My troublemaker
A dónde sea que iba sus ojos me seguían.
Por un segundo llegue a pensar que solo era una promesa vacía; que sólo quería intimidarme, vaya error.
Me inquietaba el hecho de que pudiera encontrarme tan fácilmente en cualquier parte, incluso parecía disfrutarlo en cada ocasión. Como si jugaramos al gato y al ratón.
Parecía una experta en ese juego.
En otras ocasiones era yo quien la encontraba de casualidad. Me sorprendía a mi misma observandola constantemente, perdiendome en cada facción de su inexpresivo rostro.
Era como un potente imán, atrayendome siempre a ella.
No quería caer, no solo por Puppet, sino por mi. Ella tenía una hilera de corazones rotos a sus espaldas del cual no quería formar parte. No podía ser una más en su lista de falsas ilusiones.
Ninguna hacía ningún movimiento para acercarse a la otra, eso me aliviaba. Mientras menos contacto tuviera con esos hipnotizantes ojos, mejor.
Pero no todo sale como quiero. Desgraciadamente.
Todo paso tan rápido.
Estaba caminando tranquilamente por el pasillo, hasta que un brazo me jalo corriendo y me arrastró lejos.
Ahora estoy conteniendo la respiración, tratando de mantener un pequeño espacio entre nuestros cuerpos apretados, su mano derecha evita que grite mientras la otra evita que escape.
¿Que está pasando?
-Si gritas te violare- me paralizó horririzada y guardo silencio.
Su respiración choca con la mía, ambas agitadas por haber corrido, siento un inexplicable calor que comienza a asfixiarme.
Escucho unos pasos afuera luego un gruñido de resignación antes de alejarse del lugar. ¿De quién está huyendo?
Maggie suspira aliviada, alzó la vista buscando su mirada a pesar de la oscuridad, sus ojos brillan al encontrar los míos y por alguna extraña razón siento un cosquilleo en mi interior.
Espero que sea hambre.
Suelta lentamente mi boca y deshace su agarre, aún así el armario es lo suficientemente estrecho como para mantenernos juntas.
-Lamento eso- dice entre risas abriendo la puerta.
Su risa es bastante contagiosa y por un momento deseo oírla reír más seguido.
-No importa pero, ¿porque me arrastraste?
Me sonríe como solo ella sabe hacerlo, mis piernas flaquean y mis nervios aumentan. Me pregunto a cuántas más le habrá sonreído de esa manera.
- Tienes lindos ojos sabias- suelta como si nada, mirándome fijamente.
Eso me desconcierta por completo y sin querer bajo la guardia; nos encontramos con la misma escena de hace días.
Los pasillos vacíos, yo contra los casilleros y ella bloqueando mi escape.
¿Porque se empeña en jugar conmigo?
-¿A qué le tienes miedo?- pregunta suavemente en mi oído. ¿Se está burlando de mí?
No voy a caer.
-¿No tienes algo mejor que hacer?- pregunto seca, en vez de enojarse, ríe con diversión.
- Lo dice la chica que a estado mirandome toda la semana.
¿Lo sabía? Espera, espera.
Ella es la que a estado acosandome, no yo. La desafío con la mirada, molesta. Ella entre sorprendida y divertida me la regresa con una sonrisa adornando sus labios.
Me detengo a admirarlos por un segundo, la duda de si sabrán a chicle me invade de repente; me hace querer confirmarlo por mi misma. Sacudo la cabeza impactada con aquel pensamiento y la aparto como si su piel me quemara; antes de que logré reaccionar ya estaba corriendo lejos.
¿¡Que me está pasando!?
(...)
Empiezo a creer que estoy enferma.
Otro día más, mi cabeza está perdida en las nubes, mi hermana no parece darse cuenta ya que parece muy entretenida hablando de quién sabe que. Se despide de mi y entra a su clase. Empiezo a creer que la mala suerte esta en mi sangre; en el camino a mi salón me la vuelvo a encontrar otra vez.
