Capítulo I

Amaba sentir que estaba en casa, sentirme segura y querida.
Hacia tiempo que no me sentia así, desde los 11 años que vivía en el instituto más famoso de Canadá; Famoso por estar en un lugar muy aislado, ser extremadamente grande y aceptar a hijos de padres multimillonarios para educarlos. Yo era una de esas, mis padres después del accidente de mi hermana habían decidido encerrarme en ese lugar. Un lugar horrible para mí, que lo único que quería era estar en casa con lo que quedaba de mi familia.

Lastima que ser una niña de 11 años y estar metida en el duelo que deja el haber perdido a tu persona favorita en el mundo no ayudaron a refutar la decisión meterme en ese lugar. Visitaba a mi familia tres veces al año, todas fechas festivas, donde tenía una semana para disfrutar el calor que me brindaban los brazos de mi madre, jugar con mi hermano y sentarme alado de papá en la mesa a la cena. Único momento que teníamos para estar juntos ya que su trabajo lo mantenía mayormente ocupado.
Todo era pasado.

Hace dos semanas que acababa de llegar a casa, me sentia feliz de estar rodeada de las personas que amaba. Había terminado el instituto a los 18, pero mi padre me mantuvo un año más para que termine mi especialidad en idiomas.
Ahora disfrutaba del viento fresco que daba alivio en estos últimos días calurosos de la ciudad; lo disfrutaba en los brazos de Alexi, mi novio desde hace dos años; mi madre pintaba a un costado de nosotros y mi hermano leía algún libro de leyes en el sillón continuo.
-Estaba pensando en que podríamos ir al cine la próxima, vemos algo nuevo y de paso estamos lejos de mi familia.
- No puedo- murmuró tecleando algo en su móvil- Tengo clases por la mañana y a la tarde quedé con los chicos para ir al club.
- Podrías cancelar a los chicos y salir conmigo. - sugerí.
- Es algo que está planeado hace tiempo; si quieres salir salgamos a la noche.
- No me dan permiso y lo sabes.- susurré
- No es mi culpa.

Tome aire pidiendo paciencia al universo.
Me apretó en sus brazos soltando el celular y apoyando una mano en mi muslo.
Me concentré en la película hasta que mi madre empezó a guardar sus cosas y levantarse.
- Iré a recostarme un momento antes que llegue tu padre.
Alexi se levantó rápido para besar su mejilla.
- Que descanse Elizabeth.
- Gracias lindo- se despidió rápido y salió dejándonos.
- Yo también me voy- dijo mi hermano levantándose.
- ¿Qué?- pregunte medio escandalosa, que me dejara sola con Alexi me daba cierta incomodidad.
- Si, seguiré leyendo en la habitación, nos vemos- murmuró saliendo.
Alexi se acomodó a mi lado pegándome más a él, sus labios de inmediato hicieron contacto con mi mejilla dando besos repetidas veces.
- Que bueno que quedamos solos- murmuró en tono bajo.
En un rápido movimiento me montó sobre él.
- Alexi no es el lugar- reproche siendo totalmente ignorada. Sus manos se metieron bajo la tela mi camisa acariciando mi espalda.

No me sentia cómoda con este tipo de cosas, nunca había tenido intimidad con nadie y el que estemos en la sala de mi casa me hacía sentir más incómoda.

- No hay nadie- dijo para después besarme con fuerza.
Sus labios se movían con rapidez sobre los míos, su toque era fuerte y bruto, mordió mi labio para adentrar su lengua en mi.
- Ale- pedí con dolor en los labios, sentia baba por toda la cara, sus caderas se movían conmigo ensima y el dolor que formo el movimiento bruto me hizo parar lo que estaba haciendo.
- Alexi no- demande separandome de sus rápidos labios- No es el lugar.
- No quieres ir a otro lugar- me reprochó volviéndome a sentar a su lado del sillón.

Se acomodó la camisa enojado.

- No es que no quiera, mis padres no quieren.
- Diecinueve años y aún necesitas permiso para salir.
- No te pongas así...- pedí abrazandolo pero
Con un movimiento bruto se separó de mí tirándome al sillón.
Trague duro.
- Ya me voy- demando tomando sus cosas.
- Alexi... no te enojes...
- Tengo arreglado con los chicos.
- Vine hace dos semanas y recién me vistas- le reproche- Apenas estuviste dos horas y te la pasaste con el celular.
- No te quejes, no quieres hacer nada.
- Nada subido de tono- defendí.
- Aburrida
- Claro que no- apresure el paso siguiéndolo.
- Para qué quiero novia si no me saca las ganas.
- No soy tu novia solo para eso Alexi.
- Ok- murmuró poniéndose el chaleco.
- Espera voy contigo al club, puedo quedarme hasta la media tarde.
- Quedate, son solo los chicos.
- Estaré contigo.
- No.
- Quiero pasar tiempo contigo.- se paró en seco observándome.- Me abrigo y ya estoy.
- Apúrate .

