♤Capítulo II♤

<♡>






—¡Jungkook! ¡Kookie! 

Me asomé por la barra de la tintorería y la señora Jeon salió en un salto debajo del mostrador.  Su sonrisa fue la primera en darme la bienvenida, pero esta se fue desvaneciendo para después alzar una ceja curiosa. 

—¿Vienes a buscar a Jungkook? —La madre de mi mejor amigo parecía que tenía algún repele social contra vagos fracasados como yo. 

Estiré mi brazo con el fin de saludarla, pero esta solo me dio la espalda para acercarse al montón de ropa que pronto terminaría de escurrirse. El vapor salió de la nada y Jungkook de igual manera. Este abrió su boca al mismo tiempo que sus ojos y se apresuró abrir la pequeña puerta pegada a la recepción, al notar sus movimientos entendí que tendría que pasar rápido. Su mano se agitó mandando a que lo siguiera. 

—A veces creo que estoy pintada a lado de jóvenes indisciplinados. —La beta, viró sus ojos fastidiada, para después darle toda la atención a su hijo. — Mas vale que no le prestes ropa a este tipo, la ultima vez fue un infierno quitarle la sangre a la camisa del señor Choi. —me señaló—. Tu... — me llamó—. ¿Sabes lo caro y cansado que es quitar la sangre o el vino de las prendas de lino? Deberías de venir  a trabajar con Jungkook y ganarte unos cuantos centavos para sobrevivir y ayudarles a tus pobres tías. Últimamente las veo mas cansadas de lo normal, no te da vergüenza que a tu edad aun ellas se preocupen por ti. 

—Yo también me preocupo por usted, señora. Gracias por la comida de la otra vez, a mi tío le encantó, dice que su sazón es de los mejores que ha probado. —Me preció perfecto cambiar el tema al notar que Jungkook comenzaba a desesperarse.

La beta, sonrió discreta pero a pesar de la mala iluminación del pequeño local, es mas que obvio lo sonrosada que se volvían sus mofletes con solo hablar de mi querido tío. Para mi amigo y yo, no es ningún secreto que la beta no es ajena a la hermosura que mi tío ha presumido conforme pasan los años. La señora Jeon, no descarta que algún día cambie su apellido a Park, aunque, su futuro sobrino sea un enorme dolor de muelas. 

—Vámonos o llegaremos tarde para la entrevista que deseo quedarme y poder conseguir un buen trabajo bien pagado. —Mi amigo no conocía la palabra disimular, una fundamental característica para mentir de manera apropiada y no tan mala como su voz grave. —Oye ma, antes de que no vayamos, te aviso que tomé el traje fino del vecino...

La beta frunció su ceño e iba emitir su enojo, pero suspiró conformista. —Mas vale que traigas ese traje como te lo llevas. Es de una marca lujosa que podrían comprar este negocio y estoy segura que el omega que lo trajo va notar el más mínimo detalle, entendiste. 

El joven alfa asintió sonriente  y se abalanzo para darle un enorme beso en la frente de su madre. 

—Vamos... —Jungkook me dio un golpe para que lo siguiera. 

Al salir de nuevo la frescura del clima nos invadió por el cuello que erizó mis vellos emocionados. 

—Mi madre odia que cada que te presentas tienes un golpe diferente. ¿Nueva deuda? 

—Sip, al parecer el bastardo de Doil tuvo una mala noche de apuestas y me vio gastando su dinero, por el cual me exigió su dinero que me presto a crédito. 

—¿Cómo piensa pagarle? —Jungkook hizo un pequeño puchero. —No me gustaría que un día me den la noticia de que mi mejor amigo esta muerto. 

—Hierba mala nunca muere, no te preocupes de mas, quieres. Se supone que soy mayor que tu y el que debe de cuidarte soy yo. 

—Mi madre odia que salga contigo desde la vez que paramos en el hospital, pero te acepta porque eres al único que le hablo en todo el vecindario. 

—Yo pensé que me aceptaba porque tiene a mi tío de crush... —me burle. 

