Dieciséis
Taehyung se encontraba desparramado en el sofá individual, su mano derecha sostenía con fuerza el vaso de cristal, el cual portaba un poco de alcohol. Su aspecto era deplorable, llevaba todo un día buscando a Sunhee por todos lados pero no había rastros de esa chica, así que decidió beber y beber hasta tratar de olvidarse de ella pero parecía tener algún tipo de obsesión porque no salía de su mente. Despeinó su rizado cabello azabache, tenía tanta calor que no presenciaba el aire acondicionado aunque este se encontrara encendido, prefirió por deshacerse de su camiseta y quedar con el torso descubierto donde adornaba algunos arañazos en el pecho y hematomas que tornaron un color púrpura.
Lanzó el vaso de cristal al suelo al mismo tiempo que se levantaba de aquel sofá, ladeó su cabeza causando que los huesos del cuello tronaran de forma satisfactoria. Se deshizo de su pantalón así como también del cinturón que llevaba puesto, uno de los más costosos por ser de piel.
Acto número uno, rodeó su muslo con el cinturón, adentrando la parte inferior por la hebilla y dio un fuerte jalón que lo hizo soltar un grito de dolor pero que al mismo tiempo le resultaba placentero, le gustaba sentir el dolor en todo su ser. Esto causó que automáticamente se creara un gran hematoma donde salía poca sangre en su al rededor por la fuerza ejercida. Sin saber realmente el porque disfrutaba de aquello... ¿o si?
— Sunhee... — Susurró agitado, con algunas gotas de sudor en las hebras de su cabello que se adherían a la frente — Juro que vas a lamentar esto.
Acto número dos, se colocó completamente su vestimenta y volvió a salir del departamento en buscar de la chica prometiéndose que al encontrarla suplicaría para que la deje en paz. Por qué Kim Taehyung estaba decidido a verla llorar, gritar y quejarse, porque era lo que más le gustaba. Ver a las mujeres sufrir. Así como él algún día sufrió.
— Lo que te mostraré a continuación son terapias de Taehyung con el psiquiatra, tienen al rededor de tres o más años. Después de esto, él fue diagnosticado pero sus padres hicieron lo posible para que no fuera internado. Pensaron que le hacían un bien a su hijo cuando en realidad no era así, lamentablemente, fue la peor decisión que alguna vez tuvieron que tomar — Explicó Jimin, me entregó una taza de té caliente el cual funcionaba para permanecer tranquila y relajarse del estrés, le agradecí con una pequeña sonrisa que mas bien se trataba de una mueca. El de cabellos rubios tomó asiento a un lado de mí y presionó el botón para que comenzara la reproducción.
Admito que mis manos sudaban de manera increíble, tenía miedo de lo que fuera a descubrir en algunos minutos más, sin embargo, también pensé que era ilógico porque él ha estado todo el tiempo conmigo y me ha hecho sufrir como la persona enferma que es.
El video comenzaba, la cámara se encontraba en la esquina de la pared en lo alto enfocando al doctor quien se dedicaba a mirar la puerta de manera impaciente hasta que esta se abrió dándose a revelar el mismísimo Kim Taehyung con una vestimenta en total negro y un aura de fastidio. No lo saludó, no mencionó algo, solo arrastró la silla y se dejó caer en ella mientras masticaba una goma de mascar.
Entonces entendí que la terapia inició desde que él abrió, pues el psiquiatra anotaba rápidamente y lo analizaba.
— Buenos días, Taehyung.
Pero él no respondió, solo se quedó quieto mirando al doctor con un aura molesta y fastidiosa, solo movía los dedos de su mano derecha la cual se encontraba arriba de la mesa. El psiquiatra soltó un suspiro y escribió algo en la libreta.
— ¿Podrías decirme como te sientes? — Volvió a hablar, Kim no se movía, permanecía de la misma manera.
— Siempre me siento bien, a alguien como yo, siempre le va bien en todo.
— Alguien como tú.. — Mencionó — ¿Podrías explicarme a qué te refieres?
— Soy el mejor, todo lo hago bien, todo me sale bien y voy diez pasos antes que ustedes.
— Entiendo. ¿Por que estás aquí?
— Por que según la policía, soy el asesino de una chica que se paseaba por mi casa. Pero ¿sabe algo? Esa mujer era tan... irritable, lograba dolores de cabeza en mí, no quería escucharla, de alguna u otra manera, deseaba silenciarla. Pero por una razón, también la imaginaba vestida de muñequita, ¿le gustan las muñecas?
— No, no me gustan, Taehyung.
