♤Capítulo III♤

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Solo encontraba dos opciones en mi cabeza.

Salir de aquí, y decirle a mi amigo que todo lo que hizo no sirvió de nada, porque me corrieron más rápido de lo que no hemos tardado en llegar aquí.

O mi siguiente opción es: hacer oídos sordos y presentarme a la entrevista. Un simple accidente no puede clasificarme como persona, me niego rotundamente a ni siquiera ser presentado ante la persona que esta contratando o el futuro jefecito.

Talvez, es por ello que ahora estoy caminando directo con todos los demás que esperan impacientes. Los aromas me ofuscan porque la mayoría son alfas, y es la primera vez que puedo notar alfas de talla internacional por así decirlo. Caucásicos tan altos que parecieran modelos y mujeres tan bellas que parecieran actrices, solo la alfa que acompañé y yo entrabamos en el estereotipo de lo normal en nuestro país, los demás coreanos son igual de bellos y altos.

¿Qué hago aquí?

¿De verdad voy a mentir en una entrevista solo para aprovechar el salvarme?

"No vas a lograrlo"

Mi lobo después de esconderse como un lobo pulguiento, aparece solo bajar mis ánimos. No puedo entender aquel impulso para hacer todo esto.

Mis manos están temblando y comienzan a sudar, así como mi frente, quiero limpiarla, pero estoy seguro que el maquillaje que usa la madre de Jungkook se borrará al pasar mi manga del saco. Por la luna, me siento ajeno a todo. He estado acostumbrado a mi mala suerte por años que estar entre personas recatadas me pone los pelos de punta, así como lo provocó el omega de hace un rato.

Que curioso hombre. No parece alguien quien venga a buscar trabajo, su aspecto es aun mas intimidante que todos aquí, aunque tengo que admitir que su intimidación fue magnética, y la falta de comunicación fue eléctrica. Es todo un omega con personalidad.

Sonrió con cierta gracia, pues ya ha pasado demasiado tiempo desde que un omega no me hace actuar como un idiota y lobo cobarde. Alzó mi vista con la esperanza de lograr encontrarlo por casualidad o tan siquiera saber si es alguien quien también venga a la entrevista, pero no, no hay nada de su rastro, tampoco, del otro omega quien lo seguía con apuro. Y si esta dentro en la oficina porque ya es su turno, estoy seguro que él será el elegido para el cargo.

Ladeo mi cabeza y es en ese momento que se me ocurre abrir el portafolio, creo que sería debido que lea un poco sobre los documentos. Puedo escuchar los murmureos a mi alrededor y algunas discretas risas cada que algún postulado se iba a casa, creo que de verdad desean tanto este empleo que se emocionan cada que alguien es rechazado. Ya lo quisiera ver reír cuando también los rechacen de veinte empleos como yo.

Suspiro fastidiado y mi atención regresan a los documentos en la hoja de opalina, Jungkook a pesar de toso siempre ha sido una persona sumamente detallista y organizada. El currículo esta tan perfecto que yo mismo no dudaría en contratarme, no cabe duda que mi amigo esta altamente capacitado para lograr un buen trabajo en este tipo de empresa en lo que sea que se dediquen.

—Siento que no puedo respirar... —La alfa de hace un rato, se sentó a mi lado. —. Pude notar lagrimas en los rechazados.

Me enderecé y pegué mi espalda al respaldo del sillón gris. —El jefecito no ha de tener un corazón.

—Tengo miedo, soy la siguiente pasar.

—¿Tan pronto? Creo que la entrevista se resume en un hola y adiós.

—Ya lo creo, no están durando mas de cinco minutos ahí dentro. ¿Ya sabes tu numero de espera? —La alfa rasco su cabeza.

—Ya, y al parecer son el numero treinta. —respondí.

—De verdad eres afortunado, llegaste a entrar al último memento. También te da tiempo de que te tranquilices y no estes repitiendo el café mañanero como mi otro compañero, pensé que se vomitaría en cualquier momento por eso me pasé a tu lado. —Me sonrió.

—Esperó que tu tampoco sientas nauseas. —bromeé.

