XXIX. La decisión de mi vida
Así llegamos hasta la noche de los AMAs 2010. Es curioso pero puedo acordarme de mi estado de ánimo durante dicha premiación que se celebró en noviembre; en la cual vagamente o con apatía presté la debida atención a cada número que se llevó a cabo, con toda la preocupación que tenía encima.
Habían sido meses de disputas, de investigaciones, de resolver asuntos legales, de mil rumores alrededor ensuciando o aprovechándose de mi nombre y el de Él, de burlas y malversaciones. Meses en los que al acuerdo que se llegó, gracias a mis declaraciones cuando me lo permitieron, aparte de una gran remuneración económica que por cierto no acepté, fue la del obligatorio alejamiento de Michael de mí. Acuerdo que él tuvo que firmar puesto que la propuesta de matrimonio no fue aceptada debido a las leyes. Meses en los que no volví a verlo en persona aun cuando a mitad de año cumplí la mayoría de edad. Él como buen ciudadano acató la orden y decidió distanciarse, y después de transcurrido el escándalo tomarse un tiempo para volver.
-Totalmente reivindicado, nena. ¡Totalmente!- me comentó uno de esos días Gio, felicitándome–Transformaste al hombre ermitaño en un enamorado normal. Lo humanizaste. Tú, permanece regia y tranquila y ya verás cómo tarde o temprano te busca-
Escuchar opiniones como esa al igual que el apoyo que me brindaban mis fans al respecto (quienes me habían acompañado inclusive durante mi estancia en el hospital luego de que la noticia de mi malestar del plano personal, entre conocidos, saltara a la palestra pública), me animaban; aunque en el fondo a esas alturas ya no estaba muy convencida de que mi relación tuviese salvación y menos de que alguna vez consiguiera ser bien vista.
En parte le entendía a Michael en su decisión de dejar pasar el tiempo y no buscarme, así como lo mucho que le había pesado mi presencia en su vida como cereza en el pastel después de todas las cosas que le habían pasado y había tenido que superar, por lo que aun a pesar de mi dolor y de que le echaba de menos a morir, a veces llegaba a creer que lo mejor para él era que permaneciésemos separados... Y ya estaba consiguiendo hacerme a la idea cuando llegó su presentación sorpresa esa noche en la gala, ya casi para el final, enloqueciendo a todo el mundo que también tanto lo había extrañado y turbándome de nuevo la razón.
Fueron momentos de tensas emociones y cuando me pidió compartir con él en el escenario, para darle por fin cara a todos y que ahora sí hablaran lo que tuviesen que hablar, supe en cuestión de un segundo que mi destino se decidiría en breve.
------------------------------------------------------------------
Cuando el telón bajó, Michael y yo continuamos abrazados, con lo que alrededor todos, bien conocedores de nuestra historia, reconociéndose demás en la escena, pronto se dispersaron para dejarnos en privacidad.
-Todo este tiempo... ha sido un martirio- le confesé en voz baja entonces a mi príncipe (o mejor dicho mi rey) junto a su pecho
-Lo sé princesa, para mí fue igual. Cada día como una triste condena- él me respondió acariciando con ternura mi cabello.
Nos separamos en tanto solo un poco y noté que al igual que yo estaba llorando, más no dejó que secara sus lágrimas como quería hacer y en lugar de ello me retuvo las manos para besármelas. Allí, contemplándome por unos instantes con amor e intensidad y sin decir palabra, mientras escuchábamos por otra parte a los paparazzis y demás cerca (incluyendo a los encargados de la gala), pugnando contra los de su equipo de seguridad para poder pasar al escenario, donde nos encontrábamos, ansiosos por captar más sobre nuestro romance (lo cual de seguro ya debía ser en esos momentos trending topic a nivel mundial, habiendo dado los dos en vivo y directo pruebas fehacientes); Mike tomó la decisión de que era hora de encararlos. Por lo que tomándome de la mano izquierda, me condujo de inmediato con él. No queriendo interferir además en un posible retraso del cierre del evento, como me contó después. Siempre responsable.
Una vez más no consulté a dónde íbamos, simplemente confié, y pasamos así al interior del teatro sin detenernos a mirar a nadie, por entre una barrera de lado y lado conformada por sus guardaespaldas que nos esperaba desde la bajada del escenario y que permaneció a nuestro lado protegiéndonos hasta alcanzar el sector de los camerinos, por entre el grupo de periodistas atestados alrededor que no dejaban de gritar nuestros nombres a la espera de conseguir alguna declaración.
Hubo conmoción, montón de preguntas, cientos de flashes de fotógrafos, pero nosotros seguimos estoicos sin detenernos, sin contestar y sin importarnos que corrieran junto a nosotros. Varios artistas que ya habían actuado pero que aún se encontraban por allí, también quedaron asombrados al vernos por fin juntos, pero tampoco nos interesó. A esas alturas ya habíamos pasado por tanto y solo queríamos volver a ser felices. Ya estábamos preparados para todo.
Llegamos de tal manera hasta el camerino especial asignado a Michael, en donde él, caballero como siempre, les pidió de favor a todos los de la prensa que se retiraran y sin más miramientos o explicaciones, una vez los guardaespaldas nos abrieran y con un amable gesto me pidieran que ingresara; con un asentimiento de cabeza que les confirmaba su indicación de que se mantuvieran allí afuera atentos, procedió a cerrar la puerta en la cara de todo reportero que no hubiera hecho caso.
Algo que en el fondo me dio gracia, porque la verdad que ya era hora de que se revelara contra esa parte del mundo del espectáculo que tanto daño le había hecho con duras críticas y siguiendo chismes mal infundados.
Michael entonces, exhalando primero después de superado el trajín, procedió a sonreírme también y luego se me acercó, donde inevitablemente después de habernos extrañado tanto y de ser conscientes ahora que éramos como dos pájaros por fin libres de sus jaulas, sabiendo que ya nadie podía oponerse a nuestras decisiones, terminamos cayendo el uno en los brazos del otro de lleno y besándonos desenfrenados, colmados de felicidad.
Aquello fue como volver a casa luego de andar perdida por mucho tiempo. El momento en que me sentí completa al fin.
La verdad no había esperado ni en sueños poder concluir ese día junto a él y menos con la posibilidad de terminar teniendo relaciones sexuales allí con todos pendientes de nosotros, puesto que tenía presente que cada minuto que transcurría esa noche desde el preciso instante de nuestro reencuentro, un nuevo artículo debía estar siendo colgado en la red en cada rincón del planeta, siendo que ahora mi nombre tanto como de costumbre el de él, estaba en boca de todos (habiéndome ayudado a terminar de convertir nuestro romance y posterior escándalo, de estrella en ascenso a super famosa); sin embargo, si él lo quería, estaba preparada para ser suya ahí o donde quisiera (me avergonzaba en parte por ser tan básica, lo admito, pero no me arrepentía).
Solo que Michael una vez más me sorprendió y de pronto deteniéndose, sacó algo del bolsillo de su lujosa chaqueta y se arrodilló.
-Mi amada Selina... ¿Te casarías conmigo?- me preguntó entonces con formalidad, abriendo ante mí una cajita roja y aterciopelada que contenía el anillo más hermoso que viera en la vida. Aquello fue su petición seria a la propuesta de matrimonio que me realizara varios meses atrás, y para la cual mi respuesta no había cambiado, solo adquirido mayor entusiasmo.
Con lo que con un nudo en la garganta, producto de la dicha que me embargaba el alma, entre lágrimas simplemente asentí antes de agacharme, lanzándole los brazos al cuello.
-------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top