X: Rompiendo límites

—Death... Lo que dices es imposible...—

Aunque por un momento el galo se ilusiono con las palabras de Deathmask, sabía muy en el fondo que eso jamás se cumpliría y no quería creer en falsas esperanzas.

Death noto la tristeza del galo, dejo de darle de comer y le sonrió, no había nada mejor que una dulce sonrisa para ganarse la confianza de alguien.

—Nada es imposible Camus... Puedo empezar por Shura y Afrodita, ellos se disculparan contigo créeme... En cuanto al resto...— Death dudo en último momento, el también solo conocía rumores sobre Camus, más no la verdad, así que no sabía quienes realmente podían ser las personas que lastimaron al galo.

—Death para que alguien se disculpe conmigo es necesario que sepan la verdad y eso yo nisiquiera lo sé... Y aunque lo supiera, nadie me cree... Asi que no es posible que alguien se disculpe conmigo.— El menor suspiro con pesadez, tomando con su mano un trozo de manzana que había en aquella charola.

—Yo si te creería si me dices la verdad, y sabes por qué?— El menor negó ligeramente ante esa pregunta a lo que Death le respondio inmediatamente.— Porque desde pequeño demostrarte ser un gran caballero y se que por un simple error no podrías cambiar... Asi que déjame saber la verdad para ayudarte.

Camus lo pensó un poco, hasta ahora Death no había hecho más que ayudarlo, se sentía bien a su lado y no quería volver a sentirse solo. Si Death era la puerta a una nueva oportunidad de ser feliz, no dudaría en entrar. Después de todo tenía su confianza depositada en Death.

—Esta bien, creo que no hace falta que te diga mis problemas por qué medio Santuario ya lo sabe e imagino que tú también.— En ese momento Camus miro al mayor, buscando una respuesta en el, a lo que Death le respondió de manera afirmativa, por lo que Camus continuó.—Yo tampoco se la verdad, solo sé que en el cumpleaños de Misty me sentía mal, quería volver a mi templo, pero creo que perdí el conocimiento y al despertar aparecí en la cama de Capella... Pero de lo que estoy seguro es que no hice nada con el... Tu... Tu sabes que si hubiera pasado algo, sería fácil identificar las señales...

Camus no pudo relatar más de los hechos sin titubear, pues le avergonzaba aquel asunto y tenerlo que explicarlo sería realmente difícil. Para su fortuna Death entendió a la primera y las cuestiones que debían resolver para saber la verdad.

—Bebiste algo esa noche?— Pregunto con seriedad el caballero, pues tenía ciertas sospechas de lo que pudo ocurrir y no sería algo nuevo, pues ya lo había visto antes, justo en los bares a los que iba pasaba algo similar.

—Si... Pero solo ponche, Aioria era muy amable y cuando veía que acababa, me servía más.—

Ante esa revelación Deathmask se golpeó la frente, pues ahora sí dudaba que el galo fuera inteligente, pues para deducir quien era el culpable de sus desgracias, no era tan difícil, pero realmente no sabía si era la ingenuidad del menor o pura ignorancia que lo mantenía cegado de la verdad.

—Es encerio Camus?— preguntó, buscando alguna señal de que el galo solo bromeara con el.

—Porque te mentiría?—

—dioses... Como te digo lo que te ocurrió realmente, sin tener que investigar?—

—A que te refieres?— El menor nuevamente se encontraba confundido, esa noche lo único raro fue el hecho de que se desmayara, más ella de eso no había nada raro.

—Aioria podría haberte drogado con algo, eso explicaría porque no recuerdas nada... Que le hiciste para que Aioria te odiara tanto?—

Algo dentro de Camus hizo que se quebrara ante esas palabras, sabía que después de incidente Aioria se había comportado de lo peor con el, pero jamás imaginó que el sería responsable de casi todos sus problemas y no lo quería creer, pues fueron varios años de amistad que compartieron como para que se esfumara en una noche.

—Te juro que nunca le hice algo... El no sería capaz de hacerme algo tan atroz— Cubrió su rostro con ambas manos, sin duda pensar en lo que pudo pasarle esa noche, lo conducía a conclusiones más dolorosas de la imaginaba.

—Bueno no importa que razones haya tenido Aioria, no será fácil que se libre del castigó que le espera cuando todos se enteren de la verdad.—

Camus no menciono nada ante lo dicho por Death, ahora se encontraba decepcionado, pero ese sentimiento paso a segundo plano cuando una molestia creció dentro de el. Milo lo había dejado por culpa de Aioria y ahora todo tenía sentido, desde porque no quiso ayudarlo hasta cada humillación que pasó a su lado.

—Voy a matar a Aioria...—Susurro con molestía, todo tenía un límite, y Camus ya había superado el suyo. Si soportaba esas humillaciones era por educación y otro porque pensaba que todo ese tiempo el había cometido el error y no tenía derecho a responder a Aioria o Milo. Pero eso acabaría.

—Dijiste algo Camus?— Pregunto algo preocupado, observando que el menor solo tenía la cabeza agachada.

—No Death... Hoy no tienes entrenamiento?— pregunto con cierta voz dulce, deseaba que el caballero se fuera y no lo detuviera en lo que planeaba hacer.

—Maldición es cierto! Lo siento Camus... Puedes quedarte solo? Talvez le pueda pedir permiso a Shion para que me quedé a cuidarte.— Death se apresuró en levantarse para ir a la puerta, pero antes de salir, quería asegurarse de que el menor estuviera de todo bien.