—Espero que no me den estando ahí dentro...

¡Postulante numero diez, favor de pasar!

Ambos alzamos la mirada y fue ahí cuando reconocí al omega que me mandó a casa.

—Rayos... —la alfa balbuceó y suspiró.

—Tu puedes... —La apoyé en susurro.

Ella me dedicó una ultima sonrisa y apretujó sus pales en el folder del sobre que traía cargando desde hace rato. La alfa caminó directo y pasó las puerta negras, algunos regresaron su mirada al sus propios papeles como si trataran o se obligaban a aprenderse cada letra de su currículo. Miré mi reloj.

Once y media de la mañana. Mis tías de seguro han terminado de trabajar, si salgo temprano podría pasar a comprar algo con lo que me dé Jungkook y así ellas no se preocuparían por la cena o comida; Pasaré por algo de pollo y talvez unas cuantas sodas...

Los lamentos resonaron por la habitación y la alfa salió corriendo de la misma. Su mirada se cruzó con la mía y esta negó triste. Algunos de los aspirantes la observaron con preocupación y varios también tragaron con desilusión.

Volví a darle un vistazo a mi reloj y abrí mi boca sorprendido. Once con treinta y tres minutos, literal la alfa solo estuvo tres minutos dentro de esa oficina.

Saqué mi teléfono, investigaría un poco mas sobre este edificio, pero pude darme cuenta que estaba muerto, pues los golpes al fin terminaron con el.

¿Ahora de donde sacaría dinero para un nuevo teléfono?

Cubrí mi cara cansada de estar en un maldito bucle de mala fortuna, y lo peor de todo es que la poca positividad se estaba consumiendo como la esperanza de mi vida.

¡Numero veinte, favor de pasar!

Mierda, en qué momento pasaron diez números más, es la espera más rápida en la que he estado.

Las vacantes y los turnos pasaron en alrededor de quince minutos, los alfas salían tristes, enojados y con lagrimas en los ojos. Y yo estaba a solo un numero de pasar a la oficina del terror, al parecer nadie era digno del puesto aun así estén los mas expertos en el tema.

Acomodé mi saco al presentir que estaba a punto de ser llamado, daba gracias que el saco era de color negro y la mancha de café de hace un rato no fuera tan notoria, acomode mi cabello y ajuste mi corbata. Inhale y exhale con fuerza para que mi cerebro no se frunciera al tamaño de una nuez y desde los mas profundo de mi pecho sonreí amplio.

"Vamos Jimin, ¿qué tan mal te puede ir?"

<<De lo peor, no sabes nada de esto>>

Mi lobo de nuevo me animó.

El omega abrió la puerta y el aspirante antes de mi salió quitando su corbata y soltando gruñidos decepcionado.

El omega alto, me miró de arriba a bajo y frunció su ceño. —. Fui muy claro al pedir que te fueras.

Mi sangre sintió bajar, sin embargo, trate que mi sonrisa "amable" no se desvaneciera. —No creí que lo dijera en serio.

—Claro que lo dije en serio. ¿Cómo pretendes presentarte después de lo que hiciste? —El omega aun no cerraba la puerta negra del todo.

—Pero ha sido un accidente, no fue mi intención el derramar el café...

—Es mejor que se vaya a casa, la presencia y la presentación abarca aun mas de lo que crees y a simple vista no eres alguien asertivo a lo que estamos buscando. Ten un buen día. — me interrumpió.

—¿Qué? —Me ofendí. — Perdón, pero creo que sería una falta de respeto si no me atienden. He estado esperando durante un largo tiempo para lograr ser entrevistado y no me parece justo que por un simple accidente no se me reciba para siquiera intentar ser escuchado o escuchar las preguntas que le hicieron a todos los demás. —Me quejé.

—Creo que lo entiende señor, pero desde hace un rato le pedí que se retirara, justo antes de que las entrevistas comenzaran, y ha sido su decisión el quedarse a esperar algo que ya estaba perdido.