Jeon me miró con hastió —No me incomoda el hecho de que tenga un crush, mi padre fue un hijo de puta, pero a su vez, me da asco. 

Yo reí no esperaba esa respuesta. —Tu madre necesita que una vez al año se olvide que el único amor de su vida eres tu. 

—¡Oye, que diablos dices! —Jungkook hinchó sus mejillas. A pesar de todo, el alfa era celoso con su madre. 

—Que eres todo un chiquillo mimado, eso es lo que digo. —El alfa puso los ojos en blanco.

—Cambiando de tema... ¿Pudiste leer el archivo que te envié? — torcí mis labios. 

—Sí que lo hice. ¿Por cierto el fingir ser tu no es ilegal?

—Solo será una entrevista de trabajo, no es como que vayas a quedarte a trabajar, además la solicitud salió a tu nombre nadie sospechará nada. —hablo seguro de su plan. 

—Jungkook, literalmente tu y yo estudiamos cosas diferentes. —Le avise.

—Pero llevaste administración en la media superior. Creo que lo harás bien, mas no perfecto y eso es lo que busco. Para entrar a ese puesto buscan la perfección y estar tan arruinado para ofrecerte como carnada humana.

Rasqué mi cabeza ciertamente confundido porque no había leído absolutamente nada, pues los golpes me hicieron dormir de inmediato entre el callejón. —No recuerdo nada de lo que lleve en la media superior, se supone que toda mi concentración se desvió a lo que es la poca anatomía.   

El alfa no me presto atención y ni siquiera le importó.

—Por cierto, el hecho de que huelas a jabón de hotel, no va con el traje que te pondrás, será un motivo mas el que hagan que te rechacen porque sospecharan de que no eres de confiar. 

Abrí mi boca ofendido. —Pasé a las duchas en la mañana, porque tenía esta responsabilidad  y dices que no soy de confiar. ¿Tan mal luzco?

—Amigo, no es por seguir ofendiéndote, pero te ves peor que yo cuando estaba pasando por mi cuadro depresivo. Hasta yo siento que necesitas reformarte, ganar un poco de dinero de buena manera. 

—Que me lo digas, me deprime un poco mas. Se supone que yo debo ser quien te ponga el ejemplo. 

—Eso nunca sucederá, ni tu y nadie puede domar ya a este alfa desenfrenado que solo busca un lugar en el mundo acorde de lo que me gusta. 

—¿Y que es lo que te gusta? —pregunté.

—No lo sé, aun no lo sé... —repitió—. Pero estoy seguro que la administración o ser secretario no va  conmigo.  Te imaginas a mi con problemas del habla y atención detrás de un escritorio mientras el omega mas temido me da ordenes. —El alfa negó con su cabeza—. Me da escalofríos solo  de imaginar lo estricto que debe ser ese lugar.

—Aun no puedo entender como fue que terminaste la carrera cuando sabias que no deseabas ser administrador y tampoco quieres quedarte con la tintorería.  

—No hagas preguntas que no puedo contestar. —Evitó la respuesta. 

—Pero quiero que me contestes esto: ¿Cómo conseguiste esa entrevista tan importante? —Me miró de reojo —. ¿Qué? Es que de verdad suena importante ese trabajo. 

—La consiguió mi madre gracias a un cliente que trabaja en esa empresa. Cada noche va y le deja un traje diferente  con especificas formas de lavado y aromas. Paga una fortuna ese omega solo por la ropa y ni hablar de los miles de zapatos diferentes que tiene, parece un modelo cuando lo ves de cerca, su sonrisa dulce y amable no combina con su mal humor que le ofrece el estrés laboral. Verlo me da miedo por lo alto y perfecto que es. Pero sabes que me da mas miedo, el llegar a trabajar con su jefe. 

—Hablas de ellos como si fueran unos monstruos. —reí. 

—No lo entenderías porque no sabes nada de este mundo, pero te aseguro que cuando vayas te darás cuenta de lo importante que es la apariencia en el mundo. 

Ambos nos detuvimos al ver que los sanitarios de la gasolinera estaban abiertos. Jungkook pegó la bolsa de papel en mi pecho. —Ahora ve a cambiarte, mientras acomodo los papeles en el portafolio. 