Pero no está sola está vez.
Era otra chica, tez morena, buen cuerpo, ojos azules y una casi irritante voz chillona. Desvío mi atención a la ojimagenta la cual parece indiferente al coqueteo (excesivo) de la morena, las ignoro y sigo de largo.
¿Es normal que me sienta enojada ahora?
Lo que la albina no sabía era que la pelirosada si se había dado cuenta de su presencia, ya qué de inmediato fue detrás de ella, dejando a la morena con las palabras en la boca, completamente indignada.
-¿Porque tanta prisa?- escuche a mis espaldas. Empiezo a acelerar el paso.
- Tengo que ir a clases- un agarre me detiene, bufo más irritada y la encaró.
- ¿Puedo hablar contigo?- pregunta con su seriedad habitual.
- Porque no mejor vas y "hablas" con otras chicas- No sabía porque estaba tan enojada - Ahora sueltame- demande.
Me mira sorprendida antes de soltarme, no desperdicie ni un segundo en irme del lugar, no sabía que pasaba conmigo pero si estaba segura de algo.
Estaba empezando a odiarla.
Mientras en el pasillo, estaba la ojimagenta aún impactada por la frialdad de la albina, nunca había sido rechazada tantas veces por la misma persona. Una sonrisa adorno sus labios antes de dar media vuelta, retirándose.
- Definitivamente me agrada.
(...)
Al fin algo de paz.
Ya era tarde, así que sabía que nadie me molestaría.
Nisiquiera ella.
Mi lugar favorito, donde podía ser yo misma. No era más que un viejo salón abandonado pero con un diseño más clásico y bonito. Con un poco de tiempo logré limpiarlo y arreglarlo como mi escondite especial.
Dejo que la música de mis audífonos me llene inspiración antes de empezar a pintar con tranquilidad, sin pensar en nada más.
Ni en nadie.
Empiezo a cantar con soltura, sabiendo que no hay nadie que me escuche y me relajo. Ya había avisado a Puppet que llegaría tarde así que no había prisa alguna.
Una hermosa voz inunda sus oídos y con curiosidad la sigue. Primero se dedicó a escucharla a través de la puerta antes de decidirse a abrirla.
No se sorprende, sentía que ya lo conocía conforme se iba acercando. De hecho saber a quién pertenecia tan hermosa voz solo la incentivaba a conocerla aun más.
Se había vuelto su adicción.
Con cuidado cerro la puerta tras de si, y se acercó sin que la notará. Y espero en silencio. Admirandola, desde los pies hasta el último de sus cabellos, simplemente hermosa. ¿Como no la había notado antes?, Se lamentaba por haber sido tan ciega.
Cuando vio que había terminado se decidió a hablar finalmente.
- Eres una caja de sorpresas ¿No es así?
Pego un brinco del susto y volteo con el rostro pálido ganándome una sonrisa socorrona de su parte.
¿¡Es un jodido ninja o que!?
-¿¡Que haces aqui!?
Ignora olímpicamente mi pregunta y se acerca hasta mi pintura, la miró impaciente mientras ella parece más adsorta en mi obra.
-A parte de linda, tienes talento- halaga neutral, los colores suben a mi rostro- me sorprende que seas gemela de la titiritera- suelta con sarcasmo, frunso el ceño y me acerco indignada.
Con mi hermana no.
- ¿Tienes algún problema con eso?- me planto frente a ella, las ganas por borrarle esa linda sonrisa iban en aumento.
- ¿No crees que es un poco injusto?, Hasta ahora todo el mundo aquí parece loco por tu hermana, siendo tu la que es realmente excepcional- suelta con calma mientras acortaba la distancia- lo he visto, como tratas de no ser opacada por ella cuando caminan juntas, o como te pones incomoda cuando ella trata con 2 o 3 chicas a la vez- cada palabra era un cortada en mi corazon- parece que no es la mejor hermana que dice ser- finaliza con frialdad.
