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Debería haber estado un poco feliz, francamente demasiado, pero de alguna manera, hacer llorar a Jaehyun se sentía más como un pecado para él. Doyoung apenas podía concentrarse en los bocetos conceptuales que había extendido sobre su escritorio, el estudio lleno de su vida habitual.
Su escritorio estaba en la parte de atrás, lejos del ruido, lejos del ajetreo. Trabajó más en el suelo que en el escritorio y Doyoung se encontró deslizándose por la pared, con las rodillas contra el pecho mientras la culpa se deslizaba.
¿Por qué lloró? Pensó, él fue quien que se enojó conmigo en primer lugar, ¡la audacia!
Fue sacado de sus pensamientos cuando una garganta se aclaró por encima de él. Esperando ver a su supervisor de estudio, era seguro decir que Doyoung se sorprendió desagradablemente cuando miró hacia arriba para encontrarse a los ojos con Taeyong y Yuta, dos de los siete chicos con los que Jaehyun pasaba el rato.
—¿Qué quieren?
—Cruzaste la línea hoy, Kim —dijo Taeyong mientras Yuta lo miraba en silencio, la raja en su ceja lo hacía parecer más un gangster que un estudiante universitario.
—No es mi culpa que tu amigo tenga problemas para leer las señales —Se puso de pie, se quitó el polvo de las manos en los pantalones y fingió estar inmerso en su trabajo.
—En realidad —Taeyong alargó sus palabras, moviéndose hacia el lado de Doyoung del escritorio y apoyándose en él, empujando la barbilla del chico hacia arriba con su nudillo—, tienes razón. Es su culpa que tenga un puto corazón de oro y genuinamente haya tratado de agradarte.
Doyoung se burló, luciendo una sonrisa de satisfacción mientras apartaba la cara del agarre de Taeyong.
—¿No he dejado bastante obvio que él no me agrada? —Inclinó la cabeza hacia un lado.
—Eres una basura, ¿lo sabías? —Taeyong entrecerró los ojos—. ¿Los apodos? ¿Qué edad tenemos, doce?
Doyoung soltó una risita seca.
—¿Qué tal si te borro esa sonrisa? —Fue Yuta quien habló a continuación, acercándose peligrosamente.
—¿Qué tal si lo intentas? —Si Doyoung se sintió intimidado, no lo demostró.
Yuta lo agarró por el cuello y lo empujó hacia la pared. Taeyong lo controló recordándole que ya tenía una matrícula condicional y que Doyoung no valía la pena para hacer que lo expulsen.
Al salir, Yuta derramó "accidentalmente" el recipiente de agua con pintura sobre las hojas de Doyoung. El chico jadeó, rápidamente los recogió y trató de no empeorarlo, pero las hojas eran delgadas y el agua ya había hecho que la tinta se esparciera. Tres días de trabajo perdidos en cuestión de segundos. No tenía control sobre las lágrimas de ira que se derramaron.
—Piérdanse —Les gruñó, acunando sus hojas dañadas como lo haría una madre con un niño frágil.
Un estallido de risa resonó desde el dormitorio del segundo piso en el extremo norte del campus cuando siete chicos hicieron todo lo posible para caber en las dos camas individuales colocadas paralelas entre sí.
—¡Deberían haber visto su maldita cara! —Yuta estaba casi llorando de la risa—. Piérdanse —Imitó la voz de Doyoung y el resto estalló una vez más.
—¡Deberías haberlo grabado! —Mark le dio una palmada en el muslo a Johnny mientras soltaba una carcajada aguda.
—Chicos... —Jaehyun fue el único que no se rió. Miró a sus amigos con gravedad, sin encontrar la situación ni remotamente divertida—. ¿Por qué arruinaron su trabajo?
—Te hizo llorar —Taeyong replicó.
—Puedo cuidarme solo, hyung. No les dije lo que pasó para que ustedes dos actuaran con dureza y lo intimidaran.
Jungwoo asintió al lado de Jaehyun, igual de desconcertado por la historia.
—No es agradable molestar a alguien, menos así. Tengo un amigo en Arquitectura, sé lo duro que trabajan, es mucha presión. Pobre Doyoung —Sacudió la cabeza, reprendiendo a los chicos desparramados sobre las camas.
—¿Pobre Doyoung? —Mark repitió—. Se lo merecía.
El resto emitió sonidos de acuerdo.
—Nadie se merece el odio —dijo Jaehyun.
—¿En serio? —Taeyong respondió—. Parece que él no tiene ningún problema en odiarte.
Jaehyun soltó una pequeña risa.
—Hyung, los tengo a ustedes para que me quieran cuando él me odia. Tengo a Taeil Hyung y Kun cuando ustedes no están allí. Tengo un equipo completo de trece personas para apoyarme cuando él no. ¿Cuándo has visto a alguien de su lado? ¿O alguien que lo elogie cuando hace algo bien?
El silencio flotaba en el aire mientras Jaehyun continuaba.
—¿Sabes por qué he estado tratando de acercarme a él? Para que no se sienta tan solo. Dime ¿cuándo lo has visto en algún evento o partido? Seguro que no lo recuerdo. Siempre lo he visto solo, inmerso en su trabajo. Nadie merece sentirse solo. No importa quién sea.
—Seguro que no es una persona a la que acercarse —Yuta murmuró.