—¿Perdido? —repetí—. Como puede negarme el pasar cuando la empresa me solicito el venir, sabe cuanto he gastado en viáticos que no se me recuperaran. He dejado otras solicitudes de trabajo por venir hasta acá y ser entrevistado. —Mentí, pues no dejaría que un omega estirado quiera humillarme mas de lo que ya estoy.

El omega iba a decir algo, pero la voz demandante nos interrumpió.

—Taehyung, hazlo pasar. —Hablaron desde el interior de la oficina.

Yo sonreí amplio, al parecer el luchar por este puesto sí estaba en mi destino. El alto olmega se hizo a un lado y su mano indicó que pasara.

Di pasos largos y aguanté la respiración al notar lo amplio de la oficina, las notas de las flores llegaron a darme un guantazo mental para recuperar mi sistema respiratorio. Por la santa madre y luna, eran los adornos mas elegantes en donde jamás me habría parado, el piso era de mármol, los muebles de roble y caoba, ¿cómo lo sabía? Mi tío me enseñó, por el cual podría apostar que cada mesa, sillón y librero costaban mas que todo el departamento donde vivo. Los acabados de los mismo van acorde al estilo francés antiguo.

—Tome asiento. —La voz me atrajo de nuevo.

Me apresuré a sentarme sin quitar la mirada de la silla giratoria que me daba la espalda.

Esta oficina sería aun mejor si las cortinas estuvieran abiertas y diera paso a la luz natural del día, apuesto que la vista sería genial desde aquí.

—Deja tu papeleo sobre el escritorio. —mandó.

Yo lo saqué del portafolio y obedecí lo que me mandó.

¿Alguna vez se han quedado estéticos mientras su corazón se apresura como un tambor incontrolable mientras esta en una guerra que marca la intensidad de la batalla? ¿Han sentido que música imaginaría de una guitarra marca ese punto cuando ves algo extraordinario? ¿O aquel pesar de emoción cuando logras ver a alguien tan extremadamente radiante? ¿Alguien se ha llevado su respiración en un segundo, mientras la vergüenza verdadera los invade por las miles de emociones que los llevan a fantasear en un segundo?

Pues la respuesta a todas esas preguntas, para mi es un sí.

—¿Quién eres? —El omega preguntó a lo que yo simplemente, tragué con fuerza.

Mi nombre, ¿Cuál es? Asi...

—Mi nombre es Park Jimin, un gusto conocerlo. —agaché mi cabeza en saludo.

Mi cuello comenzaba a derretirse por el calor que de un momento a otro me invadió. El omega removió sus lentes y yo temblé con solo ver los bonitos que eran sus facciones. Los lentes oscuros no deberían de ser utilizados por él.

—¿Cómo fue que llegaste hasta aquí? —El omega leía mis documentos y por un momento golpeé imaginariamente mi cabeza por ni siquiera repasar más allá del currículo falso y ahora entendía porque los demás leían una y otra vez antes de la entrevista.

—Yo..., eh. —tartamudeé.

—¿Cómo es que alguien que tiene una maestría y un doctorado quiere ser mi asistente personal? —Alzó su vista interrumpiéndome. Abrí mis ojos confusos, por lo que decía el omega. — Estas altamente calificado para presentarte para un puesto aún mas grande que este. Pero te interesa ser mas mi secretario que un vicepresidente.

Mierda...

—Sí, bueno... Creo que es una excelente oportunidad. —Estaba tan seco que no encontraba mi habilidad para mentir.

—¿Oportunidad? ¿En que aspecto? —Este dejó de leer y me prestó atención.

Él me miraba con casualidad, pero por naturaleza sus ojos son completamente intimidantes.

—Trabajar y tomar aun mas experiencia es importante. A parte de que su nombre es muy grande, creo que podría ser muy servicial a usted.

<<Toda la vida>>

Mi lobo se encontraba impactado.

—¿Sabes el motivo del porque hago yo mismo la entrevista? —El omega ladeo su cabeza esperando una respuesta —. Las personas que recursos humanos me mandan son completamente inadecuadas y de un momento a otro aceptan a una aspirante alfa que parece tener mas conocimientos que medio mundo aquí, y tu respuesta es solo por mi nombre. Creo que es una forma de mantenerme interesado.

