Love/Death (1/?)
Observa sin mucho interés desde una esquina, como varias parejas se agrupan en la pista de baile, dando inicio al vals, da un aburrido sorbo a su trago sin perder de vista a su objetivo que baila con una chica cualquiera.
Nota como algunas chicas se acercan y tratan de captar su atención, ganando una mirada irritada de parte de ella, asustandolas de inmediato. Odia estos eventos, lleva tres horas esperando, sin embargo, trabajo es trabajo.
Apenas termina su trago por fin se le presenta una oportunidad y no la deja escapar, camina despacio, dejando una cautelosa distancia entre ella y el hombre que camina claramente ebrio hacia las habitaciones de arriba en compañía de una despampanante rubia. Una vez lo ve entrar en la habitación prepara su arma, presta especial atención de que no hubiera nadie cerca y se aproxima silenciosamente.
Esta a punto de abrir la puerta hasta que se detiene y pone atención a cualquier sonido en la habitación.
No se escucha nada.
Inquieta, se acerca y escucha con más atención, no esta ese característico rechinar de la cama, no hay gemidos, ni pisadas, ni respiraciones agitadas. Nada
Entra de una sola patada, con el arma en mano y chasquea la lengua cuando ve a SU objetivo muerto en la alfombra. Se acerca hacia el cadáver y observa molesta como la sangre sale de su cuello (donde tiene un corte perfecto), manchando por completo la alfombra de piel y cuando hecha un vistazo para buscar a la rubia finalmente lo entiende.
- Maldición.
Rápidamente apunta hacia atrás y dispara sin vacilar, la intrusa desvía la bala con una perfecta precisión y relame el cuchillo que yace en sus manchadas manos.
-¿Porque tardaste tanto cielo?
Suave y sensual con un toque de diversión y malicia, reconocería esa voz hasta en sus pesadillas. La fémina dio un paso hacia la luz de la luna que se filtraba por el balcón, resaltando sus grandes ojos lilas, mientras sonrie inocentemente. El encantador vestido blanco estaba manchado de carmesí, pero a pesar de eso, no dejaba de verse tan hermosa como cuando no tenía ni una mancha. Es más, la sangre le daba un toque atractivamente letal.
- Debí adivinarlo, maldita marioneta.- chasquea la lengua, sin dejar de apuntar ni un segundo
Recibe una risa encantadora como respuesta, de no ser porque la conocía, estaría hechizada, como un marinero ante el canto de una sirena.
-Me conoces tan bien cariño, y es Mai para ti- finaliza con un beso antes de arrojarle el cuchillo en menos de un parpadeo.
Lo esquiva como puede y vuelve a disparar, la intrusa corre y evita cada una de las balas con una agilidad adsurda, que solo la hace enojar aún más, en algún punto se deshizo de la peluca y en su lugar saco otro cuchillo de su pantorrilla. Iniciando choques metálicos entre las balas y el filo del cuchillo.
-Cielo ¿Porque tan molesta?- pregunta tranquilamente mientras desvía una bala que iba directo a su corazón.
- Es la quinta vez que me haces esto- respondió seca, se habían acabado las balas- tsk, te robas a mis clientes matando a MIS víctimas.- Tomo el cuchillo de la albina y arremetió contra ella, iniciando una pelea de quien apuñala a quien primero- ¿Tienes idea del dinero que me haces perder?- finalizó logrando un corte certero a su brazo izquierdo. La albina chasqueo la lengua sin dejar de sonreír.
- ¿Solo por eso? Y yo que estaba tan feliz de verte- esquiva el corte que iba a su cuello- además- aprovecho la siguiente apuñalada para darle una patada baja, haciéndola caer y dándole chance de acorralarla contra el suelo- si es cuestión de dinero yo puedo dartelo, claro, solo si me das algo a cambio- finalizó viéndola a los ojos con deseo, con el cuchillo a centímetros de su garganta.
- Olvídalo, zorra- le escupe, dándole tiempo de sacar su pierna izquierda para patearla en el estómago, liberándose y arrebatandole el cuchillo- me has hecho quedar en ridículo con mi clan, lo único que me daría placer es verte muerta.
