04

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"Me está poniendo nerviosa."

》Canción:
Melanie Martinez - Pacify Her.

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Había pasado algunas horas desde que había huido de casa, y como siempre hacía cuando estaba molesta; me dirigía a Central Park.

O al menos así era hasta que entré a clases de gimnasia, pero como el lugar estaba en reparación, no tuve otra opción.


Al llegar allí, me dispuse a buscar uno de los lugares menos concurridos. Quería hacer algunos estiramientos...

Siempre había sido muy elástica desde pequeña, pero los estiramientos y la práctica me ayudaron a serlo aún más. Al principio fue doloroso, pero después el cuerpo se acostumbra al dolor.

Me tomé el pelo con una goma y estiré mi cuerpo hacia atrás hasta tocar con mis manos el pasto: Mi cuerpo se dobló en un ángulo de 180° y lo dejé en esa posición por unos minutos hasta que mi cuerpo entero ardió, y tuve que dejar de hacerlo. Tomé grandes respiraciones de aire, núnca era fácil.

Di algunas volteretas, las cuelas no eran tan peligrosas.

Algunas personas volteaban a verme al hacer tan "increíble", presentación. Cuando estuve bañada en sudor, me recosté en el pasto, viendo el cielo que poco a poco se oscurecía.

Un ruido de una rama quebrándose me distrajo. Automáticamente me puse de pie, no había nadie, estaba casi completamente sola en el parque.

"Ya es tarde." Pensé con la expresión agotada.

"Debería irme."

Tomé mi chaqueta y miré una última vez hacia la dirección en la que se escuchó el ruido. No se veía nada extraño.

"No es nada." Me dije mentalmente, para después darme la vuelta y zambullirme entre las calles concurridas de Nueva York.

O al menos, eso creía ella.

***

Había llegado al Java Jones. Cuando llegué a casa me había dado una rápida ducha, y no me entretuve mucho porque mamá no estaba, así que no tuve que discutir de nuevo con ella.

Desde que me había ido del departamento en la mañana, mi teléfono no había dejado de sonar y tenía muchos mensajes de voz tipo:

<<Cariño, lamento haber estropeado tus planes de concursar en la estatal. Ven a casa y charlaremos.>>

<<Ángel, lamento la discusión que tuvimos.>>

<<Cariño, deberías volver a casa para acabar de discutir el tema.>>

Yo no tenía nada más que decirle a mamá, aunque la punsada de remordimiento no quería irse, aún así, no me retractaría.

Al llegar ví a Clary sentada aun lado de Simon, los saludé desde lejos y me acerqué a la barra.

-Hola, ¿me podría dar un frappé y un pastel de chocolate con vainilla? Por favor. -sonreí encantadoramente.

-En un segundo. -dijo el chico con una brillante sonrisa.

-Por supuesto.

Cuando ya tenía mi comida, me encaminé a ellos y me posicioné aún lado de Clary. Parecían estar debatiendo en dónde sentarse.

Clary me miró interrogante.

-Hola. -dije sin más.

-Hola Ángel. -dijo Simon sonrojado.

-Pensé que no vendrías. -exclamó Clary con evidente incomodidad. Les sonreí calidamente y comí mi pastel.

-No me perdería esto por nada del mundo.

Simon me miró con una ceja alzada.

-¿Veniste a reírte de la poesía de Eric? -preguntó aguantando la risa.

-Por supuesto que no, ambos saben que jamás haría algo así con un amigo. -pestañé inocentemente.

-Por supuesto. -dijo Simon con sarcasmo.

Clary y yo reímos.

-Admitelo Simon, es malísimo.

-No es tan malo. -refunfuñó Simon.

-Del uno al diez, Eric es bueno un cero punto cinco -dije bebiendo mi frappé.

-Ángel, para. -exclamó Clary riéndo.

Rodé los ojos.

-Que amargados, solo digo la verdad. -puse pose de estar pensando- Debería hacer mi propia banda.

-Solo busca un guitarrista, baterista, dj y consigue los instrumentos.

-No puede ser tan difícil, puedo hacerlo. -refuté con el ceño fruncido.