Antes de caminar, logre ver como Jk sacaba de su mochila el delgado portafolio y también desenredaba una corbata de color rojo. 

Mi tía siempre decía que el rojo es de la fortuna y usarlo en una entrevista de trabajo, garantiza el puesto.  

—Ya ve a cambiarte. No te quedes viendo como tonto. —Jungkook me regañó. 



[...]

Después atravesar casi media ciudad en transporte publico, nuestros ojos no alcanzaban a mirar todo el edificio sin que el sol nos apantallara con su resplandor.  

—¿Cómo un edificio puede ser tan enorme? —Pregunté intrigado por la amplitud de un lugar tan llamativo. 

—¿Cuanto costará este edificio? —preguntó en respuesta de mi pregunta. — Estar aquí es otro nivel de vida. —¿Qué darán de comer en la cafetería de los trabajadores?  

—¿Jungkook, estas seguro de que no quieres ir a la entrevista? —Pregunte de nueva cuenta al notar los ojos tan brillosos ante el asombro de admirar un edificio tan grande. 

—Mas que seguro. Se nota que aquí las responsabilidades requieren el doble de esfuerzo. 

Sonreí por la respuesta casual de mi amigo, ahora entendía que Jeon Jungkook no deseaba ninguna responsabilidad que lo conlleven a estresarse. 

—Ahora hay que entrar, parecemos dos turistas —El alfa menor tomó mi brazo, pero antes se detuvo de nuevo. 

Jungkook, sacudió mi cabello y después lo peinó hacia a tras para que este se viera mas presentable. 

—Tu cabello esta graso. ¿Estas seguro que lo lavaste? — critico. —Mierda Jimin, tus golpes se ven aun mas notorios con el maquillaje...

—¡Ash! ¡Ya te he dicho que sí! —fruncí mi boca. — Ya déjame en paz, o me iré de una buena vez. 

—Ay, pero que mal genio tienes. —El alfa tomó mis mejillas y las masajeo. — . No te enojes a lo tonto o una arruga saldrá en tu frente. 

Hice mis ojos en blanco y comencé a caminar con pasos largos y decididos. Jamás en mi vida había pedido trabajo en un lugar tan importante, todas las solicitudes que enviado a sitios como estos me ha rechazado y no voy a negar que me siento celoso; Jungkook apenas lo intentó y lo llamaron para la entrevista, algo que yo no he logrado, ni siquiera para entrar de intendencia o en cafetería. 

Las paredes de concreto daban un aspecto finamente industrial, los aromas se asemejaban con la limpieza de los vidrios que no reflejaban ninguna imperfección y las pantallas eran mas grandes que mi casa. No pude evitar abrir mi boca al mirar como las personas se vestían tan finos y recatados, con un cuello alto y limpio de lo que estaba acostumbrado a mirar. 

—Podría llevarme una pantalla así de grande para mi habitación... —Balbuceó mi amigo.  

—Este edificio es la definición del capitalismo... —hablé sin pensar. 

—Estas en todo lo cierto. Se dice que esta familia es parte de la cuspide del pais entero, que sus genes ha estado en tierra desde que la luna creo al humano. 

—¿Eso es posible? —pregunté. 

—No, pero es una forma de decir que se pudren en dinero. —Jungkook sonrió por su broma. 

—¡Oigan! —El grito nos saco de nuestra ensoñación y nos hizo voltear para saber quien nos llamaba. — ¡Buena tarde! —hizo una reverencia a lo que nosotros correspondimos. La mujer se acomodó su bolso con fuerza y su nerviosismo se reflejaba en su aroma, definitivamente era una Alfa. — ¿De casualidad, ustedes saben por donde ir para la entrevistas de trabajo? 

Jungkook apretó sus labios pensando, y yo solo negué. —No, aun no sabemos por donde dirigirnos.

—En el correo electrónico decía que debíamos ir directamente a recursos humanos. —Jungkook habló después de recordar.  

