Capítulo 3

Cloud's POV:

La hora de la comida llegó, iba a llamar a Kassandra, pero según asomé la cabeza por el quicio de la puerta descarté la idea. Se la veía tan tranquila que no quería interrumpir su sueño, quién sabe cuánto llevaba sin descansar bien, o simplemente cuánto llevaba sin descansar, a secas.

—¿Y Kassandra? —Inquirió Tifa al verme entrar solo a la sala.

—No he querido despertarla, está muy tranquila —respondí.

—No creo que sea bueno que no coma, pero bueno, si dices que duerme tan tranquilamente haré una excepción —accedió ella.

Una vez sentados a la mesa, los niños no pudieron evitar preguntar por Kassandra:

—Vosotros siempre decís que no hablemos con extraños, ¿por qué habéis metido a uno en casa? —Preguntó curiosa Marlene, cosa que nos hizo gracia a Tifa y a mí.

—Primero porque somos mayores, y segundo porque Kassandra no estaba bien y necesitaba nuestra ayuda —respondió Tifa.

—¿Crees que le caeremos bien? —Volvió a hablar la niña.

—¿Cómo vais vosotros a caerle mal a alguien? No seas tonta, Marlene —hablé yo, sacándole una sonrisa a la niña.

—Cloud tiene razón, sois los niños más maravillosos que existen, ¿cómo podéis pensar que a alguien le podáis caer mal?

La pequeña se encogió de hombros, mientras que Denzel simplemente guardaba silencio.

—¿No tienes nada que decirle a Marlene, Denzel? —Le presioné, la palabra de un hermano valía mucho.

—Ya lo habéis dicho todo vosotros, y tenéis toda la razón a mi parecer —no era lo que realmente buscaba que dijera, pero me conformaba igualmente.

Cuando todos terminamos de comer, los niños se fueron a su habitación a dormir la siesta, y yo me quedé a solas con Tifa.

—¿Y bien? —Pregunté sentándome en una mesa del bar con un café. —¿Qué quieres decirme de Kass?

—¿Ahora la llamas por un mote? —Comentó, medio riendo.

—Como sea, Tifa. No des rodeos —le dije, realmente odiaba dar vueltas hasta llegar al meollo del asunto.

—¿Recuerdas aquella primera misión con AVALANCHA? —¿A qué venía eso?

—¿La del reactor? Claro, ¿por qué lo mencionas? —No sabía dónde quería llegar Tifa con eso.

—Muchos rumores comenzaron a correr por Midgar aquel día, pero, ¿sabes cuál era el más descabellado de todos? —Negué con la cabeza.

—Sorpréndeme —le dije, tomando un sorbo del café.

—Que una sirena había salido del reactor cuando el Mako comenzó a salir sin control —aquello casi hizo que me atragantara con el café, ¿una sirena?

—La gente inventa muchas cosas, Tifa. Y los rumores no dejan de ser eso, simples rumores. Además de que las sirenas no existen —le dije, aquello que estaba diciendo era totalmente descabellado, y creo que no venía al caso.

—¿Cómo sabes que no existen? —Inquirió.

—¿Cómo sabes tú que sí existen? —Contraataqué.

Al verse casi contra las cuerdas, Tifa suspiró, poniendo los ojos en blancos.

—Tú mismo has visto los ojos de esa chica, y sabes tan bien como yo de qué es esa mirada —Espetó.

—¿Estás diciendo que Kassandra es esa famosa sirena del Mako? —No podía creer que Tifa estuviera haciendo una insinuación tan tonta y loca.

—¿Ves normal que alguien se tambalee sobre sus piernas de la forma en la que ella lo hizo?

—Tú también andarías así si tuvieras las piernas como las tenía ella —decidí proteger a Kass, sentía que Tifa la estaba atacando solo por el rencoroso recuerdo de Sephiroth.

—Cloud por favor... —Resopló ella, como si estuviera tratando con un niño pequeño. —Ni siquiera sabemos de dónde ha salido, ¿por qué crees que me estoy inventando todo esto?

—Chicas extraviadas hay en todos lados —le quité importancia.

—¿Por qué te empeñas en defenderla? —Esta vez Tifa elevó un poco la voz.

