Milo no podía hacer eso, estaba seguro que no amaba del todo a Aioria y un matrimonio era mucho compromiso, cuando el solo disfrutaba acostarse con el Leo. En cuanto a Aioria, sabía que un matrimonio con Milo sería el premio mayor y que con eso finalmente destrozaría a Camus, agradecía un poco que Afrodita estuviera de su lado para dar esos consejos.

—Dita tiene razón! Milo, casemonos... Estoy seguro que la señorita Athena nos dará su bendición.—

En esos momentos Milo deseo que la tierra lo tragara, un matrimonio era demasiado compromiso para el. No podía permitirlo, pero ante la sonrisa de su pareja y la presencia de los otros dos no podía negarse.

—Tomemos las cosa con calma Aioria...— Sugirió el escorpió con una sonrisa forzada.

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