Me encontraba una tarde en la oficina de mi agente revisando el guion del que sería mi personaje en una nueva película para televisión, que recién me entregaran, cuando su asistente ingresó presuroso y visiblemente nervioso para avisarnos sobre la impactante noticia del estado de salud crítico de la máxima estrella pop de todos los tiempos.

Hubo entonces una conmoción general tanto en el mundo normal como en el artístico, siendo Michael Jackson tan querido y admirado por millones.

La noticia estalló como bomba y de repente montones de periodistas se encontraban a la salida de su mansión y también del hospital al cual fue llevado, ansiosos por conseguir una nota. Prueba que en contra de sus detractores sacó a la luz lo popular que continuaba siendo aun habiendo estado alejado de los escenarios durante años.

Respecto al hecho tuve una impresión extraña. Fue tan chocante como si me enterase de que algo le hubiese ocurrido a algún familiar mío o a alguien cercano. Había crecido con él después de todo, admirándolo por lo increíble que era junto a su inigualable música. De alguna manera era como si formara parte de mí.

Un infarto provocado por una intoxicación grave debido a exceso de medicamentos, dieron como informe. Medicinas que le eran proporcionadas a causa de una profunda depresión y estrés que viniera padeciendo desde hacía varios meses, agravadas para colmo con crisis nerviosas mientras ya realizaba ensayos para volver con una serie de conciertos. Un regreso que se consideraba sería apoteósico.

Por mi parte, yo que no la estaba pasando muy bien en esos días debido a esparcidos rumores sobre infidelidades de mi novio y también por su problemático comportamiento; enterarme encima de lo de MJ me remató, me entristeció... No me esperaba sin embargo, que mi vida pudiera cambiar tanto de un momento para otro cuando el destino en una jugada sorpresiva me uniera a él.

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Más tarde, el personal de mi casa y yo estábamos viendo las transmisiones en vivo de lo que ocurría luego de su hospitalización de emergencia, cuando entre todas las notificaciones de mis amistades en redes sociales y mensajes personales a mi celular que me llegaran tratando sobre el asunto, recibí una llamada de nada más y nada menos que Janet Jackson; con quien si bien no teníamos una profunda amistad, sí un buen trato cordial, habiendo coincidido ambas en eventos y galas, platicado algunas veces y por ende intercambiado números.

-¿Hola?- pregunté algo temerosa al igual que sorprendida, puesto que ella era tan "grande" y yo al fin y al cabo todavía casi una niña que anhelaba algún día tener una trayectoria como la suya.

-Aló, ¿Selena?- Janet expresó en un notorio tono de apuro

-Sí, soy yo. Oh Janet!, ¿Cómo estás?. Créeme que siento mucho lo de tu hermano, espero de corazón que mejore pronto. Aquí todo mi equipo de trabajo y yo estamos siguiendo las noticias preocupados- aproveché después del impacto inicial para expresarle, yéndome en carretilla por cierto, más ella como siempre auto controlada y directa, sin mostrarse acongojada por la situación más sí ocupada, fue directo al grano.

-Hola querida, gracias al cielo no perdí tu contacto. Verás, justo sobre eso quería hablarte. Necesito un favor. Un gran favor de tu parte-

-Ok...- expresé a cada segundo más extrañada

-Disculpa que te moleste, en serio, pero es que como bien sabes mis sobrinitos te adoran y ahora que estamos pasando por este momento tan difícil, quisiera saber si de pronto accederías a colaborar conmigo brindándoles una sorpresa para distraerlos de la preocupación de lo que ocurre con su papá. Tú entiendes- me explicó

-Claro- proferí de inmediato recordando que en algún rato ligeramente lo habíamos conversado. Impresionada la verdad, pero sin siquiera dudarlo -No hay ningún problema-

-Selena, de corazón mil gracias. Te lo recompensaré, te lo aseguro- Janet expresó entonces sí emocionada, por lo que al escuchar su voz temblorosa, me apresuré a intentar calmarla

-No hace falta, lo haré encantada- reiteré

-Ya quiero ver sus caritas de emoción cuando se den cuenta que su estrella favorita, la joven hechicera más famosa del momento, ha ido a verlos y a jugar un ratito con ellos. Se pondrán super felices- comentó y por último de forma meticulosa añadió -Por la movilización no te preocupes, yo me encargo de eso. Enviaré el día que tú acuerdes a mi chofer y a uno de mis guardaespaldas a recogerte a la puerta de tu casa-

-Será un placer ayudar. Concordemos entonces cuando- contesté francamente dispuesta, incluso cuando no alcanzaba todavía a creer que todo lo que estaba ocurriendo fuese real.

