Epílogo

Hace un año...

Death por favor, no podemos dejar a Milo herido!— Las suplicas de Camus fueron en vano, pues Death nisiquiera le hizo caso, incluso casi lo tuvo que cargar para llevarlo devuelta a su templo.

—No! Camus porfavor solo vuelve a tu habitación y no salgas de ahí hasta que te lo diga...— Esta vez Death puso a su novio contra la pared, agachando su cabeza para no verlo, ya que no tenía el valor de hacerlo.—Porfavor...

—Pero ayudarás a Milo?— Preguntó con temor a que simplemente su novio dejara a su suerte al pobre escorpión quien estaba herido tendido en aquel piso.

Por un momento Death lo pensó, quería decirle que si, pero en realidad estaba dispuesto a matarlo y desaparecer su cuerpo, pero ante Camus no era capaz de mentir.

—No... No le ayudaré, solo quiero que una vez desaparezca de tu vida, no me voy arriesgar a perderte por el.—Algunas lágrimas bajaron por el rostro de Death, estaba perdidamente enamorado de Camus y sabía que en el fondo, su novio aún amaba a Milo, por lo que si se acercaba a el, regresarían sin dudarlo, no quería perderlo, era por eso que en su mente solo pensaba en acabar con el escorpión.

—Death...— A Camus le dolió ver a Death de aquella forma, era alguien fuerte y hasta despiadado, pero ahora solo veía una dulce persona que sufría. El galo no dudo más y lo abrazo con fuerza.— Ayudemos a Milo, no somos como el o como Aioria, somos mejores personas... Si tenemos la oportunidad de ayudarlo, hay que hacerlo.

—Por favor no regreses con el, se que nosotros no compartimos años de amor, pero seré mejor que él. Jamás te haré sufrir, cada día te amaré aún más, te llenaré de las mejores joyas del mundo, en mi vida solo serás tú.— A pesar del abrazo de Camus, no pudo evitar dudar en que este regresaría con Milo. Por lo que casi de rodillas suplico al menor que no lo dejará.

En ese momento Camus abrió la palma de su mano dejando ver el pedazo de papel que Milo le había dado antes de morir, ahora Death pudo leer las palabras que quedaron en ese pedazo: "Déjame amarte"

Death sintió que su alma lo dejaba y que su respiración se entrecortaba, imagino que esa era la respuesta de Camus, que de todas formas regresaría con Milo. Pero no tardó en observar como ese pedazo salía volando, siendo llevado por el viento.

—Al igual que el viento se llevó ese papel, también se llevó el amor que tenía por Milo... No importa los años que pase con el, jamás ni en un millón de años se compararía contigo, porque tú eres mejor que el, eres la persona que ahora amo, que si algo te pasará yo no tendría otra razón para vivir. Me diste la oportunidad de disfrutar de esta vida y jamás te cambiaría por Milo, no deseo volver con el... No regresaría con la persona que me lastimó, además tengo al mejor hombre en mi vida y su nombre es Death.— Camus tomo las manos de Death con dulzura y luego acaricio su rostro, mirándolo con gran amor, sus ojos destellaban ese sentimiento y por fin Death se sintió tranquilo, secando sus lágrimas rápidamente.

—Porfavor disculpame... Tenía tanto miedo que mi amor fuera poca cosa ante los años de amor que compartiste con Milo.— El caballero fue sincero con respecto a sus sentimientos y Camus le entendió e incluso se sintió mal por hacer que Death sintiera ese miedo. Por eso y para compensar su error, lo beso en los labios, dejando un poco soprendido a Death, pero no tardó en corresponderlo.

—El tiempo no importa, lo que importa es lo que sentimos ambos, en un futuro solo te quiero a ti en mi vida y te juro que jamás necesitare nada más.— El galo le mostró una sonrisa y Death también sonrió, sin duda era afortunado por tener a Camus.

—Pienso lo mismo... Ahora regresa a tu habitación, yo llevaré a Milo ante el patriarca para que lo ayude, si no lo hago puedes terminar conmigo.— Lo último menciono más para que Camus confiara en el. Pronto el galo no necesito volver a la fuerza a su habitación, pues bastaron las palabras de Death para que confiara en que haría lo correcto.

