Capítulo 9
Las manos apresuradas del rubio mantenían un fuerte y firme agarre sobre su polla, mientras aquella delicada lengua apenas daba una probada al líquido nacarado concentrado en la cabeza. JungKook se sentía completamente ido. La sensación era indescriptible y claramente nunca había sentido nada parecido en su corta vida. Su polla pulsaba mientras JiMin la tomaba en su boca, hambriento, casi ronroneando ante el sabor. JungKook echó su cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro del otro omega, quien le tenía abrazado, manteniéndole en su lugar.
— Buen chico. — le susurró mientras mordisqueaba el lóbulo de su oreja, causándole un estremecimiento al alfa.
Se suponía que aquello no debía gustarle, que su mente rechazaría el acto degradante al que se vio obligado a someterse, pero no podía engañarse a sí mismo. Lo estaba disfrutando, como si muriera de hambre y le ofrecieran un banquete. Su cuerpo había ansiado el toque por demasiado tiempo y él había cedido, dejando su mente en blanco se centró en sentir, en absorber toda la caliente experiencia. Ya lloraría después cuando estuviera solo y el remordimiento le asaltara.
Unas horas antes.
Suspiró por decimocuarta vez consecutiva. Los nervios le estaban matando, sus manos sudaban como si estuviera bajo el sol por horas y su ritmo cardiaco había ido en ascenso. JungKook sentía que los nervios le ahogaban. No estaba listo para mantener relaciones sexuales durante el celo de un omega, menos aún con dos de ellos a quienes odiaba por encerrarle en aquella jaula de oro. Solar tampoco había ayudado mucho, no porque no fuera amable y escuchara todas sus quejas, siendo un apoyo en sus bajos momentos, sino porque no se atrevía a preguntarle qué hacer cuando tuviera a la pareja desnuda y deseosa porque su polla les llenara. Él era completamente un caso de virginidad importante. ¿Cómo debía hacerlo? ¿Había manera de hacerlo mal? Temía que fuera el caso. Tampoco le agradaba la idea de hacerlo, pero si estaba obligado, al menos debía evita cualquier daño para cualquiera de los tres, eso solo conllevaría a su muerte.
Tampoco había mucha información a su alcance. Debido a la baja categoría de los alfas, no existían muchos blogs o páginas web que consultar y que verdaderamente ofrecieran un buen consejo. Todo lo que había logrado encontrar hacía mención de lo importante que era satisfacer sus necesidades, pero nada realmente claro, todo era muy abstracto y su mente no había descifrado qué debía hacer. Solo podía confiar en sus instintos y eso le preocupaba de igual forma.
— Puedo oírte pensar desde aquí.
El alfa saltó en su sitio, fijando sus oscuros orbes en el castaño. TaeHyung sonreía de medio lado.
— Veo que seguiste mi recomendación y saliste un poco. Empezabas a verte pálido.
Era cierto, había tomado la sugerencia y dejado que el sol tocara su piel. Solar le había proporcionado algunas vitaminas extras y se había encargado de recordarle que corriera alrededor del edificio al menos un par de horas al día. La resistencia parecía ser esencial en su caso y mientras corría su mente se apagaba por completo.
JungKook se encogió de hombros y regresó a girar la pequeña flor entre sus dedos.
— Aunque sigues poco hablador — escuchó al omega acercarse — JiMin nos está esperando.
El anuncio caló en sus huesos, profundo y directo. La flor cayó al suelo cuando se elevó quedando a una altura similar a la del castaño. No tomó la mano ofrecida y camino por delante del omega, a su pesar conocía el camino. Había ido un par de veces a la habitación en la que todo sucedería, con Solar, solo para que ella le indicara donde podía encontrar cualquier cosa que necesitara. Había sido algo incómodo por lo que desterró el recuerdo al fondo de su mente.
El trayecto aconteció en silencio. La puerta de la habitación permanecía cerrada y él se quedó allí observándola como si fuera su peor pesadilla, lo cual bien podría ser cierto.
Una mano tocó su espalda baja mientras otra abría la puerta. TaeHyung le llevó al interior con mayor suavidad de la que jamás hubiera esperado, pero apenas pudo pensar en algo más cuando sus ojos bebieron de la imagen que tenía frente a sí.
