Capítulo 5
Se echó hacia atrás. Al fin aquel alfa había despertado después de varios meses en coma. Cuando le habían encontrado en aquel callejón, realmente no había esperado llamar a una ambulancia, pero mentiría si no había pensado en que podía ser el indicado para su plan. La ambulancia no tardó en llegar y transportar al alfa hasta el hospital donde le operaron de urgencia. Habían sido horas interminables de espera a base de café hasta que el joven salió del quirófano y aseado para su visita. El joven tenía un cuerpo delgado y un rostro atractivo, justo como había esperado.
— Al menos cumple los requisitos de físico.
Había comentado Kim a su lado, lo cual era cierto. Esperaba que salvar a aquel inútil alfa valiera la pena, pero eso solo podrían comprobarlo una vez despertara. Los médicos sugirieron un coma inducido, eso evitaría que los puntos de sutura se reabrieran con una mal movimiento o que sus costillas no se recuperan por completo. Park odiaba esperar, pero accedió. El alfa fue trasladado a su apartamento y se le asignó a una enfermera personal para su cuidado. Alguna vez se había colado en la habitación, junto a su pareja, para ver la mejoría del hombre.
— ¿En qué piensas?
Park giró su silla y observó entrar a TaeHyung.
— El alfa despertó al fin.
— El bello durmiente al fin despierta de su siesta. ¿Cómo está?
— Solar no me ha dicho nada — se incorporó para ir al encuentro del castaño y darse un profundo beso —, pero podemos ir a comprobarlo por nuestra cuenta.
Kim sonrió, dándole otro beso y yendo tomados de la mano hasta la habitación de invitados que habían transformado en una improvisada sala de hospital.
Efectivamente el alfa estaba despierto y siendo mimado por Solar, algo que a ninguno de los dos omegas les sorprendió. Aquella omega era devota a su trabajo, siempre trataba de que sus pacientes se sintiera bien tanto física como mentalmente. Sonriéndoles, dándoles apoyo, aún si no podía verles.
El rubio se aclaró la garganta, haciéndose notar.
— Nosotros responderemos a tus otras dudas.
— Buenos días, bello durmiente.
Ambos omegas le observaron con intensidad, pendientes de la reacción que el alfa tendría. Sin duda no esperaban que el hombre temblara y agachara su rostro, aunque aquello les hizo sonreír para sus adentros. Quizás si encontraron al alfa perfecto para el trabajo.
— Solar, nos dejas a solas ¿por favor?
A Kim no le pasó desapercibido cómo el alfa se había aferrado a la mano de la omega, casi temiendo que se fuera.
— Claro. Hasta luego, JungKook. — alzó su mano para revolver el cabello del joven a modo de despedida.
JiMin se sentó en el lugar de Solar, mientras que TaeHyung se decantó por la cama. Ninguno habló hasta que la omega cerró la puerta tras ella.
— Jeon JungKook. — el alfa permaneció quieto, con su mirada baja. — Mírame cuando te hable.
El joven suspiró y alzó apenas sus ojos hasta los del castaño. TaeHyung estaba interesado en toda aquella sumisión que presentaba el alfa. Ningún otro que habían conocido era así.
— ¿Qué preguntas tienes? Responderemos a todas ellas. — observó de reojo a JiMin, quien se cruzó de brazos y mantuvo el rostro serio. — Solo tienes esta oportunidad para hacerlo.
El azabache parecía debatirse entre si era mejor preguntar o permanecer callado, su labio inferior siendo objeto de tortura por su indecisión.
— ¿Van a venderme?
Los omegas se observaron por unos segundos. No era la primera pregunta que esperaban.
— No. — respondió Kim con franqueza.
— Entonces, ¿soy un esclavo?
— La esclavitud fue abolida hace años.
— ¿Por qué me salvaron?
Allí estaba la pregunta que realmente importaba. El rubio se cruzó de piernas, apoyando su rostro sobre su mano allí colocada. Una sonrisa iluminaba su rostro.
— Te encontramos en un callejón, hace unos meses. Sin duda a punto de morir — señaló.
— La cuestión es si mereció la pena salvarte.
— ¿Y si deciden que no?
— Firmarás un acuerdo de confidencialidad y te irás. — respondió el castaño con simpleza.
— ¿Así de sencillo? ¿Me dejarán ir?
— Eso depende de si decidimos que no nos sirves. Si por el contrario, resultas ser lo que buscábamos, entonces firmarás y te irás, pero con una buena suma de dinero en tus bolsillos.
Los ojos de Jeon se agrandaron ante las palabras del rubio. ¿Por qué iban a pagarle?
— No entiendo.
— No te preocupes por eso ahora. ¿Vivías en la calle?
— Sí, duermo en un refugio.
— Iremos por tus cosas. Vas a quedarte un tiempo por aquí hasta que te recuperes y firmes. Redactaremos el contrato de trabajo, por si resultas cumplir nuestras expectativas.
JungKook se recostó en la cama, observando el techo. ¿Le estaban ofreciendo un trabajo del que podía ganar mucho dinero? Eso es lo que parecía ser, pero todo pintaba como que no era un trabajo muy... legal.
¿En que le estaban metiendo?
— Entonces, nos vemos luego.
TaeHyung le dio unas palmaditas en la pierna antes de levantarse, seguido de JiMin, quien dirigió una última mirada al alfa antes de salir.
* * *
— ¿Qué opinas?
— Un alfa que vive en la calle, sin familia ni amigos. — comentó el castaño observando los papeles en sus manos — Según los vigilantes es tranquilo, hasta caritativo.
— ¿Caritativo?
— Sí. En más de una ocasión ha ofrecido su comida a otros alfas más jóvenes o muy ancianos, según pone aquí. Incluso es agradable con los animales. Según este documento, hubo un caso de un pájaro con un ala dañada y Jeon lo estuvo cuidando hasta que pudo volar.
— Adorable para un alfa. — comentó el rubio con ironía.
No importaba cuánto leyeran en todos aquellos informes o vieran en las grabaciones de seguridad, aquel alfa era todo lo contrario a lo que ellos habían visto antes, casi como si se tratara de un pequeño niño que no conocía el mal.
— ¿Entonces nos lo quedamos? — bromeó TaeHyung.
— Aparentemente parece idóneo y ¿viste como evita nuestra mirada agachando el rostro como si estuviera siendo regañado?
— Conoce su lugar. No es un altanero que responda o gruña si le ordenan algo.
Ambos se sonrieron, sellando tácitamente su acuerdo. Desde aquel día, Jeon JungKook era suyo y al fin obtendrían lo que buscaban.
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