6. Love song


🌷 — resumen.

"Odio la lluvia, pero hoy no me disgusta tanto"

Porque un día Doyoung olvidó su paraguas, justo en un día lluvioso, y tiene que compartirlo con Jung Jaehyun, el chico amable que le agrada a todo el instituto, menos a Doyoung.


Jung Jaehyun es perfecto.

Jung Jaehyun es el presidente del consejo estudiantil, líder del equipo de baile, voluntario de la cafetería, le enviaba tarjeta de cumpleaños a cada una de las personas del salón, tanto a alumnos como personal de la escuela, hacía galletas, y sobre todo, hacía un spaghetti delicioso que todos querían y podían probar, todos menos Doyoung.

La única persona en todo el instituto que rechazaba los fideos de Jaehyun, rompía las galletas y tiraba a la basura sus cartas de cumpleaños. Porque para Doyoung, Jung Jaehyun era pura hipocresía.

¿Cómo es posible que una persona sea tan radiante, alegre, servicial, y literalmente perfecta todo el día? Nadie podía.

Si de por si Doyoung ya se irritaba con sonreírle falsamente a su estúpido profesor de matemáticas, ¿cómo es posible que Jung Jaehyun siempre tenga una sonrisa para todos?, si Doyoung ya se sentía cansado con estudiar cinco minutos leyendo un libro de matemática, ¿cómo era que Jaehyun tenía la energía para ser el presidente del consejo estudiantil, líder del grupo de baile, ayudante, jugador de vóleibol, entregar todas esas cartas a tiempo, y seguir teniendo calificaciones perfectas? Era una tonta máquina.

El pelinegro no ocultaba su desinterés al castaño, para nada, pero el otro parecía amar a todos, y todos lo amaban a él, todos, menos Doyoung, que no hallaba explicación sobre la perfección de él.

Y sobre todo, no encontraba la explicación a su amabilidad. Porque Doyoung sabía que no todos son perfectos, que todos tenemos defectos y que todos nos equivocamos, pero parecía que Jaehyun no, y eso irritaba, aún más, a Doyoung. ¡¿Por qué Jung Jaehyun es tan perfecto, jamás se equivoca, y es el ejemplo a seguir de todos?!

El pelinegro no sabría encontrar la respuesta.

Él sabía que no era envidia lo que sentía por Jaehyun, porque sabía, más que nada, que no quería ser como el menor. No quería pretender perfección ante todos y no quería estar en el ojo de todos, así que sabía que ante todo, no era envidia lo que sentía, pero tampoco era odio. Era algo más cómo curiosidad de destapar la fachada perfecta del menor, porque sabía que tenía que tener algo mal en su historial de vida.
Una anécdota de bullying, que mató a alguien cuando era niño, esas cosas de psicópatas que le encantaba leer hasta la madrugada.

Tenía dos teorías; una era que Jaehyun era un psicópata y no sería sorpresa para él que en quince años leería en su periódico que mató a más de 15 personas que hacían auto-stop, y otra era que odiaba a todos, y que no sería sorpresa que en quince años leería en su periódico que mató a 15 personas, pero ahora, ex alumnos de su escuela.

Y tal vez Doyoung leía mucho y se imaginaba muchas cosas porque su cabeza siempre estaba en las nubes, y no notaba lo enamorado que está Jaehyun de él.

Porque Jaehyun siempre tardaba más tiempo escribiendo las cartas de Doyoung. Las hacía primero, para tener hermosa caligrafía, hacía los corazones a mano, y escribía pequeños mensajes de motivación y amor en sus cartas. cuando hacía las galletas, hacía las galletas del mayor aparte para verificar que salieran más sabrosas. Cuando hacía voluntariado en la cafetería le servía más porciones a él. Cuando jugaba volley y anotaba, miraba discretamente a ese pálido pelinegro que siempre estaba leyendo un libro para hacerle saber que ese punto iba a él.

