Perverse Santa 🔞
Advertencia: Lemon, Palabras fuertes🔥
La fecha 24 había llegado y como era tradición de todos se celebraba la navidad, un momento donde por fin se respiraba la tranquilidad para nuestros caballeros. Sienna preparaba los preparativos para la noche junto a Shaun mientras que Seiya y los demás se encargaban de acomodar las bebidas y botanas que harían acompañamiento en la cena. Las chicas platicaban sobre que tipo de regalos podrían dar a sus respectivas parejas; tenían varias ideas en mente pero ninguna parecía gustarles a ambas.
Sienna finalmente optó por darle a Seiya una nueva guitarra pero está vez una de tipo eléctrica ya que él amaba tocar dicho instrumento aparte que a la pelo lila le gustaba oír canciones que éste le dedicaba a ella, Shaun por su parte estaba indecisa en que darle de regalo a Magnus. La diosa le sugirió darle un reloj o comprarle una botella de Vodka la cual era la favorita del rubio, no obstante la peliverde quería darle algo mejor y con mucho amor.
Luego de tener todo arreglado la azabache fue en búsqueda de un regalo para su novio el cual estaba entrenando con a Long en las afueras de la mansión.
Ante lo indecisa que estaba Shaun contactó a su amiga June para que la acompañara al centro comercial. Pasados los minutos la joven camaleón le estaba esperando cerca de la capital.
—Gracias por acompañarme June — dijo.
—No hay de que pequeña, y dime, ¿qué es lo que tienes en mente para regalarle a Magnus?
—Pues... — andrómeda agachó la cabeza. —Deseo regalarle algo mejor que no sea chocolates, cadenas y cartas de amor. Quiero que esté regalo sea especial para mi guapo pero... no sé qué poder regalarle exactamente... ¡Ayuda! — miró con ojitos de gatito a la rubia quien analizaba la situación de su amiga, luego habló.
—Umm... Que te parece sí... Le compras un reloj, a los chicos les encanta usar esos accesorios — miró a la peliverde. —O una camisa, zapatos... o algo más que le guste.
Shaun estudiaba cada una de las opciones que June le sugirió pero aún no estaba convencida sobre que darle a Cisne. Pasaron así toda la mañana sin obtener el regalo, mientras Camaleón iba al baño la azabache se quedó mirando cada uno de los locales donde habían adornos muy llamativos para regalar, no fue hasta que vio una boutique donde habían diferentes estilos de ropa tanto casual como de fiesta; no obstante la joven quedó perpleja al ver uno de los maniquíes con lencería al estilo de santa cosa que a ella le causó un ligero color en sus mejillas.
El traje consistía en un gorrito alusivo a la fecha con un hermoso sujetador cuyos bordes estaban cubiertos de algodón, junto a ellos una falda y bragas color rojo además de estar acompañadas de medias que llegaban por arriba de la rodillas. June había regresado quedando impresionada de ver a la ojiverde contemplar ese tipo de vestimenta.
—Shaun... jamás imaginé que tú tenías esas mañas... golosa — la rubia reía maliciosamente.
—Sabes June, creo que ya se que le daré a Magnus está noche...
La chica se mostraba confiada de sí y sin pensarlo arrastró a camaleón adentro del lugar, pasados los minutos salieron del lugar con la compra realizada.
Se detuvieron a tomar un café y conversar muchas cosas de mujeres además de armar un plan para esta noche.
...
8:00 pm
Aquella mansión lucía muy alegre ante la celebración, por un lado Sienna y el resto de caballeros disfrutaban de los alimentos mientras brindaban por todas las cosas buenas que pasaron este año mientras que en otra parte Shaun terminaba de decorar el lugar además de prepararse para lo que vendría después, estaba un poco nerviosa por lo que iba a realizar pero June le dió ánimos lo cual hacían calmar a la ojiverde.
—No te preocupes amiga, Magnus estará babeando por ti después de verte con este hermoso conjunto — la rubia terminaba por acomodarle el gorro.
—Eso espero amiga... solo quiero hacerlo feliz.
Camaleón asintió y se marchó del lugar para que la azabache siguiera con el plan, fue directamente a dónde yacían todos los caballeros a punto de disfrutar de un bailable. Veía a su alrededor tratando de localizar a cierto joven ruso quien vestía una chaqueta de cuero café con una camisa negra que hacía resaltar su cuerpo formado y unos pantalones de mezclilla azul con tenis negros, la chica le llamó para informarle que su novia le estaba esperando en alguna parte de la mansión para darle una sorpresa.
Magnus se alejó del grupo para ir a ver a su peliverde, estaba curioso de ver qué tipo de sopresa le daría esta ocasión. Pasó toda la noche buscándola sin tener éxito lo cual le preocupó mucho, no fue hasta oir un sonido extraño proveniente de una de las habitaciones, exactamente la de su pareja.
