Capitulo 6
Aquel día que se conocieron era tan solo el primer día de clases pero fue amor a primera vista para Minami.
Poco tiempo les faltó a las alumnas para dividirse en grupos de amigas.
Minami había sido la última en entrar al aula saludando a todas mientras estaban en espera de la maestra, sin embargo solo hubo un par de chicas que la ignoraron por completo pues parecían vivir en su propia burbuja en una esquina de el salón hablando solo entre ellas.
- ¿Alguien sabe sus nombres? - Minami pregunta con curiosidad.
- Aún no tenemos idea pero con lo poco que se ve parecen ser algo raritas.
Minami definitivamente no estaba de acuerdo con su compañera pues para ella es de muy mal gusto "juzgar un libro por su portada".
- De que hablas se ven muy lindas y agradables - Minami se aleja de el grupo que la estaba acompañando para ir en su dirección.
- ¿Oye Minami a dónde vas?.
- Conversaré un rato con ellas - lo había dicho sin imaginarse que ese rato en realidad duraría el curso entero y parte de el siguiente.
Al notar la presencia de Minami acercarse, Matama y Nemo por fin comenzaban a prestar atención a su alrededor, encontrándose con esa sonrisa amable al mismo tiempo con un toque de timidez.
- Buen día chicas, ¿les importa que les haga compañía? - pregunta con cierto nerviosismo y un ligero sonrojo en sus mejillas.
Pues a los ojos de Minami las chicas son aún más hermosas de cercas.
Matama es quien le devolvió la sonrisa - Adelante no hay por qué sentir vergüenza, no te morderemos. Pero si tendrás que escucharme cantar.
- Será todo un gusto escucharte, tienes una voz linda al hablar seguro lo será aún mejor cuando cantas.
- Pero Matama...- Nemo fué interrumpida por la misma.
- Por fin alguien que me reconoce - expresa con orgullo - Soy Matama Akoya.
- Lindo nombre, yo soy Minami Yamamoto. Espero llevarme bien con ambas - dirige su mirada a Nemo quien todavía no se había presentado - ¿Y tú eres?.
- Nemo Anemo...No te dejes engañar por Matama realmente su canto es muy malo.
- Cierra la boca renacuajo.
Minami ríe - No solo son tan lindas además también son divertidas, seamos amigas.
Así Minami permaneció con ellas y al mismo tiempo había conseguido integrarlas mejor con las demás alumnas en el salón de clases hasta la fecha.
- Ella ha hecho tanto por nosotras, no se merecía esto - Nemo dice con pesar.
- Nos perdonará, de cualquier forma siempre lo hace. Lo que mas me preocupa es en dónde estará en este momento, ojalá que está vez no regrese con un tobillo dislocado.
- No digas esas cosas...- Nemo regaña a Matama aún preocupada por el estado de Minami.
Minami continúa caminando de la mano con Michiko hasta llegar al lugar deseado.
- Es aquí donde volveré a sentirme viva - los ojos le vuelven a brillar.
- ¿Expo de literatura?, no me imaginaba que te interesaba algo tan aburrido.
- No es aburrido todos los parrafos que se escuentran aquí son un sentimiento - dice indignada por el comentario de Michiko.
Caminando por los pasillos de el lugar se podían ver desde los escritos japoneses más antiguos a los más actuales lo que mantenía maravillada a Manami, reflejándose al explicarle con emoción a Tanaka de que trata cada uno.
Incluso hubo una obra de teatro dentro de el lugar basada en uno de esos relatos.
- ¿Y esto de que se trata? - pregunta Tanaka curiosa tomando asiento junto con ella.
- La leyenda de la princesa Kaguya. Cuenta que una anciana descubre a una niña diminuta en el interior de un brillante tallo de bambú. Cuando crece, las pretendientas acuden a pedirle su mano, e incluso la emperatriz se enamora de ella. Pero Kaguya no es realmente de este mundo y pronto deberá dejarlo todo atrás. Es tan trágica y emotiva al mismo tiempo - dice lo último con emoción.
Entonces comienza la obra que logra atrapar tanto a Tanaka como a las demás espectadoras, siendo está tal y como la describió Minami.
Al terminar y salír de la expo la ve escogiendo de las tiendas en las afueras varios libros que comprará.
- Realmente te gusta esto - comenta Tanaka.
- Por supuesto que sí la literatura tiene muy buenos beneficios para la salud mental. Es lo que me ayuda a ordenar ideas e información para resolver mis problemas.
Después de escucharla no cabe duda para Tanaka que está chica es más brillante de lo que pensaba.
- Yo pagaré eso - dice Tanaka refiriéndose a los libros.
- Pero Tanaka, te deberé aún más - dice sonrojada.
- Para nada - le entrega el efectivo al vendedor.
- ¡Senpai! - encantada se lanza a ella para abrazarla otra vez.
- Nada de senpai, suéltame.
- Aún no, debo agradecerte.
- ¡Pero no así!.
Cuando se dan cuenta que ya es lo suficiente tarde van de camino al hogar de Minami.
- Mi día ha sido salvado por tí Tanaka, estaré eternamente agradecida, pero hay algo más que quisiera de tí - dice Minami una vez que está frente a la puerta de su casa.
- ¿Algo más?.
- Sí, tú número para contactarte. Verás, muy pronto será el festival Tsukimi de otoño y quiero que seas tú quien vaya conmigo.
- Bien tú ganas otra vez niña.
- ¡Si! - Minami salta de la emoción.
Entonces se despiden prometiendo verse de nuevo.
Cuando entra en casa de inmediato su madre aparece con una mirada penetrante de desaprobación por faltar a clases.
- ¿Dónde estabas Minami?. Matama y Nemo me llamaron diciendo que no fuiste a la escuela.
- Lo siento madre...
- ¿Que está pasando contigo?, ¿dónde está mi niña aplicada? - pregunta con tristeza.
- Madre no hagas eso o me harás llorar.
- ¿Entonces que te ocurre?.
- ¿Recuerdas la casa cercas de el mar donde vivíamos en mi niñes?, quiero volver ahí. Necesito cambiar de aires, siento que la rutina me está asfixiando.
- Por supuesto hija haré lo que sea por verte feliz - su madre la abraza.
- Gracias madre.
Una vez estando a solas revisa su celular encontrándose con varias llamadas y mensajes perdidos de sus amigas.
- Oh no, ellas estaban buscandome todo esté tiempo.
Se apresura a responder para avisarles que se encuentra bien y en casa.
Una vez cumplido se retira el uniforme para vestir algo cómodo mientras piensa en una despedida apropiada para las dos pues pronto se irá de la ciudad y no tendrá la oportunidad de verlas tan seguido como ahora.
Se acerca a la ventana para abrirla y contemplar su jardín desde ahí.
- Espero que ellas no me odien por esto...
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