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[ADVERTENCIA: +18]

Wey, si no te gusta este tipo de contenidos (smut 🔥) te recomiendo que no te leas éste capítulo y esperes hasta que publique algo más decente :v

Pero como sé que eres una cochinona y querrás leer éste capítulo con más ganas, espero que en verdad lo disfrutes y que no te burles de mi pobre intento de smut JAJAJAJAJAJA

Sorry por si los ofende mi mierda de escritura 🤣🤣

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Ángel se había acostado y enrollado con muchos chicos a lo largo de los años. La sobreprotección de su madre no había servido para que ella dejara de escaparse para asistir a fiestas y que dejara de mantener relación con los chicos populares del Instituto.

Por eso supo perfectamente que hacer cuando entró a la habitación de Jace; el mismo chico que la había secuestrado, salvado a su hermana y quien la había consolado en su momento más vulnerable.

Incluso para ella sonaba patético.


«Solo es un polvo», pensó.

«No es nada a comparación con lo que has hecho antes».

Además, debía admitir que Jace estaba buenísimo y que no sería más que una cara bonita a su lista de conquistas. Por más sucio y retorcido que pareciera, era lo que muchos chicos y chicas hacían, y ella estaba acostumbrada a conseguir lo que quería.

Pero aún así, tenía la duda de si estaba bien lo que estaba por pasar.

La duda se disipó un poco cuando los labios de Jace rozaron su hombro, hizo un camino de besos y deslizó su lengua con una maestría de ensueño. Pero la duda seguía martirizandola.

-Jace... -murmuró.

Hizo un sonido ronco, afirmando que la escuchaba.

Tragó saliva.

-No creo que ésto esté bien.

-¿Por qué lo dices? -preguntó alejándose un poco. Su lejanía la dejó con una sensación de frío y tuvo que tallarse los brazos para disipar la sensación.

-Porque no sé que estoy haciendo -dijo Ángel-. Llevo dos días sin saber que estoy haciendo. No creo que ésto esté bien, debería irme.

Cuando estaba apunto de alejarse, Jace la tomó de la muñeca y la acercó a su pecho. Estaba frío, así que se estremeció por su toque. Notó que llevaba un anillo de plata que tenía una W y una estrella dibujada, y también vió que sus dedos eran largos; no como los de un guerrero, sino como los de un pianista.

Le gustaban sus dedos.

Cuando levantó la mirada por la notoria altura, pudo ver como su cabello caía y cubría su rostro, dándole un gesto melancólico y sombrío.

Se veía jodidamente atractivo y cada vez era más difícil resistirse a sus encantos.

-¿No te gusto?

Parpadeó varias veces tratando de entender lo que decía.

«¿Qué si le gustaba?»

-¿Qué?

-Llevas huyendo de mí desde que nos conocimos -La miró como si ella pensara que él no era suficiente, o que era una clase de cucaracha ante los ojos de la pelirroja. La idea le oprimió el corazón-. ¿Es éso? ¿Crees que no soy suficiente para una chica cómo tú?

-¿Una chica cómo yo? -preguntó sin creerlo, saboreando cada palabra como si él estuviera loco. ¡Jace era el tipo más atractivo que había conocido!- ¡Claro que no!

Jace rió con amargura tomándose del cabello y despeinándolo más de lo que estaba.

Tuvo la necesidad de acariciarlo.

-Claro que sí -afirmó-. Me has estado rechazando los últimos días porque crees éso. ¿Te parezco tan repugnante? ¿Es por qué te traje al Instituto? Pues que crees -La miró con una expresión helada-, no me disculparé por algo que debía pasar.

-Y yo no dejaré que sigas hablando de mí tan despectivamente -gruñó molesta-. Si entendieras mi posición, entenderías que estoy lo suficientemente mortíficada como para querer follar con mi secuestrador.

Jace la miró sin pestañear.

-¿Éso crees?

-Eso es lo que creo.

La tomó de la barbilla y la obligó a mirarlo a los ojos. Eran dorados como ya sabía, pero con la oscuridad se veían aún más oscuros, como si fueran de cobre.

-Ya lo veremos.

La besó con fiereza. Era más que obvio que el deseo hizo acto de presencia en ambos. Sus manos fueron a su cuello y Ángel tuvo la necesidad de asfixiarlo, deseaba hacerle el mismo daño que él le hacía cada vez que habría la boca.

