06
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"No quería despertar."
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No estaba segura de lo que estaba sucediendo.
Al principio no abrí los ojos. Sentía las extremidades pesadas y entumecidas, pero por alguna razón me sentía bien. Nunca había dormido así, tan cómodamente imposible.
La primera vez que desperté ni siquiera abrí los ojos, solo intenté mover los dedos, pero al ver que no podía, decidí quedarme quieta. Y obviamente, me quedé dormida.
La segunda vez fue diferente, escuchaba voces de personas, no sabía definir quienes eran. Todo era bastante confuso.
-¿La secuestraste? ¿En serio, Jace?
-La chica no quiso venir conmigo a las buenas, tuve que hacerlo.
-No era razón para lanzarle polvo de sueño y traerla inconsciente.
-Es una de los nuestros, no podía dejarla allí sola.
-Tenía a su hermana, Jace. ¡Y aún así, no debiste! Ahora Hodge tendrá que arreglar tus errores.
Después de aquello volví a quedarme dormida y por alguna razón no quería despertar, me sentía agusto.
La tercera vez tuve un poco más de suerte. Logré abrir los ojos, estaba en una habitación que parecía ser un cuarto que en verdad me gustaría -en otra situación-. No reparé mucho en los detalles, estaba groggy y me sentía flotar.
Era como aquella vez que había probado llerva y había corrido por toda la casa de Simon en paños menores. Recordaba que había agradecido el que la mamá de Simon y su hermana no estuvieran presentes.
Me revolví entre las... ¿sabanas?
-¿Crees que despierte pronto?
-No lo sé, Isabelle.
-No entiendo a Jace, no se ha despegado de la mundi en los días que a estado inconsciente. Apenas logré hacer que fuera a comer algo.
-Lo sé, no es necesario que me lo recuerdes. Su interés por ella es estresante, el vínculo se está volviendo agobiante. Hodge dijo que tal vez esté más que preocupado.
-Debo admitir que tiene buen gusto, la niña es bonita, demasiado guapa.
-Lo sé. La primera vez que la ví creí que era un hada o algo así, tal vez una princesa. Aunque no suelen salir mucho de la corte. Y además de eso, su cabello rojizo es bastante confuso, tiene varios mechones platinados.
-Yo pensé lo mismo, pero no tiene las orejas puntiagudas o alguna cosa que delate procedencia de hada. No puedo creer que sea una Cazadora, es extraño, no se parece a nadie que haya visto.
-Jace fue descuidado al traerla, Hodge le dijo que la vigilara y solo interviniera si veía algo extraño. Aunque no me sorprendí cuando llegó con ella en brazos, jamás hace caso.
-No se me hace raro que no haya podido soportarlo. Aunque fue demasiado rápido.
-Realmente no me sorprende. La chica se ve demasiado angelical, es raro que los demonios no la hayan atacado. Es la presa perfecta.
-Es verdad, es extraño que... espera. ¡Mira! ¡Se ha movido!
-Imagino que no se dejó llevar por el polvo de sueño. -un suspiro- Se lo diré a Hodge.
Me sentía ida, perdida entre la inconsciencia. Sentía las pestañas pegadas entre sí, como si alguien las hubiera pegado con pegamento. Lenta y perezosamente, abrí los ojos mientras pestañeaba. Me sentía tan confundida.
Estaba en una habitación color rojo, con detalles medievales y extraños. El techo era alto y la cama en la que estaba era enorme. Moví un poco los brazos y sentí el cuerpo adormecido, como si aún no estuviera cien porciento despierta.
Gruñí cuando mi cabeza empezó a recordar los sucesos antes de caer dormida.
-Ese imbécil... -murmuré enojada. Mi ceño estaba fruncido e intentaba enderesarme entre las sábanas rojas. ¿Cómo rayos había llegado aquí?
Entonces recordé mejor.
"Ah sí, el psicópata me trajo encontra de mi voluntad."
A la hora de querer ponerme en pié no pude, por una extraña razón sabía que si intentaba ponerme de pié, caería al piso. Así que con gran dificultad, logré sentarme. Apenas y sentía las puntas de mis dedos.
Miré a mi alrededor con mayor atención que la primera vez en la que solo eché una corta ojeada.
Estaba en una enorme cama de sábanas rojas de..., ¿seda?
La cama tenía dos mesillas de noche a juego con la habitación, una tenía una lámpara de lectura y la otra tenía una jarra gris y dos tazas encima. Había cortinas de seda color negro que dejaban ver un ventanal enorme y dejando entrar la luz. Pude oír claramente el sonido del tráfico neoyorquino llegando del exterior.