Y así fue, Death llevo al herido caballero ante el patriarca, quien nisiquiera ya Preguntó porque estaba así, pues ya imagino que había pasado una pelea, puesto que también Death estaba herido.

Al día siguiente ocurrió algo inesperado, todos los caballeros de los diferentes rangos fueron convocados al Coliseo, en donde Milo y Aioria se disculparon públicamente, relatando sus razones en esa disculpa. Por lo que todos se enteraron de la verdad y de todo lo que habían hecho esos caballeros.

Aquellos que fueron groseros e injustos con Camus, también se disculparon al saber la verdad. El francés miraba aquella disculpa con asombro, no tenía idea de porque lo hicieron, pero gracias a esa disculpa sintió una inmensa paz, pues la verdad había sido revelada.

Quizo agradecer personalmente a ambos por esa disculpa, pero ahí Camus se enteró que ambos caballeros no tenían permitido acercarse o hablar con otros caballeros y quien se acercará a ellos sería castigado. Por lo que así fue durante un año, no tuvo la oportunidad de agradecerles y solo pudo verlos a la distancia o casi ni eso. Pero finalmente el día de su boda pidió un permiso especial para que ellos pudieran asistir y por fortuna el patriarca accedió y  finalmente pudo recuperar su amistad con ambos y ahora también veía lo feliz que ellos eran.

Sin duda vio que ahora todos eran felices y eso lo llenaba de dicha, incluso el.

—Has estado muy distraído Camie...— Dijo Afrodita al ver que el galo estaba con la mirada perdida en el jardín de rosas.

—No es nada, solo recorde un poco del pasado.— Comentó tomando la taza de té que tenía en frente. Su conversación no pasó a más pues justamente llegaban Shura y Death con algunos aperitivos más para su fiesta de té.

—Ya llegamos! Pero Afrodita déjame decirte que solo hay galletas de nuez, lástima que eres alérgico.— Comentó Death con una sonrisa a lo que Afrodita lo miro con un tic en su ojo, pero luego sonrió sin problema.

—Bueno yo hice té de manzanilla.—

—Que!? Pero si sabes que soy alérgico!— Grito Death, mientras que Shura y Camus ponían las galletas sobre una bandeja, dejando que Afrodita y Death siguieran con lo suyo.

Shura tomo una galleta mientras veía la pequeña discusión, no tardó mucho para que ambos se detuvieran al ver que la piel de Shura se empezaba a tornar roja y le salieran unas cuantas manchas..

Todos lo miraron extrañado y fue Afrodita quien empezó a buscar su medicina.

—Shura! Qué comiste!?—

—Solo una galleta Dita... Una de canela.— Lo último lo mencionó cuando recién noto el sabor de la canela, a lo que Death se rió a carcajadas de su amigo al ver su reacción alérgica.

Ver cómo estaban todos hizo que Camus sonriera, sin duda su nueva vida era mejor ahora que estaba con las personas correctas.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

En la actualidad...

—Trajiste lo que pedí Milo?— Preguntó Aioria al ver llegar a su novio, quien lo beso en la frente al verlo.

—Si, una canasta llena de manzanas. Estas seguro que le gustará?—

—No lo sé... Solo conocí a Europa por unos minutos, pero bueno, no sé qué otro regalo darle.— Comentó el Leo luego de alistar algunas flores que le llevaría a la bella dama que le ayudo a cambiar su futuro.

—Creo que con le digas gracias será suficiente.— Dijo Milo, a lo que Aioria le pellizco el brazo.

—No seas tacaño... Ademas luego de cambiar el futuro, creo que Europa se merece más regalos.—

Entre risas ambos salieron del santuario en camino al templo de Kronos, tardaron algunas horas en volver a encontrar el templo, pero para fortuna de ambos lograron llegar. La memoria de Aioria no le falló y pudo recordar el lugar.