Sus manos recorrieron su cuerpo, perdiéndose en cada curva y cayendo en su trasero, el cual apretó con ambas manos mientras la pelirroja lo tomaba de la nuca, profundizando el beso que se había vuelto una lucha entre lenguas y dientes.

Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder ante el otro.

Jace la tomó de los muslos y la lanzó a la cama. El impacto fue algo violento, pero a Ángel no le importó, en realidad, le gustó que la tratara sin delicadeza. Le gustaba que fueran rudos.

Jace le arrancó la ajustada blusa que Isabelle le había prestado y se deleitó ante la vista de su brasier de encaje. No lo había tomado a propósito, solo había creído que era muy bonito, por lo que se lo pidió prestado a la morena. Parecía ser que ambas eran de la misma talla.

Los ojos de Jace estaban muy dilatados. Ya no quedaba nada de la risa o molestia entre ambos, ahora solo querían complacer sus instintos más bajos.

Empezó a besarle el abdomen, haciendo un camino desde su ombligo hasta sus senos, se detuvo y los apretó sin quitarle el sujetador.

Ángel gimió por el contacto.

Bendita Isabelle y su ropa provocativa.

-¿Te gusta, gatita? -Le gruñó mientras le dejaba una marca en el abdomen. Chupó y después succionó, la zona se enrojeció en pocos segundos.

Ángel les dió vuelta y en poco tiempo ella estaba arriba.

-No me llames así -Apretó sus muñecas hacia arriba. Él no parecía querer resistirse, así que atacó su boca con una violencia impropia de ella.

«¡Cuanto lo detesto!», pensó furiosa.

Pero igual quería follarselo hasta que gritara su nombre.

Empezó a moverse sobre el bulto que había empezado a crecer en su pantalón. Jace gruñó tratando de volver a tomar el dominio, pero Ángel no se lo permitió.

-Si vamos a tener sexo, será con mis reglas.

Jace se estremeció en cuanto empezó a quitarle la playera negra. No fue difícil, así que pronto estuvo en el piso.

Nunca había visto un abdomen tan marcado y delicioso a la vista. Quería probarlo, pero sabía que lo único que haría sería tentarlo a tal punto que jamás olvidaría esa noche e iría en busca de más.

Tomó el pañuelo que Isabelle le prestó y lo usó para atar las muñecas de Jace a la cabecera. Él le gruñó en desacuerdo y se resistió, pero lo besó para distraerlo, hasta que al final logró tenerlo atado. Listo para ella sin mayor problema, a su completa merced.

Jace intentó liberarse de nuevo, pero Ángel le sonrió con inocencia y acercó sus labios a su oído.

-No te muevas, amor.

El rubio le hizo caso como un cachorrito obediente.

Acarició su abdomen de arriba a abajo mientras la falda que llevaba se recorría hacia arriba mientras se posicionaba sobre su miembro erecto.

-Ángel... -gruñó con un jadeo, sus ojos estaban clavados en su rostro.

Puso el dedo en su boca, buscando callarlo. Sus labios estaban un poco rojos por lo mucho que se habían besado en toda la noche.

-Dijiste que no eras suficiente para mí -Acarició su abdomen mientras que con sus uñas jugueteaban por erección. Jace se tensó-. Desde que nos conocimos te has portado muy mal conmigo -Le murmuró con expresión aniñada-. Debo castigarte por eso, Wayland...

Cimo si fuera una invitación, su erección creció aún más.

Le sonrió con picardía, ¿le gustaba que lo dominaran? Vaya, vaya.

Sus ojos estaban clavados en los de ella con intensidad, como si buscara saber que planeaba hacer con él.

-¿Entonces me dejarás así? -preguntó con la voz ronca, casi como si el deseo hubiera hecho que casi todos sus sentidos se desvanecieran.

-No -murmuré-. Haré algo mejor.

Ángel metió su mano en sus pantalones y liberó a la bestia que había estado reclusa desde que se conocieron en el Pandemonium. Era grande y larga, tenía una pelusilla de bello dorado que la hizo estremecer.

Jace parecía sorprendido, pero igual gimió cuando empezó a acariciarla de arriba a abajo, hacia los lados y de todas las formas posibles. Un gemido brotó de lo más profundo de su garganta cuando apretó su erección con ambas manos. Hizo presión con ambas manos y la espalda de Jace se arqueó por la sensación de estar siendo tocado.

-¿Te gusta? -ronroneó en su cuello.

Su respiración era más pesada, parecía estarse conteniendo y su boca estaba abierta en una exclamación sin sonido.