—No te preocupes Death, ya hiciste mucho por mi. Ve a tu entrenamiento.— Le mostro una sonrisa, en la cual confío Death, por lo que tranquilamente salió de la habitación y fue al coliseo. Aunque el también estaba algo mal, prefería asistir a esos entrenamientos que faltar, pues las sanciones por faltar era peores. Asi que no se arriesgaría a faltar a menos que Shion le diera permiso. Pero su plan era cuanto antes acabar el entrenamiento y volver con el menor para cuidarlo.

Sintió que ahora se estaban volviéndo cercanos y si las cosas seguían así, sin duda alcanzaría a ayudarlo.

°•°•°•°•°•°•°•°∞°•°•°•°•°•°•°•°

Por su parte Camus solo espero unos minutos más y luego salió de su cama, ahora mismo estaba cegado por una gran molestia y lo que buscaba era que Aioria le rindiera cuántas y eso sería por las malas.

Aunque todavía se sentía mal, fue suficiente tomar un poco más de esa medicina para ponerse de pie y aún paso firme decidio buscar a Aioria. Pensó que sería difícil, sin embargo, al pasar por el templo de Sagitario tuvo la fortuna de encontrarse con el Leo hablando con su hermano, ambos jóvenes concentraron su mirada en el galo y solo fue Aioria quien habló en tono de burla.

—Que sorpresa Camus, es que ahora te has decidido entrenar en las mañanas?— Pregunto con una amplia sonrisa el guardián de Leo, Camus no respondió solo se acercó lo suficiente para golpearlo en el rostro, golpe que le hizo perder el equilibrio al heleno quien terminó en el suelo.

—Camus! Que crees que haces!?—  El caballero de Sagitario intervino al ver que el caballero de Acuario atacaba sin razón a su hermano, trato de acercarse a su hermano para ayudarlo, pero Camus fue más rápido y termino por darle una patada en el estómago al león, golpe que ocasionó que fuera lanzado hasta otro lugar del templo.

—Maldita sea.. que te ocurre!?— Aioria estaba adolorido por esos golpes, pero al ver que Camus sin moverse decidió confrontarlo, aún así no paso mucho para que el galo se lanzará hacia el.

—Sabes bien lo que ocurre! Todo esto es tu culpa! Como pudiste ser tan cruel!? Pude perdonarte que me humillaras todas las veces que quisieras, pero jamás te voy a perdonar que me separaras de Milo!— Con gran rabia Camus empezó a golpear sin parar el rostro del Leo, sin importarle que a unos cuantos golpes empezara a sangrar.

Aioros estaba sorprendido por lo que pasaba, quiso detener a Camus pero el cosmos helado del menor lo detuvo, pues había congelado sus piernas.

—No se que hablas... Tu perdiste a Milo porque quisiste! No me hechas la culpa de lo que te ocurrió!— Aioria había quedado aturdido por esos golpes, pero era claro que tampoco se dejaría someter ante el galo, por lo que vio una oportunidad perfecta para golpearlo y apartarlo.

Ambos cambiaron lugares y ahora Camus era el que estaba bajo Aioria recibiendo sus golpes. Aioria entendía a lo que se refería Camus, pero no sé delataria tan fácil, no cuando sabía que eso le traería serías consecuencias.

—Ya detenganse!—Aioros uso se cosmos para deshacerse el hielo que lo apresaba, nuevamente intento frenar esa pelea pero una ola de cosmos lo empujo contra un pilar, al parecer la pelea ya no era solo de golpes sino que iba encerio cuando observó que su hermano y el Acuario usaban sus poderes.

Estaban por iniciar una guerra de mil días, pero antes de que ajecutaran sus poderes el muro de cristal del patriarca los detuvo.

—Ustedes dos están en serios problemas.— Hablo con molestía el patriarca, detrás de este estaba Milo, quien corrió hacia Aioria para ver que estuviera bien y ayudarlo a ponerse de pie.

—Patriarca... Camus fue quien atacó primero... Yo sólo me defendí.— Aioria hablo con voz débil, fingiendo un dolor exagerado, pues aunque su labio sangraba y parte de su cabeza no estaba tan mal, pero por esas heridas le creyeron al Leo.

—Camus, porque atacaste a Aioria?—

—Que Aioria lo explique. Él sabe lo que hizo y lo bien que merece cada uno de esos golpes.— La molestia de Camus aún permanecía, pero se controló al hablar con el patriarca y se dirigió a él con un tono de voz educado.

—Tu eres el que atacó sin motivo! Mi hermano es testigo de eso...—Aioria solo espero que su hermano hablara para aclarar esa situación, a lo cual sin duda le dio la razón a su hermano.

—Aioria tiene razón su santidad, Camus es el que vino a buscar pelea sin un motivo justificado...— Ante la situación el caballero de Sagitario era neutral, pero claramente vio que fue Camus el que había empezado toda esa pelea.

—Camus justifica tus acciones o tu castigó será inrremediable.— Antes de proceder con cualquier decisión, Shion buscaba saber que estaba pasado, por lo que espero que el galo le dijera la verdad.

—Aunque se lo diga... No me creería.— Lo único que le quedaba a Camus era aceptar sus errores y abstenerse a las consecuencias.

Poco lo importaba el castigó, lo único de lo que se arrepentía es de no haber golpeado aún más fuerte al leo. Pues por la mirada de todos, el siempre sería el culpable de todo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top