Corrí a mi habitación, tomé una chaqueta negra y me calce unas botas de tiro corto. Pegaba con el Jeans gris y la camisa beige que llevaba. Mi madre siempre me quería ver maquillada así que ni me retoque la cara, acomode mi cabello y salí; crucé por la habitación de mi hermano y toque una vez para luego entrar
- Voy a ir con Ale al club, vuelvo en un rato.
- ¿Mamá sabe?
- Esta descansando.
- Te castigarán.- respondió dándome la espalda.
- Vendré antes de las 7.
- Si llegas tarde no haré nada por ti.
- Gracias- dije tirándole un beso al aire.

Baje corriendo, Ale seguia aguardando en la puerta por mi, llegue a el tomando su mano y salimos juntos.

- No te separes de mi, ni hables con nadie.
- Okk- murmure perdida.- ¿No iba a ser con los chicos?
- Si. Agustín, Marcos y Juan.
- ¿Y cuál es el problema? Los conozco.
- No te separas de mi y punto.- respondió apretando el volante.
Llegamos al club que quedaba a unos 20 minutos de casa, era un edificio de tres plantas con un campo gigante que se usaba para distintas cosas. En el primer piso encontrabas un restaurante y bar, a la noche se ofrecía algún que otro espectaculo de música; el segundo piso se dividía en diferentes cosas, como piscina climatizada, un Spa, cabinas para que la piel tome color y otras cosas nunca use; el último piso tenía salas donde se hacían todo tipo de reuniones, casamientos, cumpleaños, fiestas y cosas así.
El campo era otro mundo, más piscinas, una cancha de fútbol, tenis, handbal; otra cancha de polo, un lugar para cabalgar y alguna cosa más.
Alexi siempre se encontraba con sus amigos acá, era común juntarse a beber aquí y jugar a algo.

Entramos al club tomados de la mano, la dependienta parecía conocer a mi novio ya que no le pidió ningún dato, solo se limitó a saludar con una sonrisa; miré a Ale con dudas pero no dijo nada al respecto; seguimos nuestro camino hasta el final del enorme salón donde se encontraban los chicos... pero no estaban solos, estaban tres chicas de las cuales solo conocía una.
- ¿No era que iban a ser solo chicos?-pregunte a ale.
- Pues se sumaron las chicas- murmuró con una sonrisa- ¿Qué tiene? Solo disfruta el rato nena- dijo y llegamos hacia todos.
Me acerqué a saludar con un beso a los chicos pero Alexi me estiró del brazo evitando que los salude, me quedé en mi lugar saludando desde lejos con la mano.
- Que bueno verte- dijo Agustín acercándose, lo conocía desde hace un tiempo, Moreno, alto y con una sonrisa muy grande, el más amable de los 3.
- Gracias!Gracias- respondí sincera- Igual pienso.
- Te presentaré a las chicas- me llevo con ellas mientras ale tomaba asiento- Ella es María- bajita con rasgos asiáticos me saludo con un beso en la mejilla- Ellas son Daniela y Pame- las otras dos eran rubias, altas y de cuerpo bien formado.
- Ella es Maia novia de Alexi- dijo Agustín.
- Un gusto- les devolví el saludo medio incomoda por la mirada que me dieron.
- Traten la bien que no es de juntarse con nosotros seguido- les dijo luego de presentarnos.
- Ven siéntate- dijo María muy amable- Es lindo conocerte al fin, ale nos había hablado de ti.
- ¿Enserio? Llegue a la ciudad hace poco, así que recién me estoy poniendo al día.
- Si Alex nos conto- dijo una de las rubias mientras su mirada estaba sobre mi... Pamela- Dijo que no eras mucho de estos lugares.
- En realidad no soy de salir mucho por la noche... mis padres me cuidan bastante así que prefieren que no corra peligro.
- Claro- me dio una sonrisa más falsa que sus uñas- En fin aquí estas ¿no?
- Claro- murmure perdida.
- ¿Y te estas acostumbrando a la vida en la ciudad?- pregunto María cortando la incomodidad del momento.
- Si... extrañaba el ruido y el ajetreo que se maneja por estos lugares.
- Ay es maravilloso, deberías conocer las reformas del centro, antes era lindo, ahora está hermoso! Tiene una de las mejores vistas del cruce, te sacas unas fotos maravillosas.
- Se escucha interesante, iré en algún momento.
- Mira las fotos que tome- saco su celular del bolso, mostrandome miles de fotos de ella con otras chicas en un lugar muy bonito, avenidas llenas de luces cálidas, pintadas de colores vivos, el arte callejero en su mayor demostración. 