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De lo más asombrada pero por igual entusiasmada, acepté la petición. Por lo que a la tarde siguiente, junto a mi personal de seguridad y la comitiva que Janet mandó a recogerme, llegué al impresionante rancho de Neverland, a dos horas de Los Ángeles, por primera vez.

Quedé desde el inicio maravillada con la fachada preciosa que ofrecía un atisbo de lo que en realidad era desde fuera y con todo el ambiente mágico mezclado con la alegría de parque de diversiones que se respiraba allí, una vez entré. Aparte, descubrí que por dentro la lujosa mansión era como un museo con diferentes tipos de arquitectura y decoraciones temáticas por todas partes. Realmente increíble.

Pero lo mejor de todo fue que pude por fin conocer de cerca los gustos de su dueño y me acordé bien entonces del joven atractivo de un carisma rebosante, cuyos videos solía ver siempre en los programas musicales de tv cuando era pequeña... Por el que le hubiera rogado a mis padres (de nacer a principios de los 80's) para que me llevaran a hacer el casting para compartir pantalla con él en su película "Moonwalker" (habiendo soñado con representar el papel de la niña Katy muchas veces); y de quien al final de cuentas me había enamorado perdidamente en mi épocas de escuela primaria.

Me resulta imposible describir toda la emoción que sentí debido al cariño escondido que en realidad tenía por él, habiéndome criado con sus videoclips y canciones, aunque no iba a decirlo por no querer ser considerada como una oportunista o alguien que se aprovechaba del momento para hacer un sueño realidad... Su sueño de estar cerca de uno de sus máximos ídolos. El mejor de todos.

No pude seguir fantaseando ni rememorando mucho sin embargo, porque llegado el momento esperado la puerta a una gran sala se abrió dejando entrever adentro un ambiente de fiesta lleno de globos y arreglos, y de allí salieron entusiasmados tres niños junto a Janet a recibirme.

-¡Selena!- gritó enseguida la única nena de ellos, una niñita muy linda que no pasaba de los once años, solo seis menos que yo entonces; y de inmediato, aún sin conocerme, me abrazó. Aquello me llenó de ternura y supe al instante que nos volveríamos buenas amigas.

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Mientras su papá se encontraba en el hospital recuperándose, con Paris, Prince y Blanket (los misteriosos principitos de los que todos querían saber) entablamos una gran amistad. En especial con Paris que quería en un futuro volverse también actriz y cantante como yo.

Fue tanto así que la prensa no tardó en poner su atención en ella al empezar a verla unírseme en mis salidas de chicas y al formar parte de mi círculo social. Más por petición de Janet y de toda la familia Jackson en pro de mantener su seguridad, acordamos no revelar su identidad hasta segunda orden, quedando como incógnita así mismo el por qué mi comitiva andaba con seguridad reforzada (guardaespaldas que habían sido contratados solo para ella).

Con todo, casi un mes después, un día paseando y de compras por Beverly Hills, escuchamos por la radio perteneciente a la tienda de ropa a donde habíamos entrado, la tan ansiada noticia esperada por todos los fans de su padre, o a decir verdad, esperada por todo el mundo. Una buena nueva que fue grandiosa sobre todo para ella.

"CONFIRMADO SEÑORAS Y SEÑORES: EL REY DEL POP, MICHAEL JACKSON, HA SIDO OFICIALMENTE DADO DE ALTA DEL HOSPITAL..."

Paris enseguida comenzó a dar gritos y saltitos de alegría al tiempo que aventaba de la emoción por los aires las prendas que tenía en la mano, importándole ya poco el que debía procurar comportarse y no llamar demasiado la atención.

-¡Siiií, papá está bien! ¡Esto será genial, pronto podremos incluirlo en nuestros paseos y estoy segura de que te va a adorar Sel!- emocionada hasta las lágrimas me dijo y entonces fui yo la que sin saber por qué empecé a sentir una intensa emoción cargada de nerviosismo.

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Continuará...