Capítulo 1
Caminaba, con prisa, rumbo a la estación de trenes. Estaba tan contenta, porque sería mi primer viaje en tren y quería que todo saliera perfecto.
Iba a tomar la ruta más larga, la que duraría cuatro días exactos, y me llevaría por todas las paradas.
Sentía que aquel viaje sería algo inolvidable, lo que me entusiasmo aún más, y me di prisa por llegar.
Miré con ilusión toda la estación. Era muy grande; jamás la había visto tan de cerca, y la miré más sorprendida. La contemplé por completo.
Todos esperaban entusiastas a que llegará pronto el tren; algunos se abalanzaron sobre los barandales y se amontonaron todos, unos con otros, lo que me desesperó y de pronto, alguien me empujó y caí al suelo.
Molesta, me levanté del suelo y me sacudí mi vestido de mezclilla. Miré con enfado aquel tumulto y preferí alejarme. Detesté a toda esa gente.
Miré si se podía ingresar por otro andén y vi un camino largo y me fui hacia él.
No había nadie en aquel andén, lo que me agradó y comencé a caminar, cuando de pronto, vi a un sujeto. Al parecer, también esperaba por el tren. Era alto, usaba un jockey y andaba vestido de azul oscuro, con una chaqueta. Llevaba su equipaje.
Lo miré con detención.
<< Tal vez, de ese lado se espera el tren... >
Eso pensé y me le acerqué...
No lo pude creer. Era Joey Tempest, quien esperaba, tranquilo, a que llegará el tren. Yo lo miré impresionada, mi corazón latió fuerte y sonreí al instante.
Mis piernas temblaron; de pronto, él se volteó, y yo más sorpresiva y nerviosa, él me miró y yo le sonreí.
Él me miró atento, como sí me hubiera reconocido y mi corazón saltó de euforia y felicidad. Él me sonrió.
<< ¡Parece que está esperando el mismo tren que yo! >>
_ Hola
_ Hola ¿Qué tal?
_ Bien, aquí también esperando a que llegue el tren - me sonrió con destellos.
_ Tú eres una de las muchachas del fan club - mis mejillas se enrojecieron.
_ Sí. Me llamo Stephanie
_ Si te recuerdo. También recuerdo a todas tus amigas del fan club
_ ¡Guau! Que memoria tienes - esbozó una risa.
_ Bueno, es que llevamos tanto tiempo viajando aquí a Chile, y ustedes siempre están ahí en el aeropuerto y en el hotel esperándonos felices
_ Si, como la última vez
_ Así es - volvió a sonreírme y yo también le sonreí.
_ ¡Cielos!
_ ¿Qué pasa?
_ Es que me encantaría, si no te incomoda claro, que nos tomáramos una foto, pero soy torpe usando el celular- sin dejar de sonreírme, tomó mi celular, lo que más me sorprendió de él y me hizo más feliz. Él me miró con coquetería.
_ Tranquila, yo la tomaré para ti
Le sonreí, él levantó el celular y se colocó muy junto a mí. Mi corazón latió descontrolado; los dos sonreímos felices para la cámara, y Joey nos tomó la foto.
Miré la foto y sonreí al instante. Él me miró y yo le agradecí y le sonreí, perdida en sus fijos e intensos ojos celestes.
_ Muchas gracias
_ De nada - me sonrió y yo le sonreí.
No pude evitar preguntarle:
_ ¿Y qué estás haciendo aquí en Chile?
_ Vine a descansar unos días, después de la gira allá en Reino Unido. Me gusta tú país, el clima, la comida y el buen vino - me reí.
_ ¿De veras?
_ Claro que sí. Ustedes poseen lugares maravillosos. Nosotros ya conocemos casi todo el norte y sur, los que son verdaderamente hermosos - lo contemplé con disimulo.
_ Me imagino que sí. Yo no conozco todos esos lugares
_ ¿En serio? ¿Por qué? - me preguntó muy interesado en saber mi respuesta.
_ No sé, no he ido simplemente. No me gustan para ser sincera
_ Comprendo - me sonrió - Me dijiste que ibas a tomar el tren
_ Si, estaba en la otra entrada, pero la gente comenzó a hacer alboroto y me escapé - soltó una carcajada - Detesto los lugares con tanta gente.