Jaehyun quería hacerse notar, sólo para hacer que Doyoung lo notara. Intentaba hacer todo lo que hacía de una manera impecable para que el pelinegro posara su mirada sobre él, pero ni siendo el mejor jugador del equipo lograba hacerlo. Quería parecer perfecto para Doyoung, pero nunca podía. Porque Jaehyun sabía que no era perfecto, que tenía muchos defectos como persona.

Y uno de ellos era que se esforzaba demasiado en ser perfecto, porque sabía que jamás lo sería, pero Doyoung jamás pensaría eso.

Doyoung siempre pensaba que Jaehyun tenía un aire de superioridad, que sabía que era perfecto, que iba a alardear todo el tiempo sobre eso, y que iba a restregarlo siempre en la cara de los otros. cuando no era así.

Doyoung pensaba y sabía que él no era perfecto, pero para Jaehyun, el pálido pelinegro lo era, aún sin intentarlo.
tal vez por eso en todas sus cartas le decía eso.

Jungwoo le había dicho varias veces que diera ese gran paso con el 'ppp' (como se dirigían sus amigos a Doyoung, el 'pequeño, pálido y pelinegro') y que le dijera de una vez por todas que le encantaba, que le fascinaba y que no se imaginaba una vida sin él. Palabras exageradas por el rubio, pero Jaehyun se negaba. ¡Jamás había hablado con Doyoung! Y, ¿cómo de la nada iba a llegar diciéndole eso? Eran cosas de animes, como el compartir paraguas.

Jaehyun tenía siempre los pies en la tierra y sabía que cosas como esas solo pasaban en esos mangas que leía el menor en las juntas del consejo para hacerlas más llevaderas, que en la vida real lo primero que tendría que hacer era hablar con Doyoung, presentarse debidamente con él, y decirle directamente que le gustaba.

O no. Sería mejor ser directo y decirle, pero no pedirle una relación, o no. Sería mejor decirle que si quiere una relación con él, pero no en ese momento, que quería conocerlo, o no. Lo mejor sería no hablarle, esperar que él lo note, y que él sea el que dé el siguiente paso. Decir un hola, y por eso Jaehyun no podía hablarle al 'ppp', porque sabía que sería idiota, se trabaría al hablar y lo arruinaría. Y por eso terminaba comiéndose esas galletas en forma de corazón, galletas que iban a ser entregadas al mayor.

Pero por alguna razón, ese 14 de febrero no se había comido las galletas que le había llevado. Por alguna extraña razón, las guardó en su mochila y sujetó fuerte su paraguas, viendo al pelinegro sacar sus zapatos al casillero con un rostro neutro.

¿Cómo es que una persona puede ser tan linda, éterea, un ángel, y perfecto sin siquiera intentarlo? Sólo Doyoung. Ese día Jaehyun suspiró mientras veía al delgado chico sacar su libro de psicología y recargarse en la pared a leerlo. Doyoung era perfecto.

Ese día las iba a entregar, ese día Jung Jaehyun le iba a entregar las galletas a Kim Doyoung. Caminó a paso rápido, estaba decidido, pero cuando el 'ppp' levantó su mirada de su libro para hacer contacto visual con él, Jaehyun sintió que su corazón dejaba de latir. Ahí se sintió bendecido. Kim Doyoung lo había visto a los ojos, directo a los ojos, sólo a él, sonrió.

Y Jaehyun no fue el único que sintió algo en el corazón.

Por alguna razón tonta, estúpida, boba e inexplicable, el corazón de Doyoung comenzó a latir al momento de ver que Jaehyun se dirigía a él, con una bolsa de galletas y su rostro extremadamente sonrojado. Jaehyun viéndolo a los ojos. El pelingero podía admitir muchas cosas malas sobre Jaehyun (desde su perpectiva), pero jamás podría decir que no se le hacía atractivo, porque lo era.

Y era lo que la hacía más perfecto de lo que era. Ese rostro, esa nariz, esos labios. Doyoung nunca había visto de frente al castaño, así que sintió un revoltijo en su estómago al momento de ver al menor a los ojos, ver su nariz, ver sus labios, su barbilla, su frente, en ese instante podía ver más que su perfil. Se quedó sin respiración cuando lo vio frente a él.