Volteé los ojos al escenario y pude ver que Eric estaba en el y se había teñido las puntas del cabello de color rosado. Hice una mueca mal disimulada y preferí desviar la mirada a Simon.

-¿Alguna novedad con la banda? -pregunté bebiendo de mi frappé.

Los ojos le brillaron.

-Eric consiguió novia.

-Estás de broma. -dije asombrada.

-Jamás bromearía con algo así, Ángel.

Parpadeé varias veces para poder ver con claridad, después sonreí divertida.

-Su amor por mí se le pasó muy rápido. -reí por aquello.

-Aún no cantes victoria.

Clary rió por la conversación que Simon y yo estábamos manteniendo.

-Al parecer empezó a salir con Sheila «Tanga» Barbarino. -repuso Clary.

Abrí los ojos asombrada.

-¿Con la idiota de Sheila? ¡Pero es tan hueca! Eso sí que no lo ví venir. -dije asombrada.

-Eric buscó a la chica con mayor aspecto rockero, supongo que tenía la leve esperanza de que reconsideraras la cita que te pidió hace dos semanas. -murmuró Simon- Se rindió hace cinco días al ver que no le regresabas las llamadas.

-Eric es un sexista.

Los miré con los ojos entrecerrados, después le sonreí divertida a Clary. Ella me dio una mirada que pretendía decir: ni se te ocurra.

Mi sonrisa se hizo más grande.

-No puede ser Simon, ¡eres el único chico que no tiene novia!

-¡Ángel! -exclamó Clary, pero ni siquiera ella pudo ocultar su risa.

Simon parecía haber perdido su buen humor.

-Ni me lo recuerdes Ángel, soy el único chico que no a tenido novia este año.

Mordí mi labio inferior para evitar dejar salir la risa que tenía atorada desde hace unos minutos.

-No es el fin del mundo Simon, ¿a quién le importa que tengas novia o no?

-A mi me importa. -replicó Simon con melancolía- Muy pronto, las únicas personas que no tendrán novia seremos yo y Wendell, el conserje de la escuela. Y él huele a limpia cristales.

Esta vez no pude evitar soltar una risa estridente, fue tan ruidosa que resonó en todo el local atrayendo las miradas indiscretas.

Simon podía llegar a ser bastante dramático.

-¡Oh vamos Simon! Eres monísimo, cualquier chica quisiera salir contigo. Además, sin novia tienes más tiempo para otras cosas. -dije acabando con mi comida y picando con mi cuchara el vaso vacío de frappé.

Simon alzó una ceja, se veía bastante triste por el hecho de no tener novia. En cambio, Clary parecía no querer hablar al respecto.

-¿Cómo para qué?

-Bueno, ahora tendrás más tiempo para mí.

La risa de Clary no fue tan estridente como la mía, pero fue lo suficiente como para contagiarme a mí. Las mejillas de Simon tomaron un tono rojizo y se notaba bastante tímido con mi comentario.

-No es gracioso. -refunfuñó Simon.

-Sí lo es. -dijo Clary, tratando de callar su risa.

De pronto mi risa se acabó.

-Simon, no estoy bromeando. -dije encogiéndome de hombros- Podría salir contigo, no le veo el problema.

Las risas se apagaron.

-¿En serio? -preguntó Simon asombrado.

-En serio. -respondí.

La sonrisa esperanzada de Simon se dejó ver, estaba de más decir que Simon estaba algo colado por Ángel. Era un pecado no estarlo, según algunos cotillas del Instituto.

-¡Genial! -exclamó risueño- Después te envío mensaje para ponernos de acuerdo.

-Por supuesto. -le guiñé un ojo resiviendo en respuesta un sonrojo de parte de Simon, quién tenía rostro de haber recibido un premio.

-Ugh, no coqueten enfrente de mí, por favor. -dijo Clary con expresión divertida.

Clary había estado esperando el momento en que Simon invitara a salir a Ángel, estaba de más decir que su evidente enamoramiento por su hermana, era demasiado obvio.

Aunque no se esperaba que aquello sucediera tan pronto y que Ángel se lo pidiera, mucho menos que fuera en su presencia. Aunque no le sorprendía, su hermana era una caja de sorpresas. Atrevida y poco convencional.