—No la estoy defendiendo, solo te estoy diciendo que lo que dices no tiene ni pies ni cabeza, Tifa. ¿Te estás oyendo? —Repliqué.

Tifa me miró con el ceño fruncido, ahora era cuando estaba contra las cuerdas.

—A ti también te recuerda a él, y lo sabes —me apuntó con su dedo índice. —Te lo volveré a preguntar, Cloud Strife: ¿por qué la defiendes?

—¿Por qué te comportas como si fuéramos pareja? —Aquello sí que dejó a la pelinegra sin palabras. Creo que se esperaba cualquier cosa menos esa contestación.

—Yo no me estoy comportando así, solo intento decirte que sospecho que ella es esa sirena de los rumores, Cloud. Y tú simplemente saltas como un jodido perro guardián a defenderla —se explicó.

—Ya, claro, seguro que es eso —dije con cierto enfado en la voz. —Y en el caso de que lo fuera, ¿tienes algún problema? Ya has visto que es tan humana como nosotros —reproché.

—Yo no, pero seguro que hay alguien ahí fuera que la busca.

—Algún paranoico como tú que se cree todo lo que inventa la gente —respondí con cierto veneno en la voz.

Tifa resopló, aparentemente harta de la discusión que ella misma había empezado.

—Lo que tú digas, Cloud —ahora decidía ir por el camino de darme la razón como si fuera tonto.

—Yo no soy ningún idiota, Tifa. Así que no me des la razón de esa manera —espeté. —Si no te gustan las discusiones, no las empieces.

—¿Quién está discutiendo aquí? Porque yo desde luego no.

—Claro, y yo soy Rufus Shinra, ¿no?

—Cloud, ¿puedes por favor dejar ya esa actitud? —Pidió.

—Cuando tú dejes la tuya, ¿te parece? —Repliqué, a lo que Tifa negó con la cabeza mientras se levantaba de la mesa.

—No tienes remedio, Cloud Strife.

—¡Ni tu tampoco, Tifa Lockhart! —Le grité.

Después de aquello, y en vista de que todavía me quedaba café, me llevé la taza a mi habitación y me lo tomé leyendo uno de los tantos libros de mi estantería. No sé qué me pasó, pero entre tantos tomos, terminé escogiendo uno relacionado con la mitología. Creo que Tifa logró plantar la semilla de la duda en mí, y eso no me gustaba nada.

Ojeé el libro hasta llegar a la parte de criaturas marinas. Y sí, aparecían las sirenas, pero no mencionaban nada acerca de que viviesen en Mako, sino que decía que vivían en los mares y océanos y que con su canto atraían a marineros desprevenidos.

Leer aquello logró ponerme los pelos de punta, ¿aquellas hermosas y fascinantes criaturas mataban por placer? No podía creerlo. Se veían tiernas y amables, entrañables incluso.

—¿Qué lees Cloud? —Estaba tan inmerso en mi lectura que la pregunta de Denzel hizo que me sobresaltara.

—Me has asustado, Denzel —comenté riendo, dejando el libro a un lado. —Eres tan sigiloso como un gato.

—Lo siento entonces, Cloud —se disculpó inocentemente, entrando en la habitación y sentándose a mi lado para coger el libro. —¿Mitología? —Preguntó confuso.

—Sí, trata sobre seres fantásticos que se dice que existieron o es posible que sigan existiendo —expliqué.

—Entonces, ¿Shiva e Ifrit están aquí?

—Es posible que sí, no lo he comprobado aún. Puedes llevarte el libro y comprobarlo tú mismo —propuse, mas Denzel negó con su cabeza.

—Primero tengo que devolverte el libro de materias, sabes que nunca te pido que me prestes dos libros a la vez —Denzel tenía razón, era como una pequeña regla que él mismo había puesto.

—Tienes razón, casi lo olvido —comenté con una media sonrisa en el rostro, Denzel a veces era realmente espabilado, cosa que hacía que me recordara a Tifa.

Es cierto que ellos no tenían nuestra sangre, pero a veces tenían algunos puntos en sus personalidades que los hacían bastante parecidos a nosotros, como por ejemplo el carácter reservado de Denzel o la permanente alegría de Marlene.

Después de aquella pequeña conversación con Denzel, el pequeño se quedó conmigo, leyendo el libro muy atentamente.

—¿Cloud? —Esa voz... 

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