Era centímetros más alto que él, fue otra cosa que notó, porque jamás se paraba al lado del menor para medirse. Elevó su mirada, encontrándose con el 'cppi' (castaño perfecto pero idiota) con su respiración irregular. Y ahí vio el salón. No había nadie, ya sólo estaban ellos dos. Solos. Jaehyun analizando su rostro, y Doyoung tembló. Se pegó por completo a la pared al sentir la cercanía del castaño.

El menor habló primero, bajando su mirada para ver sus dedos jugar.

— Yo so-so-soy Ju-Jung J-J-Jae-Jaehyun, dios... —llevó una mano a su frente para ocultar su frustración, y el más pequeño se sorprendió. Por fin encontró un defecto de Jung Jaehyun, sin saber que ese día los vería todos. — este... ¿ya dije mi nombre? —cerró sus ojos.

— ¿Necesitas algo? —el castaño lo miró a los ojos, y ahí el mayor notó el rostro del menor. Sus mejillas, nariz y orejas rojas. Su piel ya no era habitualmente morena, ahora era una cereza. Doyoung frunció su ceño.

— Ne-Necesito que... tú y yo... bueno, no te estoy obligando —rió nervioso. Aclaró su garganta, mirando al suelo, y subió su mirada de nuevo. — Kim Doyoung, tú me... tú me-

Pero un trueno interrumpió su oración.

Doyoung gritó y se pegó al pecho de su menor, asustado. En el pecho del otro pudo sentir cómo su corazón latía a una velocidad en la que pensó que iba a morir, y puede que en el fondo, sabía que no era el trueno lo que lo hacía latir de esa forma.

Mientras Jaehyun se sentía en el cielo teniendo a Doyoung en sus brazos. ¿Cómo era que alguien podía ser perfecto y tierno sin esforzarse en ellos? Fue lo único que se preguntó mientras veía la cabellera del mayor en su pecho. Tragó saliva al escuchar la lluvia afuera de la escuela. Estaba obviamente lloviendo.

— Doyoung, ¿tra-trajiste tu paraguas? —cuando el mencionado volvió en si y se dio cuenta de que estaba abrazado al menor, se despegó de él, recogió su libro de psicología, y lo vio a los ojos, viendo el rostro rojo ardiente de Jaehyun.

— Creo que lo olvidé —miró afuera, parpadeando varias veces. — iré a ver si hay paraguas en esa cosa donde ponen los paraguas —se dijo más a si mismo que a Jaehyun, pero el otro sólo lo siguió para comprobar que todos estaban rotos. — esperaré que baje la lluvia.

— Se-Según el prognóstico lloverá toda la tarde y no-noche.

— Me quedaré a dormir en la escuela —fue la única opción al notar que el menor tenía un paraguas en su hombro, y al parecer su vista punzante sobre él fue lo que le recordó que tenía uno.

— Eso es ilegal, y... ¿no qui-quieres compartir el paraguas conmigo? —Doyoung rió. — ¿eh?

— No, gracias, dormiré aquí.

Jaehyun vio el piso de la entrada, y luego vio a Doyoung.

— ¿Aquí en la entrada? ¿Y si luego tienes frío? —el mayor torció sus ojos.

— Pensé que eras más inteligente.''

'No cuando estoy contigo' pensó automaticamente Jaehyun, sonriendo al darse cuenta de que estaba teniendo una conversación con el mayor, su gran crush.

— Te prestaré mi paraguas, tú ve a casa, mañana me lo devuelves —una sonrisa perfecta que volvió a revolver el estómago del mayor al verlo, pero frunció su ceño de nuevo.

Una sonrisa automática apareció en el rostro del otro. Doyoung hasta enojado se veía hermoso, pero en ese momento se vio frustrado.

— ¿Puedes dejar de ser perfecto por dos segundos?

— ¿Perfecto? pe-perdón, pero sólo estoy siendo amable —hizo un puchero, ladeando su cabeza.

— Claramente no, intentas caerle bien a todos, haces lo inimaginable por ello, deja de fingir que todo mundo te cae bien, es molesto —Jaehyun frunció su ceño, y el mayor volteó a verlo. — y para que sepas, no diré que el perfecto Jung Jaehyun me quiso prestar su paraguas.