-Por fin despertaste. -dijo una voz femenina, sonando extremadamente seca- Hodge estará contento. Todos pensamos que Jace se había pasado con los polvos de sueño, no despertabas.
Rápidamente volví la cabeza.
Isabelle estaba encaramada en una silla que estaba al otro lado de la habitación, con la larga melena negro azabache sujeta en una coleta larga, que le caía por debajo de la cintura. El vestido blanco había sido reemplazado por vaqueros y una ajustada camiseta negra de manga corta, aunque el colgante rojo todavía le parpadeaba en la garganta.
Las runas en espiral habían desaparecido; su piel aparecía tan inmaculada como la superficie de un cuenco de nata.
-Lamento no haber despertado antes, pero tu amigo me lanzó unos polvos extraños y después me secuestro. -dije con ironía y pude apreciar como salía una pequeña sonrisa en Isabelle- ¿Estamos en el Instituto?
Isabelle borró la sonrisa y puso los ojos en blanco.
-¿Hay alguna cosa que Jace no te haya contado?
Me removí incómoda cuando dejé salir un bostezo. Aún me sentía adormilada.
-Realmente no sé lo que está sucediendo. Solo sé que tu amigo Jace me persiguió y después me contó cosas extrañas que aún no entiendo del todo, para después querer que me fuera con él a este lugar. Y cuando dije que no quería, me lanzó algo que me hizo querer dormir para siempre.
Parpadeé varias veces para recordar si no me había saltado algo. Cuando volteé a ver a Isabelle, esta me estaba mirando con sus espesas cejas arqueadas.
-Valla, jamás había escuchado que Jace estuviera tan colado por una chica. -dijo.
La miré con asombro.
-¿A qué te refieres con eso?
Isabelle rodó los ojos.
-Oh vamos, se nota que no eres tonta. Creo que es bastante obvio que te tiene ganas, aunque a lo que dices, su comportamiento es bastante extraño. Jamás se había comportado así por una chica. -dijo mientras su mirada se perdía en el techo.
Me removí incómoda.
-Creo que estás equivocada. -dije para cambiar de tema y después miré el lugar con curiosidad- Entonces, ¿este es el Instituto?
Ella parpadeó varias veces. Suelo cambiar de conversación de manera apresurada, lo más seguro es que se desconcertó por aquello.
-Sí; estás en una de las habitaciones de invitados, aunque se supone que deberías estar en la enfermería. En todo caso, Jace no quiso llevarte allí.
Iba a decir algo, pero un repentino dolor punzante me obligó a llevarme las manos al estómago. Lancé un grito ahogado.
Isabelle se puso en pie y me miró alarmada mientras se acercaba a mí de manera rápida.
-¿Estás bien?
El dolor se desvanecía, pero era muy consciente de una sensación ácida en las paredes de la garganta y de un extraño aturdimiento.
-Me duele el estómago. -gruñí mientras mis ojos se cristalizaban, el dolor era grande.
-Oh, sí. Casi lo olvidé. Hodge dijo que te diéramos esto cuando despertaras.
Isabelle alargó la mano para agarrar la jarra de cerámica y vertió parte del contenido en una de las tazas a juego, que después me entregó. Estaba llena de un líquido turbio que humeaba ligeramente. Olía a hierbas y a algo más, algo sustancioso y oscuro.
-No has comido nada en un día entero. -indicó Isabelle- Probablemente es por eso que te sientes mareada.
Tomé un sorbo con cautela. Era delicioso, suculento y saciante, con un regusto a mantequilla. Me dieron ganas de pedir la receta.
-¿Qué es?
Isabelle se encogió de hombros.
-Una de las tisanas de Hodge. Siempre funcionan. -se deslizó entre la cama y arqueó la espalda como un felino- A propósito, soy Isabelle Lightwood. Vivo aquí.
-Yo bueno, me llamo Ángel Fray. ¿Jace me trajo así nada más?
Isabelle se encogió de hombros.
-Parecía un desquiciado. Cuando Hodge le dijo que te llevara a la enfermería, insistió en que no era necesario. Logró convencerlo para que te colocaran en un habitación continua a la suya, dijo que así sería más fácil vigilarte. -Isabelle rodó los ojos- Aunque Alec y yo no nos lo tragamos. Él quería estar cerca de ti.
Sentí como mis mejillas tomaron un tono rojizo, pero logré desviar la atención de aquello cuando intenté ponerme en pié. Como era de esperar, fue un rotundo fracaso. Las piernas me fallaron.
