Capítulo 11

Le lucí el vestido, que él me había regalado y Joey me sonrió tierno; yo también le sonreí. Tomó mis manos, me acercó a él, me tomó de la cintura y me besó. Yo lo abrasé con todo mi amor.

Le preparaba su ansiado café y Joey me esperaba en la mesa. Se sentía el hombre más feliz de todos; yo le sonreí, él me miró embobado y yo me le acerqué. Le serví su café y él me miró con ternura.

_ Siéntate aquí en mis piernas – Yo feliz, le obedecí y me le senté en ellas.

Joey más que feliz, me tomó de la cintura y el corazón me estalló de alegría. Los dos nos miramos y nos besamos...

Tomamos un tren que nos llevaría a conocer el otro extremo de aquel pueblo...

Joey me miró y tomó mi mano. Yo le sonreí, él también me sonrió y sus ojos me sedujeron. Recordó con cariño que yo me le había vuelto a entregar.

_ Eres tan hermosa niña mía - le sujeté su rostro y él volvió a sonreírme.

_ Y tú eres el hombre más guapo y tierno de todos. Eres mi hombre perfecto, Joey - se rió un poco apenado.

_ ¿Tú hombre perfecto?

_ Si mi Joey. Te amo mucho - me sonrió embelesado.

_ Y yo a ti mi niña bella

Me dijo y sostuvo mi rostro en sus manos y me besó...

Al bajar del tren, Joey sostuvo mi mano y me ayudó a bajar...

Hacía frio; me coloqué la chomba, nos tomamos de la mano y comenzamos a caminar.

Llegamos a un sitio solitario, el que estaba rodeado por humildes cabañas y un enorme molino al fondo.

Jamás había visto un molino. Me acerqué a mirarlo más de cerca y Joey sonrió tierno y me siguió.

Miré con atención como giraban sus aspas junto con el relajante viento. Se podía oír el silencio; cerré los ojos y me dejé atrapar por él un momento. Joey a mi lado miró con detención aquel enorme molino y también se dejó llevar por aquel agradable silencio. Era una paz que no tenía precio.

Advertí que me estaba mirando y Joey embelesado, miró con ternura cada detalle de mí vestido con pequeñas flores de color celeste; luego, miró el cintillo, también celeste, en mi cabello. Sentí un poco de vergüenza y le sonreí apenada. Joey me miró aún más intenso y sus ojos brillaron de amor.

_ ¿Qué bonito lugar? ¿No te parece?

_ Si muy bonito y solitario también – sonrió.

_ Podríamos venir a vivirnos aquí, después de que pase todo ¿Qué te parece? - le sonreí con anhelos.

_ Es perfecto. Me encantaría

_ Niña mía

Sus ojos más brillaron de ternura y yo lo abrasé fuerte. Joey feliz, también me abrazó, y ambos así abrazados, soñamos con aquella futura casa en aquel lugar.

De vuelta en tren, regresamos a aquella solitaria playa...

Le lucí una vez más mi lindo y tierno vestido a Joey y él me sonrió encantado. Me sentí tan feliz y contenta, que le sonreí de oreja a oreja y me le abalancé a sus brazos. Joey derretido, soltó unas carcajadas y me cargó en sus brazos y perdimos el equilibrio y nos caímos a la arena.

Yo arriba suyo, le sonreí con picardía y él me miró perdidamente. Luego me sonrió. Acarició mi rostro y acomodó los mechones largos en el.

_ Te amo tanto, niña mía

_ Y yo te amo a ti, amor mío – me sonrió con fervor.

_ Mmm, estamos solos ¿Podríamos?...

_ ¿Ahora? – Le sonreí con pudor.

_ Si ¿No quieres? - me preguntó con picardía y los dos nos sonreímos.

_ Sabes que si quiero mi amor – le dije y me abalancé a su pecho y lo abrasé. Él también me abrazó y sonrió tierno.

_ Oh niña mía

Me dijo todo derretido y yo lo miré. Lo encontré tan guapo y comencé a besar sus labios. Joey fascinado y deseoso, me rodeó en sus brazos y nos besamos sin parar y él acarició mi espalda.

La brisa del mar se dejó caer en ambos, mientras nos besábamos y el viento jugó con mi largo cabello...

Acostados desnudos en la cama, solo nos cubríamos con las sabanas. Joey me miró perdidamente y acarició mi cabeza. Yo le sonreí mimada y me le abalancé sobre sus pectorales. Lo miré coqueta y acaricié su nariz. Él me sonrió.

_ Eres tan dulce y linda - le sonreí.

_ Te amo

_ Y yo a ti mi vida...

Nos besamos otra vez y nos abrazamos. No queríamos acabar de besarnos y Joey acarició toda mi espalda desnuda. Yo le coloqué a propósito mis pechos en sus pectorales y él aún besándome, sonrió maravillado y me besó con más anhelos y amor.

Al cabo de besarnos, nos miramos, y yo perdida en sus apuestos ojos celestes, él me sonrió. Yo también le sonreí y de pronto su celular sonó.

Vio de quien se trataba y serio, contestó la llamada. Yo me cubrí con la sabana y me senté junto a él en la cama.

Joey parecía molesto.

Al cabo de colgar, yo lo miré y él me miró serio y preocupado...

_ ¿Qué pasa, amor? ¿Quién era?

_... Era mi abogado...

_ ¿Tú abogado? ¿Y qué te dijo?

_ Me dijo que la situación del divorcio con Gretel se agravó. Gretel vio las fotos, que esos paparazzi nos tomaron en el tren. No quiere llegar a ningún acuerdo

_ ¿Qué? No es posible - me miró triste.

_ Lo siento mucho niña mía, pero tendré que regresar a Londres a arreglar toda esta situación - sentí que el corazón se me partió en dos.

_... Claro. Lo comprendo - dije por mecanismo y se me cubrieron los ojos de lágrimas.

Él las vio y más se preocupó, y lamentó. Se acercó más a mí y tomó mi mejilla.

_ Cariño, lo lamento tanto. De verdad no me gustaría irme, pero si no lo hago, esta situación se complicará aún más y no podremos estar juntos como queremos y es lo que más quiero y deseo - se escurrió una lágrima por mi mejilla.

_... Lo sé. Te creo...

_ Niña mía. Te prometo que todo esto se acabara y que pronto volveremos a estar juntos

Me dijo y yo no pude más y lo abrasé con todo mi amor. Deseé el que no tuviera que irse, y Joey triste, me aferró fuerte a sus brazos y volvió a acariciar mi espalda.

_ No te olvides de mi Joey. Por favor, no te olvides – le dije entre sollozos y él más me aferró y sus ojos se cristalizaron.

_ No niña mía. Yo nunca me voy a olvidar de ti. Te adoro. Eres mi presente y futuro y te amo con mi vida

_ Y yo a ti mi Joey

Le dije llorando y él secó con ternura mis lágrimas. Volvió a abrazarme y sin más, nos besamos como si se fuera a acabar el mundo.

Nos besamos sin parar y volvimos a recostarnos sobre la cama y nos amamos con todo nuestro amor. 

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