- Oh luces tan sexy cuando me amenazas- respondió la albina mordiéndose el labio, levantándose.- sin embargo, no pienso morir hoy cielo.- comenzó a retroceder hasta salir al balcón. Era muy hábil con el cuchillo, pero sin el estaba vulnerable.
Sin intenciones de seguir escuchando, corrió hacia ella dispuesta a dar el golpe final hasta que sintió una punzada en su espalda luego un fuerte dolor en todo el cuerpo, haciéndola caer de bruces al suelo. Siente como sus extremidades se tensan y se paralizan por completo, impidiéndole levantarse. Mientras aún estaba en el shock no noto que la albina se había acercado y habia retomado el cuchillo.
-¡Maldita sea!- siente como la toman del hombro y la voltean boca arriba, solo para ver una sonrisa arrogante en el rostro de la albina.
-Mi angel guardián nunca falla ¿No crees?-comenta con burla.
- Perra- gruñe cuando la ve sentarse sobre ella a horcajadas, su ropa queda manchada por la sangre del brazo de la albina.- ¿Que esperas?, Déjate de juegos y matame de una vez.- dice con acidez mirándola desafiante.
La albina le regreso la mirada pero con un brillo diferente en ella.
- Oh no, no querida- inicia mordiéndose el labio por la intensa mirada de Maggie- ¿Donde estaría la gracia si te mato ahora?, No- a pesar de estar herida, se inclinó hacia su cuello y aspiro brevemente su aroma, dándole un escalofrio en su espina dorsal- el verte en este estado tan, vulnerable, es tan tentador ¿Sabes?, Ese traje realmente te queda bien- comento con la voz ronca y antes de responder, sintió una mordida en su cuello erizandole la piel y haciéndola jadear involuntariamente- si te matara perdería por completo mi diversión, ¿Que haría yo entonces?- finalizó viéndola a los ojos, jugueteando con el cuchillo cerca de su mejilla. A pesar de estar paralizada podía sentir a la perfección como su cuerpo entraba en calor junto al de la albina.
- No soy tu puto juguete- siseo con odio haciéndo sonreír a la contraria y gruñir a ella.
- Por supuesto que no, eres mucho mejor que eso- corto ligeramente su mejilla para después proceder a lamer la sangre.
Mordió su labio y gruño cuando empezó una línea de besos humedos hacia su cuello otra vez, besando y mordisqueando a su antojo. Su mano derecha bajo hacia el inicio de su camisa para después introducirla, acariciando descaradamente su abdomen, mientras que la otra hacia de apoyo para no caer por completo sobre ella. Su cuerpo entero se estremeció y trató a toda costa no jadear mientras su rostro enrojeció, sintiendo como la impotencia y la excitación se mezclaban haciéndola sentir inquieta y frustrada por no poder moverse.
-Me...las...pagarás- logro decir sin soltar un gemido milagrosamente.
Cuando ya iba a por sus labios, un pitido sonó desde la oreja de la albina, deteniendola por completo, haciéndola mirar a un punto en específico de la calle. Se separó y levantó de mala gana, maldiciendo su suerte y coloco una mano en su oreja mientras se alejaba a una distancia prudente.
-Un comunicador- pensó, ya con la mente más clara. Quiso golpearse a si misma por sentirse decepcionada apenas la albina se alejó de ella- Ya debo de estar mal de la cabeza.
-Entiendo- cortó y suspiro, volviendo donde la ojimagenta.- No sabes cuánto me encantaría continuar con nuestra velada, pero mi tiempo se acabó- se agachó al lado de ella y con una mano volteo su cabeza, exponiendo su cuello lleno de marcas- al menos con esto ninguna otra zorra se acercara a lo que es mío- comento con sadismo antes de dar un último beso a su mejilla y levantarse- nos vemos cariño, el efecto durara otros cinco minutos, espero que la policía no llegue antes, hasta luego ❤️- camino hacia la orilla y saltó del balcón, haciendo una salida dramática, digna de película.
-Presumida...
Con el cuerpo paralizado, el corazón latiendo a mil, el olor a sangre y perfume que la albina había dejado sobre ella y un cadáver comenzando a apestar solo pudo catalogar la misión como un rotundo fracasó. Maldijo su suerte, maldijo a la albina por siempre meterse en su camino y sobre todo, maldijo al/la hij@ de perra que le haya disparado en la espalda cuando por fin iba a ponerle fin a la ojilila. Suspiro exhausta pensando en la inmensa reprimenda que le esperaba y deseo con todas sus fuerzas estar ya en su cama para olvidar todo ese día. Pero antes.