Ángel rodó los ojos.

-No estamos coqueteando, solo lo invité a salir como amigos. No es un crimen. -exclamé.

Clary no parecía muy convecida de aquello, pero decidió no decir nada al respecto. En cambio, Simon no se dejó desanimar, Clary temía que algún día, sin querer, Ángel le rompiera el corazón.

-Sí, solo será una salida de amigos. -concordó Simon, un tanto desinflado en su ánimo por lo anterior dicho por la pelirroja de cabellos de fuego.

-Bien.

Heché otro vistazo al escenario, Eric me estaba mirando fijamente.

"Que tétrico." Pensé.

Matt, un chico con el que había salido varias veces en el pasado, estaba detrás de él, parecía estar ebrio y tamboliriaba un dj embé.

-Esto va a ser una auténtica porquería. -pronosticó Clary, y nos agarró a Simon y a mí de la manga, tirando de ambos hacia la puerta- Si salimos huyendo, todavía podemos escapar.

Yo no pude evitar reír por el comentario, pero Simon movió negativamente la cabeza con determinación, era un hombre de palabra.

-Soy un hombre de palabra. -cuadró los hombros- Traeré el café si ambas nos consiguen un asiento. ¿Qué quieren?

-Café solo. Negro... como mi alma.

Rodé los ojos, Simon estaba esperando que le dijera que quería.

-Traeme solo agua, estoy algo llena... como el sostén de Clary. -dije simulando darme un disparo en la cabeza.

-¡Ángel! -exclamó Clary avergonzada.

-¿Qué? -dije inocentemente y la tomé de los hombros simulando estar desesperada- Clary, ambas sabemos que esto no es normal. ¡Hay algo mal contigo! No puede ser, tienes quince Clary, ¡quince!

Clary rodó los ojos y se safó de mi agarre, se cruzó de brazos y apartó la mirada avergonzada por mi actitud.

Simon hizo una expresión de asco.

-No necesitaba saber eso. -se removió incómodo, tomando sus lentes y acomodándolos.

Lo miré y puse los ojos en blanco.

-Ni se te ocurra avergonzarte Simon Lewis, ya me has visto en ropa interior. No entiendo porque te comportas como un mojigato. -dije y Simon se sonrojó- Ya vete, Clary y yo buscaremos un lugar para los tres... o cuatro.

Había visto a Betty a unos cuantos metros, era una amiga del Instituto con la que suelo hablar algunas veces. Me agradaba porque era callada y no solía hablar demasiado. A veces necesitaba de silencio.

Simon se dirigió al mostrador, mascullando algo sobre que no me había visto en ropa interior a propósito. Clary y yo fuimos en busca de asientos para los tres. La cafetería estaba atestada para ser un lunes. El olor a café y a cigarrillos de clavo era abrumador, pero ya estaba acostumbrada a aquello.

A la lejanía escuché a alguien llamarme.

-¡Ángel! ¡Puedes sentarte aquí!

Así fue como Clary y yo nos encaminamos a esa dirección, encontrándome con Betty, quién era la que había gritado.

Estaba sola en su mesa, así que Clary y yo nos acercamos a ella sin poner resistencia.

-Hola Betty. -dijimos Clary y yo al unísono, solíamos hablar cordinadas bastantes veces.
Y esta era una de esas veces, después de todo, somos mellizas.

Betty era castaña, con unos enormes anteojos de pasta gruesa que hacían ver mucho más grandes sus ojos marrones. Era linda, pero demasiado reservada.

-Hola Ángel, Clary. -dijo con una pequeña sonrisa tímida.

Su vestimenta en sí la hacía pasar desapercibida en un lugar como el Java Jones. Tenía puesto un jersey ancho, marrón y deslavado que no dejaba ver las pequeñas curvas que adornaban su menudo cuerpo. Era delgada, por lo que el baquero azul claro la hacía ver aun más de lo que era. Llevaba unas botas café embarradas de lodo y su expresión era de cansancio total.