—Deberíamos ir a preguntar a recepción, escuche afuera que hubo unos cuantos cambios. —Nos informó la alfa. 

—En ese caso..., vamos juntos. —agregué. 

La chica asintió y con sus tocones altos señaló su camino. Jungkook se mantuvo a mi lado todo el rato.

La mujer de la recepción alzó su mirada, y acomodó sus lentes para mirarnos mejor y a lo que me refiero fue una observación dura en critica por barrer nuestro cuerpo de arriba a bajo. Parecía que todo el edificio y las personas estaba hechas el uno con el otro para intimidar. 

—¿En que puedo ayudarlos? —Su voz fue recatada. 

—Hola, buenas tardes. —Saludé y sonreí. El hecho de que el lugar fuera frio, no tendría que ser igual de gélido que todos aquí. —Solo queremos saber sobre la entrevista de trabajo, el cual nos mandaron a recursos humanos. 

—¿Aplicaran para fotografía? —Preguntó la beta, o es lo que deducía al no hallar aroma, mas que una débil nota de fresa. 

—No, es por el puesto de secretaria. —Se adelantó la alfa. — A menos que... —La alfa me miró.

—Venimos por el mismo puesto. —habló Jungkook.

—En ese caso deberán tomar el elevador y bajar en el piso numero veinte. —La recepcionista indicó sacando a su vez un listado. —Deberán anotar su nombre aquí y usar el gafete que les dará el acceso en los torniquetes, no se permite que los zapatos estén sucios por el cual les darán protectores de calzado.

"Carajo, no estaríamos viendo con la reina o con quien"

—¿Algún consejo para la entrevista? —Pregunté con gracia, pero la beta solo me miro. 

—No hagan esperar y no balbuceen al estar en presencia del CEO. No le gusta que sean lentos. —La mujer respondió a pesar de repudiar nuestra presencia. —Ahora pasen, que lo primordial es el tiempo en esta empresa. ¿Tu pasaras? —Señaló a Jungkook. 

—¿Qué? No, claro que no... 

—En ese caso espera afuera o en el lado de la cafetería. —Interrumpió a mi apresurado amigo, quien solo aplanó sus labios para callarse.

La alfa quien caminó se fue riendo después de tomar su gafete. Yo tome el mío de igual manera y le di una palmada a mi amigo para después apresurarme y llegar a lado de la chica. 

El guardia nos ofreció al pasar por los torniquetes los protectores de zapatos y nos forzó a utilizarlos antes de pisar el elevador de puertas de cristal y una agarradera de metal color oro. 

Al subir el elevadorista pregunto sobre el piso y de inmediato pico en el botón con el numero veinte. 

—¿Debes estar nervioso? —La alfa preguntó con el fin de hacerme la platica y evitar la música incomoda en tonadas agudas.   

—No, la verdad es que no. —respondí tranquilo.

—Dicen que todo desean este trabajo, yo no lo creía hasta que vi demasiados reportajes del mundo del espectáculo y un poco de historia nacional. Debe ser una locura estar aqui, aun no comprendo como es que califiqué para estar justo en este elevado. Vengo buscando trabajo así desde hace dos años y espero que mi esfuerzo al fin de resultados. 

—¿Sabes si el salario lo vale? —No es que ignorara su discurso, pero el punto de un trabajo y desvivencia corporal y mental debería de valer la pena en un estado material de vida. 

—Sí, son mas de dos millones ... —respondió y mi corazón salió de mi pecho. 

—¡¿Qué?! —grité— ¡¡Dos millones, solo por ser secretario!! —La falta de aire, me hizo doler de nuevo mis golpes que ahora solo son un recuerdo purpura.

—Eso lo decía hasta bajo del e-mail que envió la empresa. —La chica estaba confusa ante mi reacción. 

—No llegué a leer nada de eso. —Traté de recuperar mi clama. 

—Este empleo es uno de los mas cotizas de Seul, prácticamente te arreglan la vida porque una vez dures en este lugar, te darán trabajo a donde sea que pidas. ¿No es genial? —sonrió complacida— Además, trabajaremos para la familia Min y para el nuevo heredero de la empresa, eso es aun mas genial. 