Los dos entraron por la cueva que Aioria atravesó para llegar al santuario del tiempo la primera vez y todo estaba tal como recordaba, tan hermoso y deslumbrante como aquella vez que conoció a la joven, ahora solo quedaba encontrarla para darle el regalo que Aioria le tenía preparado.

Pero cuando se acercó al templo de aquellos relojes, pudo ver una estatua de Europa, algo que no estaba ahí la primera vez. La impresión para Aioria fue mucha que dejó caer el arreglo floral que le traía, se acercó para verla mejor y no dudaba que fuera ella, solo que ahora era una simple estatua.

—Ella es Europa?— Pregunto Milo algo confundido, ya que esperaba ver una persona.

—Si, pero te juro que cuando la vi era una persona real... Caminaba y hablaba, no era una roca.— Aioria estaba seguro de lo que había visto, además todo el santuario seguía igual, lo que le hizo preocuparse, pues talvez con el viaje en el tiempo, había lástimado a Europa.

Milo observó con más detalle la estatua y entre las manos de aquella joven había un papel, lo que le hizo curioso Milo era que ese papel no era parte de la estatua, por lo que lo saco y noto que era un pequeño pergamino dirigido a Aioria.

—Creo que esto es para ti— Dijo Milo dándole aquel pergamino, Aioria lo tomo y empezó a leer las pocas palabras que contenía.

¿Ahora eres feliz caballero de Leo? Espero haberte ayudado a recuperar tu felicidad... Talvez aún te preguntes porque te ayude, y eso es fácil de responder, en un pasado tú me salvaste, además se que tu no eres una persona mala, solo tomaste las decisiones equivocadas. No lo vuelvas a repetir...

—Milo tú crees que esto paso por mi culpa?— Pregunto refiriéndose a la situación en la que estaba Europa. Que a pesar de leer esa carta no podía recordar la vez que la salvo, pues aseguraba que era la primera vez que la veía.

—No lo creo, veo en esta estatua en una sonrisa... Alguien que es petrificado no muestra esa felicidad.— No quería que su pareja se sintiera mal, por lo que tomo las flores que habían traído y lo puso al pie de la estatua junto a la canasta de manzanas.—Gracias por todo señorita Europa, nos diste un futuro lleno de amor... Si usted buscaba la felicidad de Aioria le prometo que yo cuidaré de él y su felicidad.

Dicho eso, Milo abrazo a Aioria quien tenía algunas lágrimas en su rostro, pero esas desaparecieron en cuanto escucho las palabras de su novio.

—No llores, harás que ella se sienta mal... Si nos dio su vida por nuestro futuro, creo que lo mejor que podemos hacer es disfrutarlo. Además, es mejor que los seres divinos permanezcan en los Elíseos, ese es su hogar.— Luego de limpiar las lágrimas del caballero, se lo llevó del lugar tomandole de la mano. Talvez permanecer ahí solo haría que Aioria se sintiera aún más nostálgico.

—Gracias Milo... Espero poder volver a verla para agradecerle como es debido.—

—Si eres feliz en esta vida, creo que también ella sera feliz.— Mencionó con una sonrisa, lo que calmo a Aioria para no sentirse tan mal y volvió a sonreír.—Ademas ya le dije que yo te cuidare, a ti y tu felicidad.

Para que su novio sonriera lo cargo entre sus brazos y lo llevo de esa forma por el camino que habían seguido.

Aioria se sintió dichoso, por fin era feliz y todo gracias a una ayuda que recibió, eso era algo que no olvidaría jamás y por la joven que le ayudo, viviría más que feliz, aún si no era un caballero. Pues su destino desde hace unos días era incierto, en cualquier momento llegaría el caballero que lo remplazaria al igual que Milo, pero eso ya no le preocupaba pues sabía que tenía a Milo y con eso era suficiente.

♡・゚:*。.:*・゚The end゚・*:.。*:゚・♡

Muchas gracias por leer esta historia 💕

Muchas gracias a cada una de ustedes por cada voto y comentario que hicieron crecer esta historia.

Es el segundo libro más largo que acabo xd gracias por el apoyo 😸 y espero que la historia les haya gustado ❤️

Después de casi un año acabo "Mal de amores" 🎊

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top