______________

Hacia dos horas que estaba con el culo en al ahora incómodo sillón, mi novio se encontraba tomando con sus amigos mientras jugaban billar no me dio ninguna clase de atención,  estaba aburrida, sola con una copa de vino blanco en la mano; las dos amigas estaban a un lado cuchicheando y María se había retirado hace un rato con Agustín para estar pasando saliva en un rincón cerca de la barra, la asiática fue mi amable y entendía el que quisiera ir a estar con sus amigos... o novio en este caso.
El tiempo se me hizo largo y tortuoso pero era hora de volver a casa si no quería terminar castigada.
Me levanté dejando la copa en la mesa que compartíamos para ir por mi novio.
Todos dejaron de reír cuando estuve suficientemente cerca como para escucharlos mejor.
Aunque lo único que escuché fue que Agustín era un patético  ¿Por querer estar con su novia? Era atento, distinto al mío.

- Ale tenemos que irnos...- todos murmuraron.
-La noche recién empieza- dijo mientras vaciaba lo que quedaba en el vaso, vodka.
- Lo sé, pero tengo que estar en casa... mi padre se enojará si no llego a tiempo.
- Toma un taxi.
- Llévame- suplique acariciando su hombro.
- No. Te dije que no vinieras, sabía que ibas a molestar.

Mi cara ardió... todos nos miraban, Agustín se acercó.

- Amigo... llévala- insistió por mi.
- Ocúpate en lo tuyo- respondió, me acerco a su cuerpo dándome un feroz beso- Nena... quisiste venir sin que mi invitación, vete sola.

Se sentia que estaba borracho, no para estar inconsciente, pero si para recibir una multa.
- Okk... - con la poca dignidad que me quedaba tomé lo que traje y me distancie de ellos.

No tenía permitido ir en taxis y mi hermano me diría que me advirtió no venir así que no se haría cargo, hago lo que no podría fallar.

Beto.

¿Puedes pasar por mi al club? Alexi tomó y no creo conveniente que me lleve a casa.

Espere unos minutos titiritando, estaba más fresco y una fina llovizna se veía a través de las ventanas.
Beto, el chófer de mi madre que cuando estaba desocupado se encargaba de otras cosas en la casa, era el más viejo trabajador que tenían mis padres y el más confiable de todos.

En 30'  llego.

Su respuesta fue rápida. Llegaríamos a casa dentro de una hora, pasada las 21:00hs eso me dejaría muy probablemente castigada ¿Qué importa? Una más una menos. Siempre estoy encerrada en la casa.

- ¡Maia!- los pasos apresurados después de mi nombre me hicieron dejar mi celular, miré a un ajitado Agustín y María que venía detrás.
- ¿Qué pasó?
- Yo...- tomo aire nervioso- Siento lo que pasó ahí dentro.
- No lo hagas, no pasó nada. Alexis quería divertirse. - dije sin importancia.
- Él...
- Agustín- le reprochó María, no dijeron nada más, ambos estaban nerviosos.
- ¿Quieres que te lleve?- preguntó- Tengo el auto conmigo.
- No, gracias.  Beto viene por mi, sigan divirtiéndose- dije con una sonrisa, en verdad no quería molestarlos y ya tenía a beto en camino.
- Claro, bien...
- Mejor entremos- dijo de repente María tomándolo del brazo- Lo siento tengo frío
- No hay problema,  vayan y gracias por querer ayudar.
- Lo siento- dijo Agustín, no entendía porqué pero sentia que no era solamente por el momento de vergüenza que había pasado.

________________

- Tu padre ya está en casa- dijo beto apagando el motor de la camioneta- se dio la vuelta mirándome con pesar.
- Lo imaginé- dije perdida.
- ¿Necesitas algo?
- Nahh, gracias por ir a buscarme.
- Es un placer- dijo chocando el puño conmigo.

Apenas entre a la casa mis padres estaban en la sala de estar, faltaba tener las luces apagadas para crear esa escena donde te agarraban en la oscuridad entrando en tu casa a las 4 de la madrugada.
- ¡Buenas!- dije con una sonrisa acercándome.
- Estas castigada- dijo mi padre sin saludar- Sin salir por una semana, ni siquiera en la empresa.
- Okk
- No me contestes.-demandó
- No lo estoy haciendo- respondi, me acerqué a darle un beso a mi madre, cuando quise darle uno a mi padre corrió la cara.
Trage el amargo sabor.
- Si lo estás haciendo- repitió.
- No papá. Me diste un castigo y yo simplemente lo acepté.
Endureció la mirada.
- Solo vete a tu habitación- demandó.
- ¿Crees que podamos hablar sobre la universidad? - suplique poniendo cara de perro abandonado.
- En otro momento.
- Por favor. Siempre estas ocupado, ahora podríamos aprovechar.
- Que no.- gritó soltando el vaso de manera brusca sobre la mesa.
- Maia obedece, después hablamos de eso ahora no es el momento. - dijo mi madre de repente.

Nunca era el momento

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