XVI. Cuestión de tiempo

El mundo continuó girando y una vez más mi vida sentimental fue como en el curso de una montaña rusa. Emocionante y en aparente subida por ratos para caer en picada después.

La causa, porque Michael al volver de su viaje de obligaciones por el país volvió a comportarse frío conmigo tal como hiciera antes. Al final nunca recibí la llamada de Paris y tampoco volví a verlo ni a él ni a los chicos en los días restantes del año.

Se acabaron de repente las llamadas y mensajes, y tampoco hubo respuesta cuando intenté comunicarme con ellos; fue como si me hubiesen bloqueado, como si él hubiese decidido de un momento para otro borrarse de mi historia y arrastrar con ello a los chicos, o como si de repente me hubiese olvidado y les hubiese obligado a hacer lo mismo. Hasta la misma Janet jugó a apartarse, desactivando su celular de pronto para que nadie le contactara, según conocidos luego me informaron, y cesando sus posts en redes aun siendo tan mediática, como por mí misma comprobé. Me calmé entonces un poco al enterarme de que el vejamen no era solo para conmigo y confié que en el caso de su hermano pudiese ser tal cual, así como que hubiese una razón entendible de fondo. Michael a diferencia, era muy discreto en su proceder y exclusivo con sus contactos, por lo que su número de teléfono no era tan popular entre la sociedad de artistas como el de Janet.

Fue tal el comportamiento extraño de todos en resumidas cuentas, que para Navidad recibí de parte de la familia Jackson en general un ramo de rosas con una tarjeta de agradecimiento por mi amistad y de buenos deseos pero ninguna noticia directamente de su miembro más famoso ni de sus hijos, mientras que en la víspera de Año Nuevo allí sí apenas un único mensaje de bienaventuranza al celular escrito por él (que por cierto volcó de cabeza en el segundo de recibirlo todo mi mundo, tanto que mientras ordenaba en mi habitación mis libros de las materias que empezaría a ver en el 2010 y demás útiles estudiantiles, casi me pongo a gritar de la emoción), más ni siquiera se dignó a responder cuando dejando de lado todo, traté de entablar una conversación preguntándole cómo se encontraba, aunque noté que sí me leía al igual que también había visto mi montón de otros mensajes escritos en su mayoría con preocupación.

Reconozco que con mi insistencia me sentí muy niña pero aun así me aventuré a llamar y tal como me temía, la contestación que obtuve fue ninguna. Nada. Mis llamadas continuaban siendo conducidas directamente al buzón, tal como ocurría en los celulares de Paris y Prince.

-...Solo quería decirte que espero de corazón que estés bien Michael... Tú y los niños... donde sea que se encuentren- le dejé de tal forma por último en mensaje de voz, entendiendo que parecía apagar su móvil a propósito y que momentos antes solo había decidido encenderlo para dar vagas señales de vida. Comunicándose conmigo de seguro al final de su lista...

Con una inevitable sensación de desánimo y desilusión por ende, dejándome caer sentada en la cama me resolví a resignarme con dignidad de una vez por todas a la realidad y no molestar más.

Otra opción a creer era que en el lugar donde estuviese no le alcanzaba la señal, pero convencerme de ello era hacer gala de ilusa.

Con el pasar de los días, Gio, mi agente; como lo adoraba también, averiguando a fondo se enteró que algunos de los Jackson andaban de viaje y me lo compartió sin que yo siquiera le hubiese manifestado mi inquietud por no saber sobre los pasos de Michael, para no dar más de qué hablar.

-Al parecer Mike, Janet, los niños y los abuelos andan en flamante viaje familiar por Asia, buscando desconexión total y descanso para retornar este nuevo año con más fuerzas. Qué excelente idea, la verdad. ¡Quién como MJ, estiloso hasta en su forma de tomar vacaciones!- alabándolo me compartió y aunque sentí cierto alivio de obtener al fin una respuesta al misterio, no me quitó eso del todo mi enfado con el caballero en mención por no hacerme partícipe de sus planes cuando se suponía que éramos ahora tan cercanos.