Ángel jamás entendió porque Betty era así, siempre estaba cansada o con alguna marca de golpe que ella estaba segura, su padre le causaba.

En el Instituto se decía que el padre de Betty Lattmery la golpeaba hace no más de dos años cuando su madre se fugó con otro hombre y los dejó a ambos solos. Desde entonces, la vida de Betty había sido un infierno. Las manchas violaceas debajo de sus adorables ojos lo demostraba.

Ángel le sonrió y Betty le devolvió el gesto para después enterrarse de nuevo en el gran libro que tenía en sus manos, sumergiéndose en la anchura de las páginas y los cuentos de fantasía que siempre estaba leyendo. Ángel pudo ver vagamente el título de: Las aventuras de... y lo demás se perdía en la posición de la portada que le impedía ver más.

Nos sentamos en el sofá en un rincón oscuro del fondo. La única otra persona en las proximidades, además de Betty, era una muchacha rubia con una camiseta naranja sin mangas, jugando absorta con su iPod. Así sería más difícil que Eric nos interceptara después de su poesía para preguntar si nos había gustado.

La chica rubia se inclinó por encima del lateral de su silla y le dio un golpecito a Clary en el hombro. Yo me limité a mirarlas de reojo.

-Perdona, -Clary alzó la mirada sorprendida- ¿es ése tu novio? -preguntó la muchacha.

Clary y Ángel siguieron la dirección de la mirada de la chica, preparadas ya para decir: <<No, no lo conocemos>>, cuando reparó en que la chica se refería a Simon, que se dirigía hacia ellas, con el rostro contraído en una expresión concentrada, mientras intentaba no dejar caer ninguno de los vasos de poliestireno y mi botella de agua.

-Uh, no -respondió Clary-, es nuestro amigo.

La chica sonrió ampliamente.

-Es mono. ¿Tiene novia?

Clary vaciló ligeramente y yo no pude contener una sonrisa divertida.

-No.

La muchacha adoptó una expresión suspicaz.

-¿Es gay?

No pude evitar reírme de la conversación, así que decidí meterme.

-No lo es, si gustas puedo pasarte su número. -dije con expresión juguetona.

Ella me miró de arriba a abajo, suspicaz ante su posible "competencia".

-¿No te gusta? -preguntó con curiosidad.

Parpadeé repetidas veces.

-No, es como mi hermano. Sería raro.

El regreso de Simon ahorró a la chica de tener que responder. La chica rubia se volvió a sentar apresuradamente mientras él depositaba los vasos en la mesa y se dejaba caer junto a Clary.

-No lo soporto cuando se quedan sin tazas. Esas cosas están ardiendo. Aquí tienes tu agua Ángel.

-Gracias Simon, eres un amor. -le lancé un beso y el se limitó a rodar los ojos divertido.

Simon se sopló los dedos y puso cara de pocos amigos.

Miré con curiosidad a Simon. Por lo general no suelo pensar mucho en Simon como algo más que un amigo, es guapo, por supuesto que sí, pero no lo veo más que un hermano. La sola idea de tener que besarlo me resultaba bastante perturbadora.

Tenía unos bonitos ojos
oscuros, y el cuerpo se le había rellenado bien en el transcurso del año anterior y parte del
otro. Con el corte de pelo adecuado...

-Me están mirando fijamente -dijo Simon-. ¿Por qué me están mirando fijamente? ¿Tengo algo en la cara?

Me mordí la lengua para no reírme de la situación en la que nos encontrabamos, siempre había visto a Simon como un hermano y me resultaba extraño que alguien quisiera salir con él.

"Una chorrada." Pensé.

"Simon es guapo, el puede salir con quién quiera."

-No mires ahora, pero esa chica rubia de ahí cree que eres mono -susurró Clary.

Los ojos de Simon se movieron lateralmente para contemplar con atención a la muchacha, que estudiaba con aplicación un ejemplar de Shonen Jump.

-¿La chica del top naranja?

Clary y yo asentimos.

-¿Qué te hace pensar eso? -preguntó Simon, desconfiado.

"Es ahora o núnca."

-No te pongas nervioso, pero ella nos preguntó por ti. -dije en un murmullo, pero sin dejar mi habitual sonrisa.