Cuando estaba apunto de caer al piso, unas manos lograron tomarme de la cintura. Estas eran varoniles, el tamaño y la fuerza que usaba para sostenerme lo dejaban en claro.
Pude reconocer aquél anillo de plata y sus dedos largos.
-Jace. -dijo Isabelle extrañada.
En realidad, no había escuchado que la puerta se abriera o que algunos pasos se escucharan, así que habían dos posibilidades: Entró como un ninja, o solo estaba bastante despistada al estar aún adormilada.
Cuando Jace me dejó de nuevo en la cama, pude ver como contraía el rostro y como convertía sus manos en puños de nudillos blaquecinos.
Me estremecí por su mirada molesta.
-Isabelle, creí que te dije que la cuidaras mientras no estaba. -siseó con desdén. Arrastraba las palabras como aquella vez en el Pandemónium.
A estas alturas, esa noche la veía muy lejana. Y en todo caso, Isabelle frunció el ceño y se cruzó de brazos.
-Por si no te habías dado cuenta, eso es lo que estaba haciendo. -exclamó ofendida.
-Dejaste que se pusiera en pié. -alegó como si aquello fuera un acto gravísimo y yo no estuviera presente.
Era como si yo fuera alguna especie de tapete o pintura que no tenía pensamientos propios y aquello sí que me molestó, mi ceño fruncido lo dejaba muy en claro.
-¿Y se supone que eso es mi culpa? ¡No puedo saber cuando intentará ponerse en pié! -exclamó molesta.
-Pues debiste darte cuenta de sus intenciones. -dijo sin levantar la voz, pero sus ojos centelleaban con un fulgor peligroso- Dije que la cuidaras, puedo ver que no fue buena idea dejarla a tu cuidado.
Jadeé sorprendida, aquello si que nos shockeo a ambas. Isabelle abrió la boca indignada, dispuesta a decirle unas palabras nada agradables, así que no tuve más remedio que intervenir. Esta discusión parecía que duraría bastante tiempo.
-Isabelle no tiene la culpa de nada, fui yo quien me levanté sola. -dije interrumpiendo las miradas asesinas que ambos estaban compartiendo.
Los ojos de Jace se posaron en mí, analizándome. Me escaneó de píes a cabeza, tal vez revisando que estuviera en buen estado. Me miró por unos segundos más y después solo bufó.
-Como sea. -dijo arrastrando las palabras. Tomó su cabello y lo despeinó aún más de lo que ya lo estaba.
Aquello no pareció pasar desapercivido para Isabelle.
Isabelle lo miró con el ceño fruncido, había curiosidad en su mirada y por un momento creí ver que sus ojos brillaron, pero tal vez solo fue el efecto de la luz que entraba por el ventanal. Se había desvanecido casi al instante.
El cabello de Jace caía en bucles salvajes y despeinados. Su cabello rubio de un tono tostado, brillaba contra la poca luz que entraba por el ventanal. Sus ojos dorados oscilaban entre destellos verduzcos, con la fuerza de alguien que a visto demasiadas cosas y aquello sí que me desconcertó.
Me preguntaba cuantos secretos podían llegar a tener las personas como Jace o Isabelle. Todas las misiones que habrán llevado a cabo y toda la sangre que se escurría entre sus dedos.
Miré fijamente a Jace y él me devolvió la mirada, esta era mucho más intensa y llena de un sentimiento que desconozco. Vi un matiz melancólico en su mirada, tal vez pesar o incertidumbre, no estaba del todo segura, pero en lo que si estaba segura, era que Jace era un misterio.
Sentí como un sentimiento comenzaba a nacer en mi estómago, algo que me obligó a apartar la mirada de la suya. Aquél sentimiento era estremecedor y desconcertante, ¿empezaba a enfermarme? ¿O solo era el malestar de haber sido secuestrada por Jace?
Solo sabía una cosa, descubriría el misterio que era Jace, el chico que me secuestró.
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¡Hello perras! ¿Qué les pareció el capítulo? En mi opinión está bastante bien, saben que me gusta el drama y las incógnitas. ¡Así que nos vemos en el próximo capítulo!
Perdón por no actualizar desde hace tiempo, espero que no estén molestas, lo que pasa es que he estado teniendo algunos problemas y solo he podido actualizar algunas historias :(
¡No a los lectores fantasma! ¡Los adoro a todos! ¡Voten y comenten! Me ayuda a actualizar mucho más rápido preciosuras xD
Sin nada más que decir, nos leemos pronto, desconocidos.
Atte.
Nix Snow.
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