— Oh, de lo que se pierde. Es tan divertido jugar con ellas — En ese momento, él sonrió, muy en grande pero se notaba fácilmente que se trataba de una sonrisa demasiado falsa. Y eso causaba más escalofríos.
— Entonces, ¿tenías una mala amistad con esa chica?
— Si.
— ¿Como te sientes después de todo lo que sucedió? — El hombre se interesó más en Taehyung, pues no despegaba su mirada de él, era una pregunta importante y podría determinar muchas cosas.
Taehyung se encogió de hombros, desinteresado.
— Me da igual.
— ¿A pesar de que fue un crimen tan atroz?
— Si.
— Te mostraré un poco de los hechos, si es fuerte para ti, solo no las veas — Deslizó un paquete pequeño de imágenes sobre la mesa hasta que llegó al extremo de Kim. Este sólo bajo su mirada, aún llevaba esa sonrisa tan escalofriante, además de que solía realizar muchas expresiones y la mayoría de las veces su lengua jugaba con el interior de las paredes de sus mejillas.
Taehyung tomó las fotografías entre sus grandes manos, las observó, una por una pero no demostraba ninguna expresión más. Su sonrisa disminuyó pero tenía esa aura divertida en su rostro. Parecía estar tranquilo, a pesar de las imágenes que probablemente eran fuertes.
Por último, las lanzó a la mesa.
— Parece un arte, ¿no cree? Lo que una persona puede llegar a hacer contra otra, tal vez el asesino sólo quería demostrarlo de esa manera.
— Ella sufrió demasiado, fue un crimen, no creo que... — Taehyung lo interrumpió.
— ¿Le gustan las muñecas? — Volvió a preguntar.
— No.
— A mi sí, por eso decidí jugar con ella esa noche pero no me obedeció y odio que las personas no me obedezcan.
— ¿Quieres decir que tú eres el culpable?
— Si, pero ¿usted no dirá nada, verdad? Supongo que se mantendrá callado, si no, tendré que recurrir a visitar a su hija Sunhee — Por primera vez se movió, acomodó sus brazos en la mesa acercándose un poco a él — Ahora, vea todas esas imágenes, porque es justamente lo que le haré a ella si usted abre la boca, ¿de acuerdo?
El hombre asintió, Kim sonrío echándose hacía atrás de su asiento y eso fue todo.
Pero en pocos segundos comenzó la siguiente.
Y esta vez, era un poco más fuerte.
El psiquiatra se encontraba en medio de la habitación, Taehyung caminaba de un lado a otro y parecía estar masticando una goma de mascar. Esa acción siempre lo caracterizaba. De un momento a otro, Tae lanzó unas fotografías a la mesa blanquecina y todo se volvió confuso para mí.
— Jimin, ¿Por que él mostró imágenes mías? — Pregunté asustada, deposite la taza de té en la mesa de cristal frente a nosotros con un ligero temblor en mis manos. Park soltó un suspiro y me indicó que prosiguiera mirando.
— Su hija es preciosa, he estado viéndola por mucho tiempo y parece ser que ante usted ella es toda una santa. ¿Que cree? Se acuesta con todos sus amigos — Soltó una carcajada que causó hacerme pequeña en mi lugar.
— No le hagas nada, por favor.
— Supliqué, haga lo que quiera, pero recuerde que usted le comunicó a mis padres que sufro de psicopatía.
— Pensé que sólo debía callarme sobre el crimen — Susurró, aquello se escuchó casi inaudible, el señor parecía temerle en cuanto Taehyung se detuvo frente a él.
— ¡Enhorabuena! ¡Buenas noticias! No era como usted pensaba, por eso mismo, me acercaré a su hija — Rio un poco, mi ceño se frunció y mire a Jimin quien tenía un rostro de preocupación.
— ¡No! — Gritó.
— Uy, lástima, porque es precisamente lo que haré. ¿Quiere decirle unas ultimas palabras? Vea la cámara, despídase de la preciosa Sunhee — Taehyung lo tomó la barbilla obligándolo a mirar la cámara, el señor sollozaba y lo último que dijo fue un: "Perdóname, Sunhee".
Acto seguido, Taehyung sacó un arma filosa y sin ningún remordimiento o lástima, sin que le temblara la mano, fue encajado en su espalda y el hombre cayó al instante desangrándose. Causó en mi un asombro que en el momento brinque del susto, respiré profundo tratando de no sollozar y quitarme las imágenes de la mente pero era en vano, Jimin se acercó a mí susurrando: "Ese hombre, era tu verdadero padre.
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