Apretó los puños con fuerza bajando la mirada, la impotencia no me permite hablar. Ella se da media vuelta, decepcionada por alguna razón y se retira, no aguante más y corri hasta ella.
No iba a dejar que hablara de esa forma para después salirse con la suya.
La agarro del hombro con firmeza y le doy vuelta; antes de hablar la tomo y la jalo del cuello. Abre los ojos sorprendida sin creer lo que acababa de hacer.
Sinceramente, yo tampoco lo creo.
Antes de que lograra corresponderme, me separo y la miró seriamente mientras me relamia los labios.
Tenía razón, saben a chicle.
Ella me mira entre deseosa y confusa.
- Hablas mucha mierda para lo poco que me conoces, el odio que tú y mi hermana se tengan no es mi problema-Entonces le apuntó con mi dedo índice, amenazante, me mira expectante- pero no quiero que vuelvas a hablar así de ella frente a mi ¿Entendiste?
Estaba fuera de mi misma, pero no podía controlarme, ella sacaba lo peor de mí y aún así lograba que la quisiera de una forma inexplicable, eso solo hacia que me enojara más conmigo misma.
Esta chica...era perfecta. Solo ella, sin la necesidad del sexo, lograba despertar la chispa que creía muerta y que sólo podía ser encendida con algún polvo ocasional, no podía dejarla ir. No se perdonaría dejarla ir.
La deseaba, debía hacerla suya de cualquier forma.
La tomó de la cintura, volviendo a unir sus labios con pasión, necesitaba volver saborear esos dulces labios otra vez. La albina no opuso resistencia, correspondiendole con la misma necesidad, mientras paseaba sus manos por su cabello. Tanto era su deseo que terminó pegandola contra la pared, mientras acariciaba su cintura haciéndola jadear entre besos.
Al separarse la miró a los ojos, parecía no creer lo que había iniciado, sonrojandose violentamente.
Extremadamente adorable.
- Dejaré de pelear con tu hermana sí, tu te vuelves mi novia- propuso con la voz ronca, pegando su frente con la de la albina.
La sorpresa no se hizo esperar y con algo de duda desvío la mirada, su corazón latía a mil por hora y aún trataba de regular su agitada respiración.
- ¿Como se que no sere una más?- cuestionó con el ceño fruncido. Gesto que le encantó.
- Porque no he parado de pensar en ti. No tienes ni la mínima idea de lo que has provocado en mí- susurro en su oído, haciéndola estremecer.
Su deseo es mutuo, lo sabe.
Muerdo mi labio dudosa, eso pareció encantarle ya que se iba acercando cada vez más para repetir lo que habíamos hecho anteriormente, pero antes de hacerlo coloco dos dedos en sus labios, alejandola.
- Está bien, pero... solo si dejas de molestar a Puppet - le robo un beso rápido antes de de separarme levemente- y dejas de coquetear con otras chicas- esta vez la miró con seriedad.
Me mira con complicidad y me sonríe antes de asentir con la cabeza, vuelve a afirmar su agarre apegándome de nuevo a ella.
- Si tú eres mía, yo seré tuya.
Un beso fue el sello oficial de esa clandestina relación, obviamente no podía decirle a su gemela que salía con su peor enemiga o peor aún, que se había enamorada de ella. Sin embargo le hizo saber a las demás que, aquella problemática, era totalmente suya.
¿Les gustó?, Quería probar algo diferente, un pequeño cambio de roles.
A Mai la puse más seria ya que al cambiar de escuela y verse cohibida por las demás, provocó que fuera perdiendo su lado extrafalario y extrovertido.
En cuanto a Puppet, pues no la incluí mucho esta vez, quería que todo girará completamente en torno a nuestra pareja favorita. Aunque obviamente fue una parte importante.
Espero lo hayan disfrutado y perdonen la tardanza. XD BYE.
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