Todo estaba en completo silencio aparte que estaba oscuro, cisne miró en sus alrededores pero no obtuvo respuesta, estuvo a punto de marcharse hasta que el sonido una campaña lo sorprendió.
—¿Shaun? ¿Estás aquí? — preguntó.
—Pero miren que tenemos aquí... un niño que se ha portado mal durante todo el año.
El reconoció de inmediato la voz de su chica quien apareció detrás de él y prendió la luz, Magnus quedó sin palabras al ver a la azabache con ese tipo de vestimenta.
—S-Shaun... estás... — le miraba de arriba hacia abajo, ella lo calló colocándole un dedo en sus labios.
—Nada de Shaun... soy Santa Claus. Y ahora te voy a castigar por haber sido un niño muy malo — el sonrió pícaramente por lo que siguió el juego mientras ella se movía de forma sensual.
—Los niños malos merecen un premio en vez de un castigo... ¿no lo crees santa?
—Un castigo no te hará mal... — contesto la ojiverde. —Dime, ¿te gusta lo que ves?
—Claro que si santa... esos pechos son tan regordetes que quisiera apretarlos con todas mis fuerzas — comentaba Cisne mientras ella pasaba una de sus manos sobre sus atributos.
—Pero no podrás hacerlo, los niños malos como tú merecen unas cuantas nalgadas — sonrió.
—Eres cruel santa — comentó Magnus, ella le ordenó que se sentará en la cama. —¿Y bien?, ¿cuál será mi castigo? — como respuesta ella se sentó sobre sus piernas y pasó ambas manos en su nuca.
—Bueno... — empezó a quitarle la chaqueta. —Santa quiere castigarte con esto...
Lentamente su mano iba descendiendo hasta llegar al cierre de su pantalón, el ruso se estremeció ante los leves movimientos que la ojiverde en su parte.
—Eres muy perversa — mencionó. Shaun seguía torturando al rubio no mientras él mantenía los ojos cerrados y evitaba gemir.
—¿Te gustaría que lo meta en mi boca? — él asintió a lo que ella bajó la cremallera del pantalón, y con ambas manos libero el amiguito de cisne que iba despertando ante su contacto. —Eres un niño pervertido, mira como te has puesto con solo verme — veía a Magnus.
—¡No es mi culpa! — se defendió. —Nunca imaginé verte con este tipo de lencería... Mucho menos en mis sueños húmedos.
—¿Pero te gusta verdad niño rebelde? — él asintió nuevamente. —Entonces... — se levantó del regazo de Magnus para arrodillarse y tomar en sus manos su miembro. Empezó a moverlo de arriba hacia abajo mientras cisne apretaba las sábanas y dejaba escapar uno que otro gemido.
La azabache iba aumentando la velocidad, cosa que a Magnus le causaba placer y no fue hasta que la ojiverde lamió la punta en forma circular que hizo descontrolar al ruso.
—¡Joder! ¡Tu lengua se siente tan bien ahí Shaun!
Sin previo aviso Andromeda lo mordió e hizo que este arqueara la espalda tras la acción.
—Me llamo Santa... no lo olvides — contestó.
Shaun seguía deleitándose con el grosor de su pareja hasta terminar por introducirlo en su garganta, Magnus por su parte estaba perdido en las nubes ante el tortuoso pero exitante castigo de parte de la chica. Cisne estaba a punto de soltar su líquido pero la azabache se lo impidió.
Ella sacó el miembro aún duro de su boca e iba recuperando el aliento, el ruso quería más por lo que tomó de la muñeca a la azabache y la tiró a la cama. Ahora él estaba al mando dejando a la fémina a su merced.
—Lo siento Santa, pero este niño rebelde te hará pagar por no darle su regalo — ella sonrió.
—Ya te lo dije... los niños malcriados no tienen regalo.
Acto seguido él se colocó encima de ella, se dieron un beso de lengua mientras una de las manos del rubio iba metiéndose por debajo de la falda, Shaun dió un leve gemido al sentir uno de los dedos de su pareja jugando con su feminidad. Ella hizo lo mismo con su miembro por un buen rato hasta que ambos terminaron por correrse.
Magnus terminó por quitarse la ropa ante la mirada lasciva de su pareja quien se auto acariciaba y gemía su nombre.
—¡M-Magnus! ¡Te quiero adentro de mí!
—¡No Santa! — respondió. —Como tu fuiste mala conmigo yo también lo seré contigo.
Su mirada llena de perversión llamó la atención de la azabache, ella lo incitaba a que la tomara pero él se negó y en su lugar se iba alejando de ella. Shaun entristeció por un momento, temía que el se haya aburrido con lo que estaban haciendo cosa que no fue así, Magnus tomó un bastón dulce que había sobre la mesa y nuevamente se acercó a ella.
Confundida, la joven lo cuestionó y sin mediar palabra el ruso introdujo el objeto en su vagina, Shaun dió un leve quejido.
—¡Agh! ¡¡Magnus!!