— Oh dios... ¿te caigo mal? —preguntó en un tono triste, sus hombros bajaron, y sus ojos comenzaron a lagrimear. ¿Acaso estaba siendo indirectamente rechazado?

¿Sus intentos de que Doyoung lo notara terminaron en... que le molestara? Sintió su corazón romperse un poco cuando pensó eso.

— Es sólo que yo no puedo procesar, ¿cómo es que haces todo bien? ¿Jamás te frustras cuando algo te sale mal? apuesto que nada te sale mal, eres el perfecto Jung Jaehyun —cruzó sus brazos, comenzando a caminar poniendo su mochila sobre su cabeza para evitar mojarse entera. Jaehyun abrió su paraguas y caminó hasta él, cubriéndolo sólo a él, empapando su hombro izquierdo por no cubrirse a si mismo.

De hecho, Jaehyun se equivocaba, en muchas cosas, y se frustraba demasiado seguido pero siempre lo ocultaba. Relamió sus labios, dispuesto a contarle al mayor todo. Ese día lo iba a hacer. Aprovechó que no se quejó ni se apartó del paraguas. Sonrió.

— De hecho, algo no me acaba de salir bien —confesó.

— ¿Qué? ¿El que te dije que tu fachada es falsa y te descubrí? —negó con su cabeza, aunque el mayor no lo vio.

— El que me iba a confesar a ti y me salió mal, ¿de qué me sirvió practicar por más de 5 meses mis palabras si sólo iba a terminar tartamudeando? —y ahora si que el corazón de Doyoung dejó de latir. Cinco meses o más llevaba Jung Jaehyun tratando de confesarse a él. Cinco meses o más llevaba gustándole, y cinco meses o más, estaba interesado por él.

El perfecto Jung Jaehyun, interesado en él. Su estómago se volvió a revolver. ¿Debía sentirse halagado? Fue lo que se preguntó, pero inconscientemente comenzó a sentir mariposas en su estómago al saberlo. Él, gustándole a Jaehyun. Su rostro seguía neutro.

— ¿A ti te gusta la lluvia? —preguntó el más alto al ver que seguían en un silencio incómodo, y pensó que arruinó todo. Doyoung lo iba a odiar más después de eso.

Pero recibió una respuesta.

— Me encanta la lluvia.

— A mi no, me pone triste —el 'cppi' era la única persona que Doyoung conoció que no le gustaba la lluvia, frunció de nuevo su entrecejo. — por aquí hay una cafetería-

— ¿Por qué te gusto si no me conoces? —escuchó toser al menor, y en ese momento comenzó a caminar lento para no llegar a la parada de autobuses tan rápido. Estaba interesado. — y vamos a juntarnos más, tu paraguas es muy pequeño.

— No me importa resfriarme —sonrió. — pero, te veo y algo en ti, realmente me encanta verte hacer cualquier cosa, pienso que eres... perfecto.

— Señor perfecto hablando de perfección —Jaehyun rió, de nuevo.

— Pensé que nunca me notabas, ¿si recibías mis cartas y galletas? —Doyoung hizo una mueca rara. ¿Le decía la verdad? Relamió sus labios, nervioso.

— Las tiré —eso realmente desanimó a Jaehyun. Miró al suelo, viendo sus zapatos, viendo cómo sus pasos se hacían más cortos.

— Oh... —pateó un charco, y Doyoung lo codeó para que lo viera.

— Jaehyun, la verdad, tú a mi... no estoy seguro si me gustas —el otro asintió, mordiendo sus mejillas. — pero —la esperanza revivió. — podemos conocernos para ver qué puede flotar de nosotros dos, ¿no crees? En esa oportunidad puedes conocerme mejor, saber si te gusto de verdad? y en eso, ¿que me... me gustes a mi?

Y el menor sonrió, asintiendo.

— Conozcámonos un poco más en esta caminata, ¿no? —y ambos sintieron la necesidad de que esa caminata bajo la lluvia se alargara.


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Oneshot adaptado, créditos para kttyongie.

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