Supo que era momento de hacerlo gritar, así que trazando un camino de besos de su cuello a su abdomen en el que se detuvo por unos cuantos segundos, fue bajando hasta que su aliento golpeó su miembro.

-Ángel -gimió-. Oh por Raziel... Si lo haces voy a...

Lo metió a su boca y Jace gritó una maldición en otro idioma. Tal vez en italiano, no estaba segura.

-¡Ángel! -gritó cuando empezó a chuparlo y a clavarle los dientes- No pares..., por el ángel, ¡no pares!

Lo torturó en cada lamida, recorriendo su longitud con su lengua y rozando sus dientes con sus testículos. Jace se arqueó y cerró los ojos tratando de no gemir tan fuerte, pero le fue imposible en cuanto empezó a usar su lengua para estimularlo.

Ángel notó que intentó tomarse de la cabecera, buscando un apoyo para no romper nada importante, pero cuando sus dedos encontraron el reposa cabezas, casi inmediatamente se rompió entre sus dedos.

Estaba perdiendo el control, Ángel supo verlo en cuanto los dedos de Jace empezaron a jalar el pañuelo tratando de liberarse, así que soltando su miembro se posicionó entre sus piernas de nueva cuenta. Jace gruñó cuando sintió como su miembro entraba sobre la ropa interior de ella, torturándolo de nueva cuenta.

-¿Por qué me odias? -gruñó cuando ella se dejó caer un poco más. Su punta estaba dentro de ella, pero la ropa interior le impedía sentirla del todo.

Odió que fuera así.

-No te odio -Se mordió el labio tratando de ignorar lo mojada que estaba con tan solo escucharlo gemir su nombre. Bajó un poco más y el aire se atascó en el pecho de ambos-. Es tú castigo por secuestrarme y por creer que eres poca cosa.

-¿De qué hablas?

-También me gustas, Jace.

Y cuando alejó su entrada de él, Jace se puso aún más erecto. Ángel pudo ver un brillo en sus ojos, uno que la hizo seguir con lo que estaba haciendo minutos atrás.

(...)

Jace.

Ángel parecía una diosa arriba de él.

Empezó a masturbarlo con más rapidez, con cada estocada de su mano parecía estar llegando a su punto. Jace había perdido toda razón y dignidad que quedaba en él, no podía dejar de gruñir y gemir. Su cuerpo estaba sudoroso y se sentía pegajoso.

«Nunca había sentido algo así», pensó entre el mar de excitación.

Ángel murmuró un puñado de cosas obscenas en su cuello, haciéndolo apretarse más contra su mano y haciéndolo gemir con más fuerza. Le gustaba que lo tratara así, que fuera ruda con él y que supiera como moverse. Pero una extraña sensación de molestia lo asfixió por unos cuantos segundos, ¿cómo aprendió a hacer éso?

Pensarlo lo atormentó. Nunca había sentido nada igual con nadie.

Jace había tenido sexo, había follado con un centenar de chicas que deseaba y que después deseaba que lo dejaran en paz, pero nadie parecía ser igual que Ángel. Ella seguía su propia marea, le gustaba dar las órdenes y que él gimiera por ella. No fue difícil saberlo en cuanto vió el líquido transparente deslizarse por sus muslos, lista para que él entrara en ella.

«Está tan excitada como yo», pensó un agitado Jace.

Se sintió bien saber que el sentimiento era recíproco. Pero mediante pasaba el tiempo, Jace notó el como no planeaba dejarlo entrar en ella.

Sintió amargura.

«¿Sigue creyendo que soy poca cosa?»

Y con una horrible sensación de malestar, se resistió a llegar a la liberación que tanto esperaba. No podía, se negaba a terminar si ella no lo deseaba de igual forma que él. Ella no podía desearlo tanto si no quería que entrara en sus paderes.

Pero pronto entendió el porqué.

Era su castigo.

«...Y desde que nos conocimos te has portado muy mal conmigo... Debo castigarte por eso, Wayland».

Si así eran los castigos, se volvería un pecador con tal de ser castigado por sus divinas manos.

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Y se prendió ésta mierda 7u7

No sé ustedes, pero ésta es la primera vez que escribo smut JAJAJAJAJAJA

Perdón si es una caca XD

Pregunta del día:

¿Qué tal raza? ¿Creen que Ángel y Jace seguirán peleando después de ésto? 😂

Espero sus respuestas, siempre me hacen reír :v

Se despide su humilde servidora.

¡No olviden comentar respecto a mi mierda de smut!

Atte.

Nix Snow.

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