—¿No era esto lo que querías? — miró con cinismo a la ojiverde.
—Lo quiero a el — señaló su parte.
Magnus negó y comenzó a mover el bastón lentamente lo cual a Shaun le provocó uno que otro gemido. Mantenía cerrados los ojos mientras sentía como el objeto se iba adentrando más en ella.
—¡Ahh! ¡Sácalo! ¡Por favor!
No obtuvo respuesta, el rubio retiró su sostén para devorar sus pechos. Se retorcía ante las fuertes estocadas que él le provocaba, la chica estaba a punto de correrse pero inmediatamente Magnus retiró el bastón, sonrió pícaro de ver cómo su clítoris estaba levantado y con ello su líquido estaba desbordandose entre sus piernas.
—Santa... eres una sucia — dijo, ella recuperaba el aliento. —Pero no creas que esto ha terminado... ahora viene la mejor parte.
Shaun estuvo a punto de reincorparse pero no tenía en mente que la lengua de Magnus acabaría lamiendo su vagina, él lamía de arriba hacia abajo disfrutando de los líquidos de la azabache, introdujo sus dedos entre sus labios carnosos para estimularla. Ella con una mano acariciaba las rubias hebras del ruso mientras con la otra apretaba uno de sus pechos.
—¡Ahh! ¡Magnus! ¡Asi! ¡Chupame toda!— él la observó.
—Eres una maldita pervertida... pero así me encantas — dijo.
El siguió chupando su parte hasta terminar de morder su clítoris lo que ocasionó que ella perdiera el control y comenzará a gritar de placer.
—¡¡Oh cielos!!
Magnus aumento los movimientos de sus dedos y finalmente ella terminó derramando su líquido entre ellos.
—¡Mierda! Si que es mucho — el rubio quedó encantado de ver ese espectáculo. Ella cubría su rostro totalmente rojo y lleno de vergüenza.
—¡Eres muy malo! — la azabache dijo.
—¿Eso crees Santa? — ella asintió. —¡Toma esto como castigo!
Pegó un fuerte gemido al momento en que él se introdujo con fuerza su interior, Magnus gruñó tras sentir como las entrañas de su pareja aprisionaban su miembro. Espero unos minutos para que ella se tranquilizase y adaptase a su tamaño, ella abrazó su cintura con ambas piernas y comenzó a moverse lentamente.
Se repartieron besos de lengua mientras permanencian unidos el uno del otro, Magnus marcaba el cuello de la azabache con mordidas. Ella arañaba su espalda con tanta fuerza y dejaba escapar uno que otro gemido de placer.
La posición había cambiado, ella pegaba fuertes sentones en lo que él se encargaba de succionar sus pechos y le miraba con malicia.
Para ellos los minutos eran una eternidad, el disfrutarse el uno del otro era lo que más les gustaba. El frotaba su pene sobre sus pechos mientras ella alcanzaba a lamer la punta y darle uno que otro beso.
—Shaun... ¡Shaun! ¡Ya no puedo más!
—¡Magnus! ¡Quiero que lo hagas dentro de mi! ¡Por favor!
El obedeció y regreso a su posición, después de varios minutos dejó liberar tanto líquido espeso en la vagina de la azabache, ella grito con fuerza su nombre pero para evitar llamar la atención el rubio le dió un fogoso beso en los labios.
Ambos estaban felices, sobre todo Shaun quien no dejaba de mirar dulcemente a su amado.
—¿Te gusto tu regalo mi amor? — decía la chica mientras pasaba uno de sus dedos sobre el pecho del rubio.
—Para ser honesto... Fue lo mejor que he tenido en esta navidad — contestó y le miró. —Nunca en la vida imaginé que tú me harías feliz de esta manera... queda establecido que lo nuestro va en buenas condiciones, y que mejor que sea para siempre Shaun... — él acarició su mejilla. —Permiteme darte mi regalo.
Se levantó de la cama para ir en búsqueda de la chaqueta, de ahí saco una pequeña cajita la cual a Shaun le provocó mucha felicidad.
—Magnus... acaso tú... me... — el abrió la cajita mostrando un lindo anillo.
—¿Te casarías conmigo? — Magnus propuso con una sonrisa.
—Si mi vida... ¡¡Si quiero!!
El se acercó a ella y la atrajo a sus brazos, Shaun no paraba de llorar de completa alegría.
Sin duda es un hermoso regalo que le han dado en estas fiestas. No obstante y para sorpresa de ambos Sienna y el resto ingresaron de imprevisto a la habitación, Nero estaba al borde del infarto al ver en la condición en que la pareja se enconraba.
—Oh amigo... — fue lo único que dijo Seiya antes de ver cómo Fénix se iba a lanzarse sobre él.
Una alegre noche que casi se convierte en tragedia de no ser por la notícia que ambos dijeron a todos para bajar los zumos.
Aun así, Shaun y Magnus estaban felices por iniciar una nueva etapa de su vida juntos.
Fin del especial
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