—Yo... —volví a decir, su media sonrisa daba escalofríos.

—¿Qué es lo que mas admiras de mi nombre? —preguntó.

Yo me sonroje, pues esta vez no tendría una respuesta en solución. Mis palmas empezaron a sudar y mi corazón se alborotó por el nervio de no saber que decir.

—Creo que es un gran CEO y sin mencionar todos sus logros que ha tenido por todas sus generaciones. —Recordé lo que la alfa me había dicho.

—Es todo, puedes retirarte. —El omega cerró el folder.

—¿Qué? — parpadeé rápido. —Pero...

El omega despegó el teléfono y me ignoró por completo:

—Taehyung, necesito que las telas exportadas de china, sean llevadas directo a los centros de trabajo de Cabali. Necesitan esas telas a mas tardar el miércoles...

¿Estor era todo?

La belleza del omega fue opacada por la forma tan brusca con la que trataba a las personas. Su persona ni quiera me volteo a ver, pues su atención estaba en un enorme libro.

De alguna manera me sentía decepcionado, pues aunque todo fuera una mentira, la manera en la que el omega trataba a todo el mundo no concordaba con mi idealismo nacido de mi experiencia.
Aclaré mi garganta, mientras me paraba del asiento confortable.

El omega alto, entró sin tocar la puerta y pasó de largo ignorando mi presencia qué seguía incomoda y desanimada. Mi lado moral derrotado por ser alguien desechable, se llenó de valor y sin pensarlo le dije:

—No sé, que es lo que pase en esta empresa, pero su inadecuada forma de tratar a las personas deja demasiado que desear. Su lado altanero e incluso irrespetuoso, llega ser dasacradable. Su habilidad para la comunicación es un tema que debería de tomar en cuenta ya que no va acorde a los que esta empresa da a entender desde que se pisa. La perfección no concuerda con nada a sus valores. Solo viene en busca de una oportunidad, porque sé que puedo hacer lo mejor, pues soy inteligente y me esfuerzo, pero creo que...

El omega alzó la mirada solo una fracción de segundo, pues me siguió ignorando.

—Señor, Hoseok le ha mandado la carpeta de la fotos de Cabali y me esta pidiendo que marque las fotos que quiera desechar.

Ambos omegas siguieron con sus trabajos.

—Gracias por su tiempo...

Les di la espalda y salí de la oficina. El elevadorista me sonrió y aplanó sus labios.

—¿Planta baja? —preguntó.

—Sí... — dije desanimado.
—Sí algo le consuela, es que usted duró más de diez minutos. —El beta me ofreció media sonrisa.

—¿Cómo pueden trabajar con un jefe así?

—Usted lo dijo: Trabajar con él, abre muchas puertas. Aunque solo yo abra las puertas del elevador.

El beta rió y negó por su chiste tan malo. Pero de igual forma su intento de reconfortante me agradó.

—Gracias. —dije al salir del elevador.

—Nos vemos pronto. —se despidió y de nuevo se cerraron las puertas de cristal.

Jungkook corría hacia ami, no entendí en ese momento su sonrisa.

—¿Obtuviste el trabajo? Tardaste más que todos. Lo supe cuando varias personas salían desganada y lloronas.

—Es un cretino, trata de lo peor a las personas y es muy cortante.

—Lo sé, pero de verdad creí que te quedarías todo el día. Jimin, he estado investigando y trabajar aquí es lo que sueñan.

—Puedes dejar de decir que es el sueño de medio mundo. Todos los han dicho durante el día, pienso que de verdad no saben nada cuando están a su lado. Es algo inexplicablemente tenebroso.

—¿Tenebroso? —dijo confundido—. Hace un rato estaba investigando del gran Min Yoongi. Y puedo jurar que no tenía idea del hecho de que existiera las élites dentro de las élites. Literal proviene de un enorme negocio de telas y es dueño de las marcas de lujo más caras del planeta, aparte de que tiene la marca de lujo silencioso más cotizada de todos los tiempos. No solo es el omega Min Yoongi, es el OMEGA — remarcó la última palabra. —Jimin, ese omega proviene de un linaje que está protegida por el gobierno.