JiMin estaba completamente desnudo, tumbado en la enorme cama con su pequeña mano acariciando uno de sus pezones, poniéndolo duro y listo para lamer y mordisquear. Su labio inferior estaba siendo abusado por sus dientes y sus ojos se encontraron con los del alfa.
Quedó hipnotizado, moviéndose hacia delante mientras TaeHyung le empujaba tomándole por detrás, sus manos centradas en su firme trasero. JiMin estiró una mano en su dirección y se vio a sí mismo cumpliendo con el tácito mandato.
Cayó de rodillas sobre el colchón con un omega frente a él mientras el otro le acunaba por detrás. La ropa despareció en un parpadeo, cuatro manos se encargaron de hacer el trabajo, abrasando con su toque cada trozo de piel expuesta. Su polla latía, llevándose toda la sangre de su cuerpo.
Realmente se estaba perdiendo.
Presente.
JiMin seguía succionándole los sesos, con sus dientes tocando a penas su piel sensible y su garganta tomando su longitud al completo. Los jadeos y maldiciones que salían de su boca no eran registrados en sus oídos, demasiado drogado con la exquisita sensación de recibir por primera vez una impresionante mamada que le estaba llevando al borde.
— ¿Quieres ser bueno para nosotros? ¿Uhm? — la lengua del castaño se enroscó, succionando su cuello con fuerza — Vente para JiMin ¿sí? Él quiere tragarte, ¿verdad amor?
El rubio asintió, masajeando las bolas del alfa y tomándole más profundo. JungKook puso los ojos en blanco, el orgasmo subió como espuma, llegando a su pico máximo, derramándose en generosa cantidad por la garganta del omega, alimentándolo, mientras él convulsionaba y descendía de los cielos para chocarse con el mismo infierno.
— Joder. — masculló.
Park se relamió mientras su boca abandonaba la polla semi-flácida y se centraba en mordisquear la piel del abdomen del alfa, dejando marcas que estarían allí por algunos días. Kim por su parte masajeó los muslos del hombre en sus brazos, a sus ojos la vista había sido gloriosa y el pensamiento de un trío no le disgustaba tanto como imaginaba, se sentía bien ver a su novio ser complacido, tomando lo que deseaba. Mientras JungKook recobraba el aire, los omegas se besaron por sobre su hombro, besos cargados de hambre, manos centradas en el cuerpo del más joven.
Cuando la pareja se separó para recuperar el aliento, empujaron al alfa contra el colchón, el rubio no tardando en subirse a horcajadas sobre éste, mientras Kim tomaba lo necesario de la cómoda: lubricante. La pequeña botella rebotó en el colchón, al lado de los muslos del rubio. El castaño se colocó detrás de su pareja, untando sus dedos y abriéndole para lo que se avecinaba. Sus ojos permanecieron atentos a los del alfa, provocándole.
— Jeon, mira aquí. — le ordenó — JiMin está ahora tan necesitado por tu polla, debes llenarle tan bien y profundo como si tu vida dependiera de ello. ¿No te emociona imaginarte golpeando aquí? — su mano acunó el bajo vientre el omega rubio quien se dedicó a acariciar el pecho de JungKook mientras gemía debido a los dedos en su interior.
La pareja observó como un fuerte rubor se extendía por el rostro y cuello del alfa, dándole un toque más virginal y resplandeciente, a juego con aquellos ojos de cervatillo oscurecidos por la excitación. Su cuerpo empezaba a volver a reaccionar conforme TaeHyung soltaba más palabras sucias y terminaba preparando a JiMin para montar al más joven.
Mierda. Los tres estaban endurecidos como rocas, ansiando acabar con toda aquella tensión sexual que cargaba el ambiente. Kim quería follar o ser follado, pero sabía que tenía que esperar, su pareja era lo primero en aquel momento y le daría lo que necesitaba. Una vez JiMin estuviera calmado, quizás tomaría al alfa o ambos joderían el apretado pasaje del rubio. Necesitaba liberarse, aún su celo no llegaba aunque no le preocupaba. Park era su prioridad, era esencial para él que quedara primero embarazado y se iba a asegurar de ello. Dirigiendo una última mirada al menor, sacó los dedos del interior del omega y se desplazó al otro lado, dejando su endurecida polla junto a los rosados labios de Jeon.
— Disfruta del viaje, cachorro.
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