—Sé que pone una cara dura, pero estoy seguro de que no es una mala persona.
Dijo Jaehyun, recordando ese momento en el segundo año cuando vio a Doyoung ayudando a un gatito callejero a salir de la carretera. Esa fue probablemente la primera vez que vio al chico sonreír y Jaehyun juró que aquella brillante expresión podría eclipsar al sol.
—Tienes razón —Jungwoo asintió—. Soy voluntario en la biblioteca los miércoles y he visto a Doyoung hyung ayudando a los estudiantes extranjeros con sus deberes. ¿Conocen a ese chico, Chenle? ¿Y Sicheng?
Todos asintieron.
—Les ayuda con su coreano.
Jaehyun se paró de su lugar, siete pares de ojos siguiéndolo.
—¿Adónde vas? —Preguntó Johnny.
—A pedir disculpas.
Fue una carrera contra el tiempo ya que Doyoung trabajó para hacer todo antes de su presentación en dos horas. Estaba entrando en pánico. Se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de que todavía no tenía nada dibujado y sus hojas yacían arrugadas en la esquina de su escritorio. El panel detrás de él estaba vacío, solo un plano patéticamente fijado.
Quería llorar pero no tuvo tiempo de derrumbarse. La calidad de su trabajo se vio comprometida mientras lo hacía a toda velocidad y el corazón de Jaehyun casi se rompió cuando vio el frenesí en el que estaba. Se dio cuenta de que no era el momento adecuado para interrumpirlo con pláticas, así que decidió ayudar en su lugar.
Doyoung saltó un poco cuando le quitaron el marcador de la mano, y se giró para encontrar a Jaehyun sonriéndole.
—Yo haré esto, tú haz un boceto de lo que aún no está hecho —Doyoung no tuvo tiempo para discutir y vacilante se apartó del camino, despejando una parte del escritorio y preparando sus herramientas de dibujo.
—¿Sabes siquiera qué hacer? —Preguntó, medio dispuesto a hacerlo todo él mismo.
—¿Esto está bien? —Jaehyun preguntó señalando los dibujos arruinados y Doyoung asintió—. Estudié arte en la secundaria. Sé hacer esto —Le guiñó un ojo al chico y se puso manos a la obra.
Doyoung estaba desesperado y Jaehyun se dio cuenta de eso cuando el chico se puso a trabajar sin ninguna discusión. Confiaba en Jaehyun con su trabajo y este último sintió que su corazón se hinchaba un poco ante el gesto.
Terminaron un poco tarde. Los miembros del jurado ya habían comenzado a hacer rondas, yendo a los paneles de cada individuo, criticando y calificando su trabajo. Doyoung tuvo suerte de estar sentado en la esquina más alejada, lo que les dio una ventaja de tiempo. Pegó la última hoja justo antes de que se le acercaran.
Jaehyun se quedó con él, sentado en el escritorio vacío adyacente al de Doyoung. Su sonrisa crecía con cada cumplido que recibía por su trabajo.
—El renderizado necesitaría un poco de trabajo, Sr. Kim, pero aparte de eso, creo que su concepto es fenomenal.
Uno de los miembros del jurado dijo que una vez que Doyoung terminó de explicar.
—Bien —dijo el otro—. Tu atención al detalle es increíble, solo trabaja un poco en el renderizado, ¿de acuerdo?
Se alejaron con agradables sonrisas y Doyoung se derrumbó en el suelo con un suspiro, escondiendo su cabeza entre sus manos mientras tomaba una respiración temblorosa. Jaehyun se unió a él.
—¿Ahora sí puedo sentarme contigo? —Doyoung no tenía energía para luchar y asintió derrotado—. Lamento que hayas tenido que pasar por eso. No tenía idea de lo que habían hecho, de lo contrario, habría venido antes.
Doyoung levantó la cabeza para mirarlo.
—No hiciste tan buen trabajo —Doyoung hizo un gesto hacia las hojas, sin veneno en sus palabras, solo una pequeña sonrisa—. Gracias —Dijo cuando Jaehyun le hizo un puchero—. Lamento haberte hecho llorar —Jaehyun se enderezó.
—¿Eso significa que somos amigos?
—¡Diablos, no! —Doyoung exclamó, poniéndose de pie y señalando al chico con un dedo acusador—. Todavía te odio. El agradecimiento fue solo por la ayuda.
Jaehyun se encogió de hombros y se puso de pie tras él.
—Al menos puedo usar esto para chantajearte y que trabajemos juntos en la tarea —Tenía una sonrisa malvada en su rostro—. Y para que vengas a mi partido este fin de semana.
—¿Por qué habría de hacer eso? —Doyoung cruzó los brazos a la defensiva frente a su pecho.
—¿Porque te ayudé a hacer tu trabajo...?
—Nunca iré a uno de tus estúpidos festivales de fans.
Jaehyun se burló. —¿Un festival de fans sin mi mayor fan?
Doyoung lo ignoró, volviéndose para empacar e irse.
—Oh, vamos, Doie —Sabía que había logrado llamar su atención cuando vio que los hombros de Doyoung se tensaban—. Digo, intuyo que no quieres que nadie sepa que fuiste tan gentil conmigo hace un momento, ¿verdad?
—Eres malo —Doyoung apretó los dientes cuando Jaehyun mostró su infame sonrisa.
—¿Nos vemos el sábado, entonces?
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