—Deberías de entrar a hora tu a la entrevista ya que nadie ha sido seleccionado. Se nota que también aprovechaste para caer a las órdenes de un omega nefasto. De que le sirve ser tan maravilloso si es tiene mal genio.

—No lo entendías Jimin. Yo sería igual si tuviera todo ese poder. —Justificó.

Mientras caminábamos buscaba entre mis prendas mi teléfono, para después urgar en el portafolio. Pero sorpresivamente no estaba.

—Rayos, creo que dejé mi celular  en el piso de arriba.

Jungkook rió divertido. —No te preocupes, estoy seguro que nadie lo tomará. Ve por él, yo espero aquí. No me afecta nada en dar un vistazo a todos los omegas y betas que trabajan aquí. Lo extraño es que no hay alfas trabajando más qué los guardias de seguridad.

No le prestaba atención a mi amigo, pues seguia buscando y que con un poco mas de suerte lo encontraría en mis pantalones prestados, pero nada, no había nada.

Es una locura tener que regresar por ello.

Corrí dejando a Jungkook hablando solo y fui directo a recepción, la recepcionista frunció su cara desconcertada de que una vez más estaba cerca de ella.

—Hola de nuevo ... —hablé cortez —. Puedo pasar de nuevo, creo que he dejado mi celular allá arriba y lo necesito ir a buscar.

La mujer me miró como si le hubiera dicho un gran chiste—. No sabía que recursos humanos se fijara en el sentido del humor de la realidad.

—¿Cómo?

Todo el maldito día he sido paciente, pero creo que ya estaba a punto de cruzar mis límites.

—Le diré algunos de los guardias que revise. Usted ya no puede pasar a no ser que tenga una cita con el alto mandó.

—Pero, es algo urgente el que encuentre mi teléfono. — apreté con mis dedos el puente de la nariz—. Prometo no tardarme, y es que no recuerdo si lo deje en la sala o dentro de la oficina del CEO.

La recepcionista por fin pudo carcajear, y negó.

¡Qué mierda era tan divertido!

—¿Tu quieres regresar allá arriba, buscar tu teléfono en la sala directiva  y en la oficina del CEO? —Ella cerró sus ojos y suspiró — Es lo más gracioso que me han dicho el día  de hoy. No quieres pasar también y esperar si el gran Min Yoongi te cepilla el cabello. —dijo irónica.

—¡Ash! —hice mis ojos en blanco—. ¡Todo el tiempo he sido tratado como un insecto, cree que tengo ahora más paciencia para su sarcasmo.

—Entonces vaya a afuera y espere en lo que el guardia revisa su esta su celular...

Iba a decirle algo, pero el altavoz del radio nos me interrumpió.

—¡Atentos, el pavo real está bajando! ¡El auto debe estar ahora!

Y entonces todo sel volvió un drama.

—¡Escuchen, tenemos el segundo código rojo del día!

La recepcionista grito por el mismo altavoz y todos los presentes caminaron como hormigas cuando cae la lluvia. Los presentes acomodaban sus cosas e incluso se arreglaban el uniforme y limpiaban con velocidad los escritorios de entrada.

La gente se movía buscando un refugio, pues varios corrieron al segundo elevador y se adentrarse a subir por las escaleras. Los aromatizantes se expandiendo por todos lados y el bien te de nueva cuenta volvió a ser perfecto e incluso, el auto estacionado abrió sus puertas en el momento que una alfombra roja se deslizó desde la puerta de entrada al edificio, pasó por las escaleras y terminó hasta la entrada auto.

Alcé mi mirada buscando el singular sonido de la puerta de elevador llegando a esta planta y de repente todo fue silencio, claro que no incluía la música y el sonido parlante de la bocina de la enorme pantalla.

La mujer salió de recepción y se puso a un lado de los demás que ya hacían fila bajando su cabeza.
Estaba desconcertado, e incluso sorprendido por lo rápido que todos habían sido para estar en sus lugares.