El elevadorista se rió y carraspeó cubriendo su boca con su puño. Ambos decidimos no tomarle relevancia. 

—Wow, la verdad no esperaba que todo esto fuera tan... grande. —mi respiración fue mas lenta cuando llegamos al piso. 

—Espero que ambos podamos encontrar algo en esta empresa. —La alfa palmeó mi espalda confortando el momento. —Te veo después, iré a formarme según soy el numero diez. ¡Animo! —Ella apretó sus puños y alzó sus brazos dándome ánimos. 

 —¡Animo! —Yo solo correspondí.

Mierda, debí leer el papeleo que Jungkook me envió. 

El señor a mi lado me indicó el camino que debía seguir para llegar a la sala de espera. Saqué mi móvil y picoteé la pantalla buscando el archivo del trabajo, mi ojos y mi  intelecto se unieron el el fin de leer lo mas rápido posible y encontrar la parte del sueldo y el numero de entrevista. 

Abrí mi boca no creyendo que efectivamente el sueldo era aquel que la alfa mencionó.  Rayos, este trabajo podría cubrir en menos de tres meses el monto que le debo a Doil. Jamás me imaginé que este trabajo fuera tan extraordinario para hacer realidad lo de arreglar mi vida. 

—Numero 30... —torcí mi boca en desacuerdo del numero en espera. — Me llevara todo el maldito día. 

Tendría tiempo para pensar algunas cosas y una de ellas sería el hecho de que mi peculiaridad de mentir y el saber arreglármelas podrían salvarme mi puto pellejo. Mentir en una entrevista de trabajo sería ilegal, pero mentir por solo unos meses era una solución mas efectiva. 

Mis tíos podrían vivir bien al fin y dejar aquel trabajo si ellos quisieran, y yo solo podría comenzar a vivir de verdad. Son dos malditos millones al mes, con ese salario le diría adiós a las apuestas y comería carne cada que yo quisiera, pagaría una renta de un peque departamento y tendría una cafetera que me tenga listo el café al momento que mi alarma suene. 

Todo sería un sueño hecho realidad...

Dicen que el día que conoces a un ente maligno, tu lobo lo podrá presentir a metros de tu cuerpo. Pero desgraciadamente yo no pude sentirlo.  El café estaba sobre el suelo y parte de mi saco, lo cual era curioso, porque nunca llegué a sentir el calor del liquido, al contrarío, logre sentir una mirada detrás de unos lentes oscuros. 

Una mirada que a mi imaginación era mas que complicada, que agredía sin decir ni una sola palabra. El aura del hombre frente a mi, me hizo del tamaño de una hormiga, su posar tan poderoso solo adecuaban su elegante traje negro y zapatos de pico. Su cabello negro peinado con estilo curvo, no dejaban un solo cabello afuera haciendo notar lo perfecto que  es al igual que sus anillos en los dedos largos. 

No comprendía nada, olvidé todo por ese momento y el miedo me invadió porque el hombre se acercó dando un paso hacia a mi. 

—¡Señor! —El joven que trotó por el pasillo llamó mi atención sacándome de la ensoñación. —Señor, ¿esta bien? —El hombre me dio una mirada furtiva y después una al omega que no se movió ni un poco.  —Le pediré una nueva muda de ropa...

—Oh, no es necesaria, estoy bien. —Yo no supe porque diablos respondí. 

—¿Qué? —El joven me miró fijo después de sacudir el saco del hombre que ahora sospechaba es un robot. —No conversaba con usted. 

Apreté mis labios y sentí el calor en mis mejillas. —Lo siento, no fue mi intención tirarle el café.  —Hice una reverencia en disculpa, pero el hombre de negro simplemente caminó sin importar lo dicho. 

El joven quien nos interrumpió espero solo un poco para seguirlo, pero fue capaz de decirme:

—Retírate y no vuelvas. —Su hablar fue directo y sin escrúpulos.

—Pero... —Solo pude quedarme ahí parado.   

ALICIELITO 💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top