Pasamos por unos enormes prados verdes, yo los miré fascinada y el claxon volvió a sonar; me agradaba aquel sonido retro y disfruté aquel momento.

Miré encantada por la ventana, Joey también miró y sonrió contento. Se sentía muy cómodo, y feliz.

El claxon sonó otra vez; me sentía tan feliz, y al sentir también su dulce presencia junto a mí, mi corazón y alma vibraban al unisonó. Me daba vergüenza voltear a mirarlo, y sin darme cuenta, Joey estaba otra vez mirándome. Sonrió.

El tren iba a todo su curso y mi corazón latía más y más fuerte. Traté de disimular mis nervios y dicha, y volví a mirar por la ventana. Joey a mi lado miraba con asombro los diferentes paisajes, por los que íbamos pasando.

No cabía más de felicidad y nervios, en cualquier momento sentía que me iba a desmayar en sus brazos. Solo quería mirarlo, pero me daba mucha vergüenza y jugué con mis manos; Joey miró la trenza de caracoles en mi cabello y sonrió.

_ Que linda es tu trenza

_Gracias... Me la hice en un paseo a la playa

_ Te queda muy bonita

_ Gracias...

_ ¿Cuántos años tienes?

_ Tengo 28 ¿Por qué? - otra vez sonrió.

_ Por nada, simple curiosidad - también le sonreí.

_ Ya veo...

Nos miramos y volvimos a sonreírnos.

_ Esto, todo esto me parece increíble, el que me haya encontrado contigo aquí, en este viaje en tren, es algo que nadie me lo creería. Estoy tan feliz

_ ¿De veras niña mía? - le sonreí por él llamarme así. Joey se encogió de hombros.

_ Disculpa ¿Puedo llamarte así? - mi corazón vibró.

_ Claro, no hay problema - volvió a sonreírme.

_ Para mí también este viaje ha sido afortunado. De verdad estoy feliz de que estés aquí conmigo - me miró fijamente - Sabía que eras tú Stephanie...

Lo miré perdidamente, él me miró y tomó mi mano, lo que hizo estremecerme.

_ Te he recordado siempre entre todas los fans que nos siguen

_ ¿En serio? Pero ¿Por qué a mí? - le sonreí con vergüenza y él me sonrió con ternura.

_ No lo sé niña mía, pero de lo que si ahora estoy seguro es que me siento muy bien aquí a tu lado

_ Joey...

Lo miré perdidamente y él observó mis ojos brillantes para él, mientras que el tren se alejaba más y más de donde habíamos partido.

Algunos se levantaban de sus asientos y caminaban por el pasillo; Joey y yo sentados, mirábamos con asombro por la ventana. Mi corazón no dejaba de latir fuerte y él encantado, se le notaba que se sentía muy bien, cómodo, ahí conmigo, y me miró, y sonrió apasionado.

Pasamos por una hermosa arboleda y yo ansié salir para verla. Miré a Joey con una sonrisa y me levanté del asiento.

_ ¿A dónde vas?

_ Quiero ver la arboleda ¿Me acompañas? - me sonrió.

_ Claro, vamos

Me dijo y nos tomamos de la mano. Yo lo miré y Joey me miró. Sentí el suave apretar de su enorme mano, junto a la mía, y mi corazón latió alborotado, y sin soltarnos, salimos del tren a mirar aquella arboleda.

Solo quería sonreír y gritar de felicidad, y Joey junto a mí, el tren estaba pasando frente a aquella arboleda y los dos la miramos. Apreciamos ese momento.

Aquel largo camino de árboles se me hizo tan encantador, como lo estaba mi corazón por él y miré con nervios a Joey y él me sonrió.

Era un sueño. Si, aún lo era para mí, cerré los ojos y deseé abrazarlo y apoyarme con mimo en su hombro.

Nos alejamos lentamente de aquella arboleda. Ambos la miramos hasta que se alejó por completo del tren y de ambos.

Joey me miró y me sonrió fascinado, y coqueto. Mi corazón se deslumbró aún más.

_ Que feliz me siento

_ A mí me pasa lo mismo

Me dijo y los dos nos pusimos a reír y escuchamos el tracatrá del tren en las vías.

Nos sostuvimos del fierro, oímos una vez más como sonaba el tren y sentimos la fresca brisa en nuestros rostros; volví a mirar a Joey y me pareció más guapo, a menudo que lo miraba. Observé sus facciones y él volteó a mirarme y mi corazón se paralizó.

_ ¿Qué pasa? - me preguntó sonriéndome.

_ Nada, solo te estaba mirando -sonrió y desvió la mirada, apenado...