Pero de pronto, los pasos ante el mármol me hicieron alzar el cuello dándome cuenta de que el omega magnéticamente engreído pasaba derecho entre amabas filas de trabajadores.
Su secretario omega según hablándole y este ni siquiera reaccionaba, era imposible saberlo si de nuevo utilizaba las gafas oscuras.

Mi lobo aullo por volverlo a ver, pues estaba tan interesado que al pasar frente ami, una vez más mi pecho sintió adormecer.

"Lobo tonto"

El omega, seguido del séquito de trabajadores detrás de él pudieron retirar el aire contenido mientras el tal Min, pasó sin dejar rastro alguno.

Cuando el auto se fue todos regresaron a sus puesto volviendo a trabajar como si nada hubiera pasado.

Entonces la recepcionista me miró y nego—. Estas de suerte. No vas a pasar, pero esta vez el guardia puede pasar solo a sala de espera, entrar a oficina es imposible. Ahora solo espera.

Suspiré cansado y me resigné.

Noté cuando quitaban la alfombra de la entrada y puede cachar a Jungkook mirando feliz a las y los omegas que caminaban a su lado.

Maldito pervertido

—Tengo que esperar a que el guardia revise si he dejado mi celular.

Jungkook traía puesto sus lentes oscuros, pero le los quite al no obtener respuesta.

—¡Quieres deja de ser un pervertido! —El alfa siguió mirando de frente sin decir palabra, pase mi mano enfrente de sus ojos.

—El es el dueño del traje. —Habló por fin.

—¿Cómo dices?

—Que el omega que esta allá es el dueño del traje que traes puesto.

Y entonces lo supe, Jungkook estaba paralizado mirando al secretario de Min YoonGi.

—El es el secretario del jefe, es una dolor de muela. —Estaba resentido con todos.

—Creo que si debí hacer la entrevista yo, así estaría cerca de ese bombón.

Mi amigo debería llevarse la presea del alfa más golfo del vecindario. Ya no puedo contar con mis dedos del pie y manos cuantas veces se ha enamorado.

—Yo planche esa camisa con mis propias manos. ¿No es genial? —suspiró— Se ve tan perfecto.

—Jungkook, amigo... —Toque su hombro—Ese omega esta fuera de tu realidad, y también es un pesado.

—Tienes razón. —Jungkook apretó sus labios inconformes.

—Creo que no me daría respuesta de mi celular. —dije desanimado.

Pero tan pronto lo dije, la mujer salió buscando y al verme se acercó a mi.
—Es mi hora de comida, así que provecho para decirte que no encontraron nada. Lo siento.

Ella dio media vuelta y se alejó dándome la espalda.

Me quedé parado nuevamente.

—También deberías resignarte en perderlo. —Jungkook habló y jaló mi mano para que él se levantara del asiento de concreto.

—Mierda, ¿Cómo compraré otro? —El vacío en mi estómago se sintió de repente.

—Le diré a mi madre que trabajes conmigo. Podrías ahorrar un poco mientras buscas empleo. Vamos no es tan malo.

Mis ojos se empañaron, pues de nueva cuenta el sentirme derrotado me invadió.

—Ven vamos a comer un poco, tengo hambre. Quise comer algo aquí, pero todo es tan dietetico que me enferma.

Quité la lagrima de mi mejilla y asentí.

—No llores te han pasado cosas peores, y siempre lo resuelves. Ya veras que pronto tendrás uno mejor que el vejestorio que traías.

—Pero es que ahí guardo cosas y las fotos...

—Conozco a alguien quien te puede ayudar a recuperar los datos. Ahora veámonos, este no es nuestro aire.

Jungkook se enganchó de mi brazo  y comenzamos a caminar. Jamás volvería a este lugar que me hizo recordar lo malo con solo una mirada.

[...]





Hola!
Aquieta les recuerda esta historia?

Porque yo me inspire en la película de El diablo viste a la moda.

Amo esa película. Y también a un Yoongi malvado. Espero que les guste.

Alicielito 💖

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