De pronto, se escuchó un fuerte pitido de los bailes. Hice una mueca de dolor y nos tapamos los oídos, mientras Eric, en el escenario, forcejeaba con el micrófono.

-¡Lo siento, chicos! -chilló éste-. Muy bien. Soy Eric, y éste es mi colega Matt a la batería. Mi primer poema se llama «Sin título». -crispó la cara como si sintiera dolor, y gimió al micrófono-: ¡Ven mi falso gigante, mi nefando bajo vientre! ¡Unta toda protuberancia con árido celo!

Hice una mueca.

-He recordado porque no acepté salir con él.

Simon se deslizó hacia abajo en su asiento.

-Por favor no digas a nadie que lo conozco.

Tuve que cubrirme el rostro para no reír.

-¿Quién usa la palabra «bajo vientre»?

-Una persona poco cool. -dije bebiendo de mi botella de agua.

-Eric. -respondió Simon, sombrío- Todos sus poemas tienen bajos vientres en ellos.

-¡Turgente es mi tormento! -gimió Eric- ¡La zozobra crece en el interior!

-No puedo con esto. -dije recargándome en Clary, tratando de no destornillarme de risa- No sé si reír o llorar de la vergüenza ajena.

-Pueden apostar a que sí, y comparto el sentimiento, Ángel. -repuso Clary, y se deslizó hacia abajo en el asiento junto a Simon y yo- De todos modos, sobre la chica que piensa que eres mono...

-Exacto, la chica está guapa. Podrías salir con ella.

-No se preocupen por eso ni un segundo. -nos cortó él, y ambas le miramos sorprendidas- Ángel, quería saber cuando saldríamos, hay algo de lo que quería hablarte...

"Oh oh, tengo un mal presentimiento."

Me removí incómoda.

-Topo Furioso no es un buen nombre para un grupo. -dijo Clary inmediatamente, tratando que Simon cambiara de tema.

"Bendita hermana me tocó."

-No es eso. -repuso Simon- Es sobre lo que estábamos hablando antes. Sobre lo de que no tengo novia.

-¿Qué pasa con eso? -dije tratando de evitar el nudo que se estaba formando en mi estómago.

-Ay. -Clary alzó un hombro en un gesto de indiferencia- Deberías pedirle a Jaida Jones que salga contigo .-sugirió, nombrando a una de las pocas chicas de San Javier que de verdad le caían bien- Es agradable, y le gustas.

-Es mona, me cae bien la chica. Sería una buena cuñada.

Desde el otro lado del sillón pude ver a Simon hacer una mueca de absoluto dolor.

"Estás de broma."

-No quiero pedirle a Jaida Jones que salga conmigo.

-¿Por qué no? -dije atenazada por un repentino e indeterminado momento- Es lista y comparten gustos, deberías darle una oportunidad. -fruncí el ceño molesta.

Clary se removió incómoda entre ambos. Parecía ser que había tomado la elección de no meterse en esta conversación.

"Sabia elección, hermanita."

-No es nada en especial. -respondió él, que parecía agitado- No quiero pedirle para salir porque en realidad no sería justo para ella que lo hiciera...

Sus palabras se apagaron.

Me incliné al frente. Por el rabillo del ojo pude ver como la chica rubia se inclinaba también al frente, escuchando, sin lugar a dudas.

-¿Por qué no? ¿Eres... gay? -pregunté- Sabes que Clary y yo jamás te juzgaríamos, para eso están los amigos. -me apresuré a decir.

-¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! No la invitaré a salir porque, en realidad, me gusta otra persona. -contestó Simon, sus mejillas estaban encendidas de un tono rojizo.

"Me lleva la que me..."

-De acuerdo.

Simon estaba ligeramente verdoso, igual que lo había estado en una ocasión cuando se rompió el tobillo jugando a fútbol en el parque y tuvo que regresar a casa cojeando sobre él. Lo miré con los ojos entrecerrados.

"Tal vez si ignoro las señales, no suceda." Pensé, pero sabía lo que a continuación sucedería.