-Bueno, esa es la razón sobre su repentina ausencia, ahora ya puedes volver a dormir tranquila. ¡Ah, y no me vengas a decir que no te importaba y que no te estabas muriendo por saberlo, porque yo te conozco bien niña, como la palma de mi mano y desde que eras chiquitita!- antes inclusive de que pudiera pronunciarme al respecto, Gio se adelantó y no pude contradecirlo.

Enero siguió su curso y Michael y familia continuaron sin dar señas de un próximo arribo.

-Ánimo nena, no se pueden quedar allá toda la vida... al menos Janet, ni bromeando resistiría. Volverán de un momento a otro, ya lo verás- las palabras de Gio siempre me calmaban y me daban seguridad, aún en este caso donde todo me resultaba tan confuso. Por ello, por toda su gestión para conseguir información para ayudarme, por ser aparte de Taylor el único conocedor de mi secreto (habiéndose dado cuenta de mi sentir desde un principio pero sin decírselo a nadie), por guardármelo, y también por toda su fidelidad para conmigo; le agradecí desde el fondo del alma, más no tardó en refutarme.

-¿Pero qué me dices?, soy tu representante. Es mi deber apoyarte, siempre lo haré-.

En respuesta, con cariño le abracé.

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Al final de cuentas, aun cuando intenté por todos los medios no dejarme vencer; teniendo presente que Michael era el indiscutible rey musical de la era moderna y que por lo tanto para él casi nada le resultaba imposible, incluso si decidía irse a vivir de un rato a otro en el extremo opuesto del mundo, inevitablemente comencé a sentirme de nuevo mal, creyendo que aunque volviese Janet, ellos no regresarían.

Caí de tal manera en una pequeña depresión que mi familia consideró se debía al estrés que me producía el exceso de trabajo, pero en realidad se debía a la decisión de Michael de ignorarme y sobre todo porque intuí que la motivación detrás de todo era para mitigar las sospechas, para aplacar los rumores que lo relacionaban conmigo. Y le funcionó. Al no vernos ya juntos y al no enterarse de nuestras andanzas la prensa comenzó a especular sobre nuestro alejamiento y pronto cambiaron el foco de atención a otros protagonistas.

No niego lo relegada que me sentí aunque en el fondo lo entendía. Él siendo tan grande y yo todavía no era ni siquiera una mujer completa. "No combinábamos ni en sueños" , como en algún rato en medio de una reunión familiar alguien mencionó de broma. Broma que yo de inmediato me las arreglé para evadir. Más aun así, aun teniendo presente lo imposible que era el que pudiese darse algo entre nosotros, no dejaba de dolerme que él no me considerara suficiente.

Apenas a mediados del mes Janet volvió a hacerse presente. Me contó que todos se encontraban bien y sin que se lo preguntara, me explicó sobre una rutina de autosanación que a veces practicaba al igual que su hermano, desconectándose de todo el mundo por un lapso de tiempo que podía ir desde días hasta varias semanas con la finalidad de liberarse del estrés y de todas las complicaciones de la vida que podían afectar el alma. Me contó que ese año se les había dado la oportunidad de volver a realizarla y que por lo tanto no se habían detenido siquiera a pensarlo, decidiendo junto con Michael y los niños llevarla a cabo. Para eso habían viajado al Tibet y otros lugares del continente asiático pero sin contarle previo a nadie porque no querían encontrarse con paparazzis en el camino, de llegar a filtrarse la noticia.

Acepté así las disculpas por desaparecer de mi vida sin decirme nada, expresando que no importaba, que era después de todo un asunto familiar y privado y que no tenía nada que explicarme, aunque mi buen mood al respecto no era cierto; y aunque luego de ello me calmé sabiendo lo que en realidad había sucedido y que pronto todos estarían de vuelta, no pude volver a ver a Michael hasta la entrega de los Grammys 2010 a finales de ese primer mes, habiéndose él tomado una quincena más de vacaciones.

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Continuará...

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