_ A mi igual, por eso me vine a este anden
Le sonreí y le miré las facciones de su rostro. Lo encontré tan guapo...
Aún no lo podía creer, era Joey Tempest y estaba aquí en Chile, tomándose un descanso. Mi Joey Tempest, el cantante que yo había seguido por años y el que amaba en secreto.
Ya lo había visto, en más de una ocasión, compartir con las chicas del fan club, pero no me imaginé nunca que me encontraría con él aquí, y que él me reconocería.
<<Era demasiado, para ser verdad>>
Eso pensé y sonreí de felicidad.
El tren aún no llegaba, y de los nervios, mis piernas temblaban y mi corazón latía rápido y fuerte. Sin darme cuenta, Joey me estaba mirando.
El tren llegó. Yo no quería aún separarme de Joey y lo miré en señal que ya debía irme, pero no quería. Él volvió a mirarme.
_ Bien Joey. Creo que llegó el momento de despedirnos. De verdad fue un honor y agrado volver a verte
_ Pero ¿No se supone que tú también tienes que tomar este mismo tren?
_ Si, pero compré boletos para tercera clase - me sonrió.
_ Eso no es problema
_ ¿De qué hablas?
Joey sin dejar de sonreírme, el tren se detuvo frente de ambos...
_ Ven conmigo
_...
Me quedé perpleja al oír su invitación, y no supe que responderle. Le sonreí muerta de nervios, mientras que los demás comenzaban a ingresar al tren y Joey impaciente, volvió a sonreírme y me tomó de la mano, y los dos sin pensarlo, subimos, juntos, al tren. Aquel contacto fue tan especial, que lo atesoré de inmediato en mi corazón y recuerdos.
Entramos al vagón, de primera clase. Era verdaderamente hermoso, muy grande, con asientos cómodos y una decoración, que hacía transportarnos a los años de 1920.
_ Es genial
_ Totalmente. Me fascina - me sonrió.
_ Bien, vamos a buscar nuestros asientos - me detuve en pleno pasillo al recordar mis boletos. Él me miró.
_ Pero Joey, yo no...
_ Tranquila, tú déjame a mí...
Detrás suyo, seguí su enorme y ancha espalda y Joey buscando los asientos, no pude evitar sonreír de felicidad.
Llegamos a su asiento; él me dio el suyo, junto a la ventana, y se sentó a mi lado. Sentada en el que era su asiento, lo miré embelesada. Aún me parecía que todo era un sueño. Joey me sonrió.
Me miró fijamente y yo nerviosa, desvié la mirada con pudor, y él me observó con más intensidad.
El tren aún no partía. Seguía subiendo gente, la que pasaba por nuestro lado y nadie, al parecer, reconocía a Joey, lo que a él le agradó y se sintió muy tranquilo y cómodo.
Sonreí y él volvió a mirarme. Miró mi mano y deseó tomarla.
_ ¿Hasta dónde llegarás? - me preguntó con interés.
_ Voy a tomar la ruta completa
_ ¿En serio? Yo pienso bajarme también en la última parada
_ ¿De veras?
_ Si, es que quiero conocer ese pueblo. Me llama la atención por cómo se llama
_ Que coincidencia, porque yo también quiero ir por lo mismo - me sonrió aún con más interés.
_ Entonces, vayamos juntos...
Le sonreí con asombro y él me sonrió todo galán y coqueto. Miró con deseos mis labios.
Miré el vagón y este ya estaba lleno. Todos los pasajeros esperaban ansiosos, en sus respectivos asientos a que el tren partiera pronto.
El tren comenzó a partir y yo emocionada, Joey sonrió. Muy entusiasmada, miré por la ventana las líneas del tren, que empezaban a moverse lentamente y sin esperármelo, Joey se apegó junto a mí, lo que me estremeció de nervios y felicidad. Me encantó aquel acercamiento. Él también quería mirar las líneas; yo no pude evitar sonreír de dicha, y él también sonrió.
Nos miramos, así de cerca, por un momento y el tren avanzó más rápido; sus ojos brillaron y mi corazón se aceleró de encanto. De pronto, sonó fuerte el claxon del tren, y ambos nos sonreímos nerviosos, y nos alejamos abruptamente.
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