-Seguro que no eres gay, ¿verdad? -desvíe la atención, tratando de hacer tiempo.

El color verdoso de Simon se intensificó.

-Si lo fuera, vestiría mejor.

-Entonces deberías decirle a la chica.-dije con una mueca, no estaba muy segura, la sonrisa había avandonado mi expresión hace un buen rato.

De repente escuché algo, alguien tosía sonoramente a mi espalda. Era una clase de tos burlona, la clase de sonido que alguien emitiría si intentaba no reír en voz alta. Volví la cabeza. Sentado en un descolorido sofá verde, a unos pocos centímetros de mí, estaba Jace.

Llevaba puestas las mismas ropas oscuras que lucía la noche anterior en el club. Los brazos estaban desnudos y cubiertos de tenues líneas blancas, como si fueran viejas cicatrices. En las muñecas llevaba amplias pulseras de metal; distinguí el mango de hueso de un cuchillo sobresaliendo de la izquierda.

Él me miraba directamente con un lado de la estrecha boca curvado en una expresión divertida. Apesar de que parecía divertido, su mirada expresaba un sentimiento complementario diferente. Molestia.

-Ángel, ¿sucede algo? -dijo Clary preocupada.

Sabía que había tomado un tono mucho más pálido del que ya era, pero no podía evitar estar en una especie de shock. Simon y Clary siguieron la dirección de mí mirada, pero era evidente, por el rostro inexpresivo de Simom, que no podía ver a Jace. En cambio, Clary tomó un tono parecido al verde que minutos atrás había tomado Simon.

"Debes estar jodiéndome..."

¿A dónde diablos ganó Betty? Se suponía que debería estar aún lado de mí.

"Maldición."

Jace alzó el brazo para saludarnos y un anillo centelleó en su delgado dedo.

"Que curiosos... dedos..." Pensé.

El joven se puso en pie y empezó a caminar, pausadamente, hacia la puerta. El muy hijo de perra se marchaba.

Fruncí los labios molesta, se iba tan relajado sin dar ninguna explicación. Sin contar lo de mamá, había estado teniendo un día excelente. Ni siquiera había recordado la noche anterior, al menos, no más de lo debido.

Hice una seña a Clary para que se quedara aquí, a salvo. No parecía querer dejarme ir sola, no después de como el tal Jace hubiera estado apunto de llevarme con él la noche anterior. Porque sí, esa misma noche, mientras mamá dormía, llegamos a la conclusión de que el chico parecía querer llevarme con ellos a ese Instituto.

Noté la mano de Simon en el brazo. Pronunciaba nuestros nombres, nos preguntaba si sucedía algo.

-Ahora vuelvo. -dije mientras me levantaba del sofá de forma relajada, dejé mi botella de agua y sonreí despreocupada. Clary me miró consternada.

"Aprende a mentir, hermanita."

-¿Segura que estás bien? -preguntó Simon, la decepción llenaba sus ojos de cachorro regañado.

-Por supuesto. -le sonreí dulcemente- Solo quiero ir al baño, ahora vuelvo.

-Cuídate. -dijo Clary, Simon la miró extrañado.

Me dirigí hacia la puerta mientras Clary distraía a Simon. Atrevesé con suspicacia las puertas, bastante molesta con la presencia de Jace en este lugar.

"Los lugares que suelo visitar. Es tétrico y no me gusta." Pensé con el ceño fruncido.

-¿Qué haces aquí?

Que lástima que no sabía que este día sería el último en mi vida mundana, si hubiera sabido, lo hubiera disfrutado como mi último día de vida.

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¿Qué les pareció el capítulo?

¡Ángel se ha econtrado con Jace alias el acosador! ¿Cómo ven el capítulo? ¿Interesante? ¿Mucho relleno? Perdón si hay mucho relleno, pero más adelante se sabrá porque meto todo eso de la gimnasia y su pasión por aquello.

SPOILER: Tiene que ver con su padre :v

¡Espero que les esté gustando! Si no es así, pues ni modo, sorry. ¡Voten y comenten! ¡No a los lectores fantasma! Sin nada más que decir, nos leemos pronto xD

Atte.

Nix Snow.

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