- A esperar se ha dicho...- pensó con pesadez
(...En otro lugar...)
En una cabaña en el bosque, dos chicas ingresaban a su hogar, una más feliz que la otra.
- Haaa~ estuve tan cerca está vez, si hubiera tenido más tiempo-
- Habrías muerto- reprochó la otra, mirándola con desaprobación- nunca había visto a nadie capaz de herirte e incluso acorralarte, ella podría haberte matado ¡No me ignores!- grito al ver a su hermana aún estaba en su mundo de fantasía.
-¡Eso lo hace aún más emocionante!- rebatio, mientras buscaba lo necesario para coser la herida- su sed de sangre, su agilidad, su fuerza y la frialdad en sus ojos como si fuera la muerte en persona. ¡Es tan perfecta!- fangirleo mientras comenzaba a tratar su herida en el sofá. Como si nada.
-Realmente eres una masoquista- la miro levemente decepcionada- al menos avísame con antelación si vas a tener uno de esos "momentos" con ella, no quiero ser una espectadora- comento con disgustó- aunque si no la hubiera paralizado seguramente te habría matado.
- Ah cierto! Gracias Puppet, tu puntería realmente es genial.
-¿¡Y ahora es que me lo agradeces!?
- Pero aún así, tu no tienes ningún derecho a llamarme masoquista- sonrió con malicia- después de todo, yo no soy la que va tras una policía.
- Ugh! ¡Pe-Pero tú vas tras una nightmare y que además te quiere muerta!- grito sonrojada.
-¿Y?- levantó una ceja, desinteresada- a diferencia de ti, yo voy tras alguien de mi misma "especie", tu al contrario vas tras nuestra "depredadora natural".- río con inocencia.
-...Tsk.
-Ahora si me disculpas voy a hacerle mantenimiento a mis bebés- le guiño el ojo con ambos cuchillos en mano antes de ir a su habitación.
Puppet suspiro, entre preocupada y decepcionada, pensando en que locura se metería su hermana ahora.
-Menos mal papá le dio esos cuchillos especiales, sino jamás habría podido desviar las balas...
Mientras en la habitación de la albina. Esta estaba puliendo y afiliando a sus denominados "bebés" con una sonrisa extraña en el rostro. Aún pensando en su nuevo encuentro con la ojimagenta, se relamio los labios y vio su reflejo en el filo sus cuchillos.
-Nos veremos pronto, mi querida Maggie ❤️
(...De regreso con Maggie...)
-¡Esa perra!- golpeó con rabia el escritorio sin despegar la vista del espejo.
Fue peor de lo que había pensado, no solo recibió una reprimenda por parte de su jefe, sino que también estaba suspendida por 3 semanas sin salir a otra misión. ¡Era una deshonra! Apenas salió de su oficina fue la burla de sus otros compañeros, quienes no dudaron en comentar lo vergonzoso de su situación sin miedo a ser golpeados por ella. Pero lo que realmente fue la gota que derramo el vaso fueron los comentarios sobre ciertas marcas visibles que habia hecho cierta albina en su cuello.
"¿Te divertirte?"
"Al menos tuviste algo bueno está noche"
"Veo que ya no te interesa el trabajo"
"Oye oye y qué tal lo hace?"
"¿Acaso te vencieron las hormonas"
"Era de esperarse de una mujer"
-¡Por su culpa soy la burla de todo el clan!
Camino directo a su salón de entrenamiento y comenzó a golpear sin piedad el saco de boxeo, imaginando la cara de la albina en el. Cada golpe era más duro y certero que el anterior.
- La próxima vez que nos veamos, definitivamente... ¡Te mataré!
Y con ese último pensamiento el saco cedió y termino por desprenderse del gancho del techo, Cayendo dos metros más alejados de donde estaba y con una enorme abertura en el centro. Seco el sudor de su frente con la palma de su mano antes de suspirar con resignación. Ahora tenía que comprar uno nuevo, otra vez.
7w7 ¿Que sucederá con este par de la muerte?
No se pierdan la continuación.
Bye (。•̀ᴗ-)✧
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